Moreno
ya aplica la ley de Abastecimiento…
Una receta bien peronista
contra la inflación y sus consecuencias.
“Activamente prosigue la campaña del Superior Gobierno de la Nación
contra el agio y la especulación. Numerosos comerciantes inescrupulosos que
lucran con el dinero del pueblo reciben la condigna sanción: clausura, prisión
y, en ciertos casos, hasta expulsión del país. Un comerciante deshonesto es un
enemigo que atenta contra quienes ganan honradamente su jornal. Denunciarlos a
la autoridad no es ejercer una venganza. Es evitar que nos roben.” (1)
Con las palabras que preceden, el
aparato propagandístico del primer régimen peronista, intentaba controlar el
proceso inflacionario producto de su propia incapacidad. De este modo, al igual
que el régimen K, aquel peronismo originario escondía sus desatinos económicos
culpando a los comerciantes.
En lo que fuera uno de sus discursos
más violentos, el General amenazó a los comerciantes tildándolos de “especuladores”
con la siguiente frase: “el gobierno está decidido a hacer cumplir los
precios, aunque tenga que colgarlos a todos”. (1)
La historia pasada y reciente lo
demuestra. Cuando se quiere combatir la inflación por decreto o bajo amenaza,
sobreviene el desabastecimiento. Entonces, el gobernante utiliza medidas más
gravosas que la mera fijación de precios máximos, medidas que nunca han
alcanzado para que vuelva a ser negocio lo que ya ha dejado de serlo. El
abastecimiento, entonces, nunca retorna. Al menos no, con los precios
oficiales.
Desde ya que la acentuación de los
métodos autoritarios y la violencia verbal del General no dieron resultados
económicos. Y, parafraseando al propio Perón, la violencia de los de arriba,
terminó generando la violencia de los de abajo. Así, el país se le incendió, no
obstante sus dotes de estratega.
Luego de su derrocamiento y exilio,
Perón volvió a hacerse cargo de su tercera presidencia con un discurso más
tolerante. Sin embargo, pocos días antes de su muerte, se sancionó y promulgó
la ley de abastecimiento (2), hoy en vigencia. Si bien dicha norma no
prevé el destierro ni la horca, sí prevé la clausura, el decomiso de
mercaderías y el arresto sin orden judicial previa por un período de 90 días y,
excepcionalmente, para casos de especial gravedad, la prisión de 6 meses
a 4 años.
En definitiva, no debe sorprendernos
que personajes como Guillermo Moreno y la propia Presidente de la Nación, avalen
este tipo de conductas, alejadas de toda racionalidad y ajenas a las
características propias de un sistema republicano y democrático. No están
haciendo más que aplicar una norma, de dudosa constitucionalidad, creada bajo
la presidencia de quien fundara su movimiento.
Cabe preguntarse por qué motivo esta
forma de gobernar el país como si fuera un cuartel, pese a sus reiterados
fracasos, retorna atravesando décadas y generaciones. Y sólo se me ocurre una
respuesta: el peronismo ha endiosado a su líder y lo presenta carente de
defecto alguno. Quienes adhieren a otro tipo de pensamiento, critican a los
representantes de turno de esta cultura política, pero omiten pronunciarse
sobre el origen del Movimiento, sobre las bases ideológicas en que el mismo fue
sustentado desde sus inicios. Y así, sólo basta con cambiar los herederos, para
que la herencia autoritaria siga viva.
Muchas voces democráticas y
republicanas son responsables de esta omisión. Callan para no recibir el
calificativo de “gorila”, “oligarca”, entre otros. No es el caso de esta voz.
Califíquenla como quieran. El calificativo no cambiará la verdad de los hechos
aquí relatados, ni la certeza de que Moreno y Cristina, representan fielmente
los aspectos más autoritarios del peronismo original.
© Escrito por José Lucas Magioncalda el
sábado 06/072013 y publicado por Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires.
(1) Propaganda oficial y discurso de Perón – extracto
del documental “Permiso para Pensar”:
http://www.youtube.com/watch?v=86qS9o43GRE
(2) http://infoleg.mecon.gov.ar/infolegInternet/anexos/55000-59999/58603/texact.htm
Nota: No comparto los términos régimen peronista, ni régimen k.
Nota: No comparto los términos régimen peronista, ni régimen k.
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