En busca de buenas noticias.
Lo importante es la salud. Cristina Fernández. Dibujo: Pablo Temes.
Congelar los precios de los medicamentos es la última
puesta en escena de un gobierno que llega dividido a las elecciones.
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Escrito por Nelson Castro el viernes 05/11/2021 y publicado por el Diario Perfil
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Los desajustes de una economía pisada para tratar de
contener los precios reales de bienes y servicios, está empezando a repercutir
de manera evidente en la escalada del dólar y en las expectativas del círculo
rojo, de los inversores y hasta de la gente común. El blue ronda los $ 200 y la
brecha con el oficial llegó al 100%. Nadie espera que esta tendencia se
revierta. En el Gobierno no logran engañar a nadie: congelamiento de precios,
tarifas atrasadas, controles que no existen y peleas en el seno del poder. El
Frente de Todos contra todos llegará a las elecciones partido –al menos– en dos
y es un misterio cómo reaccionará el día después de la contienda, sea cual
fuere el resultado. En este contexto el pequeño y mediano ahorrista corre hacia
el dólar en busca de seguridad.
El último ejercicio del desangelado secretario de
Comercio Interior Roberto Feletti –quien no alcanza a contener los precios ni
la inflación– fue generar un acuerdo de “estabilidad de precios” con los
laboratorios para sostener en el corto plazo el costo de algunos
medicamentos.
Es, en verdad, una puesta en escena para lograr
transmitir una “buena noticia” en la semana previa a las elecciones. ¿Alguien
puede creer que retrotraer los precios al 1º noviembre –es decir hace siete
días– puede tener algún efecto real en la baja de los productos esenciales para
el cuidado de la salud?
Mientras tanto los jubilados que hoy son los nuevos
pobres de la Argentina miran con espanto una película que ya conocen. Los
adultos mayores mastican bronca, tristeza e impotencia al ver que la vice en
funciones y el condenado Amado Boudou cobrarán pensiones millonarias frente a
los $ 25.900 que ellos perciben y que no les alcanza para vivir. La falta de empatía
es escandalosa.
También puertas afuera todo el Gobierno actúa con una
precariedad y falta de seriedad absoluta. Quien escribe esta columna tuvo la
oportunidad de observar los movimientos de la comitiva presidencial en Roma en
torno a la cumbre del G20. Me encontraba allí en ocasión del lanzamiento del
libro “La Salute Dei Papi” que fue presentado en el Vaticano. Los diálogos y
conductas de los funcionarios argentinos denotaban una falta de profesionalismo
asombroso. Aunque lo negaron públicamente, es cierto que buscaron concretar un
encuentro con Su Santidad el papa Francisco para llevarse la foto de cara al
escenario electoral. Fuentes inobjetables del entorno papal lo
confirmaron.
Parece que tampoco se enteraron que en la era de la
información y las redes sociales, no se puede actuar de una manera fuera de la
Argentina y al regresar, querer venderle al país un éxito que no fue. El
episodio con el presidente de Francia es una muestra de ello. Emmanuel Macron,
contó vía Twitter que en la reunión con Alberto Fernández trató la situación de
Latinoamérica, en especial de países como Nicaragua y Venezuela, con sistemas
políticos inestables que persiguen a opositores. El presidente Alberto
Fernández también compartió la reunión con su par francés: “Con @emmanuelmacron,
presidente de Francia, reafirmamos las visiones compartidas en torno a la
acción climática, la preservación de la biodiversidad, la defensa de los DDHH y
la igualdad de género. Agradecí el apoyo de su país a la negociación con el
Club de París y el FMI”. Dos versiones para un mismo hecho.
Entre otras cosas,
la intención de propiciar encuentros fortuitos con figuras como el presidente
de los Estados Unidos Joe Biden, tampoco pasó desapercibida para nadie. Para el
oficialismo fue casi un encuentro bilateral, pero a los ojos del mundo no fue
más que la intención de mendigar una fotografía con fines de utilización en la
política doméstica. Hombres de talla mundial como “el compañero Biden” saben
detectar a kilómetros de distancia este tipo de situaciones que los incomodan.
El último tramo de la campaña recalienta los ánimos de
ambos lados de la grieta. El Frente de Todos contra todos llega partido y con
pocas esperanzas de remontar la derrota sufrida el 12 de septiembre en las
PASO. Las peleas internas no se disimulan y es una incógnita qué puede pasar el
15 de noviembre con el resultado puesto. Solo los intendentes han logrado
acumular poder como para sostenerse de cara a los dos años que restan de
mandato. Su protagonismo en los gabinetes de Nación y Provincia, les devolvió
la certeza de no dejarse amedrentar nunca más por lo que queda de La
Cámpora.
En Juntos por el Cambio, hay una mezcla de optimismo y
cautela. Nadie quiere arriesgar un resultado. “Llegamos a las PASO con
expectativas modestas, ahora estamos obligados a sostener un resultado que
generó ilusión y la posibilidad de volver a pensar en un proyecto de cara al
2023” –describió una alta fuente de Juntos en la PBA. Ésta fue la primera
semana con las boletas circulando por el territorio. Hasta la semana pasada
algunos sentían ciertos niveles de apatía en vastos sectores del Conurbano. En
los últimos días eso se modificó. Hay en la oposición la conciencia de que aún
con un resultado positivo, sobrevendrán dos años oscuros. “No sabemos
cómo puede reaccionar el Gobierno, pero tenemos la responsabilidad de generar
un clima propicio para que la gobernabilidad se mantenga sin sobresaltos. Ellos
son peligrosos y lamentablemente les gusta jugar con fuego” –describieron cerca
de un intendente.
La Argentina necesita tranquilidad y un largo período de
reflexión. Los Nerones del Gobierno no pueden volver a poner en peligro nuestra
institucionalidad.
Producción periodística: Santiago Serra.