Lanús, puntero de la zona B, sólo pudo empatar con Huracán…
martes, 16 de marzo de 2021
Copa de la Liga Profesional de Fútbol. Huracán 0 vs. Lanús 0... @dealgunamaneraok...
jueves, 11 de marzo de 2021
Laureano Segovia, hombre sabio del Pilcomayo... @dealgunamanera...
Adiós a un libro
viviente…
Compartimos una breve
semblanza de Laureano Segovia, hombre sabio del Pilcomayo, recientemente
fallecido, un cronista de su gente que supo cultivar la memoria de la cultura
wichi, resguardada en una colección oral sin precedentes.
© Escrito por Daniel Canosa el domingo 19/02/2021 y publicado por El Orejiverde de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.
Tengo una imagen de Laureano Segovia, en un video que lo muestra caminando al costado del Río Pilcomayo, es recurrente, el paisano miraba la orilla, como buscando respuestas, sabía que, del otro lado del monte, existían ancianos y ancianas que juntaban memorias en medio del silencio. Es el único que ingresaba a ese lugar, y que llegó a rescatar para la historia local, cientos de testimonios sobre la propia cultura. Cuando Laureano Segovia volvía para su casa con un casete grabado en su morral, la vida detrás suyo no cambiaba, lo ocurrido era una simple conversación perdida en los recónditos del olvido, pero entre sus manos, de alguna manera estaba protegiendo, desde el conocimiento, una forma de entendimiento que lentamente, al paso de los años, va desapareciendo.
Su partida es de aquellas que provocan un profundo lamento, no hay forma de dimensionar esta ausencia, porque todo lo construido desde la cultura por este hombre puente, tuvo por interlocutores a quienes caminaron descalzos esos senderos, que acaso sin saberlo, tuvieron el registro de un tiempo presente en medio de un pasado cargado de resonancias.
Como bibliotecario siempre lo sostuve, el modo en cómo contribuía Laureano Segovia al registro documental de su cultura, es el que debería seguir cualquier biblioteca indígena que se precie de tal, esa clase de documentos eran los pertinentes para una colección representativa del saber familiar originario, eso que hizo Laureano Segovia formaba parte de la identidad, un modo de comprensión orgánico y a la vez dinámico, que se sustenta en quehaceres y aprendizajes, algo único, que cruza desde la oralidad hacia el misterioso resguardo de una cinta magnética, para luego ocupar un lugar en el patrimonio cultural de una comunidad.
Las historias reconstruidas por este libro viviente, quedaron grabadas en más de 300 casetes que guardó celosamente en su Taller de Memoria, en Misión La Paz. Cuánto podríamos decir sobre la necesidad de trabajar ese invaluable fondo oral, cuántas afirmaciones realizadas por los abuelos y abuelas, no figuran en los libros de historia ni en las enciclopedias, cómo es posible después hablar de la identidad del ser nacional argentino, si no se integran en las aulas de las escuelas los entendimientos de los pueblos indígenas. Articular la verdad y el conocimiento, bien lo supo este wichí del Pilcomayo.
Quiero creer que la palabra de este hombre sabio, historiador, escritor, cronista de su gente, que puso en un papel las raíces de sus antepasados, llegará lejos de cualquier noción de tiempo y espacio, allí donde las huellas permanecen. Anhelo que su colección forme parte de una casa de la memoria de quienes compartieron los montes y los ríos, los silencios, las carencias, los recuerdos, el fuego y la tierra, que todo eso lleve su nombre.
Fuente:
Misión La Paz. Documental de Gianfranco Quattrini y Sebastián Antico.
https://www.gianfrancoquattrini.net/documental/mision-la-paz/
Laureano Segovia,
memoria escrita de los Wichi…
El escritor y docente
logró recuperar el conocimiento oral de sus paisanos, haciendo visible la
cultura originaria de los ancestros, grabando sus voces en medio del monte,
dando cuenta de una época en donde aún era posible beber el agua de los ríos.
Tewok ihanej makta iwohiyela (El río tiene su
vida, él sabe que va a hacer)
© Escrito por Daniel Canosa el domingo 08/05/2016 y publicado por El Orejiverde de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los
Argentinos.
Un libro que camina
En el país aún quedan personas que atesoran conocimientos ancestrales, tiestos de una cultura oral que representan el patrimonio de un pasado lejano, recuperado a fuerza de testimonios por quienes incursionaron en los montes, buscando verdades en la memoria de los ancianos, artesanos, caciques, músicos y chamanes. En ellos ha sido posible tender un puente hacia otras formas de conocimiento, en ocasiones han sido los últimos hablantes de una lengua en extinción, conservaron destrezas heredadas de los abuelos, o tejieron mantos con las palabras, hilando relatos alrededor de un fuego. Se los conoce como libros vivientes, viven anónimamente en comunidades, de vez en cuando son visitados por periodistas e investigadores, comparten lo que saben y luego callan por un tiempo prolongado, llamándose a silencio.
Uno de esos libros que caminan es Laureano Segovia, escritor wichi que ha logrado recuperar, en base a testimonios de pobladores de diferentes comunidades, un patrimonio cultural compuesto de relatos, leyendas, biografías, cuentos populares, crónicas y mitos de la cultura, resguardados en 333 casetes, en donde algunos de los entrevistados –muchos de ellos ya fallecidos– habían vuelto a pronunciar sus antiguos nombres, contando historias que por alguna razón permanecían latentes, a la espera de que alguien motivara el feliz encuentro entre la memoria y la oralidad.
Nosotros los Wichi
En
el libro “Nosotros los wichi” (Olhamel ta ohapehan Wichi) que don Laureano
Segovia presentó hace dos años, se puede leer este relato recogido de un
paisano:
Tewok tañí hap ta wichi isej, hap ta talho olhamel olhak (el río y el monte mantenían a la gente, porque de ahí nosotros sacábamos nuestros alimentos, y así era). Se trata de uno de los más de 100 testimonios que conforman un verdadero patrimonio bibliográfico cuyo contenido podría representar la fortaleza de una eventual biblioteca indígena.
Podemos imaginar el contexto, un hombre de conocimiento entrando con su bicicleta en el monte profundo, recorriendo las comunidades salteñas del lote fiscal número 55, en Rivadavia Banda Norte, con su grabador de periodista. Con el tiempo, a medida que las cintas se iban acumulando, el autor consideró implementar un método de trabajo que consistía en transcribir al wichi las desgrabaciones, contando con la ayuda del antropólogo Juan Palma y traduciendo al castellano con la colaboración del escritor Carlos Alfredo Müller. Las publicaciones en formato libro contaron con la colaboración de la fotógrafa Guadalupe Miles (cuyas bellas imágenes ilustran este informe). Muchos de esos relatos conforman la propia versión de la historia en donde Segovia oficia de historiador y compilador. Documentos bilingües que recuperaron el saber popular de quienes vivían aferrados a sus costumbres, algunos de ellos narrando recuerdos en torno a la Guerra del Chaco, lo cual constituye un material de consulta valiosa para historiadores y antropólogos.
Probablemente se trate de un caso único en Argentina, la de un escritor y docente indígena que ha rescatado un importante acervo cultural logrando publicar textos en ambas lenguas sobre la cultura originaria de sus ancestros, dando cuenta de una época en donde aún era posible beber el agua de los ríos.
Ifwalas ta pajche wichi iyayej tewok wet wichi iyayej pelhathi, hap that ta wichi iyayej wichi ihaniyejtha chi tinayaj talhe inhat (antes tomábamos agua de río y agua de lluvia y con eso nomás siempre vivíamos y nunca nos enfermaba el agua).
Un taller de la
memoria...
Laureano Segovia proviene de Misión La Paz, (Salta, noroeste argentino). Durante años, con la ayuda de un grabador portátil, se internaba en el monte buscando historias entre las 35 comunidades wichis, que habita a orillas del río Pilcomayo, en el límite con Formosa, Paraguay y Bolivia, la cantidad de casetes que utilizó –realmente un patrimonio de incalculable valor– le permitió contar con un material que la Secretaría de Cultura de Salta terminaría editando con publicaciones traducidas al castellano, entre ellos los libros “Otichunaj Ihayis tha oihi tewok” (memorias del Pilcomayo, 2005), “Olhamel Otichunhayaj” (Nuestra memoria, 1998), “Lhatetsel” (Nuestras raíces-nuestros antepasados, 1996) y “Och’a tilhis Ihamtes” (Raíces del Chaco Salteño). Este escritor ha trabajado desde 1986 en la Escuela Puerto La Paz como auxiliar bilingüe (wichi-castellano) traduciendo las enseñanzas del maestro titular.
Asimismo ha coordinado el Taller de la Memoria desde el año 1992, dedicándose a la grabación y posterior transcripción al lenguaje escrito de los relatos obtenidos en las diferentes comunidades del área del Chaco salteño, contando con el aporte de hablantes wichi, chorote y nivaclé. Su trabajo ha sido reconocido en la Argentina e internacionalmente, y el Taller de la Memoria ha recibido la Beca del Fondo Nacional de las Artes a través del Concurso de Becas Nacionales para Proyectos Grupales.
Experiencias de esta naturaleza permiten la colección de un tipo particular de biblioteca que estará supeditada a la unión de escritores indígenas y maestros bilingües, con el objeto de trasponer narrativas orales en forma escrita, orientándose hacia el letramiento. Por tal motivo se plantea el viejo paradigma que aún resulta imperativo analizar: si una biblioteca indígena (tal como lo mencionó José Bessa Freire, bibliotecario brasileño), no tiene materiales en lenguas indígenas, estaría contribuyendo al proceso de extinción de esas lenguas. El feliz ejemplo de Segovia justifica el sentido de esta apreciación, o como bien lo expresan en el libro:
Olhamel
neche owen olhamel onayij talhe olhamel ochumet ta ihi makta olhamel
olhaichufwenej (Nosotros ya tenemos un camino en el trabajo de recuperación de
las historias)
Fuentes: Lha hámnhayhaj.
Nuestra sabiduría
http://www.nuestrasabiduria.com/su-gente.html
Olhamel
ta ohapehen wichi. Nosotros, los wichi
http://www.nuestrasabiduria.com/nosotros-los-wichi.html
lunes, 8 de marzo de 2021
Club Atlético Huracán. Los buenos compañeros... @dealgunamaneraok...
La entrevista a los jugadores de Huracán que emociona: "Es un placer tener compañeros así"…
Claudio Yacob le pidió a Diego Mendoza que se quede a su lado, recordó el accidente en Venezuela y lo llenó de elogios por su sacrificio. Video.
© Publicado el domingo 07/03/2021 en el Suplemento Deportivo 442 del Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.
Tras el valioso empate que consiguió Huracán en su visita a San
Lorenzo en el Nuevo Gasómetro, Claudio Yacob y Diego Mendoza protagonizaron un emotivo momento en plena entrevista con
la transmisión oficial.
"Me gustaría dejarlo a Dieguito acá porque me tocó conocerlo, estuvo contándome un poco su historia, el accidente con Huracán y me tocó verle el pie cómo le quedó y creo que es un ejemplo de sacrificio", declaró Yacob en diálogo con Marcelo Benedetto con su compañero Diego Mendoza a su lado por pedido expreso del ex mediocampista de Racing.
VIDEO
DE LA ENTREVISTA TELEVISIVA
Junto a Patricio
Toranzo, Diego Mendoza fue uno de los jugadores más lastimados
tras el accidente
que sufrió el plantel de Huracán en Venezuela a comienzos de
2016 pero primero la suerte y después su fuerza de voluntad le permitieron
continuar con su carrera pese a las heridas sufridas y por eso Yacob quiso
destacar a su compañero.
"Cuando llegué a él no lo tenían en cuenta, estaba entrenando aparte y no veía muchas posibilidades y yo lo vi siempre entrenando con muchas ganas y a mí me encantan esos compañeros y se lo quería decir acá. Es un placer laburar con gente así, con muchachos así vamos a lograr lindas cosas", agregó la Flaca.
Ante palabras tan sentidas, Mendoza devolvió gentilezas, agradeció y destacó a su flamante compañero que llegó el Globo hace poco más de dos semanas: "Es un genio, a mí tampoco me había pasado.
Lo hablamos cuando llegó la Flaca, le conté un poco lo que
había vivido. Le mostré el pie, que
no lo había mostrado a mucha gente. También la semana pasada tuve un problema
en las costillas y él fue el primero que se acercó.
Pero también el plantel nos acompaña, somos un grupo muy
unido. Tenemos bronca porque no se nos dan los resultados pero hay que seguir
luchando. Es fútbol, a veces se gana, a veces se pierde".
Grieta y Ceguera. @dealgunamaneraok...
Alberto sin prejuicios...
Discurso, Alberto Fernández. Dibujo: Pablo Temes
El discurso del Presidente estuvo direccionado a diversos públicos. Fue una pieza de comunicación política, no un manifiesto cristinista.
© Escrito por Eduardo Fidanza (*) el sábado 06/03/2021 y publicado por el Diario
Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.
Que la grieta obnubila no constituye ninguna novedad.
Ahora, cuando vemos que esa distorsión impide enfoques mínimamente
equilibrados, afectando a periodistas en condiciones de evitarla, podemos
coincidir con la escéptica opinión de David Rieff, un ensayista norteamericano
muy próximo a la Argentina: “Ahora solo se habla con personas que piensan lo
mismo que tú”.
Dirigirse a audiencias que a priori aceptarán complacidas
los argumentos que coinciden con su ideología es hacer, además de un negocio,
lo que observa Rieff. Convierte el trabajo intelectual en una tautología: no
agrega información; incurre, según el diccionario, en una “acumulación
reiterativa de un significado ya aportado desde el primer término de una
enunciación”.
Este sesgo tuvo plena expresión en el modo que los medios
recibieron el discurso presidencial del lunes pasado. Con pocas, aunque
valiosas excepciones, el dictamen fue la condena absoluta, si se trataba de
medios con audiencia opositora; o de aclamación, sin el más mínimo matiz, si su
público era oficialista.
Un cúmulo de afirmaciones cargadas de juicios de valor
estructuraron estos enfoques, deduciendo de allí, como la vieja escolástica,
conclusiones que no suman conocimiento. Nos centraremos en los medios críticos,
cuya premisa es que Alberto Fernández constituye un apéndice de Cristina
Kirchner. Asumen la caricatura del Presidente que las redes consagraron como
“Albertítere”.
Esa creencia es el eje que organizó la interpretación del
discurso, determinando énfasis y omisiones. Lo remarcado fue el cuestionamiento
a la Justicia, la oposición y los medios (nada nuevo en el kit oficialista),
donde la prensa opositora ve la mano de la vicepresidenta, que habría incluido
esos contenidos para mejorar su situación judicial, algo que se está demostrando
ineficaz.
A partir de esa selección temática se expusieron
argumentos recalentados: el albertismo murió antes de nacer, el Presidente es
un mero instrumento para ir por todo, lo dicho está al servicio exclusivo de
los intereses de Cristina, la querella que ella promueve contra Macri
dificultará el trato con el FMI, etc. Por cierto, esto reaviva en muchos
lectores de esos medios otro prejuicio rector: “Somos (o seremos) Venezuela”.
¿Y si las cosas no fueran tan esquemáticas? ¿Y si se
incorporaran dimensiones omitidas a la noticia? ¿Y si, con honestidad
intelectual, se incluyeran párrafos del discurso presidencial que proponen un
acuerdo pluralista? Entonces el enfoque se enriquecería tornándose más
equitativo, aunque las audiencias que no toleran el “sin embargo” quedarían
desconcertadas comprometiendo la monetización de la grieta.
Para enriquecer el análisis, proponemos considerar otros
ángulos e hipótesis, menos explorados.
Primero, que existiendo dos coaliciones que reúnen el 90%
de los votos, las tensiones al interior de ellas son normales y obligan a
discursos sinuosos para preservar la unidad, que es clave. El que por
inflexible la quebrara sería el responsable de una segura derrota.
Segundo, que la proximidad de las elecciones politiza los
discursos de apertura legislativa, que suelen ser para los oficialismos el
primer acto de campaña. En ese contexto, la definición de un enemigo es una de
las opciones básicas del menú ofrecido por el marketing político.
Tercero, que es probable que Alberto Fernández no sea una
marioneta, como sostiene convencido el periodismo opositor. Indicios muestran
que aspiraría a la reelección. Los dejan trascender voceros oficiosos con muy
buena información; y el jefe de Gabinete, reflejando a la mesa chica, cree que
sería lógico que así fuera, según le respondió a Jorge Fontevecchia meses
atrás.
Cuarto, que la dinámica de puro antagonismo exhibido por
las fracciones radicalizadas del oficialismo y la oposición, produce contenidos
previsibles y belicosos. El discurso presidencial no fue ajeno a ese cariz. La
política, en consonancia con los medios, se tornó un juego agresivo y
tautológico.
Incorporando nuevos factores al análisis se percibe un
texto menos homogéneo, lo que permite direccionarlo a diversos públicos. Las
invectivas fidelizan a los militantes y acompañan los arrebatos impotentes de
Cristina; la elección de Macri como enemigo refuerza la identidad y convoca a
los millones de desilusionados con el ex presidente; el llamado al consenso
respetando las ideas del otro, busca seducir a los moderados, que decidirán la
suerte de Fernández.
Es significativo este último aspecto, en el que trabaja Gustavo Béliz: la idea de una democracia sinfónica, metáfora del pluralismo extraída del teólogo católico Hans Urs von Balthasar. Constituye una sofisticación de la “Argentina unida” del eslógan, sobre la que el Presidente podría basar la reelección, si a su gobierno le fuera bien.
El emblema de ese consenso es el Consejo Económico y
Social, que el Presidente homologa a sus ideales. A eso debe sumarse su
estudiada identificación con la Justicia: se asimila a un “hombre del Derecho”
que quiere reformarla, no arrasarla como su vicepresidenta. Con menos
prejuicios, aflora el albertismo.
La distinción de Eliseo Verón entre los destinatarios de
la enunciación presidencial muestra hasta qué punto la alocución inaugural es
una pieza típica de la comunicación política en lugar de un manifiesto
cristinista. El discurso construye al otro “positivo”, oponiéndolo al otro
“negativo”. Los militantes y los argentinos de bien somos “nosotros”, los
opositores y sus banderilleros son “ellos”.
Nada nuevo, todos los gobiernos hacen más o menos lo
mismo. En realidad, la diferencia sustantiva no es retórica sino política.
Remite a Cristina y La Cámpora. ¿Por qué? Porque hay una brecha insalvable
entre el poder que ostentan y el bajo prestigio social que cosechan. Acumularon
capital material, no simbólico. Ocupan áreas claves de la administración, pero
la mayoría los repudia.
¿Quién continúa saldando por ahora ese débito? Alberto Fernández, cuya imagen positiva es equivalente a la negativa de la vicepresidenta y su hijo. Si como aquí se conjetura, el Presidente poseyera un proyecto, deberíamos aguardar un choque entre ellos en algún momento. Si el Gobierno ganara las elecciones, tal vez la discusión empiece por quién es el padre (o la madre) de la victoria.
Un anticipo de las visiones en pugna puede encontrarse en el discurso del 1° de marzo, leyéndolo sin preconceptos, aunque eso desilusione un poco a las audiencias cautivas. Acaso sea el mejor modo de evitar un disgusto mayor, si descubrieran que no todo se explica por el poder absoluto de Cristina, como le vendieron sus referentes mediáticos.
(*) Eduardo Fidanza. Licenciado en Sociología, Universidad de Buenos Aires. Fundador y director de Poliarquia Consultores. Analista político e investigador social. Ex columnista semanal del diario La Nación. Miembro de número de la Academia Nacional de Periodismo. Ex profesor titular regular de la UBA.