viernes, 10 de agosto de 2012

Sexo anal... La idea fija de los hombres... De Alguna Manera...

Sexo anal, la idea fija de los hombres...

 Pareja. Foto: Getty

¿Por qué siempre piden lo mismo? ¿A las mujeres no nos gusta? ¿O no nos animamos a intentarlo? Mitos o ideas preconcebidas que privan a la pareja de beneficios eróticos.

Si el sexo genital tuvo que liberarse de la carga de la procreación para encontrar lugar en el placer por el placer mismo, el sexo anal está luchando por el suyo, sin prejuicios ni censuras. Y bien que vale la pena.

“Mi novio quiere y yo no quiero, tiene la idea fija”, escucho decir a una joven. Este comentario aparenta ser una diferencia de gustos sexuales, pero encubre preconceptos ligados a pautas de género. El hombre gozará más del acto cuando se ofrece con alguna resistencia, y esto es lo que ocurre. Vencer la intransigencia de su compañera primero y del esfínter después es una doble ganancia para su virilidad. La elección de esta práctica se convierte entonces en un refuerzo para el macho. Un logro para la fuerza, la jactancia y el vigor, todos atributos de dominación.

En la mujer ocurre lo contrario, despierta sentimientos de humillación, de ser sometida por el hombre. Teme ser el objeto sumiso, pasible de ser dominada. Muchas se reprochan haberlo entregado sin convencimiento. Se sienten avergonzadas, “sucias”, que no tienen pudor ni amor propio.

El placer del sexo se convierte entonces en un referente de dominación y sumisión, como si aún las antiguas pautas de género, aquellas que sumían a las parejas a roles fijos, siguieran en plena vigencia.

Estamos hablando de una zona erógena, que tiene la inervación suficiente para provocar infinidad de sensaciones placenteras. En el hombre, la región prostática que linda con el recto es una fuente de un placer intenso. Las parejas deberían dejar de lado los preconceptos y entregarse al goce que este tipo de sexo ofrece.

Algunos consejos:

* Los juegos previos son fundamentales, se debe conseguir un buen nivel de excitación.

* La higiene previa ayuda a despejar ideas de “suciedad” o de “inconvenientes “en el encuentro.

* Conseguir una buena relajación y usar lubricantes al agua.

* Llegar a la zona gradualmente. Jamás se debe abordar con fuerza o a “lo bruto”. Hay que ser cuidadosos.

* La estimulación en la parte inferior favorece la relajación.

* Alternar las poses. Las de espaldas al hombre pueden disgustar a algunas mujeres. Una recomendable es “de costado”, como haciendo “cucharita”. Ayuda a relajarse, despierta ternura y favorece la estimulación.

© Escrito por el Doctor Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo, el viernes publicado por Entre Mujeres el 20 de Abril de 2012.


Palabra autorizada: hablan los chicos… De Alguna Manera...

Palabra autorizada: hablan los chicos…



Para saber cómo piensan, qué les gusta, con qué sueñan y cuáles son sus temores y preocupaciones, Revista Cabal Digital entrevistó a un grupo de chicos de entre 4 y 13 años, en el mes del Día del Niño.

Ariel Bufano, histórico titiritero y gran conocedor de los niños, sostenía: “No hay rosas para chicos y rosas para adultos, no hay paisajes para chicos y paisajes para adultos. El paisaje es el mismo, la obra es la misma, pero con eso un niño de dos años hará una experiencia y el adulto hará otra”. Del mismo modo, puede afirmarse: los chicos habitan el mismo mundo que sus padres, cumplen con rutinas familiares y comparten con sus compañeros de escuela las normas institucionales, pero lo viven a su modo, a través de su punto de vista, generacional y personal. Por eso, en el Mes del Niño nos propusimos saber cómo piensan y qué opinan los chicos respecto de la infancia, de la escuela, y de la realidad social, cómo definen sus temores y qué ilusiones los movilizan.

Con ese objetivo Revista Cabal Digital convocó a un grupo de niños que, además de jugar y divertirse, se prestó al desafío de compartir con los lectores y espectadores sus ideas, opiniones y fantasías, en un video que acompaña esta nota.
Los chicos disfrutan la etapa que transitan, y así lo demostraron: según explican, lo que más les gusta es el tiempo de juego, y el que comparten con amigos. Son conscientes de que tienen algunos beneficios, y también que hay cosas que sólo llegarán con el tiempo. Lo que los diferencia de los niños de generaciones pasadas, es que están definitivamente más informados: Internet, la televisión, el contacto permanente con las redes sociales los convierten en pequeños ciudadanos informados sobre lo que pasa en el país y en el mundo.
Consultados acerca de lo que consideran lo mejor de la infancia, casi todos coinciden en que se trata de la época destinada a los juegos y al aprendizaje, y que eso la convierte en una etapa estimulante y divertida. “Lo mejor es que tenés una vida por delante”, opina Gonzalo (12). Para Tobías (8), lo más divertido es “tener muchos amigos”, y para Juana (8) “tener alguien que te cuida”. Invitados a pensar “Lo peor de ser niños”,  varios opinan que “despertarse temprano para ir a la escuela” es por lo menos incómodo. “¡Hay que Aguantar a los padres…!”, opina Franco.

Como la mayoría de los niños, sueñan con poder concretar en el futuro sus sueños, y plasmar sus pasiones en una profesión o un oficio.  Luca (8), que es fanático de los Beatles, proyecta ser escritor y futbolista. Tobías –que además escucha al grupo Calle 13- quiere ser músico y futbolista. Franco, que quiere ser baterista: “La música me permite expresar lo que siento”, dice. Ramiro se suma a la banda de pequeños soñadores: quiere ser “estrella de rock, para dar conciertos como Ringo, el baterista de los Beatles, porque lo admiro”. Benjamín (4) afirma que  no va a trabajar, de grande: “Prefiero quedarme todo el día jugando en la Play porque es más divertido”, asume, y el grupo es un coro de risas.

Cuando se los consulta sobre las medidas que tomarían de poder ejercer la presidencia de su país, casi todos apelan a su costado solidario, y a aportar soluciones a los que consideran los problemas más acuciantes: “Cuidaría a la gente, para que no le robaran tanto”, dice Bautista (10). “Yo haría escuelas y hospitales públicos para todos, para que ricos y pobres tuvieran las mismas oportunidades; y donaría una casa por familia”, aporta Franco. Ramiro (8) “ayudaría a los que tienen menos plata a conseguir trabajo y haría donaciones, para que todos ayudaran a los más necesitados”, mientras que Gonzalo (12) “pondría más escuelas y asistencia para la gente que no tiene”. “Si fuera presidente…¡Ipads para todos!”, remata el pequeño Benjamín (4), sin temor a que alguien pueda acusarlo de demagogo.

©Publicado por Revista Cabal Digital del Banco Credicoop Cooperativo Limitado el 1º de Agosto de 2012

jueves, 9 de agosto de 2012

Los Sicarios de 6,7,8, por Mario Pergolini... De Alguna Manera...

Mario Pergolini contra 6,7,8: "Son sicarios"…

Lo único que pido es independencia administrativa y editorial. En el caso de que yo vea que se me violan algunos de estos arreglos tengo salidas contraactuales para hacerlo?, contestó sobre sus socios en FM Vorterix. Foto: Cedoc
  
"No tenían las mismas convicciones para discutir que tienen ahora", dijo y habló sobre sus socios Szpolski y Garfunkel.

El conductor Mario Pergolini tildó de "sicarios" a los miembros del programa 678, de Canal 7: "Son un especie de sicarios, son gente que no tenía las mismas convicciones para discutir que tienen ahora", aseguró.

Entrevistado por Juan Pablo Varsky en El péndulo, por Canal (á), Pergolini también consideró hoy que “el poder real ha cambiado de manos” en alusión a los medios de comunicación en Argentina:  "Todos los grupos de medios en Argentina pertenecen a grupos que, de alguna forma u otra, juegan a un juego de coqueteo de oposición al poder”, analizó.

“Lo único que pido es independencia administrativa y editorial. En el caso de que yo vea que se me violan algunos de estos arreglos tengo salidas contraactuales para hacerlo”, contestó sobre sus socios en FM Vorterix, Sergio Szpolski y Matías Garfunkel, dueños del Grupo Veintitrés. 

“Creo que una corrida bancaria es más fácil generarla desde los medios que de los bancos”, agregó. A su vez, dijo haber tenido tres ofertas cuando decidió abandonar Rock and Pop: “Una fue de un grupo que ahora pertenece a otra persona”, contó sin dar nombres.

Pergolini explicó que a partir de las nuevas tecnologías “cambió la forma de hacer periodismo porque el diario hoy día está viejo. Cuando murió Néstor (Kirchner) el consumo de internet en Argentina se triplicó en 45 segundos”, ilustró.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el jueves 9 de Agosto de 2012.


El otro fútbol... De Alguna Manera...

Delicias del otro fútbol, el olvidado…

“Encontré un fútbol que creí que no existía”, dice Federico Peretti, director de la película que se estrena hoy. Pequeñas personas con historias grandes.

Existe. Hay que buscarlo. En categorías como la C o la D o en las ligas del interior del país. En las tribunas de madera. En las canchas ubicadas entre montañas. O en aquellas que el frío y la nieve hace que parezca más una pista de hockey sobre hielo que un campo de juego. En cada uno de esos jugadores, técnicos o árbitros que lo hacen por pasión, por amor al deporte. Porque la plata se la ganan arriba de un colectivo, curando pacientes en un hospital, manejando un taxi o levantado paredes en una construcción. También se lo puede encontrar en la honestidad de esos dirigentes que ponen plata en vez de llevársela. Es real. En Argentina, hay otro fútbol.

“Es la mirada de este fútbol un poco olvidado que uno no le da tanta bola porque en los grandes medios no hay espacio”, explica Federico Peretti, el director de El otro fútbol, el documental que se estrena hoy. Y agrega: “Me encontré con un fútbol que yo pensaba que no existía. Que ese espíritu amateur de jugadores que juegan por amor a la camiseta se había abandonado”. Para verlo, hay que buscarlo.

Cuarenta y ocho mil kilómetros en avión, en colectivo o, en su mayoría, arriba de un auto que coleccionó multas varias. De la Quiaca a Ushuaia y de Corrientes a San Juan. Tres años de trabajo. De fines de semana o semanas enteras fuera de casa. Y el objetivo -logrado- de encontrar, a través de historias, imágenes, sonidos y silencios, que existe otro fútbol.

“Hemos ido a clubes donde el presidente vende pollos u organiza peñas para tratar de que el club siga en pie y donde realmente juegan por el hecho de seguir perteneciendo a la sociedad y que la gente que vive ahí siga teniendo un lugar para ir el fin de semana a hacer un deporte”, cuenta a 442 Peretti.


En las ligas del interior, la rivalidad es adentro de la cancha. Afuera son todos vecinos. “Ves al árbitro que se come unas empanadas con los equipos cuando termina el partido. Todos viven en una ciudad. En el partido se matan, todos quieren ganar. Pero cuando termina el encuentro siguen con su vida”, describe el director de la película.

“Me sorprendió mucho el tema de las canchas. En Tinogasta, Catamarca, cuando no hay partido la cancha está cerrada y dejan dos caballos pastando en el medio del campo de juego. O en La Quiaca, donde es una cancha de tierra, piedras y la pelota va para cualquier lado. Y los jugadores juegan como si fuera en La Bombonera, no les importa. En Chilecito, si le pegan fuerte le pelota rebota contra una montaña que tiene 300 metros”.

Peretti, quien junto a Fernando Prieto, investigador y productor, llevaron adelante la realización de la película, asegura que la idea era “centrarnos en pequeñas personas, con grandes historias que cuenten un poquito de qué va este mundo del ascenso, rodeados de estas ligas, de estas canchas y de estos clubes”. Para poder mostrar, en la pantalla grande, que existe otro fútbol.

© Escrito por Juan Ignacio Zaccagnino y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el jueves 9 de Agosto de 2012.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Velez Sarfield 1 vs. Huracán 2... De Alguna Manera...

Velez Sarfield 1 vs. Huracán 2...


Hubo un partido emblemático de esta temporada: el día que Vélez se sintió campeón y Huracán se lo impidió. Aquel 3 de octubre de 1971 el club de Liniers se quedó sin esa fiesta en la que ya estaban listos los fuegos artificiales. Por el Metropolitano de ese año Vélez e Independiente peleaban cabeza a cabeza por lograr el título. Ambos equipos llegaron a la última fecha con derrotas. Los Avellaneda venían de perder 3-1 frente a Argentinos, en la cancha de Ferro; y los de Liniers habían caído ante Racing por 1-0.

En la última fecha del torneo, Velez recibió en su estadio a Huracán e Independiente jugaba como local contra Gimnasia La Plata. Vélez tenía una ventaja relevante de un punto. Si vencía al equipo de Parque de los Patricios, era campeón. Pero no. No pudo.

Sucedió lo inesperado. Ante los ojos tristes de los hinchas de Vélez, un Huracán verdugo venció 2-1. Mientras tanto, en Avellaneda, Independiente se sorprendía a sí mismo por el resultado en el otro estadio de definiciones. Le ganó 3-1 a Gimnasia y se consagró.

Ya a los 7 minutos del partido, los locales ganaban 1-0 con gol de Mario Lamberti. Pero en la segunda etapa la historia fue otra. El Globo torció la historia y con goles de Luis Giribet y de Roque Avallay rompió en mil pedazos la pretensión de gloria de Vélez. Ellos fueron desde entonces y para siempre Los Aguafiestas.

Más allá de aquel desenlace del Metropolitano, Huracán no pudo escaparle a la medianía de la tabla. El equipo, más allá de tener varios jugadores de jerarquía (Basile, Veira, Doval, Brindisi, Avallay, Poletti, Babington, entre otros), jamás consiguió la tan necesaria regularidad. 

Era un equipo capaz de lo mejor (por ejemplo, fue el único que le ganó al campeón Independiente en Avellaneda) y de lo peor (perdió un clásico ante San Lorenzo, 5-1 como local en La Bombonera). Así a lo largo de todo el Metropolitano. En el Nacional, para colmo, la situación empeoró y el equipo ni siquiera se pudo hacer fuerte ante sus rivales del Interior. En consecuencia, al cabo del segundo torneo del año, quedó claro que lo mejor había sucedido bajo el cielo del José Amalfitani. 

Vélez, la sensación del Metro ´71...

Vélez llora...
Aquel 3 de octubre de 1971, el barrio de Liniers tenía la fiesta preparada. El Metropolitano estaba al caer. Vélez, con sólo igualar ante Huracán, se consagraba campeón. Como en el Nacional 68. Pero sucedió lo inesperado. Aquello que hace apasionante al fútbol.

Vélez fue una de las sensaciones del Metropolitano 1971. El entrenador chileno Andrés Prieto le imprimió un enorme matiz ofensivo al equipo. La dupla de ataque, conformada por Miguel Ángel “Fantasma” Benito y Carlos Bianchi eran un seguro de gol.

Jogo Bonito, Jogo Bonito, es el que juegan Bianchi y Benito” el cantito con reminiscencia del Brasil modelo 70 bajaba de las tribunas cada vez que se juntaban el zurdo número 10 y el aún enrulado Carlitos.

Los resultados explosivos se iban sucediendo. 3 a 2 sobre River en Liniers, con goles de Benito, Héctor Bentrón y Bianchi. Un festejado tanto de Carlos Bianchi sirvió para derrotar a Boca enla Bombonera. El 15 de agosto se produjo el batacazo. Vélez, que nunca había ganado en el Monumental desde su inauguración en 1938, logró un rotundo 3 a 0 ante River. El olfato goleador de Bianchi transformó en gol las dos pelotas que tocó en el primer tiempo. Bentrón cerró la cuenta.

Todo era alegría en Liniers. En la cima del torneo, sólo los ilustres restos del gran Chacarita campeón de 1969 seguían dando pelea. La fiesta velezana llegó al paroxismo con una goleada escandalosa. De campeón. El 22 de agosto Vélez destrozó 6 a 1 a San Lorenzo en el Gasómetro de la Avenida La Plata. Tres goles de Carlos Bianchi. Benito, Alberto Ríos y Mario Lamberti marcaron los restantes.

ESCUPIENDO EL ASADO...


En la penúltima fecha, Vélez visitó a Racing en el Cilindro. Independiente, que venía remontando en las últimas fechas, estaba a un punto del líder y tenía que jugar ante Argentinos Juniors en el cajoncito de Juan Agustín García y Boyacá.

Sorpresa general. Un Racing de muy mala campaña se puso rápido en ventaja, con gol de Carlos Vicente Squeo. Vélez buscó el empate que lo consagraba porque Independiente perdía en La Paternal. Los resultados no se  modificaron y en la última fecha se definiría el campeonato.

Aquel 3 de octubre de 1971 llovió sobre Buenos Aires. Todo el Amalfitani se embanderó para recibir a un seguro campeón. En la semana tuvieron estado público dos casos de soborno, uno en Ferro, otro en el ascenso. En los mentideros del fútbol se decía que Huracán, rival de Vélez, iba para atrás.

Pasadas las 15:30, los equipos salieron al campo de juego encabezados por el árbitro Luis Pestarino

Vélez Sarfield:  1

Marín, Gallo, Ferrari, Nieva y Avanzi; Ríos (Lapalma), Reguera y Benito; Lamberti, Bianchi y Bentrón (Oruezabal)

Huracán:  2

Hernandorena; Raspo, Buglione, Basile y Lavorato; Brindisi, Maidana y Babington; Doval, Avallay y Giribet

Al minuto de juego, Lamberti abrió el marcador. Nadie hubiera imaginado lo que sucedió minutos después.

Huracán no era un equipito. Si bien flotaba en la mitad de la tabla, tenía excelentes jugadores que fueron la base del gran equipo de 1973. Alfio Basile era un bastión en el fondo. Un mediocampo cinco estrellas: Miguel Brindisi, el Nene Maidana y Carlos Babington. Arriba, juego e imaginación con el Oreja Luis Giribet, el mendocino Roque Avallay y dos Carasucias que tuvieron en aquel 1971 su año quemero: Bambino Veira (que no jugó ante Vélez) y Narciso Doval.

El gol aplacó a Vélez. Babington y Doval tomaron el control del partido. A los 35 minutos, Giribet pescó una pelota en el área y empató el partido. Los locales debían ganar, porque Independiente vencía a Gimnasia en Avellaneda.

Con la necesidad del triunfo, Vélez fue al frente. Pero todos los ataques terminaron en un frontón. Néstor Hernandorena, Paloma, arquero de Huracán, fue la gran figura del partido.
Por cada minuto que transcurría, se acrecentaban los nervios de hinchas y jugadores de Vélez. Al cuarto de hora de la segunda parte, Roberto Avanzi  perdió una pelota sencilla ante Avallay. El remate del Roque pegó en el palo derecho del arco defendido por el Gato Marín. Tomó el rebote y marcó el 2 a 1.

Silencio en Liniers. Bianchi y Benito se nublaron. Hernandorena tapó todas y el Loco Doval terminó bailando arriba de la pelota, como si estuviera en su amada playa de Copacabana.

El semivacío estadio de Independiente se fue llenando para celebrar un título impensado. Ni los más fanáticos hinchas de Rojo esperaban la derrota de Vélez. Cuando Pestarino pitó el final, los jugadores velezanos lloraban tendidos en el piso. Los de Huracán fueron a consolarlos, pero no existió consuelo posible para tanta frustración.

© Somos Quemeros.



Dilemas siniestros... De Alguna Manera...

La política tiene algunos dilemas siniestros...


No se trata de resistir ciertas reformas porque “no van a ir tan lejos como uno soñaría en sus mejores sueños”, sino porque ellas prometen retrocesos “de pesadilla” respecto de la situación original. Basta sólo observar lo que pasó con el Consejo de la Magistratura o la ley de Partidos Políticos.

Existen dilemas de diferente tipo. Por ejemplo: dilemas éticos , que nos llevan a escoger entre dos imperativos morales (como el de optar entre salvar una vida u otra); dilemas de cooperación (como el que se estudia con el llamado dilema del prisionero); dilemas como el que se ilustra con la idea del “tómalo o déjalo” (conocido como el “dilema de Hobson”); dilemas extorsivos del tipo “la bolsa o la vida”; o dilemas como el “zugzwang”, al que se hace referencia en el ajedrez (y que describe una situación en la que estamos obligados a incurrir en daños, cuando preferiríamos directamente no hacer movida ninguna).

Aquí quisiera hablar de un dilema diferente de los citados, muy propio de esta etapa política, y que tiene su comienzo en cambios que se consideran necesarios, indispensables . Por caso, la reforma de la Ley de Partidos Políticos; la reforma del Consejo de la Magistratura; la reforma de la Ley de Medios y aun, según entiendo, la reforma constitucional, podrían ayudarnos a ilustrar el dilema que me interesa.

El dilema en cuestión aparece cuando “la puerta de entrada” al cambio buscado está controlada por quienes amenazan con dejarnos (no con un bien inferior o no tan perfecto como el que buscamos, sino) con un resultado que rechazamos absolutamente . Podemos llamar a estos dilemas de “puerta de entrada”, dilemas siniestros.

Un ejemplo muy sencillo puede dar cuenta del dilema del caso. Un padre de pocos recursos quiere operar a su hijo, que padece problemas respiratorios muy molestos. En el pueblo en donde habitan hay sólo un hospital en condiciones de hacer la operación. El problema es que allí hay un buen médico, que podría operar y poner bien al niño, pero el hospital es administrado por personas reiteradamente acusadas de aprovecharse de sus pacientes, traficando con sus órganos. El dilema siniestro aparece ahí, del peor modo: el padre entiende que es necesario, indispensable, operar a su hijo, pero teme que si las cosas no salen bien, salgan imperdonablemente mal. ¿Qué debe hacer entonces? Operar al hijo, con la esperanza de que mejore su vida, o no hacerlo, temiendo un (bastante previsible) robo de órganos?

El caso anterior, me parece, ilustra un dilema que ha aparecido reiteradas veces en la política de estos años . Por ejemplo, muchos abogaron por la reforma del Consejo de la Magistratura con la convicción de que, tal como estaba organizado, el Consejo no funcionaba bien, lo cual no ayudaba a la independencia judicial. Lamentablemente, con la reforma hecha, el Consejo no sólo no ganó independencia, sino que se terminó de poner en crisis la ya frágil independencia de la que gozaba .

Otro ejemplo es el de la reforma a la Ley de Partidos Políticos. Parte de la izquierda quería la reforma para asegurar una escena política más igualitaria e inclusiva.

La reforma que finalmente se llevó a cabo no sólo no sirvió para organizar una política más igualitaria , como quería la izquierda, sino que se dirigió directamente a borrar a la izquierda del mapa político.

Es muy importante advertir cuál es, precisamente, la crítica que aquí se hace, para evitar el tipo de falacias en las que hoy está incurriendo el oficialismo y (lo que Bourdieu llamara) su “policía ideológica.” Las resistencias que pueden ponerse frente a ciertas iniciativas reformistas no se deben a que uno es “demasiado exigente” o “utópico”: se trata de que tales reformas amenazan con empeorar inaceptablemente la ya difícil situación de punto de partida.

De modo similar, no se trata de resistir ciertas reformas porque “no van a ir tan lejos como uno soñaría en sus mejores sueños”, sino porque ellas prometen retrocesos “de pesadilla” respecto de la situación original (como el padre que se encuentra con que el hospital que iba a curar a su hijo termina siendo responsable de robar los órganos del niño; o la izquierda que se encuentra con que la deseada reforma política llegó, pero sólo para proscribirla a ella).

El Gobierno todavía tiene en sus manos la posibilidad de recuperar la credibilidad y el apoyo que exigen las principales reformas por las que está interesado (incluyendo la reforma constitucional). Podría hacerlo, por ejemplo, pidiendo perdón y mostrando sincero arrepentimiento por las mentiras de las cifras de inflación, la desigualdad, la pobreza o el desempleo; asegurando a la Ley de Medios los controles en manos de la oposición que hoy impunemente impide que existan; siendo implacable con la corrupción estructural que hoy se ampara. De no hacerlo, para los críticos del Gobierno, la única opción razonable será la de aprender de la historia. Y lo que la reciente historia política sugiere es que, sin un (perfectamente posible) cambio radical de actitud, por parte del oficialismo, deben rechazarse todas las invitaciones sin garantías que curse el Gobierno.

© Escrito por Roberto Gargarella, profesor de Teoría Constitucional en las Universidades de Buenos Aires y Di Tella y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el miércoles 8 de Agosto de 2012.


martes, 7 de agosto de 2012

Huracán, Equipo VIP... De Alguna Manera...

El Globo presentó el plantel que irá por el ascenso... ¿El dato? Mantenerlo costará $1.250.000 por mes.

En la Trastienda se dieron a conocer a los nueve refuerzos: Daniel Islas, Alexis Danelón, Federico Mancinelli, Eduardo Domínguez, Nicolás Minici, Walter Busse, Hugo Barrientos, Jerónimo Barrales y Daniel Vega.

Hay sueños que son imposibles de realizarse. Pero hay otros que sí se pueden cumplir, aunque son un poco caros. Y ése es el de Huracán, que ayer presentó el plantel que intentará devolverle el lugar en Primera y que en total, para mantenerlo, cuesta $ 1.250.000 mensuales. Eso sin contar los $ 250.000 que van a las Inferiores. Así, el Globo se ubica como uno de los clubes top de la BN. “Para ser competitivo hay que tener jugadores bien cotizados. Se hará un esfuerzo enorme, ya que no podemos seguir dependiendo de la billetera de Alejandro Nadur”, le cuenta Luis Sasso, vice primero, a Olé .

-¿Cuánto dinero aportó el presidente hasta ahora?
-La cifra final llega a 13 millones de pesos. Eso es producto de haber enfrentando esta situación y de haber armado un plantel para volver a la A. Pero también, el año pasado pagamos $ 4.000.000 entre embargos y rescisiones. Eso incluye haber retenido a Cámpora y a Machín, ya que si no lo hacíamos podían cobrar el contrato sin jugar. Después, acá había 50 contratos... Una vez que depuramos, nos quedaron $ 700.000 de deuda, que refinanciamos con los que se quedaron porque se debían tres sueldos y dos aguinaldos. La plata de Nadur no se malgastó.

-¿Y de dónde saldrán los ingresos de este año?
-De lo que entre de la televisión, que por ahora son 4 millones de pesos, de sponsor como el acuerdo con Banco Ciudad que ronda los $ 3.000.000 y de algunos derechos de formación. Y por supuesto, con la venta de Tiago Casasola ( NdeR: Boca pagará cinco cuotas de $ 700.000).

-¿Por eso la necesidad de vender un jugador?
-Y claro, a mí no me parece mal lo que hicimos. Aún tenemos un 40%. Por ahí no es lo ideal, pero ¿cómo armás un plantel con pretensiones de ascenso y no sacás plata de ningún lado? Por eso si llega una buena oferta por Battaglia lo vamos a vender. Por ahora no hay pedidos oficiales.

-Sería bueno que se venda para devolverle algo de plata a Nadur, ¿no?
-Y sí. Hasta ahora se le reintegró poco: los ingresos del año pasado fueron escasos. Encima, esa plata volvió a salir. Es cierto que Huracán tiene una deuda con Nadur, pero gracias a eso mantuvimos jugadores, armamos un plantel bárbaro y de a poco nos vamos acomodando.

© Escrito por Nicolas Migliavacca y publicado en el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el martes 7 de Agosto de 2012.


Caras en el Parque…

La presentación de los refuerzos de Huracán en la noche del lunes. (Club A. Huracán)


El Globo presentó a la mayoría de sus refuerzos y dio inicio al sueño de ascender a final de temporada. La fiesta fue completa y la ilusión una sola: volver a jugar en Primera.

Con la idea de ascender rápido de categoría, Huracán presentó a su nuevo plantel y lo hizo a toda fiesta. Los hinchas se acercaron a La Trastienda donde los refuerzos fueron el centro de la reunión y una frase los unió a todos: "juntos volvemos a Primera" se escuchó en la tarde noche del lunes, en el local de San Telmo. Con la conducción de Coco Sily y Diego Moranzoni, dos fanáticos del Globo, en la exposición también habló el presidente Alejandro Nadur, que aprovechó para presentar oficialmente al nuevo sponsor de la camiseta. Otro banco, esta vez el Banco Ciudad, ocupará el centro de la casaca del equipo de Parque Patricios.

Tras las primeras palabras de los conductores subieron al escenario la gran mayoría de los refuerzos, porque Daniel Islas y Hugo Barrientos no formaron parte de la presentación. Este último está habilitado para volver a jugar a partir del 31 de agosto. Hubo canciones de cancha, una banda tocó la "Marcha de Huracán" y con algunos videos repasaron el trabajo de pretemporada para encarar este semestre. Eduardo Domínguez, Mauro Milano, Daniel Vega, Federico Mancinelli, Alexis Danelón, Guillermo Sotelo, Lucas Villarruel, Alejandro Quintana, Nicolás Minici, Gonzalo Martínez y Santiago Chacón, fueron algunos de los jugadores que estuvieron presentes en ese acto y el más experimentado tomó el micrófono y le habló al hincha.

Eduardo Domínguez, llegó para cumplir su tercera etapa y sabe que es una voz referente para el vestuario y para la gente del Globo. "Estamos trabajando por el objetivo que queremos todos. Esperamos que este año nos acompañen y podamos volver todos juntos a primera", cerró el defensor, en declaraciones que reprodujo el sitio patriaquemera.com.ar. El domingo, en Mar del Plata ante Aldosivi, Huracán pondrá en marcha la ilusión.

© Publicado en el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el martes 7 de Agosto de 2012.

Las fotos:

La presentación de los refuerzos de Huracán en la noche del lunes. (Club A. Huracán)

Eduardo Domínguez habló a los hinchas y demostró que es una voz líder en el grupo. (Club A. Huracán)

Coco Sily y Diego Moranzoni, dos fanáticos que animaron la fiesta. (Club A. Huracán)


 

lunes, 6 de agosto de 2012

Isabel Vargas Lizano fue Chavela... De Alguna Manera...

La mujer que sabía curar el alma con sus canciones…
 
Chavela nació en Costa Rica, pero su figura está indisolublemente ligada a México.

La inolvidable intérprete de “La llorona”, “Macorina”, “El último trago” y “Volver, volver”, entre tantas otras, falleció después de una sucesión de internaciones. Chavela grabó casi 90 discos y agigantó una leyenda plagada de hazañas y transgresiones.

Isabel Vargas Lizano fue Chavela para el mundo. Fue leyenda y fue la voz más desgarrada, la de las penas más ásperas, la del dolor más acabado, la única capaz de abrir los brazos como Cristo. Fue símbolo de rebeldía, de enfrentamiento a los moldes y prejuicios instalados, de sujeción sólo a las elecciones propias, cueste lo que cueste, arriba, pero sobre todo abajo del escenario. Fue Chavela Vargas. Murió ayer en México, a los 93 años, después de una sucesión de internaciones, la primera de ellas en Madrid, adonde había viajado para presentar su último disco, La luna grande, con el que rindió un homenaje ya casi recitado al poeta Federico García Lorca. Murió a causa de un paro cardiorrespiratorio en México, la patria que adoptó como propia y a la que representó rompiendo las normas de esa representación, tras permanecer varios días internada.

Fue, en rigor, la última de las afrentas que esta mujer le hizo a la muerte: hacía años que Chavela venía enfrentando recaídas en su salud, más o menos graves, para luego salir adelante como si nada, como si aquello hubiera sido sólo una anécdota, algo que no le pertenecía. Como decía su amiga argentina, la cantante Negra Chagra: “Chavela estaba al borde de la muerte, y a la semana salía de gira. Volvía a amenazar con que moría, y aparecía grabando un disco. Caía otra vez, y salía renovada, con otro proyecto más arriesgado todavía”. La cantante tenía una explicación para esto, a lo que no daba demasiada importancia: ella era una chamana, nombrada como tal por los aborígenes huipala, la primera mujer en el mundo en ostentar este honor. Además de capacidades hechiceras y sanadoras, este título le confería el poder de trascender, en una medida en que no les estaba dado a los hombres decidir, y que la alejaba, desde luego, de todo miedo a la muerte.

Esto les explicaba a los médicos que la atendieron en el hospital, Inovamed de la ciudad mexicana de Cuernavaca, donde ingresó a fines de julio después de permanecer otros diez días internada en Madrid. Allí intentó reponerse acompañada por sus amigos más cercanos, entre ellos María Cortina, con quien escribió el libro Dos vidas necesito. Las verdades de Chavela. Permaneció consciente en terapia intensiva, y pidió expresamente a los médicos que no se le aplicasen procedimientos para prolongar su vida: nada de maniobras de resucitación o uso de respiradores. Con ellos habló sobre el final: les explicó que la muerte no existe, que su foco estaba en una trascendencia espiritual. Así pasó sus últimas semanas. La intérprete única de “La llorona”, “Macorina”, “El último trago”, “Que te vaya bonito”, “Volver, volver”, la que aseguraba poder curar las almas con sus canciones –algo de lo que habrá quienes den fe– eligió despedirse entonces.

Su vida

Isabel Lizano había nacido en San José de Flores, Costa Rica, el 17 de abril de 1919. De su país de nacimiento no guardaba buenos recuerdos, tampoco de su familia. Su figura quedó ligada icónicamente a México, adonde se mudó a los 17 años, adoptando la nacionalidad mexicana. Allí inició su carrera cantando con guitarra en las calles de la capital, como tantos artistas callejeros. Ella tenía algo diferente: hacía rancheras, que hasta entonces era un género reservado a los hombres. Era una mujer que cantaba sobre el deseo por las mujeres. Para completar el cuadro, vestía como un hombre, fumaba tabaco, bebía alcohol en cantidades, llevaba pistola y gabán rojo. Allí fue “descubierta” por el cantante y compositor José Alfredo Jiménez, símbolo indiscutido de la ranchera.

Armada de un repertorio de autores como Jiménez o Cuco Sánchez, Chavela Vargas se abrió paso con un modo de cantar que no tenía que ver con lo técnico. Ella no cantaba sus rancheras: las lloraba, las gritaba, las hacía dolientes, las mascullaba entre dientes, con toda la bronca contenida o con la seducción más cómplice. Las ofrendaba. “Ponme la mano aquí, Macorina”, susurraba con ronca sensualidad, y se acariciaba los muslos. Ese tema, transformado en himno lésbico primero, y revolucionario después, cuando la guerrilla salvadoreña le cambió la letra (“ponme la mano aquí, Macorina, para curar la herida que me causó esta bala”, cantaron ellos), fue uno de sus estandartes, vuelto una gran afrenta al macho rancio y latino, en una maravillosa inversión de sentido. Su otro himno fue “La llorona”, y su cenit el grito final: “¿Qué más quieres? Quieres más”. Allí Chavela alcanzaba a revelar, de algún modo, algo del orden de la angustia atávica de la humanidad.

“Yo nunca he cedido nada. Yo soy yo”, aseguraba la mexicana en diálogo con Página/12, al ser consultada sobre el momento en que habló en forma pública sobre su homosexualidad, en 2000, en una entrevista para la televisión colombiana. “La única ventaja que tuve fue que no había Inquisición; si hubiera nacido en los tiempos de Juana de Arco, me hubieran quemado, con todo el gusto. Yo fui como quería ser y me reí de todos, pero también los respeté. Como digo siempre: el respeto al derecho ajeno es la paz. Pero paz con dignidad, sin agachar la cabeza. El grito final de ‘La llorona’ tiene que ver con eso.”

Su primer disco fue editado en 1961 y desde entonces grabó casi 90, aun cuando hubo una etapa en que dejó de cantar profesionalmente, entre fines de los ’70 y principios de los ’90. Su figura se hizo conocida a nivel internacional, más que a través del disco, gracias al cine. Su amigo Pedro Almodóvar fue uno de sus primeros difusores al incluir sus canciones en sus películas. También apareció en Frida, de Julie Taymor, cantando sus clásicos “La llorona” y “Paloma negra”, y en Babel, la premiada película de Alejandro González Iñárritu, interpretando el bolero “Tú me acostumbraste”. En 2004, a los 85 años, presentó el disco En Carnegie Hall, que grabó en vivo en ese escenario icónico.

Su leyenda

La leyenda de Chavela Vargas es copiosa en hazañas, transgresiones, momentos compartidos con grandes artistas. Desde Rock Hudson hasta Frida Kahlo y Diego de Rivera, por ejemplo, que la invitaron a vivir en su casa. Algunos de esos mitos fueron confirmados por ella como reales: que había llegado a disparar unos cuantos tiros desde un escenario, por ejemplo. “Pues sí –aceptó–. Una noche empecé tomándome un tequilita, para quitarme el miedo, y tomé otro y otro, hasta pasar los 30. Había algunos allí abajo que hablaban y yo les dije: ‘¡Se callan o disparo!’. Y tuve que disparar. Y allí nació esa leyenda, porque después andaban diciendo: ‘No la provoquen, porque dispara a cada rato’. Es que a ciertas horas todo se entiende con el lenguaje de las pistolas.”

En cambio se reía del mito que aseguraba que de joven robaba gente al galope, a caballo. “¡Qué divertido! Déjela que corra la leyenda. Si el público se entretiene con eso, ¡déjelos!”, se reía con ganas en una entrevista con este diario. Sí admitía las leyendas sobre sus corridas a toda velocidad en autazos último modelo: “Yo era amiga de uno de los presidentes de México, Adolfo López Mateos, y no pagaba impuestos –seguía contando en la nota–. Así que un Alfa Romeo o un Maserati me costaba la tercera parte. El presidente una vez me regaló un Bentley inglés como el de Isadora Duncan. Nomás que no había repuestos y cuando se rompió, se acabó. Qué divino era ese coche...”. Parecía un personaje más de la novela Crash, de J.G. Ballard, cuando hablaba de la fascinación que le provocaba la velocidad. Le cambiaba el ritmo pausado y musical de su voz cuando relataba las picadas improvisadas que corría con el presidente mexicano. “Los dos corríamos como locos. Por mí hubiera seguido. Pero cada veinte días, un mes, me daba en la torre, chocaba con todo. Y en el último choque me abrí la cabeza, se me levantó el cuero cabelludo desde la frente hasta la mitad de la cabeza. Si no pasaba alguien por ahí, me moría desangrada. Pero fue divino ese tiempo. Y no tengo angustias, ni rencor al pasado, todo se acabó. Se tranquilizó, se puso en paz.”

El alcohol fue una parte importante de esa leyenda negra: “El dinero que tuve me lo bebí, en una temporada. Era borracha y además invitaba a todo el mundo para que se emborracharan conmigo. No vaya a creer que hacía distinción. Lo mismo era mi hermano, el albañil, el que vendía periódicos. Los invitaba porque tenían necesidad de tomar y no tenían con qué. Y yo sabía lo que era eso”, explicaba. Y era perfectamente consciente de que la borracha perdida formaba parte de la leyenda de Chavela Vargas: “El público adora esa parte tuya. Yo tenía un amigo cantante, que no le voy a decir quién, el único que nunca tomó, ni fumó, ni nada. ¡Y la gente nunca lo consideró bohemio, ni artista! Resultó demasiado pulcro para que la gente lo considerase ‘divino’, como nosotros los bohemios sublimes, de amanecer en el Tenampa. Como Alvaro Carrillo, que le dije yo un día: ‘¿Cómo eres tú en tu sano juicio?’. Y me contestó: ‘No sé, porque nunca he estado así’. Un borracho divino. De nosotros, el público se encarga de hacer una leyenda negra, que a mí me parece fascinante. Si hasta resulta que yo andaba a caballo en las calles de México. Imagínese, me hubiera matado. Y es que a mi coche le llamaban ‘el Caballo’”.

Lo que no fue leyenda fue que los aborígenes huipala la nombraron chamana, con lo cual podía curar si era necesario. “Puedo curar muchas almas con mis canciones, y por eso me nombraron chamana”, contaba. “Ya había establecido un puente de comprensión y de amor a través de la música. Y logré lo más costoso del mundo: paz interior, me encontré conmigo. A mí que no me vengan con los Grammy: son una mierda, puedes comprarte veinte si quieres y si tu grabadora tiene dinero. Yo soy la primera mujer en el mundo que tiene el título de chamana. Nunca hubiera imaginado que me iba a pasar una cosa así, pero para eso canté toda mi vida.”

Su despedida

Su última visita a la Argentina fue en 2004, cuando dio un show en el Luna Park, con León Gieco como invitado, en forma totalmente gratuita (tanto para el público como para ella, que no cobró cachet). Antes, en 1999, se había presentado en el Gran Rex, en un show junto con su amigo Almodóvar, que ofició de presentador y maestro de ceremonias. “Tengo apenas dos o tres debilidades en mi vida”, había dicho entonces el director, en tono de bolero. “Una de ellas es Chavela. Allí donde ella esté, si me llama, si me necesita, allí voy, como estoy aquí ahora.” “Pedro es mi único amor en la tierra. Somos dos almas gemelas”, le devolvió ella. Antes de eso, se recuerdan también sus presentaciones en La Trastienda, más íntimas e igualmente celebradas.

De la mexicana Lila Downs a la afroespañola Concha Buika, varias fueron las voces ungidas como “herederas de Chavela”. De la Argentina, Negra Chagra fue la cantante que sembró amistad y compartió varios momentos artísticos con ella, grabando una en los discos de la otra, o para el gran homenaje que se le organizó en México cuando cumplió 90 años, al que asistieron, entre muchos otros, Miguel Bosé y Joaquín Sabina. Su voz, envejecida y tenaz, su canto ya casi recitado, sigue asombrando en sus últimos discos: Por mi culpa, de 2011, y el reciente La luna grande, con 16 poemas de Federico García Lorca y dos que ella le dedicó al poeta, editado en la Argentina por Acqua Records.

“Nací cantando, aunque me decían: ‘Esa niña canta horrible’. No tuve maestros. Aprendí de la vida todo lo que sé. Así que si a alguno no le gusta lo que hago, que le eche la culpa a la vida”, advertía ella. “Al comienzo, a nadie le gustaba lo que hacía, hasta que una noche yo estaba borracha sobre el escenario y todos estaban borrachos abajo. Y al otro día, no sé cómo, abrí los diarios y amanecí famosa. Seguí cantando y luchando, rompí todas las normas establecidas, y aquí estoy todavía.” Aquí seguirá su voz y su figura, cubierta por un joropo rojo con guardas blancas, los brazos alzados como Cristo. “Así me voy a morir, libre, sin yugos”, dijo, y cumplió su palabra.

© Escrito por Karina Micheletto y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 6 de Agosto de 2012.


El mito en primera persona

- “Si yo fuera una vieja rica, sería insoportable. Sería prepotente, babosa, mandona. Me imagino perfectamente, puedo verme. Qué bueno que soy pobre y vivo entre los pobres. Y qué bueno que fui una borracha perdida y ya no lo soy. Dejé de serlo sola, a puro valor, como digo en la canción: ‘A puro valor he cambiado mi suerte’. Por eso yo jamás le digo a un joven ‘cuidado con la droga, cuidado con el alcohol’. No. Que beban de todo y que fumen de todo. Y los infiernos abrirán sus puertas para recibirlos. Y por experiencia propia, el alcohol es detestable. Las primeras copas te hacen muy bien, hasta eres divertido. Pero cuando se te sube, ya eres repetitiva, tonta, inventas historias cursis, te agarra una mitomanía que no te la crees ni tú. Eso es el alcohol.”

- “En Hollywood tenía una credencial que me permitía entrar a los ensayos con sus grandes estrellas, desde Katharine Hepburn, Ava Gardner hasta Bette Davis. Ellas te decían que había que llegar al escenario realmente frío, con una especie de tranquilidad que en realidad no sientes. Después descubrí que lo más terrible de un escenario es el ingreso desde la primera cortina hasta la llegada a la boca del proscenio. En ese trayecto aparentemente corto no tienes mamá, ni hijos, ni nadie. Es la soledad más grande. No existes más que tú y el público. Yo siempre ingreso de puntas, se me olvida que no tengo tacones. Cuando logro posar los talones y pisar el suelo, pienso: ‘Por fin’. Pero mientras estoy de puntitas pasa una eternidad.”

- “Vivir junto a Frida Kahlo y Diego de Rivera ha sido una de las experiencias más increíbles. Aprendí tantas cosas... Yo era una niña ignorante. Lástima que se me haya quitado la ignorancia, porque fui muy feliz siendo completamente ignorante. Aprendí política, conocí a Trotsky. Todos ellos no parecían tener nada de comunistas. La pasaban muy bien y se divertían mucho. A León todo le daba risa. Un día, Diego me pregunta: ‘¿Crees que soy comunista?’. ‘Pues no, no lo creo’, le respondí, también muerta de risa. Los vi pintar, reírse, como los vi morir. No sé por qué siempre se van los que uno más ama.”

- “A la muerte la respeto muchísimo; me resulta simplemente el paso de una cosa a la otra. El miedo es a lo desconocido. Si se pudiera regresar, yo ya me habría muerto hace rato. Debe ser un descanso tremendo luego de tantas preocupaciones. Es como esto de ir envejeciendo: te sientes llena de recuerdos y a veces llegas a criar joroba, agachada por los años y el peso del pasado. El doctor me aconsejó que tomara una caja de antioxidantes. Me sentí como una motocicleta con ruedas, triste de verdad. Yo en vez de antioxidantes voy a seguir tomando un aceite muy bueno, Texaco, para coches.”

- “A veces cuando me pongo a analizar una canción y le busco otras vueltas y errores, no puedo hacer nada. Compruebo que la he llevado casi a la perfección. Entonces siento miedo porque estoy tocando esas cosas prohibidas que al individuo humano no se le permiten, sobre todo a una mujer. Es cuando comienzan los cuentos y las consejas sobre mí. Comentan que me robo las gentes a caballo. Muy difícil. Un caballo sobre una calle asfaltada, imagínense... Cuando voy a Vallejos, en España, y oigo el cante gitano, me pregunto qué pacto, qué desesperación, qué está buscando esa raza al fin de todo. En el fondo lo mismo que busco yo, algo que nunca encuentro; y ya vi que no era el amor.”

© Publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 6 de Agosto de 2012.


El estudiante de Harvard y su papá... De Alguna Manera...

El estudiante de Harvard y su papá...


Hace años fui testigo de una situación de fuerte conflicto entre expectativas y hechos. 

En Boston, un joven estudiante de Harvard volvió una tarde a su casa desde la universidad y comunicó a sus padres que se iba a Europa con un amigo, para hacer auto-stop, cosechar manzanas y vivir una “experiencia distinta”. El padre –un hombre riguroso y con principios inflexibles– tuvo un ataque de furia, la madre tuvo un ataque de llanto, y todo terminó en que el chico se fue cargado con la profecía de su padre que presagiaba el fracaso terminal de su vida. Pero meses después el joven volvió a Harvard y fue admitido de nuevo. El padre no sólo no podía entender que su hijo hubiese sido admitido y le siguiese yendo bien en los estudios; tampoco podía aceptarlo. Había establecido una premisa y a partir de ahí buscaba a diario evidencias ocasionales, a menudo puntuales y poco relevantes, para corroborar su premisa: su hijo debía fracasar, o el mundo no era el que se suponía que era. Los datos de la realidad se le escapaban. (El final de la historia es que el joven estudiante no fracasó; más bien quien fracasó fue su padre, por lo menos en el sentido de que no supo entender este mundo tal como es).

Esta historia me viene a la mente cuando veo lo que está sucediendo con la imagen del gobierno argentino, los comentaristas políticos rigurosos en sus premisas, pero más bien predispuestos a recoger los datos que encajan bien con esas premisas, y lo que las encuestas captan de la vox pópuli. Así, en las últimas semanas pudieron leerse varias columnas de opinión en los medios de prensa haciendo referencia a lo mal que le está yendo a la Presidenta en la opinión pública argentina según encuestas que no se publican ni se mencionan con suficiente especificación. Parece que se ha establecido como premisa que la Presidenta tiene que estar mal en la opinión pública y desde ahí se busca afanosamente información consistente con la premisa. A juzgar por lo que se dice, en la Argentina se estarían haciendo encuestas profusamente; se diría que algunas firmas están haciendo encuestas a diario, lo que es difícilmente creíble. Eso no sucede cuando las aguas están más calmas.

Por cierto algunas encuestas se publican. Y no hay duda: algunas muestran a la Presidenta un poco mejor y otras un poco peor. Pero hay pocas certezas acerca del por qué de tales diferencias. El lector atento debería poner el foco en por lo menos tres aspectos muy básicos, los que en la jerga profesional se llaman el instrumento de medición –cómo se pregunta y se mide lo que se quiere medir–, la tendencia “intertemporal” –cómo varía la aprobación o la imagen a través del tiempo medida siempre con el mismo instrumento– y la cobertura geográfica. Descontados esos factores, aún sigue siendo aparentemente cierto que en algunas encuestas, la Presidenta ha bajado más que en otras.

Basándome en encuestas que conozco y cuyos reportes puedo ver con mis ojos –que son las que realiza Ipsos en la Argentina– concluyo que la imagen de la Presidenta ha sufrido poca mella en los últimos meses y se mantiene en altos niveles de aprobación. También el gobernador Scioli, esa suerte de sombra que se proyecta incansablemente sobre la imagen de la Presidenta. La imagen de otros referentes del Gobierno –personas tanto como áreas de gestión– ha bajado más, en algunos casos mucho más. La confianza en la economía y en el futuro del país también ha caído.

Se concluye que el Gobierno se sostiene en la Presidenta –y también en Scioli, tema aparte–; es posible concebir que la imagen de la Presidenta se encuentra en un equilibrio inestable y expuesta a diversos riesgos. Las cosas no están bien en la economía y en las expectativas de muchísimos argentinos. La imagen de la Presidenta podría bajar, hasta cabe aceptar que es esperable que baje, pero no como resultado de una expresión de deseos, sino con base en correlatos conocidos entre datos de la realidad misma y las opiniones de la gente a través de los años. Eso no es lo mismo que decir que ya bajó; aún más, esos correlatos no son leyes inmutables, a veces en el mundo no se siguen de las mismas causas los mismos efectos.

La opinión pública es más parecida a la universidad de Harvard que al papá del joven de mi anécdota: es capaz de readmitir a alguien después de algún “viaje”, como fue el caso con la presidenta Cristina de Kirchner en 2010 después de haber sido casi literalmente dada de baja en 2009. No hay que seguir el modelo del padre del joven estudiante de Harvard, quien por aferrarse ciegamente a su premisa de que su hijo debía fracasar por no haber hecho lo que él esperaba que hiciese, no pudo entender lo que pasaba.

*Sociólogo. Profesor de la Universidad Torcuato Di Tella.

© Escrito por Manuel Mora y Araujo, Sociólogo y Profesor de la Universidad Torcuato Di Tella y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 4 de Agosto de 2012.


domingo, 5 de agosto de 2012

Trompe-l'oeil (Trampa ante el ojo)… De Alguna Manera...

Trompe-l'oeil…

 Le pays n'a pas fini de faire les frais de cette faillite désordonnée. AP/Natacha Pisarenko
(El país no ha terminado de pagar el precio de este quiebre desordenado)

El 25 de junio, un extenso artículo de Le Monde de París se tituló “Le miracle argentin était en trompe-l’œil”. En lenguaje directo: el milagro argentino era una impostura. Es una idea clave, pero sobre todo es una evidencia incontestable. Desde 2003 a hoy la Argentina ha brindado una clase magistral de ilusión óptica, que ha triunfado más adentro que afuera. Episodio de cabotaje, el engaño al ojo enganchó a intelectuales desahuciados, artistas relegados, empresarios cabizbajos, profesionales crédulos, emigrados nostálgicos y militantes huérfanos de mitos. Fabricado en muchos casos con minuciosa perfección por el grupo que gobierna desde hace nueve años la Argentina y se propone explícitamente seguir haciéndolo por lo menos una década más, sobresale como el más portentoso trompe-l’œil político imaginable. Sus diseñadores y ejecutores no han dejado rincón sin ocupar ni ámbito sin colonizar.

En francés, tromper es engañar y œil es ojo. Trompe-l’oeil es una imagen que engaña al ojo. En España, hablan de “trampantojo” (trampa ante el ojo). En sentido restringido, es una técnica usada en la pintura mediante la que se pretende engañar a la vista humana, jugando con la perspectiva y apelando a otros artificios ópticos. El mecanismo de trompe-l’œil suele ser utilizado en pinturas murales realistas hechas adrede para ofrecer perspectivas falsas, ya sean interiores (representando muebles, ventanas, puertas o conjuntos más complejas), o exteriores, por ejemplo en las medianeras de edificios.

Simular, engañar, aparentar, confundir y devolver al ser humano registros que en la realidad no existen, son funciones esenciales del trompe-l’œil. Maravillas de la ilusión óptica, son espejismos que giran en torno de la humana debilidad de confundir relato con realidades, retórica con hechos, presunciones con evidencias. Es un juego de portentosas proyecciones sociales, culturales y políticas, pero un trompe-l’œil en las artes visuales y en el cine dista de ser un acontecimiento delictivo. Engaño a quien se deja, pero lo hago sin motivaciones venenosas, desde una experiencia asociada con la sensibilidad para el puro goce estético.

No es sencillo engañar. No es para todos, ni es para cualquiera. Si la trampa al ojo requiere meticulosidad, transitarla exitosamente también precisa de credibilidad: debo pergeñar la trampa con tanta perfección que reduzca al mínimo las posibilidades de ser descubierto. Un trompe-l’œil talentosamente hecho permite fabular y suscita bellos ensueños. Es arte, o sea que no tiene restricciones. Un trompe-l’œil torpe y de escandalosa chapucería, abochorna. Se convierte en simulacro, burdo fracaso, trampa que no convence a nadie, mamarracho, caricatura.

Estos días la agenda estuvo dominada por la obscena comprobación de que el Gobierno industrializa en su beneficio bolsones marginales que nadie había cultivado con tanta decisión, como barrabravas y población carcelaria. Aplica el mismo procedimiento, engañando al resto mediante recursos muy ostensibles, como “resocializar” presos, exaltar la “pasión” de los delincuentes que abundan dentro y alrededor del fútbol. Esas trampas visuales prostituyen en profundidad.

Apasionarse y resocializarse son dignos objetivos. En la praxis del Gobierno, se convierten en tretas groseras que, para peor, vacían de contenido todo lo que es bueno. Ahí está Víctor Hortel, el número uno del sistema penitenciario argentino, desfilando en alegre murga dentro de una cárcel, junto a violadores convictos. Es el mismo mecanismo exhibido por el juez de la Corte Raúl Eugenio Zaffaroni, que no sólo no se arrepintió ni excusó por alquilar sus departamentos a prostíbulos, sino que encima tomó la revelación como afrenta. Curiosa deriva de un gobierno encabezado por una mujer y lanzado a mostrarse como el más feminista régimen argentino de la historia. Las salidas “culturales” del homicida convicto Eduardo Vásquez denigran a la mujer y burlan la más elemental medida de justicia, además de castigar de nuevo, impunemente, a la familia de la asesinada. Sobresalen aquí jueces como Patricia Mallo, Pablo Laufer y Luis Fernando Niño, autoproclamado vigilante implacable de los derechos humanos y uno de los mismos tres que condenaron a Vásquez a sólo 18 años por la atenuante de “emoción violenta”. Parece que por su emoción violenta al quemar a Wanda Taddei le permitieron participar de las actividades “culturales” del Vatayón Militante antes y después de ser condenado. Ese es el trompe-l’œil más escandaloso: en nombre de los derechos humanos, terminan excusando a femicidas y violadores de niñas.

Forma del ilusionismo y coronación imperial de las apariencias, las apariencias deleitan a la sociedad argentina. No en vano uno de los manierismos retóricos más en uso, una verdadera epidemia, es el “como que” antepuesto a cualquier frase.

Agréguesele otro recurso tóxico en boga: todo el tiempo se habla anteponiendo un fastidioso “la verdad”. En un mundo de recursos engañosos y apariencias vacías, ese “la verdad” supone que normalmente mentimos. El “como que” o también “como si te dijera que” revela que sobrevolamos la realidad, pero para eludirla, un ballet de juegos visuales, atractivos pero tramposos, una permanente intención de engañar.

Según milenario relato de la antigüedad griega, dos pintores, Zeuxis y Parrasios, rivalizaban. Cada cual debía tratar de hacer que su obra produjera la más perfecta ilusión del mundo real. Uno de ellos, Zeuxis, pintó unas uvas que parecían tan reales que los pájaros se posaban en ellas para picotearlas. Parrasios presentó su cuadro cubierto por un lienzo. Al tratar de visualizar la pintura de su rival retirando el lienzo, Zeuxis se asombró al comprobar que había perdido la apuesta. Lo que parecía un lienzo era, en realidad, la pintura de su competidor. Zeuxis habría dicho: “Yo engañé a los pájaros, pero Parrasios me engañó a mí”.

© Escrito por Pepe Eliaschev y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 4 de Agosto de 2012.