La
Iglesia advirtió sobre una sociedad "enferma de violencia"...
Monseñor José María Arancedo y Monseñor Lozano. La
Conferencia Episcopal Argentina advirtió sobre una sociedad "enferma de
violencia". Foto: Télam
La
Conferencia Episcopal Argentina presentó un duro documento. La corrupción como
cáncer social.
La
Conferencia Episcopal Argentina presentó hoy un duro documento advirtiendo que
Argentina está "enferma de violencia" en un trabajo titulado "Felices los que trabajan por la paz" en
el marco de la 107 asamblea plenaria reunida en la localidad Pilar.
El
documento asegura que "los hechos delictivos no solamente han aumentado en
cantidad sino también en agresividad": "Una
violencia cada vez más feroz y despiadada provoca lesiones
graves y llega en muchos casos al homicidio. Es evidente la incidencia de la
droga en algunas conductas violentas y en el descontrol de los que delinquen,
en quienes se percibe escasa y casi nula valoración de la vida propia y
ajena".
A
su vez, plantea que la corrupción tanto pública como privada es "un verdadero cáncer social"
y causante de "injusticia y muerte". El plenario episcopal que
preside monseñor José
María Arancedo criticó que en el país se promueva con
frecuencia “una dialéctica que alienta las divisiones y la agresividad”, y
reclamó "no responsabilizar y estigmatizar a los pobres por ser
tales" como responsables de la violencia y los delitos.
© Publicado el Viernes 09/05/2014 por
el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Negación y relato, la reacción oficialista frente al documento de la
Iglesia Católica.
José Ottavis, Jorge Capitanich y Luis D'Elía. Foto: CeDoc
El kirchnerismo se alineó para pegarle al
Consejo Episcopal. Críticas olvidadizas y el rol de Bergoglio.
Luego de que la Iglesia advirtiera hoy que la
Argentina está "enferma" de una "violencia cada vez más feroz y
despiadada" y criticara el aumento de la delincuencia, la corrupción y la
exclusión social, el arco oficialista salió al cruce.
El fuerte documento generó que distintos
integrantes del universo oficialista rechazasen los términos de los obispos,
mientras que los políticos en la oposición salieron a apoyar las expresiones
eclesiásticas.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, se
anticipó esta mañana al documento e insistió en que "al Gobierno no le
compete la responsabilidad primaria" por el tema. En su lugar, el chaqueño
prefirió patear la pelota afuera al cargar duramente contra la oposición y la
Justicia.
Al igual que con todas las demás
problemáticas del Gobierno, Capitanich afirmó que "existe una campaña
deliberada para asociar hechos delictivos a una tasa de seguridad inexistente,
y transferir el problema a la Presidenta de la República".
Dentro de esa teoría, el funcionario sostuvo
que "muchos de los que pretenden ser candidatos presidenciales"
fueron "un desastre en las políticas para prevenir o combatir
delitos" en sus distritos, y se quejó de que la oposición "pretende
dar lecciones" sobre seguridad "que no supieron aplicar cuando fueron
gobierno".
Desde La Cámpora, José Ottavis se mostró
crítico, aunque a su estilo. "Creemos, y estamos contentos, que es una
Argentina que no está enferma", afirmó el dirigente, quien agregó que
"es una Argentina que puede estar mucho mejor o que le pueden faltar
algunas cosas para que tenga una salud completa, como le puede pasar a
cualquier país que está avanzando".
Para finalizar, Ottavis minimizó la
delincuencia frente a la violencia política del pasado al referir que "una
Argentina enferma de violencia" fue "la que se vivió en el '55, y la
Plaza de Mayo fue un testigo fundamental", y agregó que las experiencias
de "enfermedad" se repitieron "en el 76, y nuestro pueblo
lamentablemente fue testigo fundamental", en 1989 y 2001".
El siempre dispuesto a defender oralmente al
gobierno Luis D'Elía, no refutó los dichos de la Iglesia. En su lugar, afirmó
que "Menem, De la Rúa, etcétera, dejaron ocho millones de desocupados y
185 mil fábricas cerradas" y que "la Iglesia Católica y Quarracino
bendijeron todos sus actos". Al respecto, cabe destacar que Monseñor
Quarracino otrora Arzobispo de Buenos Aires, falleció en 1998.
La embajadora argentina en México, Patricia
Vaca Narvaja, se sumó a Luis D'Elía y prefirió hablar de sucesos pasados:
"No recuerdo un pronunciamiento del episcopado en la época de la dictadura
ni en la época del auge neoliberal, ni en la crisis del 2001". Luego, la
diplomática sostuvo que a la Iglesia también le lavan la cabeza los diarios al
afirmar que "debería estar más cerca del pueblo que de lo que dicen los
medios hegemónicos" y añadió que esa institución "necesita escuchar
más a los millones de argentinos que trabajan y viven en paz, respetarlos y
reconocerlos".
También se puede sumar el documento
presentado por el Arzobispado con la firma de Bergoglio, titulado
"Queremos ser Nación", en el cual el futuro Papa afirmaba que la
crisis “no es sólo coyuntural, sino crisis histórica, que supone un largo
proceso de deterioro en nuestra moral social, la cual es como la médula de la
Nación, que hoy corre el peligro de quedar paralizada”.
En defensa. Parte de la oposición se
manifestó a favor del documento eclesiástico. El radical Mario Negri aseguró a
la agencia DyN que comparte "totalmente lo que dice la Iglesia" y
opinó que "a veces, el valor agregado de su voz puede tener un impacto que
despierta las conciencias para luchar contra la corrupción, la violencia".
El cordobés de la UCR añadió que "así
como cuando la Iglesia convocó a la Multipartidaria para luchar contra el
narcotráfico", los radicales acompañarán si son convocados para enfrentar
cuestiones como la corrupción, la violencia y las drogas".
Por su parte, la diputada por el PRO Laura
Alonso afirmó que "se necesita un amplio acuerdo político y social para
saber la verdad sobre la corrupción; por eso desde Unión PRO queremos sumar
nuestra propuesta". Alonso recordó la iniciativa de crear una comisión
bicameral investigadora de la corrupción e indicó que "es un buen momento
para discutir el tema y estamos comprometidos con la verdad y con que haya
garantías para que los jueces y los fiscales investiguen en libertad los
delitos e irregularidades".
Quien también coincidió con el documento es
el socialista Roy Cortina, quien remarcó que "la inseguridad está
determinada por la grieta de la desigualdad, la corrupción y la
impunidad".
En ese sentido, Cortina sostuvo que "la situación está
complicada, el documento de la Iglesia es correcto, hay una cultura de la violencia
que se ha instalado muy fuerte y es producto de la exclusión".
El diputado por el Frente Renovador Adrián
Pérez también se manifestó en sintonía con la Iglesia al indicar que "la
Iglesia pone el eje en dos temas muy importantes" y que "la
corrupción es un gran problema que hay en la Argentina, que tenemos que
afrontarlo con decisión política, con independencia del Poder Judicial".
El ex diputado del espacio de Elisa Carrió
agregó que "el otro tema fuerte que se plantea tiene que ver con los
últimos años en la Argentina y una práctica de mucha intolerancia y
violencia".
Por último, el gobernador cordobés José de la
Sota indicó que comparte el documento de la Conferencia Episcopal Argentina y
llamó a restablecer la 'amistad social' entre los argentinos".
El
documento de la discordia.
La
Conferencia Episcopal Argentina, presidida por Monseñor José María Arancedo,
dio a conocer esta mañana el documento "Felices los que trabajan por la
Paz", con fuertes criticas a la violencia existente en los distintos
estratos sociales, la inseguridad, el narcotráfico, la exclusión social y la
corrupción, a la que calificaron de "cáncer social". Todas
afirmaciones que no cayeron muy bien en los ámbitos oficialistas.
"Constatamos
con dolor y preocupación que la Argentina está enferma de violencia",
afirmaron los obispos a través del documento en el que sostuvieron que
"los hechos delictivos no solamente han aumentado en cantidad sino también
en agresividad", y que esta agresividad esta vinculada con "la
incidencia de la droga en algunas conductas violentas y en el descontrol de los
que delinquen, en quienes se percibe escasa y casi nula valoración de la vida
propia y ajena".
Por
otro lado, el documento afirma que "no se puede responsabilizar y
estigmatizar a los pobres por ser tales", dado que ellos sufren de manera
particular la violencia y son víctimas de robos y asesinatos aunque no
aparezcan de modo destacado en las noticias". En ese sentido, los Obispos
indicaron que "conviene ampliar la mirada y reconocer que también son violencia las situaciones
de exclusión social, de privación de oportunidades, de hambre y
de marginación, de precariedad laboral, de empobrecimiento estructural de
muchos, que contrasta con la insultante ostentación de riqueza de parte de
otros".
Una
de los puntos en los que el documento hizo énfasis fue en la vinculación de
toda la crisis social con "la
corrupción, tanto pública como privada" a la cual
calificaron de "un
verdadero 'cáncer social', causante de injusticia y muerte".
En virtud de ello, los primados eclesiásticos, se mostraron críticos con
"la lentitud de la Justicia" que "deteriora la confianza de los
ciudadanos en su eficacia".
Finalmente,
las autoridades de la Iglesia Católica en Argentina sentenciaron que "nos
estamos acostumbrando a la violencia verbal, a las calumnias y a la
mentira". Por suerte para los primados, el oficialismo recogió el
guante y respondieron a tono con este último punto.
© Escrito por Nicolás Lucca y
publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.