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martes, 6 de noviembre de 2018

Jugada Peligrosa... @dealgunamanera...

Jugada Peligrosa...

El hincha, Mauricio Macri. Foto: Pablo Temes

Como si tuviera poco con el país y la interna, el Presidente se ocupa de crearse problemas.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 03/11/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Todo fue un bochorno. Hablamos del episodio generado por Mauricio Macri al involucrarse de manera absolutamente inconsulta en la histórica final que por la Copa Libertadores jugarán Boca y River.

El tuit del Presidente difundido minutos antes de las ocho de la mañana del viernes, en el que presentó como un hecho casi consumado el complejo tema de la concurrencia de las hinchadas visitantes a cada uno de los dos partidos, dio pie a un entremés de enredos que lo dejaron mal parado. 

Veamos lo que siguió: la respuesta del ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Martín Ocampo, diciendo que eso no era posible; las afirmaciones del presidente de River, Rodolfo D’Onofrio, señalando por Radio Continental que eso no era posible, postura que luego se supo era compartida por su par de Boca, Daniel Angelici; Macri hablando nuevamente –esta vez con Paulo Vilouta en Radio La Red– diciendo que la ministra de Seguridad  de la Nación,Patricia Bullrich, estaba avanzando a paso firme en la concreción de la iniciativa; Macri otra vez –ya en la tarde en una nota con FOX–, y ante la negativa persistente de los clubes expresó que todo quedaba supeditado a lo que decidieran Boca y River. 

Esta secuencia –que no incluye el ida y vuelta de opiniones opuestas, las conversaciones a las apuradas, el desconcierto de Horacio Rodríguez Larreta, las discusiones entre el ministro Ocampo y la ministra Bullrich, el azoramiento de ministros que no entendían nada de lo que estaba sucediendo–, tienen un valor que va más allá de la anécdota.

Offside. Primero porque el Presidente ha quedado mal parado y segundo porque este sainete –u “opereta”, según los gustos– ha sido una exhibición de tono patética de uno de los problemas clave de la metodología de gestión del gobierno de Macri: la falta de coordinación y comunicación que existe entre sus funcionarios.

La respuesta negativa de la gente no se hizo esperar. Y no hubo aquí diferencias ideológicas. Las redes fueron inundadas con cataratas de críticas contra el Presidente. Desde "paren con las cortinas de humo" –hasta “dejen de emplear la Policía para estas cosas”– le marcaron al Gobierno el pulso de la calle. Una calle que destila malhumor y angustia por doquier.

El episodio hizo acordar inmediatamente al del discurso de un minuto y 37 segundos que Macri pronunció el 29 de agosto pasado, cuando anunció el acuerdo –que luego se supo aún no estaba cerrado– con el Fondo Monetario Internacional. La pregunta que muchos –dentro y fuera del Gobierno– se hacen es: ¿quién decide estas cosas? ¿Es el Presidente por sí solo o es la idea de algunos de los “genios” de la comunicación que pululan en su entorno? 

¿Alguien evaluó el demérito de la autoridad presidencial que producen episodios como ésteLa pregunta es: ¿actúa por sí solo o es la idea de alguno de los "genios" de su entorno?

Sensibilidades. 

La interna política en Cambiemos sigue intensa. Hace 15 días hubo una iniciativa –para muchos, una operación– muy fuerte de María Eugenia Vidal marcando diferencias con el gobierno nacional, a causa de la quita de los 19 mil millones de pesos correspondientes al Fondo de Ayuda al Conurbano. En esa geografía heterogénea, con lugares en donde la pobreza y la indigencia se enseñorean desde hace décadas, se verifica un aumento significativo de la concurrencia de gente a los comedores barriales, escolares y parroquiales. Como la ofensiva de Vidal tuvo una fuerte repercusión, desde la Casa Rosada se puso en marcha una contraofensiva: a la gobernadora –a quien no pueden ni quieren tenerla enojada– le darán esa suma en obras públicas. Y para demostrar que “está todo bien” hubo primero la foto de Vidal con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio y después el encuentro con Macri en Trenque Lauquen, que también tuvo sus bemoles ya que el intendente, Miguel Fernández, estaba en los Estados Unidos y tuvo que volver de urgencia al país, porque cuatro días antes tenía al equipo de la Presidencia armándole todo el acto.

Claro que esto tuvo consecuencias en el resto de las provincias. Hay quienes piensan que ésa fue la causa del sorpresivo reclamo de los 100 mil millones de pesos en compensación por la eliminación del Fondo de la Soja que hicieron ocho gobernadores, verdadero dolor de cabeza para el Gobierno, en su afán por cumplir su compromiso con el FMI, necesita tener aprobada la Ley de Presupuesto para fin de mes.

Pero no es la relación de Vidal con el gobierno nacional el único tema que agita la interna de Cambiemos. Con el amaine de la "tormenta cambiaria", algunas de las viejas prácticas del oficialismo se han reavivado. Una de ellas es la endogamia política que lleva al PRO a comportarse como si fuera la única fuerza que compone Cambiemos. 

Es la línea Marcos Peña –personaje que en público menciona la palabra diálogo hasta el hastío, pero que en los hechos no dialoga con nadie que no piense como él– quien ahora, desde la sombra, se opone a la concepción más aperturista de Vidal y Rodríguez Larreta. En esta línea está también Emilio Monzó, actual presidente de la Cámara de Diputados, que fue –es– un hombre clave en el manejo de los debates más calientes y complejos que debió enfrentar el oficialismo en los últimos meses.

De hecho, fue él quien evitó que se cayera la crucial y dramática sesión de la Cámara Baja en la que se le dio media sanción al Presupuesto 2019. En un reciente almuerzo que tuvo con los cinco integrantes de su equipo de colaboradores en Escobar, les ratificó que dejará la presidencia de la Cámara, pero que no se irá de Cambiemos. "De ahora en más, Emilio no callará nada. Hará como Carrió", sostienen desde su entorno. Monzó está convencido de que ésa es la única manera de armar algo más amplio que asegure el triunfo del oficialismo en las elecciones de 2019.

Costillas contadas. 

Donde la tormenta no amaina es en la investigación por los aportes “truchos” a la campaña de Cambiemos en las elecciones del año pasado.

En la semana que pasó el juez a cargo del caso, Ernesto Kreplak, citó a 24 personas que hicieron aportes en el lapso de dos horas en el Banco Nación de Recoleta. Hasta ahora solo comparecieron cuatro personas. De esas cuatro, ninguna reconoció haber hecho ese depósito ese día en ese lugar; dos negaron haber hecho cualquier tipo de aporte de campaña y otros dos reconocieron haberlo hecho, pero en otras condiciones: ambos son del partido de Hurlingham y los aportes los hicieron al equipo de campaña de quien entonces era candidato a intendente –Lucas Delfino– y consistieron en comprar lugares en una mesa de una cena de recaudación de campaña. Es decir que ni siquiera los que reconocieron haber aportado lo hicieron a través de esa sucursal del Banco Nación. ¿Es ésta la “transparencia” de la que habla Cambiemos?

Producción periodística: Lucía Di Carlo.


(Fuente: www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a: perfilcom@perfil.com





jueves, 10 de marzo de 2016

Roberto Perfumo, el Marisacal. (1943-2016)... Q.E.P.D. @dealgunamanera...

Murió Roberto Perfumo, una gloria del fútbol argentino…

Roberto Perfumo. Fotografía: CEDOC

A los 73 años, el Mariscal falleció luego de sufrir un traumatismo de cráneo. En Racing integró el mítico Equipo de José campeón de América e Intercontinental. También jugó en River y participó de dos Mundiales con la Selección.

© Publicado el miércoles 10/03/2016 por el Diario Perfl de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El exfutbolista Roberto Perfumo falleció hoy a los 73 años luego de haber sufrido un traumatismo de cráneo, producto de una caída en la escalera de un restaurant.

El Mariscal, como se lo conocía al ex defensor de Racing, Cruzeiro y River dejó un gran recuerdo en los fanáticos del fútbol por su temperamento y por su nivel en la última línea. Años más tarde volcó sus conocimientos tácticos como entrenador y posteriormente se dedicó al análisis en medios deportivos.

Tuvo destacadas labores como comentarista en los partidos de fútbol de Primera División y siempre se caracterizó por su buen humor en las transmisiones de Fútbol para Todos. Además, fue panelista del programa Hablemos de Fútbol, en ESPN + y escribía columnas en la contratapa del Diario Olé.


Nacido en Sarandí, Buenos Aires, un 3 de octubre de 1943, Perfumo se inició en las Inferiores de River, donde debutó en la quinta división con 17 años. Sin embargo, años más tarde pasó a Racing.

En la Academia, Perfumo demostró su nivel y logró ganar campeonato argentino, Copa Libertadores y Copa Intercontinental (1967) en el memorable equipo de Juan José Pizzuti, en el cual fue figura y líder.

Su carrera como futbolista continuó en el Cruzeiro de Belo Horizonte, donde fue campeón en tres oportunidades. Regresó a River en 1975 y, fiel a su costumbre, dio otras tres vueltas olímpicas: Metropolitano y Nacional de 1975 y Metropolitano de 1976.

En la Selección Argentina, el Mariscal llegó a jugar dos Copas del Mundo: Inglaterra ’66 y Alemania ’74 y totalizó 37 partidos oficiales con la Celeste y Blanca. El sabor amargo fue aquella eliminación en La Bombonera ante Perú en 1969.

Al retirarse, Perfumo inició su carrera de entrenador en Sarmiento de Junín en 1981 y continuó en Racing (1992), Olimpia de Paraguay y Gimnasia y Esgrima La Plata, donde consiguió la Copa Centenario en 1993.


viernes, 15 de mayo de 2015

¡Viva Fayt!... @dealgunamanera...

¡Viva Fayt!...


A mí no me inquietan los 97 años del doctor Fayt sino los 58 del ministro Fernández.

Suelo verlos en la calle en el mismo instante en que ellos me ven. Tras advertir que somos de la misma leva temporal, aquietamos el paso y ya próximos, nos cedemos recíprocamente la pared y sonreímos. Esto último de un modo, creo, ligeramente cómplice. ¿De qué? No lo sé.

Somos los viejos. Algo así como árboles humanos de ex follaje que suelen moverse con bastón por la ciudad de taco y punta. Ninguno recuerda cuándo le empezó su actual condición. Varía la edad según sean costumbre o asombro los que sellan sus vidas. 

Pruebas y confesiones hay que marcan ciertos signos. Por ejemplo la de Alphonse Daudet quien decía que las 3 de la mañana era “la hora en la que los ancianos se despiertan”. O Trotsky cuando, expulsado de la historia por Stalin y huyendo hacia México (huérfano de toda masa, solo consigo mismo) advierte por su cara en el espejo que “el momento más grave de la vida es cuando uno descubre que ha comenzado a envejecer”.

¿Miraba yo a los viejos cuando joven? Sí. La memoria no me pasa factura de culpa. Y por la experiencia en estos ya 15 años de viejo mirón tampoco creo se las pasará a los jóvenes de hoy. Podrá resultar increíble el dato pero lo tengo más que comprobado: no recuerdo en todo ese tiempo un solo gesto joven de discriminación o burla o indiferencia a mi persona como abusivo profesional del tiempo. Al revés, sea en la calle, en cines o en recintos concurridos, lo que experimento, es un cálido, atento cuidado de mi edad. No pasa igual cuando se trata de adultos ya hechos. Por lo general (como si alguna voz les recordara ya que la mitad de la vida está cursada) respetan al viejo en frío, ponen pronta distancia, temen un contagio.

No así las mujeres. Y habrá que agregar esta misma virtud de ellas en su probada dedicación a los padres cuando entran en la ancianidad. Hasta el propio Cervantes certifica esta verdad con apunte de maravilla. “La mitad de la vida son los hijos. Más las hijas, la mitad más entera”. Y sí.

Sobre todo esto venía meditando yo a propósito del crimen de lesa sensibilidad practicado por el gobierno con el juez Fayt, nonagenario él. Y molesto y mucho por el nuevo despropósito urdido en las bajas esferas del relato nacional. Y sobre todo, indignado. Es que a mí no me inquietan los 97 años del doctor Fayt sino los 58 del ministro Fernández. ¿O no es acaso él, la más agotada, imprevisible y peligrosa figura pública que campa a su capricho entre nosotros?

Visible y audible es que nuestro jocoso reino del revés atraviesa un estridente período de locuacidad feroz. La empecinada locutora oficial es imparable a la hora de sumar extravagancias al relato que ella supone historia. En él caen Onur, Sherezade, Cutzarida, Tinelli, Samid, Bocas-Ríveres, como nosotros estupefactos y revueltos dentro. A su consumado y consumido ego le cuesta aceptar que la realidad (de las urnas) es la única verdad (de las urnas) bien sea lo dijese Perón o que sin saberlo nosotros Aristóteles se hubiese copiado de Perón. Y como si algo faltara, al más ácido y vocinglero de sus ministros le da por salir a perseguir ancianos.

En el país viven un millón de habitantes mayores de 80 años. ¿Puede cualquier Fernández llegar a los 100? Según la ciencia, no. Se arriba a esa cima o a sus cercanías, como llegó el doctor Fayt por obsequio, seguro, de la genética y de los dioses. Y de él mismo. Hay que saber vivir (y perdurar) en consecuencia. Envejecer de modo dilatado convierte a quien le toque en depositario activo del más antiguo anhelo de la humanidad: vivir más y mejor. Y en este sentido, un Bunge, un De Vicenzo, una Legrand, un Fayt merecen un amoroso cuidado social y no el tratamiento “a lo bestia” que desde del gobierno se viene dando estos días al magistrado.

No han arribado porque sí a su “alta edad”. Llegan a ella por destino y, como apuntan gerontólogos de fuste, por lo singular de su nivel psicológico y social. Para Cicerón, los mayores deben asumir asuntos sociales y políticos que no requieren prisa sino prudencia y reflexión, que suelen desarrollarse con el envejecimiento. También afirma que el adulto mayor está en mejor situación que el joven porque ha conseguido lo que aquél espera. Por lo general, el individuo mayor se muestra más atento al resguardo y guía de su grupo de pertenencia. La ciencia en esto es terminante. 

No se conoce caso alguno de individuo que haya alcanzado los 100 años si en el transcurso de su vida escapó de la justicia oculto en el baúl de un automóvil. Un baldón así reduce toda chance.

Vuelvo. Digo que regreso de esta caminata que suelo dar a la hora del véspero y me invade otra vez el tema Octo. Es recurrente. También yo tengo mi Relato de la Última Edad. Pertenezco por tal a un colectivo humano que reúne en el país a un millón de personas. Exceptuando el grupo de innombrables genocidas que habitan en la Nada, se trata de un millón de veteranos y veteranas que podrían llenar varias “bomboneras” y “monumentales”.

Cada uno posee a su medida experiencia y memoria para trasvasar a la joven sociedad que los sucede. Este millón sobreviviente posee conocimientos que pueden reforzar los proyectos de la nueva generación. Mucho que dar y proponer. No ser sensible a esta herencia elemental de los pueblos es un despropósito imperdonable.

Y atacarlos, un crimen.

¡Viva Fayt!

© Escrito por Esteban Peicovich el jueves 14/05/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


sábado, 20 de diciembre de 2014

Fixture A.F.A. Torneo 2015... De Alguna Manera...

Fixture extra large...


La AFA presentó el cronograma del torneo de 30 equipos. En la primera fecha River jugará de visitante contra Sarmiento. Boca será local frente a Olimpo. Y el campeón Racing enfrentará a Central. El primer Súper, en la fecha 8.


Ya está listo el fixture del campeonato de 30 equipo. La AFA aprobó la manera en que se jugará este torneo, cuyo inicio será el fin de semana del 15 de febrero. En la primera fecha, River visitará a Sarmiento en Junín. Boca recibirá a Olimpo. Mientras que el campeón Racing jugará ante Central. 


Los superclásicos se disputarán el 3 de mayo en la Bombonera y el 13 de septiembre en el Monumental. Inédito, habrá una fecha en la que se jugarán todos los clásicos, la número 24. Y en la número 8 se viene el Boca-River, que tienen varios viajes en el torneo.











© Publicado el martes 16/12/2014 por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




sábado, 26 de julio de 2014

Copa Argentina... Boca y Huracán, aquel viejo duelo está de regreso... De Alguna Manera...


Boca y Huracán, aquel viejo duelo está de regreso...

 Huracán y Boca, en el Ducó, en 1954, con ambiente de clásico.

Boca y Huracán, que ya llevan un siglo de enfrentamientos, se volverán a ver las caras. Alguna vez resultó un gran clásico. Hoy se enfrentan a pesar de estar en distintas categorías.

La Copa Argentina ofrecerá este sábado (desde las 20.15, televisado por la TV Pública) una cita con historia. Boca y Huracán se enfrentarán en el estadio del Bicentenario, en San Juan. Se trata de un viejo duelo que tuvo en el escenario de las Copas Nacionales otro espacio para expresarse. Allí, se enfrentaron en diez oportunidades. Y los de la Ribera tienen ventaja: seis triunfos contra cuatro. Sin embargo, los de Parque de los Patricios ganaron la única final en la que se enfrentaron: 4-2 en la Copa Competencia Británica de 1944. Con un lujo añadido: el Globo de Newbery dio la vuelta olímpica en el Gasómetro.

Más allá de las Copas, hubo un tiempo en el que Boca y Huracán, grandes protagonistas también en tiempos del amateurismo, disputaron una suerte de superclásico de los tiempos fundacionales. Luego de la escisión de 1919, se formaron dos asociaciones: la Asociación Argentina (la oficial, homologada por la FIFA) y la Asociación Amateur. En la primera competían como principales referentes Boca y Huracán; en la segunda, Racing, River, Independiente y San Lorenzo. Entonces cada partido entre los de la Ribera y los de Parque de los Patricios tenía sensación de clásico grande, con nombres imborrables incluidos: Guillermo Stábile, Roberto Cherro, Cesáreo Onzari y Américo Tesoriere, entre otros.

En 1914 -un año después que el River-Boca y un año antes que el San Lorenzo-Huracán- se enfrentaron por primera vez. El 9 de agosto, Boca se impuso 2-1, en Parque de los Patricios. Desde entonces, en el amateurismo jugaron 22 veces: 11 victorias xeneizes, 7 empates y 4 triunfos de Huracán (entonces conocido como el club de los raneros).

El carácter de clásico tuvo lugar en los años 20, cuando ambos fueron los más campeones de esa década (con cuatro títulos de liga cada uno). Y sobre todo la rivalidad se forjó entre 1919 y 1926, cuando compartieron la Asociación Argentina. En ese lapso, jugaron 14 encuentros: ocho triunfos de Boca, cuatro empates y dos éxitos de Huracán. Boca fue campeón en 1919, 1920, 1923, 1924 y 1926; y Huracán se consagró en 1921, 1922 y 1925. Más tarde también festejaría en 1928.

Pero el episodio definitivo, que le dio espíritu de duelo de vecinos de los barrios del Sur, fue la definición de 1923. Se trató de una temporada con algunas irregularidades: Boca y Huracán tenían 51 puntos, pero los de Parque de los Patricios habían jugado un encuentro menos. Sin embargo, en un fallo cuanto menos polémico, la Asociación determinó que disputaran directamente un desempate con partidos de ida y vuelta en el emblemático escenario de Sportivo Barracas. En el primero, ganó 3-0 Boca; en el segundo se impuso 2-0 Huracán. 

Como no valía la diferencia de goles, debieron enfrentarse por tercera vez: luego de 120 minutos, en la cancha de GEBA, empataron 0-0. El 27 de abril de 1924, otra vez en Sportivo Barracas, Boca se impuso 2-0, con goles de Alfredo Garasini. Y fue campeón luego de 390 minutos y 43 días de la definición más extensa de la historia del fútbol argentino. Ahora, en San Juan, construirán un nuevo capítulo en el territorio de las Copas Nacionales.

© Publicado el Sábado 26/07/2014 por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

domingo, 20 de octubre de 2013

La larga historia de las Copas Nacionales... De Alguna Manera...



La larga historia de las Copas Nacionales, donde el rey es Racing...
Se disputan desde 1900. Tuvieron distintos formatos y definiciones curiosas. El club de Avellaneda es el más campeón del rubro, con 12 títulos; lo siguen Boca e Independiente y Arsenal es la nueva vedette.

La peregrinación de los hinchas de San Lorenzo a Catamarca merecía otro desenlace. Esa expresión de fe para acompañar al equipo de Juan Antonio Pizzi en la final de la Copa Argentina frente a Arsenal terminó en tres golpes y un desencanto. Pero también fue un mensaje para el fútbol argentino: la Copa Nacional importa y mucho. Incluso más ahora, que conduce a la Libertadores y ofrece la posibilidad de disputar la final de la Supercopa, otra competición oficial. De todos modos, no se trata de una historia nueva. En 1900 ya se jugaba en el país una Copa oficial, la Tie Cup Competition (luego también llamada Copa Competencia), entonces ganada por Belgrano Athletic, el mismo que fue campeón de la máxima categoría del fútbol argentino y luego -ya camino al profesionalismo- optó por darles prioridad a otros deportes como el rugby.

Desde aquella ocasión fundacional se jugaron más de ochenta ediciones de distintas Copas, con formatos variados, con nombres distintos y curiosos, con particularidades de asombro. En todos los casos se trató de competiciones oficiales homologadas por la AFA o por sus antecesoras, reconocidas como tales. En días recientes, la entidad de la calle Viamonte las hizo más visibles a través de su página web. Y la actual versión -la Copa Argentina- adoptó a esas competiciones como sus antecesoras.

Hubo una constante a lo largo de la historia: ninguno de los torneos por eliminación consiguió la misma regularidad que sus versiones europeas (como la FA Cup británica, que se disputa desde 1871; o como la Copa del Rey, que se juega desde 1903). En tiempos del amateurismo, la Tie Cup Competition y la Copa de Honor se jugaban cada año y servían de complemento a un fútbol en permanente crecimiento y transformación. En los tramos finales, además, a los equipos de Buenos Aires se sumaban los de Rosario y luego -en la conocida como "final internacional"- se agregaba el representante de Uruguay. No era un tiempo cualquiera: en los años 20, el fútbol del Río de la Plata era el mejor del mundo. Así lo contaban los resultados en los Juegos Olímpicos y en los Sudamericanos; también las giras de los equipos (como la de Boca por Europa en 1925). En simultáneo a esos días de protagonismo del fútbol de este lado del mundo y un poco después también, la Copa Ibarguren enfrentaba al campeón de la Liga principal con el de Rosario (en general, Rosario Central o Newell's).

Con el profesionalismo nacieron otros formatos, nuevas Copas. Otras continuaron. En los años 30 y 40 estos eventos llenaban estadios con naturalidad. Nacieron la Beccar Varela, la Adrián Escobar (a la que se clasificaban los siete mejores equipos de la temporada de Primera), la Copa Competencia Británica (cuyo trofeo fue donado por el Rey George VI, el mismo que retrata la película El discurso del Rey) y la Copa Pedro Ramírez, que incluía a equipos del Interior y que también se la conocía como Campeonato de la República. En 1944, sucedió uno de los asombros más grandes: el campeón fue San Martín de Tucumán. Ya en 1958, se jugó la mítica Copa Suecia, que comenzó en esa temporada y terminó más de dos años después, con la consagración de Atlanta. Se trata del torneo más duradero de la historia del fútbol argentino. A la final, en el Gasómetro (entonces, el "Wembley de Buenos Aires"), concurrieron más de 40.000 personas. Ahora, la camiseta del club de Villa Crespo luce un estrella que cuenta aquella gloria.

La irrupción en el ámbito internacional de la Copa Libertadores en 1960 finalizó con esta tradición e impulsó otra, que sobrevivió en el tiempo hasta estos días de apogeo. Con un detalle que con la mirada actual parece mentira: el máximo torneo continental no resultaba prioritario para la mayoría de los clubes. El caso de San Lorenzo en la edición inaugural resulta el perfecto retrato al respecto: cedió su condición de local en un encuentro decisivo frente a Peñarol, por las semifinales. El equipo uruguayo lo aprevechó: ganó el encuentro y luego se consagró campeón ante Olimpia de Paraguay.

La Libertadores se hizo reina y señora de América y tentación para todos los clubes argentinos. Y le quitó espacio a la segunda competición, también de la mano de la creación de los campeonatos Nacionales. Desde esos días hasta el reciente título de Arsenal sólo se disputaron X Copas hasta obtener al campeón. En 1969, la Copa Argentina la ganó Boca en una doble final frente a Atlanta. La edición siguiente fue detenida y suspendida en las finales. La siguiente competición de Copa fue la Centenario, que comenzó en 1993 y finalizó en el verano de 1994 con la victoria de Gimnasia La Plata frente a River. La Copa Argentina ahora sumó dos ediciones (una fue para Boca y la otra para Arsenal) y nació la Supercopa Argentina, ganada también por el club de Sarandí.

El ranking de los más campeones ofrece su propio mapa: el Rey de Copas Nacionales es Racing, que obtuvo 12 tìtulos (el primero, la Copa de Honor en 1912 y el último en la Copa Competencia Británica de 1945). Ahí cerquita se encuentra Boca, con 11. Y el top cinco entre los clubes que siguen participando en el fútbol de la AFA lo completan: Independiente (9), River (7) y Huracán (6). Sin embargo, Alumni se ubica en el cuarto lugar de todo este largo recorrido, con 8 conquistas. Ya no juega, claro, pero su huella quedó.

Todo el listado de campeones:

© Escrito por Waldemar Iglesias el viernes 18/10/2013 y Publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.