La larga historia de las Copas Nacionales, donde el rey es Racing...
Se disputan desde 1900. Tuvieron distintos formatos y definiciones
curiosas. El club de Avellaneda es el más campeón del rubro, con 12 títulos; lo
siguen Boca e Independiente y Arsenal es la nueva vedette.
La
peregrinación de los hinchas de San Lorenzo a Catamarca merecía otro desenlace.
Esa expresión de fe para acompañar al equipo de Juan Antonio Pizzi en la final
de la Copa Argentina frente a Arsenal terminó en tres golpes y un desencanto.
Pero también fue un mensaje para el fútbol argentino: la Copa Nacional importa
y mucho. Incluso más ahora, que conduce a la Libertadores y ofrece la
posibilidad de disputar la final de la Supercopa, otra competición oficial. De
todos modos, no se trata de una historia nueva. En 1900 ya se jugaba en el país
una Copa oficial, la Tie Cup Competition (luego también llamada Copa
Competencia), entonces ganada por Belgrano Athletic, el mismo que fue campeón
de la máxima categoría del fútbol argentino y luego -ya camino al
profesionalismo- optó por darles prioridad a otros deportes como el rugby.
Desde
aquella ocasión fundacional se jugaron más de ochenta ediciones de distintas
Copas, con formatos variados, con nombres distintos y curiosos, con
particularidades de asombro. En todos los casos se trató de competiciones
oficiales homologadas por la AFA o por sus antecesoras, reconocidas como tales.
En días recientes, la entidad de la calle Viamonte las hizo más visibles a través
de su página web. Y la actual versión -la Copa Argentina- adoptó a esas
competiciones como sus antecesoras.
Hubo
una constante a lo largo de la historia: ninguno de los torneos por eliminación
consiguió la misma regularidad que sus versiones europeas (como la FA Cup
británica, que se disputa desde 1871; o como la Copa del Rey, que se juega
desde 1903). En tiempos del amateurismo, la Tie Cup Competition y la Copa de
Honor se jugaban cada año y servían de complemento a un fútbol en permanente
crecimiento y transformación. En los tramos finales, además, a los equipos de
Buenos Aires se sumaban los de Rosario y luego -en la conocida como "final
internacional"- se agregaba el representante de Uruguay. No era un tiempo
cualquiera: en los años 20, el fútbol del Río de la Plata era el mejor del
mundo. Así lo contaban los resultados en los Juegos Olímpicos y en los
Sudamericanos; también las giras de los equipos (como la de Boca por Europa en
1925). En simultáneo a esos días de protagonismo del fútbol de este lado del
mundo y un poco después también, la Copa Ibarguren enfrentaba al campeón de la
Liga principal con el de Rosario (en general, Rosario Central o Newell's).
Con
el profesionalismo nacieron otros formatos, nuevas Copas. Otras continuaron. En
los años 30 y 40 estos eventos llenaban estadios con naturalidad. Nacieron la
Beccar Varela, la Adrián Escobar (a la que se clasificaban los siete mejores
equipos de la temporada de Primera), la Copa Competencia Británica (cuyo trofeo
fue donado por el Rey George VI, el mismo que retrata la película El discurso
del Rey) y la Copa Pedro Ramírez, que incluía a equipos del Interior y que
también se la conocía como Campeonato de la República. En 1944, sucedió uno de
los asombros más grandes: el campeón fue San Martín de Tucumán. Ya en 1958, se
jugó la mítica Copa Suecia, que comenzó en esa temporada y terminó más de dos
años después, con la consagración de Atlanta. Se trata del torneo más duradero
de la historia del fútbol argentino. A la final, en el Gasómetro (entonces, el "Wembley
de Buenos Aires"), concurrieron más de 40.000 personas. Ahora, la camiseta
del club de Villa Crespo luce un estrella que cuenta aquella gloria.
La
irrupción en el ámbito internacional de la Copa Libertadores en 1960 finalizó
con esta tradición e impulsó otra, que sobrevivió en el tiempo hasta estos días
de apogeo. Con un detalle que con la mirada actual parece mentira: el máximo
torneo continental no resultaba prioritario para la mayoría de los clubes. El
caso de San Lorenzo en la edición inaugural resulta el perfecto retrato al
respecto: cedió su condición de local en un encuentro decisivo frente a
Peñarol, por las semifinales. El equipo uruguayo lo aprevechó: ganó el
encuentro y luego se consagró campeón ante Olimpia de Paraguay.
La
Libertadores se hizo reina y señora de América y tentación para todos los
clubes argentinos. Y le quitó espacio a la segunda competición, también de la
mano de la creación de los campeonatos Nacionales. Desde esos días hasta el
reciente título de Arsenal sólo se disputaron X Copas hasta obtener al campeón.
En 1969, la Copa Argentina la ganó Boca en una doble final frente a Atlanta. La
edición siguiente fue detenida y suspendida en las finales. La siguiente
competición de Copa fue la Centenario, que comenzó en 1993 y finalizó en el
verano de 1994 con la victoria de Gimnasia La Plata frente a River. La Copa
Argentina ahora sumó dos ediciones (una fue para Boca y la otra para Arsenal) y
nació la Supercopa Argentina, ganada también por el club de Sarandí.
El
ranking de los más campeones ofrece su propio mapa: el Rey de Copas Nacionales
es Racing, que obtuvo 12 tìtulos (el primero, la Copa de Honor en 1912 y el
último en la Copa Competencia Británica de 1945). Ahí cerquita se encuentra
Boca, con 11. Y el top cinco entre los clubes que siguen participando en el
fútbol de la AFA lo completan: Independiente (9), River (7) y Huracán (6). Sin
embargo, Alumni se ubica en el cuarto lugar de todo este largo recorrido, con 8
conquistas. Ya no juega, claro, pero su huella quedó.
Todo el listado de campeones:
© Escrito por Waldemar Iglesias el viernes 18/10/2013
y Publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.