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domingo, 31 de enero de 2021

Las Offshore del contrato YPF-Chevron… @dealgunamaneraok...

 Las Offshore del contrato YPF-Chevron… 


En la cuestión de las offshore no hay grieta: el gobierno anterior firmó el Contrato YPF-Chevron estructurado en empresas offshore radicadas en paraísos fiscales, y el gobierno actual continúa —sin ninguna diferencia— con la misma práctica opaca.
 

© Escrito por Rubén Giustiniani el viernes 17/11/2017 y publicado en BLOG DE RUBEN GIUSTINIANI de la Ciudad de Santa Fe, Provincia de Santa Fe de la Veracruz. 


El Contrato YPF-Chevron en realidad no lo firmaron estas dos empresas, tal como se diera a conocer en julio del 2013, sino entre YPF Shale Oil Investiment I (subsidiaria offshore de YPF en el Estado de Delaware en los EEUU) y Chevron Overseas Finance I Limited (subsidiaria offshore de Chevron en Bermudas). Tampoco resultó una inversión directa de Chevron en Argentina como con bombos y platillos se anunció, sino un préstamo que la offshore de Chevron le hizo a la offshore de YPF.
 

El Contrato YPF-Chevron para explotar los yacimientos de gas y de petróleo de Vaca Muerta en la Provincia de Neuquén a través del método del fracking se estructura mediante una serie de empresas offshore: Wokler Investment S.A. en Uruguay, YPF Shale Oil Holding LTD en Bermudas e YPF Shale Oil Investment II LLC en Delaware, Estados Unidos, además de las mencionadas anteriormente. 

El hecho de que esta explotación se realice de esta extraña manera nunca fue debidamente fundamentado. F. Obermaier y B. Obermayer en su riguroso trabajo de investigación publicado bajo el título “Panamá Papers” sostienen que “offshore no solo equivale a evasión de impuestos indeseados, también implica evasión de leyes, normas o deberes no deseados”. 

En el abordaje del tema en nuestro país ante la aparición de empresas offshore pertenecientes a funcionarios y empresarios en los Panamá Papers y en los Paradise Papers—descripta por el brillante trabajo realizado por los y las periodistas argentinos pertenecientes al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ)— se escucha recurrentemente a quienes sostienen que tener una empresa offshore es algo legal, que no necesariamente es un ilícito recurrir a estos extraños mecanismos financieros para realizar una actividad económica. 

Lo curioso en el caso en cuestión es que sea una empresa como YPF, que posee mayoría estatal y está sostenida por el esfuerzo de todos los argentinos, quien la realice. El 51% de la propiedad de YPF pertenece al Estado; sin embargo, es una sociedad anónima y el 49% restante tiene presencia de diferentes inversores privados, de los cuales la mayoría son fondos de inversión. Un dato saliente de estos fondos de inversión es que la mayoría de los mismos están radicados en paraísos fiscales. Incluso suman una cantidad exorbitante de estructuras offshore conformadas en dichos paraísos. 

Por ejemplo, Morgan Stanley cuenta con 735 estructuras offshore, Lazard Asset con 91. Es decir, la utilización de empresas offshore radicadas en paraísos fiscales se manifiesta como una característica de YPF que parece responder más a las necesidades de los fondos de inversión que a una estrategia de desarrollo energético que favorezca a la Argentina. Cabe preguntarse entonces cuáles son los motivos por los que la principal empresa del país controlada por el Estado utilice estas prácticas y este modelo que tiene un papel preponderante en uno de los problemas más importantes de la economía argentina: la fuga de capitales y la elusión fiscal. 

El ex Primer Ministro de Gran Bretaña James Gordon Brown dijo en conferencia de prensa días pasados que en la próxima reunión del G20 a realizarse próximamente en Buenos Aires le entregará una carta al presidente Mauricio Macri para terminar con los paraísos fiscales y las offshore en el mundo. “Hace ocho años—dice Gordon—, el G20 acordó que iba a terminar con estas prácticas. Te llamamos a que actúes inmediatamente a finalizar con los paraísos fiscales”. 

Será interesante conocer la respuesta del presidente de nuestro país. (Mauricio Macri)





lunes, 6 de noviembre de 2017

El caso de los Panamá Paper… @dealgunamanera...

Fugar y evadir…

Presidente de la Nación Argentina, Ingeniero Mauricio Macri.Imagen: AFP

El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) difundió, hace un año y medio, los documentos del Panamá Papers, investigación que reveló la participación en sociedades offshore del presidente Mauricio Macri y un lote de funcionarios de Cambiemos, como el primo Jorge Macri y el ex ministro de Hacienda porteño Néstor Grindetti. Los documentos revelaron los mecanismos utilizados por la cúpula empresaria, o de manera más general, los grupos de poder, para fugar divisas y evadir impuestos.

© Publicado el lunes 06/11/2017 por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Macri apareció vinculado a dos empresas: inicialmente como director en la sociedad Fleg Trading Ltd, registrada en las islas Bahamas en 1998 y que se mantuvo en funcionamiento hasta 2009. Más tarde le fue detectada una segunda empresa, Kagemusha SA, todavía activa.

El Presidente no las había incluido en sus declaraciones patrimoniales. Tras las denuncias, comenzó a ser investigado por lavado de activos y por la omisión de incluir esas compañías en sus declaraciones juradas. Sin embargo, estas imputaciones no avanzaron.

El mandatario admitió su vinculación con Fleg Trading Ltd y Kagemusha SA, pero aseguró que no las había creado él sino su padre, y que por su parte no había puesto capital ni se había llevado dividendos.

En agosto pasado, la Cámara Federal confirmó el cierre del expediente que se había abierto en el fuero federal por presunto lavado de dinero, al confirmar una decisión tomada en este sentido por el juez Sebastián Casanello. Y un mes más tarde, mientras se desarrollaba la campaña para las elecciones legislativas, el juez civil Andrés Fraga dio por ciertos su argumentos y también despegó al Presidente de las offshore.

Al igual que en estas causas, los Panamá Papers aportaron información en 20 expedientes penales sobre presuntas maniobras de evasión en la Argentina, sin embargo, en la Justicia no hubo avances significativos que fueran más allá de la recolección de documentos.

En otras latitudes, la divulgación de los Panamá Papers generó cimbronazos políticos. El primer ministro de Islandia, Sigmundur David Gunnlaugsson, renunció tras conocerse que estaba vinculado a una empresa en un paraíso fiscal. Su entonces par británico, David Cameron, se vio obligado a dar a conocer sus declaración de impuestos y admitió que su familia se había beneficiado de un fondo offshore legal creado por su padre. En España, el ministro de Industria, José Manuel Soria, tuvo que dimitir.

Según el balance que hizo la propia ICIJ ocho meses después de la publicación de sus investigaciones, los documentos llevaron a que se tomen medidas –como auditorías, juicios y proyectos de ley– en al menos 150 casos en 79 países y territorios.   

Varios gobiernos como los de Estados Unidos, Taiwán, Nueva Zelandia, Mongolia, Panamá, Líbano, Irlanda o Alemania, presentaron proyectos o implementaron leyes para combatir de una manera más fuerte este tipo de evasión, agregó la organización en su balance. Gobiernos como los de Colombia, México, Eslovenia y Uruguay, recuperaron millones de dólares en impuestos sobre los fondos no declarados. Como era de esperar, las medidas para generar una mayor transparencia han encontrado una fuerte oposición, y la implementación de nuevas leyes continúa siendo un desafío frente al poder de los actores puestos en juego.





miércoles, 1 de febrero de 2017

Los Panamá Papers de Franco y Mauricio... @dealgunamanera...

Por qué investigan a Mauricio y Franco Macri por los Panamá Papers…

Maurico y Franco Macri.

El fiscal Federico Delgado quiere saber si hubo “maniobras de lavado de dinero” en dos empresas offshore, Fleg Trading y Kagemusha.

© Publicado el miércoles 01/02/2017 por la Revista Noticias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El fiscal federal Federico Delgado pidió hoy que se ahonde la investigación al presidente de la Nación, Mauricio Macri, y a su padre, Franco Macri, para determinar si fueron parte de operaciones de lavado de dinero. Macri fue imputado por el fiscal por presunta omisión maliciosa en su declaración jurada de dos sociedades en las que era director, Fleg Trading, en Bahamas, y Kagemusha, en Panamá.

En abril pasado, Franco Macri se presentó ante la justicia civil en abril pasado en un intento por deslindar a su hijo. Además lo hizo ante Casanello, el juez federal que también investiga el escándalo de Panamá Papers, revitalizado después de que el 21 de septiembre aparecieran los Bahamas Leaks.

El propio presidente había pedido en la justicia civil que su padre aclarara la propiedad de Fleg. Allí el octogenario empresario presentó un documento que indica que en octubre de 1998, siete meses después de constituir la empresa offshore, él y sus hijos Mauricio y Mariano, en su calidad de directores, nombraron a otras personas en su reemplazo. También presentó sus declaraciones juradas de impuestos entre 1998 y 2005, en las que reconoce como propias 1.950 de las 5.000 acciones de Fleg, con un valor de un dólar cada una, y en la que agrega que Mauricio y Mariano tuvieron 1.525 cada uno al constituirse la compañía pero ya no a partir del 31 de diciembre de 1998. El presidente sostiene que carecía de la obligación de mencionar esta sociedad en sus declaraciones juradas como jefe de Gobierno porteño (2007-2015) porque no era su accionista.

El diputado y contador neuquino del Frente para la Victoria Darío Martínez, que viene impulsando la causa,  amplió en octubre su denuncia con el argumento de que “las pruebas que muestra” el padre de Macri “no lo eximen sino que por el contrario lo comprometen”. Por un lado, el diputado se pregunta: “¿Si Francisco (nombre legal de Franco) Macri tiene el 39% de las acciones (de Fleg), quién tiene el restante 61%?”. Y recuerda que esta sociedad de Bahamas, como es habitual en las offshore, tiene acciones al portador, sin necesidad de registrarlas ante las autoridades, como sucede en la Argentina y en los demás países que no son paraísos fiscales. Por otra parte, el diputado señala que Mauricio Macri era director de Fleg cuando en septiembre de 1998 se cometió lo que él presume una maniobra de lavado de dinero por 9,3 millones de dólares en Brasil. Esta operatoria también está siendo investigada por el fiscal Delgado.

Socma en Bahamas

Según información recabada por Martínez en registros públicos de Sâo Paulo, la sociedad Socma Americana le vendió el 21 de septiembre de 1998 a Fleg, que tenía un patrimonio inicial de 5.000 dólares, su parte en una empresa llamada Owners do Brasil por 9,3 millones de dólares. Nueve días después, Fleg y el otro accionista de Owners, otra empresa llamada Socma SA, redujeron el capital de la firma en común a 1,4 millón y retiraron 8,5 millones. El fiscal Delgado quiere saber si todo esto ha sido registrado por Socma en la Argentina y por eso ha pedido que auditen sus cuentas peritos de la Corte Suprema y además ha solicitado información a Brasil.

Los Bahamas Leaks revelaron la existencia de una nueva sociedad de Socma en Bahamas, viajeya.com, en la que no figuran ni Franco ni Mauricio Macri. En el grupo afirman que la operatoria de la empresa en cuestión estaba declarada ante las autoridades tributarias de la Argentina. “Por ahora en los Bahamas Leaks no detectamos nada llamativo”, comentan en el despacho del diputado Martínez.

En la Casa Rosada insisten con que la culpa de los Panamá Papers “es de Franco”.



domingo, 4 de diciembre de 2016

El boletín de Yrigoyen… @dealgunamanera...

El boletín de Yrigoyen… 
¡¿Cómo un 8...?! Mauricio Macri. Dibujo: Pablos Temes

Entre la autocalificación del Gobierno y la realidad hay distancias. Los pasos en falso.

“Me pongo un 8”, dijo sin pestañear el presidente Mauricio Macri al calificar el resultado de su primer año de gestión. Al poco tiempo, y en el mismo tren, el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, hizo referencia a dicha calificación, asegurando que “faltan sólo dos puntos para el 10 (sic)”. ¿De verdad creerán eso? Tras estas muestras de autoindulgencia, vino el “retiro espiritual” del Presidente junto a sus ministros y secretarios de Estado en Chapadmalal, durante el que les fue posible hablar más francamente sin el agobio que les producen cámaras y micrófonos. Es que los principales problemas por los que atraviesa la gestión del Gobierno corren al ritmo de los vaivenes que producen las penurias de una economía que no repunta. Los “brotes verdes” tienen el aire borgeano de “una pálida ceniza vaga que se parece al sueño y al olvido”.

“Hay una gran diferencia cuando se pasa de los números prolijos en la planilla de cálculos al plano real, donde la variable gente y la variable política echan por tierra las estimaciones más optimistas”, reflexiona un economista de consulta del Gobierno. El ajuste llegó pero los resultados positivos de ese “sinceramiento” aún no están a la vista. La verdad es que, en materia económica, el Gobierno está dando señales contradictorias. Por un lado, mantuvo altas tasas de interés, pretendiendo que la gente consuma igual –los libros indican que cuando esto ocurre los resultados son exactamente los opuestos–; por el otro, realizó una apertura de importaciones para intentar dominar la escalada de precios. A esto debemos sumarle la continuidad del déficit fiscal debido a que el gasto público sigue alto porque no encuentran la forma políticamente viable de reducirlo. 

Los desencuentros en materia económica acentúan la división entre los hombres del PRO de paladar negro y aquellos que están más abiertos a la inclusión de figuras periféricas. Esa discusión sobrevoló el convite de 
Cambiemos en la costa argentina. Un hombre de confianza del círculo rojo lanzó una frase determinante por lo cruda y lo preocupante: “Hoy Mauricio, a un año de gobierno, tiene menos poder real que Cristina en el último mes de su mandato”. Es cierto que CFK tenía políticamente controladas ambas cámaras y un control férreo sobre los gobernadores, que le temían y a quienes sometía a sus enojos y caprichos, con todo lo malo que ello fue. Macri carece de ese poder casi absoluto que tuvo CFK. El ejemplo más crudo es la cachetada al proyecto de reforma política que naufragó por obra de los caciques provinciales, que son lo más viejo del Partido Justicialista. 

A este paso, la billetera de Cambiemos está soportando la inexperiencia política. Se juntan con los gobernadores y entregan dinero, con los gremios y entregan dinero, con organizaciones sociales y entregan más plata... La lista sigue. La obsesión por alcanzar un fin de año en paz se está saliendo de control. Dos intendentes del justicialismo describieron la situación a la perfección: “Estamos en el mejor de los mundos. No tenemos problemas para hablar con Vidal, nos mandan obras, nos mandan plata y encima no nos piden lugares en las listas”.

En este contexto, las internas políticas dentro del Gobierno ya han superado a las que se expusieron en materia económica entre Prat-Gay y el presidente del Banco Central, 
Federico Sturzenegger. Este último estuvo ausente en el encuentro en la costa para evitar cruces técnicos y discusiones de política económica con el ministro de Hacienda. En Chapadmalal hubo un claro pedido de Macri: “Que los ministros se focalicen a fondo y se mantengan al frente de la gestión”. Es la receta predilecta de Jaime Duran Barba. Hoy el único que parece tener conciencia de la situación es Emilio Monzó. Pide a gritos que se hagan esfuerzos por sumar aliados políticos entre tanta generosidad. Hasta ahora, no lo han escuchado. 

Entre quienes quieren profundizar el modelo amarillo puro, están a la cabeza el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y Duran Barba. Consideran que, apoyándose en la gestión, podrán abrirse camino en la selva. En la otra vereda está la mayoría –Monzó, Federico Pinedo, Cristian Ritondo, Hernán Lombardi, Diego Santilli y los radicales–, quienes, a pesar de tener menor poder, pugnan por sumar aliados con el objetivo de abrir el juego y contener el avance de Sergio Massa. Un analista fue todavía más duro: “En el primer grupo, al cual hay que agregar a Horacio Rodríguez Larreta, a Federico Salvai y a Miguel de Godoy, siguen creyendo que ganaron porque son buenos, honestos, y porque hicieron una buena campaña de redes sociales que supo transmitir de manera simple la idea del cambio”. En el segundo grupo, por contrapartida, dicen otra cosa: “Muchachos –más allá de los aciertos de Duran Barba–, acá ganamos porque los demás se equivocaron. Así que: o abrimos el juego o nos complicamos”. Así están las cosas hoy, una verdadera discusión entre las opciones a seguir que se vio reflejada en el “retiro espiritual” a la hora de analizar la mejor forma de contener a los caciques del PJ y los gobernadores díscolos. Un problema que hasta el momento –en cuestiones claves– no ha tenido solución.

Más problemas.


La prisión de Milagro Sala se ha convertido en un dolor de cabeza para el Gobierno, que, increíblemente, no lo advirtió. Las causas contra la líder de la Tupac Amaru abundan en evidencias. Las razones para su prisión preventiva indefinida, no.  

El decreto de necesidad y urgencia (DNU) por el cual el Presidente modificó un artículo fundamental de la ley que habilitó el blanqueo de capitales –medida moralmente siempre cuestionable– sigue produciendo revuelo. No es cualquier artículo. Es el que había dejado excluidos a los familiares de vínculo directo –padre, madre, hijo, cónyuge– de la persona que se desempeña en un cargo público. Con ver todo el entramado familiar de la corrupción del kirchnerismo –en el que abunda la participación de hijos, tíos, primos, cuñados–, no hacen falta demasiadas explicaciones para comprender la importancia del artículo de marras.  

¿A quién o a quiénes buscó beneficiar Macri con este DNU? ¿Por qué no lo hizo mediante un proyecto de ley, para que dicha modificación se hubiera discutido y tratado en ambas cámaras del Congreso? ¿Cómo evitar sospechar de la medida cuando el padre del jefe de Estado, Franco Macri, es investigado por el delito de evasión impositiva en el affaire de los Panamá Papers?

Estas cosas las hacía el kirchnerismo. Cambiemos prometió otra cosa. ¡Inquietante!


Producción periodística: Santiago Serra.