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jueves, 26 de febrero de 2015

Tierra Arrasada... De Alguna Manera...


Extractivismo ambiental: un negocio peligroso…

Portada del libro, editado por Sudamericana. Foto: Cedoc

Darío Aranda es periodista y luego de un trabajo de investigación que lo llevó a recorrer  de norte a sur la Argentina, presenta su libro "Tierra Arrasada".

El interior también existe dice un viejo dicho popular. El extractivismo ambiental existe en el interior debería rezar un nuevo dicho. De hecho este tipo de acciones, como lo son: el negocio de la soja, la megaminería, las pasteras y los combustibles no convencionales afectan a una parte importante del territorio nacional. Se trata de emprendimientos de grandes empresas que se instalan en diferentes puntos estratégicos para lograr obtener un rédito millonario,  y que ocasionan daños graves en la salud de los habitantes y un deterioro irreparable en el ambiente.

El periodista y autor de Tierra Arrasada, Darío Aranda, cuenta cómo fue la realización del trabajo que le llevó dos años de recorrido por diferentes puntos del país.

-¿Cuál es el objetivo del libro?
D.A.- Lo que intenta el libro es desde la crónica y la entrevista dar a conocer el mapa del extractivismo a nivel nacional y principalmente mostrar el mapa de las luchas y las resistencias, y para ello conté con testimonios de asambleas socioambientales, de los campesinos, de los habitantes de pueblos indígenas. Todos aquellos que hoy están al frente de estas luchas.Trato de hacer hincapié en el tema de las represiones que ejercen las corporaciones frente a estas resistencias y algo importante, el rol de la prensa. Hay sectores que silencian por  el compromiso que puedan tener con las empresas y otras que lo hacen por el compromiso con el gobierno.

-¿Qué caso de los que pudo conocer le impactó más?
-D.A.- El caso de Malvinas Argentinas, porque lo visité cuando la presidenta y la empresa Monsanto (que buscaba producir maíz modificado genéticamente), recién habían anunciado la fundación de una planta ahí, por eso fui a una de las primeras asambleas y, enfrentar nada menos que a una empresa así, es algo que parecía imposible.De hecho hay colegas e investigadores del extranjero que vienen a conocer como es el caso de la pequeña comunidad en Córdoba que frenó a Monsanto.


Otro caso notorio que se menciona en el libro es el de las poblaciones campesinas en Misiones y su resistencia  frente al avance de los monocultivos de árboles que, muchas veces no tiene tanta prensa, porque  estamos más acostumbrados al tema de la soja; pero en Misiones y en Corrientes funciona de la misma manera. El monocultivo de árboles para la industria forestal es exactamente igual que para el de la soja.

-¿En el libro se cuentan historias puntuales de personas afectadas?
-D.A.- Sí, de hecho acompañé el caso de una madre del barrio Ituzaingó Anexo en Córdoba, que fue el primero  que llegó a un juicio penal y que los acusados estuvieron en el banquillo y fueron condenados aunque no con prisiones efectivas. Se trata de  un productor y un fumigador de la zona. También relato el episodio de un bebé que en la primera semana de vida tuvo su primera visita al hospital, con intoxicación después del paso de un tractor fumigador que roció todas las casas de esas cuadras con agrotóxicos. En algunos casos se ponen de acuerdo y se presentan medidas de amparo, hay uno específico que terminó bien por eso, dado que la comunidad presentó a tiempo un recurso de amparo y se prohibieron las fumigaciones en una zona de Santa Fe.

-¿Tuvo inconvenientes a la hora de entrevistar o conseguir testimonios?
-D.A.- Nunca. En general las organizaciones necesitan contar lo que está sucediendo. Por ejemplo, en Formosa está el caso de la comunidad 'La Primavera', y allí hay un conflicto terrotorial, ese pueblo está ubicado en las tierras más fértiles del lugar, de lo poco que queda sin explotar por eso el avance del monocultivo de soja, ven en esas tierras un lugar preciado. La violación de derechos humanos que hay allí conmueve, suelo definir a Formosa como el lugar donde "la democracia aún no llegó", se vota pero no hay democracia.


Aparte de las historias y testimonios recopilados por el autor, el libro contiene un trabajo de archivo que demuestra el impacto del extractivismo en el medio ambiente como premisa principal, pero también la resistencia que se produce ante ello y, la violación de los derechos de las  personas que frente a estas corporaciones son objeto vulnerable y frente al Estado parece que fueran objeto invisible.

© Escrito por Florencia de Sousa el miércoles 25/02/2015 y publicado por el Diairo Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


domingo, 23 de marzo de 2014

La Campora va por todos los kiosquitos… De Alguna Manera...


La Campora va por todos los kiosquitos…


Cuando la impunidad todo lo puede. Como si no les resultara suficiente copar cuanto puesto público les provea de suficiente dinero, ahora algunos miembros de La Cámpora han tomado por la fuerza la Cámara de Kioskeros de la República Argentina.

Ya no se trata de obtener fondos frescos de cuanto organismo del estado nacional sino que ahora se han dedicado a saquear entes ajenos a su esfera de influencia. La única condición para que estos desaforados se interesen en algo es que allí puedan seguir obteniendo dinero fácil.

La Cámara de kioskeros tiene como su legitimo presidente al Sr. Carlos Renna quien, en vez de requerirles aportes a los humildes propietarios de los kiosquitos que en su mayoría son meros monotributistas y explotan a título personal una clase de fondo de comercio que apenas les hace obtener ganancias para el sustento familiar, ha logrado sostener al ente representante de ese sector con aportes de empresas proveedoras de los distintos productos que diariamente se comercializan al menudeo en miles de locales a lo largo y ancho del país.

El clásico kiosko se ha mantenido hasta ahora como un símbolo del micro emprendimiento familiar, explotado generalmente por sus dueños y sin personal en relación de dependencia que arrastraría los escasos beneficios que genera. Aquellos que carecen de otra fuente de ingresos, desplazados del mercado laboral en relación de dependencia o huérfanos de los favores del Estado clientelar, con abnegación, sacrificio y orgullo, trabajan restándole horas al sueño y al esparcimiento.

La Cámara de Kioskeros es el único ente que se alza en defensa de estos comerciantes y Renna, como su portavoz, ha participado en innumerables reuniones con funcionarios y empresarios, en procura de obtener beneficios para el sector, siendo entrevistado profusamente por el periodismo por ser bastamente conocedor del rubro.

Lo insólito de todo esto es que cuando en la cuenta corriente de la Cámara, gracias a la gestión de su presidente Carlos Renna, existía un salvo positivo superior al medio millón de pesos, se abrieron las fauces de La Cámpora que, violando cerraduras ingresó a la sede y se apropió de todos los elementos allí existentes, vaciando la cuenta corriente y desplazando al Directorio y a su Presidente, llegando al extremo de agredir físicamente tanto al presidente como a la señora vicepresidente de la entidad, todo lo cual, obviamente, ha sido denunciado en sede penal.

Ante los justos reclamos de las autoridades desplazadas, con absoluta impunidad los miembros de La Cámpora se mantienen en el lugar usurpado, e inclusive promovieron una falsa denuncia por supuestas amenazas y lesiones para pretender neutralizar las acciones incoadas por las legitimas autoridades de la Cámara, autoridades registradas ante la Inspección General de Justicia y que hasta el presente no han podido reingresar a la sede de la entidad.

El vil proceder de estos “jóvenes maravillosos”, que cuentan con la protección y complacencia del gobierno nacional, a su vez se ve acompañado por el aletargado accionar de fiscales y jueces intervinientes en las denuncias promovidas por Renna y la vicepresidente de la Cámara, acompasado por la insólita velocidad que le viene imprimiendo el juez que personalmente maneja la causa penal promovida contra Renna, lo cual traduce la intencionalidad y parcialidad de dicha entente.

El pernicioso accionar de estos lúmpenes arribistas llegó al colmo de agredir al hijo de la vicepresidente de la Cámara, que fuera internado en el Hospital Argerich por distintos traumatismos, todo como aviso mafioso pretendiendo se abandone la batalla judicial entablada.

Frente a esta clase de atropellos, vale recordar el ominoso significado de aquella frase presidencial donde advertía que, durante esta década ganada, irían por todo.

© Escrito por Enrique Piragini el Domingo 23/03/2014 y publicado por Tribuna de Periodistas de las Ciudad Autónoma de Buenos Aires.