La Foto y el Video. Clima de desasosiego…
“Carga con ese
peso...” María Eugenia Vidal y Mauricio Macri.
En el oficialismo nadie sabe muy bien dónde están parados frente a la falta de credibilidad de Alberto Fernández.
© Escrito por Nelson Castro el sábado 21/08/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.
Vamos a dejar esto atrás. Lo importante es que el Frente de Todos no es una sola persona. Es una marca que trasciende a los funcionarios, aunque se trate del propio Presidente”, dicen en el polo más duro del oficialismo.
Es
la estrategia para que los errores de Alberto Fernández no
minen las posibilidades electorales del conjunto. Despegarse del Presidente es
también una forma de vaciarlo de poder. Una estrategia controvertida que no
tendría lugar si se tratara de Cristina Fernández de Kirchner y
no de su delegado en lo más alto del poder.
Se vive en el Gobierno un clima de
desasosiego. Nadie sabe muy bien dónde están parados. Hay una cuestión esencial
que por estas horas representa un escollo insalvable: la falta de credibilidad
de Alberto Fernández. Sus mentiras se van acumulando día tras día. Hoy ya son
una montaña.
Esto sume en la angustia a los
funcionarios que le responden. A los que, por el contrario, responden a
Cristina –que son muchos– los embarga un estado de furia.
Ese estado la abarca también a ella.
Y ese enojo no solo se focaliza en AF; también alcanza a Fabiola Yañez, que es
muy poco querida y duramente descalificada en muchos de los mensajes que van y
vienen del Instituto Patria.
La foto y el video de la fiesta de
cumpleaños de la primera dama fueron dinamita. Una foto tiene un valor
testimonial; un video, en cambio, refleja una vivencia. La foto impacta; el
video, indigna. La foto confirma un hecho.
El video le da vida y lo muestra en
toda su obscenidad. No es verdad que se trató de un brindis. No es verdad que
el Presidente pasó por ahí de casualidad, casi como quien dijera ¨vi luz y
entré¨. Y tampoco es verdad que pidió disculpas por su error a las 24 horas de
haberlo cometido: lo hizo más de un año después y luego de que las imágenes
alcanzaran estado público.
Hay en desarrollo una batería de
iniciativas destinadas a neutralizar los efectos adversos que todo este affaire
tiene no solo sobre AF sino también sobre el Gobierno. En esa retahíla de
hechos se ubican las embestidas judiciales contra Mauricio Macri y Elisa Carrió por supuestas violaciones a
las mismas normas que violó el jefe de Estado. Ni una ni otra tienen el más
mínimo asidero. Y eso lo saben muy bien los mismos funcionarios que impulsan la
movida.
Más descabellada aún es la
estrategia judicial que plantearán en su defensa quienes pedirán la
inconstitucionalidad del DNU –firmado por el Presidente– que estableció la
cuarentena estricta. Para Mauricio D’Alessandro, abogado de Stefanía Domínguez,
el festejo fue “una barbaridad desde lo ético”, pero “se necesita una ley” para
“limitar el derecho de reunión”.
Es decir, el Presidente y los que
concurrieron a la fiesta quedarían exculpados penalmente por medio de la
anulación del DNU que el propio Fernández promulgó. Además de la vergüenza en
materia institucional y del daño a la figura presidencial que esto
significaría, si la causa se resolviera en ese sentido sería una manera poco
ortodoxa de correr el eje de la discusión pública y apuntar hacia la Justicia
para poder mostrarle a la sociedad que el primer mandatario terminaría siendo
rehén de una decisión de algún juez dispuesto a hacerle un favor.
A nadie del kirchnerismo explícito
le importa el futuro de AF. Solo quieren –como lo mandoneó públicamente la ex
presidenta en funciones–, que ordene lo que tenga que ordenar y no se
ponga nervioso. Un deseo enfermizo de control para que las cosas no se desmadren
al punto de poner en riesgo las chances electorales
“Los que del otro lado de la
coalición apuntan con el dedo y se rasgan las vestiduras por la foto tienen
otro proyecto político en mente. Ya sabemos que el kirchnerismo no lo incluye a
Alberto ni a la mayoría de nosotros”, confiesa una voz del entorno del jefe de
Estado.
En medio de este escándalo, pasan
cosas graves. Una fue la decisión del kirchnerismo de promover la designación
en la Justicia Federal de la fiscal de Lomas de Zamora, Cecilia Incardona, que
en la lista de postulantes había quedado en el puesto número 20. Por iniciativa
de la consejera K Vanesa Siley, fue ascendida al puesto número 3. Incardona es
la fiscal que investigó el presunto caso de espionaje ilegal ocurrido durante
el gobierno de Mauricio Macri. La otra fue la designación de Federico Diberto,
operario especializado en industria farmacéutica –según su propia definición–,
conocido militante K y actual pareja de Victoria Donda, como vocal en el
Ministerio de Relaciones Exteriores, donde el malestar del personal de carrera
es creciente. Se vive un clima irrespirable ya que el Ministerio es un coto de
caza del kirchnerismo, en medio de la pasividad del ministro, Felipe Solá,
sobre cuya ineptitud también sobran ejemplos.
La vida que queremos. La frase de
CFK en el plenario de dirigentes del FDT en La Plata fue muy elocuente en
cuanto a su ideal político y su concepción de la democracia. Muy poco
democrática por cierto. “La vida que queremos requiere no de uno, sino de
muchos períodos de gobierno”. Esta concepción monárquica ya había sido ensayada
en tiempos de Néstor Kirchner hasta que su muerte le puso fin. Máximo Kirchner
– sin duda el albacea político del matrimonio Kirchner– junto a Axel
Kicillof y otros referentes del Patria, revive los sueños de poder eterno. El
problema es que les falta envergadura política.
El desafío para CFK es cómo llenar
ese vacío. Y eso significa pensar en el 2023. Ni su hijo ni el gobernador dan
el piné para ser candidatos a la Presidencia. Si hay algo que la vicepresidenta
no quiere es volver a ser candidata. Sabe también que le sería muy difícil
ganar. Su figura sigue generando enorme rechazo, tanto fuera como también
dentro del peronismo.
En la oposición, la reaparición de Mauricio Macri aportó poco y nada. María Eugenia Vidal no repunta en las encuestas y tuvo que soportar que el ex presidente que ancló sus posibilidades en el pasado, ahora la haya acompañado como su salvador en un encuentro en el Museo Fernández Blanco de CABA. “María Eugenia está pagando el precio de su ausencia. Primero intentaron pegarla a Patricia Bullrich, solo basta con mirar sus fotos de Instagram. Ahora con Mauricio. Es como si trataran de inventarle un perfil más de halcón” –reflexionó un destacado miembro de JXC.
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