Inversores. Lo que piden afuera…
Epístolas Cervantinas. Julio De Vido. Dibujo: Pablo Temes
Macri volvió del
exterior con sensaciones duales. Reforma laboral y poder de jueces.
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Escrito por Nelson Castro el domingo 12/11/2017 y publicado por el Diario
Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Para
el Gobierno, la semana que pasó tuvo al menos dos aspectos salientes en materia
económica: uno fue el viaje de Mauricio Macri a Nueva York; el otro, la reunión que el jueves el
Presidente compartió con los gobernadores. En el primer encuentro –con
banqueros y empresarios del exterior–, las cosas transcurrieron dentro de los
carriles esperados por Macri y sus acompañantes.
Sin
embargo –y a pesar de la exposición del plan de reformas y los esfuerzos de la
Argentina para combatir la inflación y el déficit fiscal–, la
delegación de nuestro país regresó con la sensación de que le habían vuelto a
correr la línea de llegada: “Ya no importan los planes; para que en el
exterior se animen a enviar financiamiento hacen falta resultados y consensos.
Nadie puede ya ignorar que en los grandes mercados se conocen los pormenores de
nuestra política doméstica; por eso piden previsibilidad más allá de 2019”,
explicó un destacado economista que conoce bien los jugadores internacionales.
Atentos.
Consenso
y previsibilidad son las dos palabras claves a las que debemos añadir una
tercera: peronismo. Es que a los largo de los 34 años que lleva la
recuperada democracia argentina, ha sido el peronismo el factor esencial de
poder aun en los pocos en los que no estuvo en la presidencia de la Nación. Por
eso, si no se construyen grandes acuerdos y lineamientos claros con la
oposición, difícilmente el Gobierno logre que se abra en forma
contundente el grifo de dólares provenientes de la inversión
extranjera. De todas maneras, la realidad comienza a mostrar una cara más
amable para los proyectos de corto y mediano plazo: “Se nota mayor confianza,
algo está cambiando. Un buen termómetro está dado por las exigencias que las
casas matrices imponen a sus filiales locales a la hora de tomar nuevos
riesgos. Al encarar un proyecto, te piden una tasa de retorno de utilidades
mucho menor a la de hace unos años. Hoy las rentabilidades exigidas están algo
más cerca de la línea de las filiales mexicanas o brasileñas, que van en torno
al 7% u 8%”, explica un experimentado consultor que conoce la región como la
palma de su mano.
Puertas
adentro.
La
reunión con los gobernadores y toda la batería de medidas preparadas en la
reforma económica presentada por el Gobierno tienen como pilares fundamentales
la corrección del déficit fiscal y la inflación. “Macri les planteó
la importancia de lograr el equilibrio fiscal y recalcó que para alcanzar el
objetivo todos deberán ceder un poco: Nación, provincias y municipios. La
reforma tributaria nacional, la provincial (que hará hincapié en la baja de
Ingresos Brutos y el impuesto a los sellos) y la previsional entrarán en
discusión”, especificó un allegado a la presidencia. Con el problema del Fondo
del Conurbano encaminado y casi resuelto, todo hace pensar que los
mandatarios provinciales prestarán su colaboración siempre y cuando no
vean afectadas las arcas provinciales.
Una fuente de una de las provincias
cuyanas lo graficó muy bien: “Si hay equidad y la palabra federalismo se toma
en serio, podemos empezar a mirar hacia adelante”.
Quizá
por eso, voceros de la Gobernación bonaerense prefieren la prudencia y
remarcan que “se está negociando y todos los aspectos cuentan. No levantaremos
la demanda en la Corte hasta que los proyectos no estén plasmados en una ley”.
La
otra batalla con resultados hasta ahora no plenamente satisfactorios es la que
se libra contra la inflación: el Banco Central está utilizando todos los recursos y jugando al
límite para contenerla. La
suba de tasas del martes es una prueba de ello. El Gobierno sabe que debe
acelerar ahora que tiene bandera libre para los cambios. Habrá nuevos aumentos
de tarifas, graduales pero aumentos al fin. En este momento, la lógica de la
economía argentina exige nuevos retoques. “Lo de las tarifas es en el fondo
parte del problema fiscal porque se trata de ir eliminando subsidios
para llegar a los valores reales.
Así
se está haciendo con la energía y lo que queda es el transporte, y se hará con
mucho cuidado”, explica un economista de llegada al Gobierno.
Ruidos.
La
reforma laboral será tal vez el aspecto más conflictivo de este
paquete de medidas anunciado por el oficialismo. “Será difícil pero no
imposible. El sindicalismo sabe que tiene que negociar. En primer lugar porque
la llegada de inversiones cambiará el panorama. En segundo lugar porque los
cambios tecnológicos ya están entre nosotros y tienden a generar mayores
avances con menor mano de obra, y en tercer lugar porque el peronismo que
siempre fue su respaldo natural está dividido, en crisis y buscando
renovación”, sostiene una fuente allegada al gobierno con conocimiento de lo
que ocurre en la industria.
Hay
un dato que ni los gremios ni los empresarios ni el Gobierno deben pasar por
alto: el auge de los delegados de la izquierda en varios de los
principales gremios. “El gremialismo clásico debe aprender a negociar y
ceder posiciones pero sin mostrar fisuras ni dar muestras de debilidad. La
izquierda les está comiendo todos los días un delegado de planta”, describió
con preocupación un hombre que conoce los vaivenes laborales de la industria.
La izquierda no sabe negociar ni quiere hacerlo, por eso, el propio
empresariado y el Gobierno prefieren lidiar con este gremialismo.
En
paralelo, los jueces federales con despacho en los tribunales de la avenida
Comodoro Py al 2000 siguen activando las causas que tienen al
kirchnerismo contra las cuerdas y a varios de sus ex funcionarios tras
las rejas. El protagonismo de estos días le cupo a Julio Miguel De Vido. A través de sus cartas de prosa encendida, ortografía
deficitaria y confusa sintaxis, se encargó de criticar a Cristina Fernández de
Kirchner y a José Luis Gioja, y amenazó con romper el silencio.
“Hablen
con Julio”, era la frase que Néstor Kirchner utilizaba a la hora de la aprobación
a un proyecto vinculado a la obra pública. Esta frase –título del libro de
imprescindible lectura escrito por Diego Cabot y Francisco Olivera– ponía al ex
ministro en su rol: él era el que implementaba lo que el ex presidente
ordenaba. Es decir la corrupción nacía en la Casa de Gobierno y se ejecutaba a
través del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios
creado a partir del 25 de mayo de 2003, cuyo titular, durante los doce años del
kirchnerato, fue De Vido. A buen entendedor…
Producción
periodística: Santiago Serra.
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