18 de Septiembre…
Néstor y Cristina Morandini
El 18 de septiembre de 1977 fueron
secuestrados, presos y desaparecidos mis dos hermanos, Néstor y Cristina.
Cuarenta años se interponen entre aquel domingo que partió la vida de nuestra
familia. Desde entonces me debato en el dilema de si debo dar testimonio
personal, familiar, íntimo, o un testimonio histórico de la que creo fue la
peor tragedia contemporánea de Argentina, la que se perpetúa en el tiempo y
sigue condicionando la democracia.
Hoy no tengo dudas, el pasado sólo puede
ser aprendizaje, nunca venganza. Menos aún, manipulación política. La
perversión de la figura del desaparecido, me temo, no termina de entenderse.
Al desaparecido nadie lo vio morir. Fue
deliberadamente secuestrado para ocultar su cadáver y luego negar el crimen.
Ocultamiento, secretismo y mentira, las tres lacras que la luz democrática debe
erradicar como cultura política para recuperar el camino que comenzamos de la
mejor manera, el juicio a las Juntas Militares y el histórico alegato del
"Nunca Más", del que hoy, 18 de septiembre, también se cumplen
treinta y dos años.
El mayor consenso al que llegó nuestro país
cuando nadie le preguntaba al otro sobre las preferencias o pertenencias
partidarias. Fue el mérito de un presidente valiente y un tribunal de jueces
independientes que no especularon sobre la duración o la gobernabilidad de la
democracia naciente. Sobrevivientes que vencieron su propio temor y dolor y
reconstruyeron para todos la verdad sobre el terrorismo de Estado.
Y el siempre renovado respeto a esas
mujeres que abandonaron el protegido lugar del hogar para lanzarse a la plaza e
increpar al poder para conocer el paradero de sus hijos. Una larga
peregrinación que abrir la necesidad de verdad y justicia como anhelo
democrático.
Los Morandini cumplieron sus bodas de plata
-veinticinco años- el 15 de marzo de 1972. Lo celebraron en familia con sus
cuatro hijos: Néstor, Cristina, Norma y Lisy.
Un 18 de septiembre también fue secuestrado
Julio López, desaparecido en democracia. Una coincidencia del calendario que
debiera servirnos para no banalizar el pasado y construir finalmente la
república democrática que nos hemos dado como sistema de gobierno. Esto es, la
división de los poderes, una justicia que investigue realmente, un Poder
Ejecutivo que nos dé certezas y encare la democratización de las fuerzas de
seguridad. Todo lo que no se hizo en el tiempo pasado.
A diferencia de las Fuerzas Armadas que
salieron desmoralizadas de la dictadura y se subordinaron a la ley democrática,
en cambio, las fuerzas de seguridad, especialmente la Policía, de purga en
purga, la Gendarmería y la Prefectura no han sido entrenadas en el respeto a
los derechos humanos, ni recuperaron la confianza de la ciudadanía.
Los temas pendientes de la democracia que
demandan un debate responsable sin el facilismo de los slogans partidarios que
ponen siempre las culpas y eluden la responsabilidad que nos corresponde a cada
uno de nosotros. La desaparición de Santiago Maldonado nos pone a prueba a
todos: la Justicia, que debe investigar; el Gobierno, que debe darnos certezas;
y las organizaciones de derechos humanos, que no deben utilizar el pesar de una
familia en la que falta uno de sus integrantes. La desaparición de una persona
en democracia es intolerable.
Norma Morandini
Al recordar a mis dos hermanos
desaparecidos y a mi madre de pañuelo blanco reitero mi convicción democrática
para que finalmente los argentinos aprendamos a vivir en el respeto de las
diferencias, con confianza en las instituciones de la Republica, sin la ira ni
el odio que atentan contra la convivencia pacífica. La democracia es el único
sistema que se modifica con el tiempo, legitima los conflictos y nos obliga a
trabajar sobre ellos para resolverlos, en paz.
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