Realidad sin paro…
PONE LA FECHA... Héctor Daer. Dibujo: Pablo Temes
De los docentes a la interna de la CGT, todo golpea la
imagen del Gobierno. Reacción tibia.
© Escrito por
Nelson Castro el domingo 12 de Marzo de 2017 y publicado por el Diario Perfil
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Mauricio Macri ha tomado nota del nuevo panorama
que enfrenta en materia socioeconómica. Para ser más precisos: de lo que el
Presidente se ha percatado es de la fluctuación –ya evidente– del humor social.
La marcha con final fallido de la CGT, el
conflicto docente en la provincia de Buenos Aires –extendido
ahora a todo el país–, el 2,5% de inflación en febrero y los duros datos de la pobreza 32,9% –que
muestra el estudio del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad
Católica Argentina– son una muestra de lo difícil que, por estos días, se
han tornado las cosas para el oficialismo. En este contexto –rápido de
reflejos– Macri almorzó el jueves pasado en la Casa Rosada con María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta y Marcos
Peña. Más allá de los pormenores de la estrategia electoral,
lo que estuvo en el centro de la conversación fue la preocupación del jefe de
Estado tanto por la caída en las encuestas así como también por la pérdida de
imagen positiva del Gobierno y sus principales figuras.
Duran Duran.
Jaime Duran Barba se encargó de acercar los números
de su último sondeo, por cierto son poco alentadores para Cambiemos. Macri
reúne en la provincia de Buenos Aires más imagen negativa que positiva: 52-48.
Pero eso no es todo ya que la imagen de la gobernadora María Eugenia Vidal, que
se mantenía inmune a las variaciones, también exhibe una caída que alarmó al
oficialismo. Un hombre de consulta puertas adentro del Gobierno graficó un
panorama que va más allá de los personalismos de una u otra figura: “El dato
que más preocupa no es la caída propiamente dicha de los hombres y mujeres de
la gestión; allí las fluctuaciones son corrientes y suele haber movimientos y
chances de recuperación en el día a día.
Lo realmente alarmante es que además, hubo una
caída en el índice de confianza y optimismo en el futuro del Gobierno. En su capacidad para generar
bienestar”. No es para menos ya que a diferencia de la imagen de un
funcionario, la percepción que se tiene del futuro habla de algo más bien
estructural y más duradero. De ahí la importancia de una “lavada de cara” o
“relanzamiento de gestión”.
De esto se habla por estas horas en el centro del
poder. El Presidente tiene conciencia, además, de la manera en la que el
kirchnerismo actúa en el día a día para socavar su imagen y su poder. En las
redes sociales, la militancia dura que responde ciegamente a Cristina Fernández de Kirchner no se anda
con vueltas. Allí se fogonea el efecto helicóptero al cual hasta se le pone
fecha: diciembre próximo.
El “Vamos a volver” que se escuchó en el final del desvaído acto de la CGT del martes pasado no sólo fue el slogan identificador del kirchnerismo sino que también tuvo que ver con el final teñido de disputas verbales y agresiones físicas que nos retrotrajo a las épocas de la violencia política que tanto daño hicieron a lo largo de la historia de nuestro país. Ese acto, además, desnudó la puja interna por la que atraviesa el peronismo marcada por una falta de liderazgo evidente. El único liderazgo que hoy existe en esas arenas es el de CFK que, claramente, no abarca a todo el peronismo dentro de cuyo arco dirigencial el rechazo a su figura es mayoritario.
El “Vamos a volver” que se escuchó en el final del desvaído acto de la CGT del martes pasado no sólo fue el slogan identificador del kirchnerismo sino que también tuvo que ver con el final teñido de disputas verbales y agresiones físicas que nos retrotrajo a las épocas de la violencia política que tanto daño hicieron a lo largo de la historia de nuestro país. Ese acto, además, desnudó la puja interna por la que atraviesa el peronismo marcada por una falta de liderazgo evidente. El único liderazgo que hoy existe en esas arenas es el de CFK que, claramente, no abarca a todo el peronismo dentro de cuyo arco dirigencial el rechazo a su figura es mayoritario.
Al interior de la CGT las internas también existen y pesan. Como reconocieron los triunviros que están a cargo de su conducción –Carlos Acuña, Héctor Daer y Juan Carlos Schmidt– la fecha del paro no se fijó porque no hay acuerdo sobre la conveniencia y/o utilidad de esta medida. Quienes conocen el pensamiento de Hugo Moyano señalan que en más de una ocasión les reprochó a sus hijos Facundo y Pablo tener una actitud muy radicalizada frente al Gobierno. “Por qué no bajan un cambio?” –fue la sugerencia que les dio.
En este
marco, se viene desplegando el conflicto docente, un clásico de la Argentina,
lamentablemente. En el reclamo de los docentes se mezclan la legitimidad de sus
pedidos con posturas ideológicas y afinidades políticas contrarias al Gobierno
e internas gremiales. Las penurias económicas de la provincia de Buenos Aires
de las que habla la gobernadora son reales. La combinación de todos estos
factores hacían aconsejable la participación del ministro de Educación de la
Nación, Esteban Bullrich. El saldo penoso es el deterioro de la
educación pública. La consecuencia patética de toda esta disputa es que la
tendencia de enviar a los chicos a las escuelas privadas es imparable. Es un
efecto paradojal sobre el que debería reflexionar la dirigencia política y
también la gremial. Los hechos de esta semana son contundentes: los alumnos de
las escuelas privadas tuvieron clases todos los días; los de las escuelas
públicas, en cambio, no tuvieron ninguno. Otro ejemplo: muchos docentes que se
adhirieron al paro envían a sus hijos a las escuelas privadas (sic).
Hagan
listas.
Volvamos
a las arenas de la política: según los números que maneja el Gobierno, las
principales espadas de la dirigencia, tanto oficialista como opositora, han
sufrido una merma en su imagen con excepción de las dos mujeres que han sido
protagonistas de los últimos tiempos: Elisa Carrió y Margarita
Stolbizer. El efecto Carrió habla de su propia vigencia en materia de
fiscalización y transparencia en la lucha contra la corrupción pero con un detalle
que no es menor: para enfrentar a Cristina Fernández de Kirchner y el
kirchnerismo residual la imagen icónica del cambio es Mauricio Macri. En
cambio Stolbizer puede construir y alimentar imagen propia como opositora
fiscalizando e intentando descubrir la corrupción del Gobierno que, sin grandes
escándalos, tiene en el caso del Correo y de los Panamá Papers asuntos sobre
los que la Justicia debe arrojar luz.
“Es
cierto que los números vienen en caída, pero no creemos que haya un desgaste
en la gestión. Es el resultado de la limpieza y ordenamiento que estamos
realizando, confiamos en que las próximas mediciones serán mejores” –deslizó un
hombre que conoce bien la situación en la Provincia y que agregó: “Hoy lo que
más nos preocupa es el conflicto docente.
Por más cuestionado que esté Baradel, a la larga el desgaste será de la gobernadora”. En materia electoral el capítulo que tiene como protagonistas a Elisa Carrió y Jorge Macri parece definido aunque todavía no está totalmente cerrado. “No fue Duran Barba, el que dijo que el apellido Macri pianta votos en el segundo y tercer cordón, nos dimos cuenta todos. El Gordo (por Jorge Macri) quedó relegado pero no hay que descartarlo por completo”.
Por más cuestionado que esté Baradel, a la larga el desgaste será de la gobernadora”. En materia electoral el capítulo que tiene como protagonistas a Elisa Carrió y Jorge Macri parece definido aunque todavía no está totalmente cerrado. “No fue Duran Barba, el que dijo que el apellido Macri pianta votos en el segundo y tercer cordón, nos dimos cuenta todos. El Gordo (por Jorge Macri) quedó relegado pero no hay que descartarlo por completo”.
“Argentinos,
¡a las cosas, a las cosas! Déjense de cuestiones previas personales, de
suspicacias, de narcisismos” (José Ortega y Gasset).
Producción
periodística: Santiago Serra.
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