Lugares comunes…
El drama de la Argentina es la involución social
permanente, la ausencia de un debate de ideas.
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Escrito por Nelson Castro el sábado 07/08/2021 y publicado por el Diario Perfil
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Los medios presentaron como un escándalo algo que resulta
bastante natural. La actividad presidencial no se podía paralizar con la
pandemia. El grueso de los visitantes de Olivos fue por temas de gestión”,
aseguró una fuente con despacho en la Casa Rosada manteniendo a rajatabla el
libreto oficialista.
Esta obviedad no hace más que resaltar la verdadera
dimensión del escándalo de las visitas que, sin dudas, está afectando tanto al
Presidente como a su gobierno.
Esa perturbación quedó expuesta en la entrevista radial
que le concedió el viernes a Víctor Hugo Morales. El problema no lo representan
las reuniones de trabajo de Alberto Fernández, sino las otras no relacionadas
con su tarea específica. Recuérdese que muchas de las reuniones de la agenda
presidencial –por ejemplo las que se mantenían con los gobernadores– se hacían
vía Zoom para evitar al máximo la posibilidad de contagio, teniendo en cuenta que,
además, el Presidente padece trombofilia, una patología que es considerada de
riesgo para el Covid-19. A Florencia Peña la pudo haber atendido por Zoom. Y lo
mismo se puede aplicar para tantos otros de los que visitaron la Quinta de
Olivos.
Estas críticas del presente –que tanto mortifican a AF y
a sus invitados– ya habían sido hechas desde esta y otras columnas a propósito
de diferentes encuentros sociales que el jefe de Estado se encargó de hacer
circular por las redes. Entre ellos, uno de los más recordados fue el que
mantuvo con varios miembros de la familia de Hugo Moyano. Son muchos los
momentos en que, tanto AF como el gobernador de la provincia de Buenos Aires,
Axel Kicillof, acusaron de agentes de la muerte a quienes hacían lo mismo. Esta
doble moral del jefe de Estado le ha generado críticas severas no solo desde la
oposición y sectores independientes, sino también dentro del mismo
gobierno.
Entre las profundamente disgustadas con esto está
Cristina Fernández de Kirchner. “Después de casi un año y medio de esta maldita
pandemia… Volver al PATRIA, el lugar que más me gusta. La primera reunión con
@lewnarosario, @sacnum, @mirabellarob y @MastalerMagui”, posteó la ex
presidenta en funciones el jueves pasado.
El texto y la foto fueron torpedos dirigidos a la línea
de flotación de dos destinatarios: el primero, AF, en implícita crítica a sus
encuentros sociales sin límite; el segundo, Agustín Rossi, inexplicablemente
ausente en esa reunión entre CFK y candidatos a legisladores por el “Frente
contra Todos” en la provincia de Santa Fe. Cuando CFK quiere ser mala, lo hace
y con alevosía.
En el entorno presidencial se hace el siguiente análisis:
“Nosotros vamos a seguir hablándoles a nuestros votantes. Ellos saben quiénes
somos, y este tipo de telenovelas les importan muy poco. Y no es una
determinación únicamente del FdT, en la oposición están haciendo lo mismo,
hablan para su grupo. Todos sabemos que a esta altura es muy difícil pescar en
aguas ajenas”. La pregunta, entonces, es qué se espera del votante independiente
–que será quien defina la elección– que les puso un voto de confianza apostando
a algo distinto. “Ese es el votante blando que nunca lo consideramos nuestro.
Esos votos van y vienen. Hoy nos sostenemos por el voto genuino, de fidelidad
ideológica”. Esta es la respuesta cruda que emana desde las entrañas del
oficialismo. Este pensamiento –bastante radicalizado– es el que surge del ala
dura del oficialismo, que mira con cierto desprecio los intentos de una parte
del gabinete de cooptar al votante moderado.
En Juntos, por su parte, las aguas empiezan a calmarse.
La propia lógica de la campaña hizo de catalizador para ubicar a cada uno en su
tarea.
“Las PASO van a ordenar los ánimos, calmar los nervios y
domar los egos”, dijo una fuente de la Ciudad de Buenos Aires que conoce lo que
se piensa en Uspallata.
Mauricio Macri, que vuelve el martes de Zurich y para
quien, a través de las redes, se está convocando a partidarios a concurrir a
Ezeiza para recibirlo, ya anunció que va a participar de la campaña en la
provincia de Buenos Aires a favor de Diego Santilli.
“No tan Juntos” enfrenta
una elección muy difícil tanto en PBA como en CABA. En la Capital Federal
debería obtener casi el 60% de los votos para retener la cantidad de
legisladores y en Provincia debería acercarse al 40% para no perder las bancas
que pone en juego.
Al día de hoy, la mayoría de las encuestas muestran que
gana el oficialismo pero con un porcentaje que no es suficiente para alcanzar
el control absoluto del Congreso.
Esa debilidad electoral es la que en las últimas horas ha
llevado al Gobierno a flexibilizar prácticamente todas las restricciones
vigentes de la extendidísima cuarentena. De repente, parece como que la
pandemia no existiese más. Esto es lo que se desprende del DNU que el Gobierno
emitió el viernes pasado.
La marcha del día de ayer de las organizaciones sociales
con críticas al Gobierno por la falta de trabajo y el episodio sucedido con la
búsqueda laboral de Toyota, que no pudo ser satisfecha porque muchos de los
aspirantes no solo no completaron el secundario sino porque tampoco pudieron
comprender textos de artículos de los diarios, representan el drama del país.
Supóngase que, fruto de un milagro, en la Argentina se abriesen decenas de
miles de puestos de trabajo, ¿Cuántos de los que ayer marchaban estarían
calificados para ocuparlos? Es decir, ¿Cuántos de los que ayer marcharon
terminaron el secundario?; ¿Cuántos tendrían la formación suficiente para
comprender un texto?
En el acampe que otras organizaciones sociales realizaron
esta semana frente al Palacio Pizzurno, sede del Ministerio de Educación, se
reclamaba por computadoras y por conectividad en muchas zonas del conurbano
profundo dejadas a la mano de Dios. Hace unas semanas, CFK, junto a Kicillof y
el intendente Martín Insaurralde, hablaba en un acto de entrega de computadoras
del plan. L-Gant puso en claro las mentiras de los anuncios de la ex presidenta
en funciones.
El acampe frente al Ministerio, también. Otra evidencia
de que la mentira es la base del kirchnerismo.
El drama de la Argentina es la involución social
permanente. La mayoría de la dirigencia política –con honrosas excepciones–
riñe. Ha perdido la capacidad de discutir ideas.
Lo que hay es una abundancia exasperante de lugares
comunes y frases hechas cuyo resultado final es conocido: la nada misma.