sábado, 7 de abril de 2012

Medios hegemónicos vs. Hegemonía de los medios... De Alguna Manera...

Los medios oficialistas y el caso Boudou…

Tiempo Argentino y Télam apenas hicieron mención al vicepresidente y al caso Ciccone en los últimos meses.

 Tiempo Argentino, Veintitrés, Miradas al Sur y Télam, algunos de los medios oficialistas. Foto: Cedoc

El caso Ciccone, que involucra al vicepresidente Amado Boudou, tuvo amplia difusión en la mayoría de los medios argentinos. Excepto, claro, en los llamados "medios oficialistas", como el Grupo Szpolski y la agencia estatal de noticias Télam, que apenas mencionaron el tema.

Con el escándalo, Boudou pasó de rockstar, niño mimado del oficialismo y posible sucesor de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en 2015, a la casi inexistencia, al menos en los medios oficialistas. Desde el descubrimiento de Ciccone, el vicepresidente dejó de ser nombrado, incluso cuando reemplazaba a la mandataria de viaje.

El caso del diario Tiempo Argentino, del grupo Szpolski, es paradigmático. La última noticia antes del escándalo fue la presencia de Boudou en el Festival del Lago del Calafate, el 16 de febrero pasado. La siguiente fue el allanamiento a su vivienda, ocurrido ayer, aunque el matutino se empeñó en desmentir que sea "el departamento de Boudou" y sostuvo que no se "aportó nada a la causa".

Algo similar ocurre en el sitio Web de Télam. Su última mención a Boudou antes del escándalo fue el 26 de enero, en el lanzamiento de la Fiesta Nacional de la Vendimia en Mar del Plata. El vice no fue nombrado allí por más de dos meses, hasta que se reprodujo su discurso de hoy ante el Senado.

En tanto Página/12 fue el medio que más veces siguió el tema publicando en su versión papel y en su página Web las distintas noticias que iba produciendo el caso.

Por su parte, la revista Veintitrés y el matutino dominical Miradas al Sur, ambos del grupo Szpolski, no se refirieron al tema hasta hoy.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el miércoles 5 de Abril de 2012.


Red social para mujeres infieles… De Alguna Manera...

Una red social para mujeres infieles…

 Ashley Madison, una red social para infieles lanzada hace 10 años que tiene unos 13.000 millones de usuarios. Foto: Cedoc

Acaba de llegar al país tras una encuesta que dio por sentado que los argentinos son los más deseados. El video.

Las redes sociales para infieles no dejan de crecer en el mundo, pero casi todas eligen venir a la Argentina antes que a otros países luego de descubrir cuánta demanda hay en el país y cuán solicitados son los argentinos.

Sucede que a los website que ya arribaron al país en el último año, se acaba de sumar Ashley Madison, una red social para infieles lanzada hace 10 años que tiene unos 13.000 millones de usuarios, luego de comprobar que más de 180.000 argentinos intentaron sumarse al sitio en los últimos seis meses, pese a que aun no estaba disponible para el país.

Pero además, antes de desembarcar en la Argentina (el tercer país latinoamericano al que llega, después de Brasil y México), desde el equipo de Ashley Madison realizaron una encuesta a las mujeres registradas de todo el mundo para averiguar hombres de qué país preferían que sean incluidos. “Y ganaron los hombres argentinos con un 64% de los votos, dejando atrás a Alemania, Francia e Italia”, cuenta a Rouge Pedro Falkenbach, representante del website en Argentina.

“En todos los países vemos que hay un crecimiento muy rápido de usuarios, porque la infidelidad existe en todos lados. Lo que vemos en Latinoamérica en particular es que hay países con tradiciones muy católicas, pero al mismo tiempo seres humanos muy sexuales; ese conflicto nos da esta oportunidad porque existen muchos casamientos infelices”, opina Falkenbach.

Esta red social para infieles no es la única que funciona en la Argentina. Ya llegaron otras como Gleeden, Ohhtel y Second Love. Lo que proponen es que se anoten quienes están casados o tienen pareja y quieren tener encuentros furtivos, de alto contenido sexual y baja posibilidad de deschave. Está hecha para quienes creen en el matrimonio, pero no agotan allí sus posibilidades sexuales.

© Publicado por http://rouge.perfil.com el jueves 5 de Abril de 2012.





La guerra y el negocio... De Alguna Manera...

El negocio...

 Con Chip Delaney y Bernardo Fernández

En estos días, el Reino Unido celebra la última vez que ganó una guerra. Como suele suceder, la victoria se debió más a los errores argentinos que al talento británico. El error determinante de la derrota fue el incidente de las Georgias del Sur. Si se hubiera mantenido el plan de invasión original, es probable que Gran Bretaña hubiera perdido las Malvinas. Meryl Streep no habría ganado otro Oscar y la vergonzosa retirada de los militares y sus secuaces del poder se habría postergado.

Desde los años 70, Londres había perdido interés por sus colonias. En noviembre de 1976, un grupo perteneciente a la Fuerza Aérea Argentina hizo tierra en la isla de Thule y construyó una pequeña base donde pusieron a flamear la celeste y blanca. No fue hasta diciembre que los británicos supieron lo que había pasado. Hubo protestas diplomáticas, se discutió la legitimización de la ocupación, pero no se llegó a nada. El primer ministro James Callaghan se negó a mandar a los Royal Marines a terminar con el asunto. En la ONU, diplomáticos de ambos países discutían la posibilidad de transferir la soberanía de las Malvinas a Argentina, reteniendo Gran Bretaña la administración local. Todas estas señales les hicieron pensar a los militares argentinos que era posible recuperar las Malvinas mediante una invasión.

En 1981 el gobierno militar se caía a pedazos, en el plano internacional la administración Carter y diversos organismos de derechos humanos habían puesto al descubierto al terrorismo de estado; el gobierno de Reagan no tenía interés en Latinoamérica; la economía estaba en ruinas, la deuda externa había trepado a casi 50 mil millones y se habían acabado los créditos; la industria nacional era otra desaparecida; la pobreza y la desocupación escalaban posiciones día tras día y la población comenzaba a superar el miedo y protestaba airadamente por las calles.

El Plan Original. Para la recuperación de Malvinas se había pergeñado la Operación Goa. El nombre proviene de la provincia más pequeña de la India que en 1961 llevó a cabo una acción militar que terminó con los 451 años de dominio portugués. Este plan preveía la invasión para mayo o julio de 1982, cuando el invierno austral sopla con su máxima furia y con la custodia del Malvinas, el rompehielos HMS Endurance, ya retirado de servicio. Se había ideado también la ocupación previa de las islas Georgias del Sur disimulada como un emprendimiento civil. Cuando la planificación le fue encargada al vicealmirante Juan José Lombardo, actualmente procesado por delitos de lesa humanidad, el marino dijo que debía desestimarse la operación encubierta a fin de no perder las ventajas del factor sorpresa y darles a los ingleses la oportunidad de reforzar las islas.

El 20 de marzo, Lombardo se enteró horrorizado que un grupo de trabajadores del empresario Constantino Davidoff habían desembarcado en la isla con un contrato para desguazar una estación ballenera. Era la cobertura para un grupo de combate, Los Lagartos, que lideraba un oficial de destacada participación en la guerra sucia: el teniente Alfredo Astiz, un hombre a quien le encanta aumentar su fama con declaraciones escandalosas. Esa sed de protagonismo lo llevó a izar en aquella remota isla la bandera argentina que alertó a los ingleses. Así, un buen plan, pensado para ser ejecutado en el momento oportuno, fue reemplazado por un mal plan ejecutado en el momento menos oportuno.

Mientras tanto, en Londres. El periódico ruso Estrella Roja bautizó a Margaret Thatcher como “la Dama de Hierro”, pero en 1982 estaba un poco oxidada. Con ya tres desgastantes años en el poder y a uno de las siguientes elecciones, su administración estaba en serios problemas. Las medidas económicas que implementó produjeron una aguda recesión y niveles inéditos de desempleo. La desregulación del mercado financiero, las privatizaciones, la flexibilización laboral, el desmantelamiento de la industria y el ataque frontal que dirigió contra los sindicatos hicieron que su popularidad se desplomara. Una guerra era exactamente lo que necesitaba, y ésta no podía pintar mejor: bajo su mando, el león británico enfrentaría nuevamente a una pandilla de torturadores fascistas como lo hizo Churchill contra los nazis. Hizo flamear el emblema canalla de Alfredo Astiz y, con dotación completa, las naves del imperio se hicieron a la mar en Southampton.

Los enteraos. Los andaluces tienen un mote para ese tipo que sabe de todo y de todo da cátedra: “El enterao”. En la Argentina, al “enterao” debería considerárselo plaga nacional. Cualquier cosa que suceda genera espontáneamente una cantidad de “especialistas” en la materia que se trate. Durante la guerra de Malvinas surgieron por todas partes como flores venenosas. Las tácticas y estrategias bélicas eran pan comido para nuestros entendidos que discurrían sobre armas, equipamiento, aviación militar con el fondo de la marchita de Malvinas “Argentinos a vencer”, aunque desde el principio estábamos vencidos.

Pero lo más grave fue el triunfalismo. Quien osó manifestarse en contra de la guerra, quien no profesó una fe ciega en el triunfo argentino, quien puso en duda la justicia de la gesta, el heroísmo de nuestros militares o el valor de nuestros soldados, fue blanco del oprobio, tachado de traidor, expulsado de taxis, distanciado por sus amigos. Era la Argentina contra Inglaterra, los íbamos a llenar de pepinos y el que no saltaba era un inglés. Y fue así nomás, porque durante 73 días celebramos la guerra como una fiesta: les ganamos, les hundimos, les rompimos el culo y los derrotamos con nuestra viveza y con nuestro ingenio. Una lástima, el día 74 perdimos.

La derrota. En cuanto aparecieron tres soldaditos por las Georgias, Astiz sacó la bandera blanca. El general Mario Menéndez cumplió su juramento, defender las islas hasta las últimas consecuencias: la llegada de los Royal Marines. Los militares argentinos, después de siete años de una dictadura criminal y sangrienta que destruyó la economía y la industria, la cultura, la educación y las vidas de miles de personas, dieron con la guerra de Malvinas la última demostración de su acabada ineptitud y de su irremediable estupidez. Sólo en este sentido les ganamos a los ingleses, porque mientras nuestros genios militares salían de la Rosada con el rabo entre las patas, Thatcher ganaba las dos siguientes elecciones gobernando y destruyendo la economía inglesa durante ocho años más. Hoy Gran Bretaña no podría llevar adelante otra campaña como la del 82, porque simplemente no tiene con qué.

Una de las industrias que Thatcher destruyó fueron los astilleros. Ciudades enteras no saben qué hacer con los grandes establecimientos que se derrumban en las aguas. La única esperanza es que algún inversor árabe o chino los convierta en shoppings gigantescos. No tiene ahora de dónde sacar 42 naves de guerra, 22 naves auxiliares y 62 barcos mercantes. Entonces tenía dos portaaviones, hoy ninguno. El poder marítimo de Gran Bretaña estaba basado en una industria que, como la Atlántida, yace hoy en el fondo del mar. La Argentina, cuyas fuerzas armadas han quedado reducidas a un símbolo en el que nadie cree, no le pueden hacer la guerra ni a un cuartel de bomberos.

Ahora Cristina. Debemos saber que las guerras nunca se hacen por los motivos declamados. En 525 a.C. el dramaturgo griego Esquilo lo dijo: “En la guerra, la primera víctima es la verdad”. Todas las guerras se hacen en nombre de Dios, siempre por poder y dinero. Afortunadamente no hay muchas posibilidades de que estalle una guerra, pero aún así la verdad agoniza. A Gran Bretaña le conviene el conflicto. Está en franca decadencia, Alemania le ha sacado enorme ventaja en todas las cuestiones de política y economía internacional. Cameron tiene que calmar a los sectores más duros de su propio partido mientras arregla sus entuertos con los vecinos de Europa. El conflicto le brinda la oportunidad de reeditar el viejo orgullo británico, la última victoria.

La administración K ya lleva 9 años en el poder. Cristina ha demostrado una gran capacidad para reciclarse y superar las crisis, muchas veces provocadas por su propia interna, y para resistir los embates de una oposición empresaria de considerable poder, pero que no cuenta con una oposición política mínimamente capaz o significativa. El desgaste se siente. Malvinas es un tema que promueve la adhesión al gobierno. Sí lo hizo con Galtieri, que no dejó de darle palos a los trabajadores hasta dos días antes de la invasión, qué no hará por Cristina.

Las Malvinas están en el inconsciente colectivo, las bases las quieren, son un factor aglutinante e insuflan entusiasmo, y esas son cosas que nunca le sobra a ningún gobernante. La estrategia K ha consistido en un constante trabajo en la base, cosa que no sabe hacer ningún otro sector político, incluido el resto de los peronistas. Cristina y David Cameron “malvinizan” la agenda política porque la pelea les da grandes beneficios y distrae la atención de temas urticantes.

Lo que en verdad está en juego. En el manejo de la cuestión el gobierno nacional tuvo algunos aciertos: los acuerdos con Mercosur y Unasur y dejar en claro que el tema es la explotación de los recursos naturales. Pero también algunas metidas de pata: prohibir la entrada de productos británicos, cuando hay insumos industriales básicos de ese origen es perjudicial para nuestra industria. El morenismo no afloja. No dejar entrar a nuestros puertos a naves inglesas puede ser una medida celebrada por la popular, pero le quita a Ushuaia muchos ingresos como puerto antártico, lugar que Punta Arenas no deja de ambicionar y que podemos perder. El bloqueo a buques ingleses puede producir situaciones incómodas en la región. Con toda seguridad, Chile no se va a plegar, Uruguay ya ha dicho que no, y en la medida en que perjudique las economías de otros vecinos, también se retirarán.

Borges dijo sobre la guerra del 82 que era “la pelea de dos calvos por un peine”. La ironía, acertadísima en el momento, puede dejar de serlo si a los pelados les crece el pelo. Lo que está en juego en el futuro es la Antártida. La zona está protegida por un tratado internacional que prohíbe su explotación. Pero es dudoso que siga siendo eficaz cuando comiencen a escasear los recursos que allí se encuentran. Entonces lo que prevalecerá serán las posiciones ya consolidadas y, como siempre, la fuerza.

Ahora la cuestión es insistir y presionar para que haya negociaciones. Hay que discutir hasta el fin con un interlocutor que está muy entrenado en política internacional. Esas difíciles negociaciones deben ser conducidas con inteligencia, con prudencia y considerando el futuro.

La gran incógnita es si nuestros gobernantes podrán resistir la tentación de la grandilocuencia y los gestos heroicos y si enterados y triunfalistas son capaces de cerrar la boca.

© Escrito por Ernesto Mallo (*) y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 31 de Marzo de 2012.

(*) Escritor.




viernes, 6 de abril de 2012

Huracán 1 vs. Ferro Carril Oeste 1... De Alguna Manera...


Desinflado...

 

Al Globo se lo empataron por un blooper de su arquero Calviño y, con uno más, no pudo volver a meterse nunca en el partido con Ferro. Milano había puesto el 1-0 en el arranque y Miranda lo igualó. Oeste hizo negocio.

El Globo recibió descansado a Ferro (venía de perder con River) porque postergó su encuentro con Merlo y entonces era lógico pedirle algo más. La gente ve la tabla y lo hace. Pero a pesar de haber encontrado una diferencia tempranera en el marcador, se fue desinflando con el correr de los minutos y no pudo sacarle más jugo a un choque bastante raro en Parque Patricios.

Huracán golpeó rápido luego de una linda jugada por derecha y anotó Mauro Milano, cada vez más titular. Superior al rival, se dedicó a cerrarle los caminos pero sin creatividad arriba. Pero en el arranque del complemento, un error derivó en empate. Osvaldo Miranda cabeceó con mucha libertad pero al cuerpo de Lucas Calviño. El arquero la quiso frenar pero la pelota se le escabulló entre las manos. De repente Ferro se vio en partido de nuevo y hasta tuvo la oportunidad del 2-1, pero esta vez Calviño respondió muy bien y sacó otro cabezazo en una gran volada.

La mano volvería a cambiar para los de Trullet, ya que minutos después del gol se iría expulsado Facundo Oreja. Y la roja tuvo dos consecuencias. Por un lado volvió el Globo se volvió a inflar y, por otro, Oeste empezó a mirar con cariño el punto. Pudo haberlo ganado el local, pero Ferro tuvo también alguna otra en un partido con más fricción que otra cosa (hubo 11 amonestados). Los dos siguen en la mitad de la tabla, pero mientras que uno sumó un porotito, el otro un flor de poroto.

© Escrito por Nahuel Trasmonte y publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 6 de Abril de 2012.


La opinión del hincha...

Luego de la tremenda tormenta del miércoles, el Duco quedó maltrecho y no pudo abrir las puertas a los Quemeros que normalmente van a la Mirave.  Pero tengo que comenzar la opinión del hincha con algo que me sale del corazón, como siempre en todos estos años.  El jueves por la noche, un día después de la tormenta, pasé por Soldati y la tuve que recorrer en casi todas sus queridas calles ya que la destrucción estaba en todas las cuadras y no se podía seguir derecho jamás.  Vi árboles caídos, casas maltrechas y miles de Globos de Huracán pintados.  

La gente en la calle desafiando la oscuridad y tratando de salir adelante como podía.  El sinuoso camino me llevó a Pompeya y la situación similar, la fuerza de la naturaleza se ensañó con la parte de Buenos Aires que mas quiero.  Y con la gente que más quiero.  Si yo tuviera mucha plata lo que haría sería ayudarlos a ustedes.  

¡Aguante Soldati! ¡Aguante Pompeya!

El tornado pasó por La Quemita también.  Muchos Quemeros que gracias a Dios no tuvieron problemas en sus casas se reunieron para la reconstrucción.  No pude ir ya que mi propia casa sufrió daños y me la pasé arreglando todo, junto con la patrona y mi hijo.  Pero créanme que estuve ahí con el corazón.

Todo tiene que ver con todo.  Con los desastres que se veían por todos lados creí que al Ducó iban –a lo sumo- dos mil personas…  A lo sumo tres mil… Patricios, Pompeya, Soldati, Lugano, Barracas y San Cristóbal estaban ahí.
 
Cada día que pasa me siento más orgulloso de ser Quemero.  El peor momento futbolístico de la historia y el contrapunto de la mejor hinchada del país.

Y el plantel le devuelve ****** (pongan lo que quieran en los asteriscos) a tanta pasión.  Un arquero que no sirve, una defensa que apenas la apretás un poquito hace agua, un mediocampo un poco mas ordenado que la ultima vez pero con los kilombos de siempre y una delantera de tres, Milano – Villegas – Campora pero con un dibujo extraño ya que Campora jugaba por afuera y Villegas por adentro cuando lo mas aconsejable era lo contrario.

Rescato a Milano que jugó su primer partido de noventa minutos en mucho tiempo y lo hizo muy bien.

Hay rumores muy fuertes sobre la vuelta de jugadores que pasaron por el club y también de un técnico muy querido.  No me quiero hacer la cabeza porque falta mucho para que termine esto y el presente me lleva a la calculadora, a tratar de quedarse en esta categoría para el año que viene dar el salto.
 
Propongo a los Quemeros que hagan en sus cabezas el pequeño listado de jugadores que deberían quedarse de este pésimo plantel.

¡Saludos Quemeros!

© Escrito por Carlos Biondi y publicado por patriaquemera.com.ar  el sábado 7 de Abril de 2012.


Las Fotos:





Los Goles:


© Publicado por: http://www.apurogol.net

Las Estadísticas:




¿Y si nos ponemos de acuerdo?...

¿Y si nos ponemos de acuerdo?...
Reflexiones sobre la agenda del progresismo de izquierda. Aportes para el debate.

Todos estamos de acuerdo, o al menos así se explicita, que el debate entre los intelectuales que se reconocen como izquierdistas –más allá de sus preferencias circunstanciales- es vivificante para arrimar brazas a la acción y pensamiento nacional.

En esta convicción se me ocurre como posible y necesario establecer una suerte de tópicos que, ya sea por ser asignaturas pendientes para unos y capítulos no tratados o mal tratados para otros, puedan constituir un ideario que debería movilizarnos en un fuerte reclamo en conjunto.

Comencemos por los aspectos institucionales. En primer lugar y si coincidimos que un déficit del país es la falta de Estado, no se puede explicar ni permitir la destrucción de una Agencia, que en algún momento fue orgullo nacional, como el INDEC. Es bueno recordar que la intervención del INDEC se hizo con métodos aberrantes que nadie en su sano juicio puede admitir, como encerrar en un ascensor de un Ministerio a dos reconocidas funcionarias (investigadoras y académicas) y golpearlas patoteramente.
Todo ello fue inútil.


Nadie confía ni cree en los números del INDEC, a punto tal que desde el Poder Ejecutivo se pide a los sindicalistas que limiten su apetencia de recomposición salarial al 18% cuando para el INDEC el crecimiento anual del IPC solo trepa al 9%.

La hipocresía llega al punto de sancionar penalmente a los organismos privados que difunden números distintos a los del INDEC, mientras el Ministerio de Trabajo homologa convenios colectivos con “cláusulas revolver” que remiten a índices no oficiales. ¿Cuál es el motivo de mantener este disparate? ¿Alguien que se diga progresista puede explicarlo?

En todo el mundo civilizado toda discusión política se refiere a estadísticas elaboradas por organismos estatales mutuamente aceptados. Sin esta referencia toda discusión es estéril. Es más, obviamente para un desarrollo sostenido el país necesita inversiones extranjeras ya que el ahorro nacional es insuficiente. La Argentina en el promedio de los últimos ocho años ocupa el distante sexto lugar en las preferencias de inversiones (detrás de Brasil, México, Colombia, Chile y Perú) Claro está que ello se debe a múltiples circunstancias que exceden este espacio, pero es obvio que nadie se sienta a jugar en una mesa con fulleros.

Sigamos. Es de absoluta necesidad derogar inmediatamente la llamada ley “antiterrorista”. La más sana doctrina penal la juzga innecesaria y peligrosa. No se puede poner en manos de funcionarios o jueces (actuales o futuros) un instrumento –que nadie pidió y se aprobó en el Congreso sin seria discusión habiendo sido votada incluso por quienes predicaron “apoyar lo bueno y censurar lo malo del gobierno”- que puede criminalizar todo acto de protesta social y gremial.


Es inexplicable que el país –“que hace ocho años crece a a tasas chinas”- mantenga una “legislación de emergencia” que permite gobernar al Poder Ejecutivo con funciones delegadas y puentear así el Congreso. Como lo es también que los llamados “decretos de necesidad y urgencia” se conviertan en leyes si una sola Cámara del Congreso los aprueba. No se puede permitir esta degradación del sistema de división de los poderes.

En materia política no son pocos los tópicos a tratar pero –para achicar por ahora el debate e intentar coincidencias- solo propongo dos. Comencemos con modificar la perversa ley de representación en la Cámara Baja que dictó Lanusse con una especulación política que le salió mal para sus designios. En la actualidad –a contra mano de toda lógica y claras disposiciones constitucionales – las provincias patagónicas a las que les podemos sumar varias del NOA y alguna del NEA, no tienen en conjunto más habitantes que los tres cordones del llamado Gran Buenos Aires y, sin embargo, eligen una cantidad de diputados que casi constituyen el 70% del total Provincia de Buenos Aires.

Esta inexplicable sobrerrepresentación convierte en minusválidos políticos a los habitantes de los conglomerados urbanos sin ninguna razón. La igualdad provincial está prevista en el Senado donde cada autonomía elige tres sin ninguna distinción.


Y debemos seguir con la perversa conducta de los elegidos. No se puede violar la discriminación positiva en beneficio de la mujer (“cupo femenino”) por el camino de la renuncia de los electos. Habría que prever una suplencia femenina que esterilice la maniobra. Tampoco puede seriamente admitirse que los electos no asuman (candidaturas “testimoniales” o “tramposas” o “estafadoras” o como más guste llamarlas) sancionando con pérdida de parte de los derechos políticos (imposibilidad de ser candidatos, por ejemplo) por un lapso a quienes opten por ese camino.

Hace falta una reforma impositiva. Para evitar por ahora la discusión profunda pero engorrosa que se hace necesaria, limitémonos a pocos aspectos. En primer lugar es inexplicable que no se graven los beneficios en las transacciones financieras. No propongo la llamada tasa Tobin, sino simplemente los mismos gravámenes instituídos en las naciones desarrolladas.

El país con fuerte –como nunca en la historia- producción granífera no pude continuar con el sistema de las retenciones. Es necesario recordar que este impuesto a la venta de granos al exterior, comenzó con este nombre (“retenciones compensatorias”) con la Revolución Libertadora (decreto de Lonardi) y cuyo porcentual (con Lavagna llegó al 27% y luego hasta el 35%) se estableció en el 20% con Pinedo en los quince minutos que fue ministro de Guido, o sea que no es por definición un impuesto progresista, más allá de su equidad.


Lo lógico es reemplazarlo por el impuesto a la renta potencial o presunta de la tierra libre de mejoras, que ahora con la observación satelital y la computación se puede establecer –según los expertos- en un lapso entre tres y cinco años. Se evitará así reparar a aquéllos productores que –ya sea por la extensión de sus heredades o la fertilidad de la zona, se ven lastimados cor las retenciones igualitarias para todos- son compensados con sistemas muy poco transparentes con grandes gastos burocráticos.

Además se cubrirá todo el territorio de la Nación terminando con situaciones aberrantes (como la lana no tiene significativa retención y ni Santa Cruz ni Tierra del Fuego han instituido impuesto a la tierra, ¡¡ni Menéndez Behety ni Benenton pagan gravámen alguno!!).

Se debe terminar con el impuesto muy elusivo a los bienes personales y volver al impuesto a la herencia de fácil percepción, exceptuando a las pequeñas sucesiones y gravando las transferencias de alícuotas partes en sociedades para evitar trampas. El cambio de un gravamen por otro fue instituido, es bueno recordarlo, por Martínez de Hoz.

Una reforma sustancial requiere el sistema previsional. Ingresan alrededor de mil juicios mensuales para incrementar los importes mensuales jubilatorios, con criterios judiciales que los técnicos consideran más que objetables, pero son el resultado de sumas bajas o arbitarias. ANSES no puede seguir prestando sus capiales de reserva a tasa de interés negativa a multinacionales o al Estado para subsidiar a prestadores de servicios ineptos y opacos. De un vez por todas consensuar un sistema técnicamente aceptable que garantice jubilaciones justas.


Nos debemos una ley de minería que evite toda explotación que exceda los niveles de contaminación aceptados por organismos internacionales e instituciones defensoras del medio ambiente. De una vez por todas demos un amplio debate abierto y sin chicanas, para evitar que los intereses de las multinacionales mineras prevalezcan sobre la vida de los habitantes y el futuro nacional.

Se debe terminar con absurdas normas y comportamientos sindicales perversos. La llamada personería gremial (un solo sindicato por rama de actividad) es una farsa (hay 20 sindicatos docentes, siete aeronáuticos, cinco marítimos, etc.). Se debe establecer un seguro nacional de salud y terminar con el enriquecimiento de jerarcas a costa de trabajadores. ¿No sería hora de una ley que sancione a los dirigentes sindicales enriquecidos, como a los políticos, con inversión de la prueba?

Encontremos formas de anular los bonos (planes trabajar, de familia, etc.) con fines compensatorios (perversos, clientelísticos e insuficientes) por caminos de igualdad que conduzcan a la total ciudadanía.

Es necesaria una legislación clara y taxativa que proteja a los pueblos originarios en sus ancestrales pertenencias de tierra, sus hábitos, sus costumbres y derechos ciudadanos. No debemos olvidar que recién en este siglo XXI se dictó una ley por la cual sus esqueletos y pertenencias se los sacaba de la exhibición en los museos panteológicos de ciencias naturales junto a los dinosaurios, y en el museo de La Plata ello se hizo efectivo recién en el 2007 (¡no le carguemos todo el fardo el General Roca!).


Se debe moralizar la función pública estableciendo tribunales jurisdiccionales inobjetables. El enriquecimiento de los funcionarios no puede ser juzgado por un magistrado de turbio pasado, que se pavonea exhibiendo frívolamente una joya que cuesta el equivalente a más de dos años de su salario.

Finalmente es urgente y necesario consensuar políticas en materia de hidrocarburos y ferrocarriles. La red ferroviaria debe ser inmediatamente reconstruída y ampliada ya que va en ello no solo la integración soberana del país, sino el transporte seguro y eficiente de los ciudadanos (sobre todo de los trabajadores) y el abaratamiento de productos de primera necesidad cuyo costo final está encarecido por el gasoil.

El país no puede seguir postergando la exploración y explotación de hidrocarburos (en los últimos años no hay un pozo nuevo) y dilapidar más de diez mil millones de dólares importando lo que dejamos de producir inexplicablemente. Todo ello en forma transparente, sin Ciriglianos, sin Jaimes, sin Ezquenasis, sin capitalismo ni de amigos ni de enemigos.


A esta mínima enumeración se le puede agregar otros tópicos. Claro está que si pensamos que los programas no sirven y que la actividad política es una épica para seleccionar un grupo mesíanico elegido por la providencia para llevar al país a los grandes destinos, todo cambio de ideas es estéril.

© Escrito por y publicado en http://www.plazademayo.com el viernes 6 de Abril de 2012.

Los "Esbirros" de Amado... De Alguna Manera...

Qué y quiénes son los verdaderos 
esbirros del poder…

 Fogoneando con la novia de Amado...

¿Desaparece el sistema institucional o se recrea de sí mismo?

Todo crítico, observador de un delito o institución que no haga la voluntad suprema del poder de Cristina Elizabeth Wilhelm, es un esbirro.

Un esbirro es una “persona pagada por otra para que lleve a cabo acciones violentas en su lugar. El que se dedica profesionalmente a ejecutar las órdenes violentas de una autoridad” según el diccionario.

Así las cosas, el vicepresidente Amado Boudou se desgañitó en su conferencia de prensa, semi herido de muerte y abandonado por el sistema de impunidad judicial argentina, con una serie de peroratas e insultos, que dieron vergüenza propia y ajena, según consultamos con oficialistas y, de paso, contra todo lo que (a Él) le perjudicaba, en la causa penal que se le sigue por su venta de influencias y en la cual está investigado y seguramente pronto procesado.

¡Son esbirros!

En realidad la palabra esbirro viene del italiano birro, dado que en Italia se nombrara birro a un oficial menor de la Justicia o un poder dictatorial, que se designaba para detener a una persona. Esto deriva del latín “birrus” uno que se escribí “byrrus” y que especificaba un estilo de prenda (con capucha) de la época del bajo imperio romano.

Creemos que el vicepresidente se refiere a la segunda variante “Birrus de burrus” o “byrrus” (o birrete) que a la larga terminará ser, edad media por delante, el birrete catalán, un sinónimo de prenda militar.

Siempre peyorativo, la palabra esbirro hace mas a la mención de los encapuchados, los que en el anonimato no quieren (aunque la den) señal de sus inconfesables actos delictuales.

Días pasados, la presidenta Cristina Elizabeth Wilhelm se refirió a “los violentos que queman banderas y patotean en embajadas” en referencia a los hechos del 2 de abril próximo pasado, en las cercanías de la sitiada Embajada Inglesa del coqueto barrio de la Recoleta.

¿Verdad, relato, o nuevo estadío de la ficción?

En realidad, estamos ante la etapa de la ficción, superadora de la del “relato” etapa que nunca podrá permear al conjunto de la sociedad, como si lo hace con la pseudo militancia rentada y masca-vidrio que, contrato, prebenda o negociado mediante, sigue al régimen de poder.

Nos preguntamos: tanto Cristina como su ex “mimado” Aimeé Boudou, ¿a quién se refieren cuando hablan de los esbirros y los patoteros de la cara tapada, palos, y a los golpes?

¿Se referirán a las patotas de Luis D´Elía pegando palazos y trompadas contra los caceroleros en Plaza de Mayo, en aquella jornada en la que se desató el terror desde grupos cercanos al poder, con la escusa de “defender la democracia”?

¿Se referirán a la patota del Mercado Central a cargo de Guillermo “Lassie” Moreno y “Acero” Cali?

¿Se referirá a los grupos de choque para estatales de piqueteros a sueldo de subsidio que cortan sistemáticamente ni bien les pegan “un llamadito de fono” desde el poder?

No solo queda en claro que a Boudou le han soltado la mano, lo que es claro, no solo por el caso Ciccone, sino también porque pocos saben que su peor pecado fue comenzar a pretender tener “vuelo propio”, cosa que le quisieron desarticular durante 2011.

El “vuelo” propio se concretaba, desde su nominación a la vice candidatura, con la compra de todo tipo de militantes “quebrados”, para un futuro lanzamiento cosa que le fue desarticulado rápidamente por violar el primer mandamiento del kirchner-cristinismo: “No te organizarás” (o sea, la primera verdad kirchnerista).

No te organizarás, es la norma desde la cual se ataca a la “corpo” entidad que se visualiza como única oposición medianamente organizada como para dar una respuesta política nacionalmente organizada.

¿La oposición política? Ha sido comprada o diezmada. Otra cooptada. Otra asociada.

Yace muerta la República Argentina, observando cómo el sistema de poder de Cristina destroza, no solo la economía, sino la posibilidad hipotética de su futuro reemplazo, seguramente, por parte del PJ y de traidores y confabuladores que ya se visitan y organizan.

Pero eso es nota de otro comentario. Así estamos.

Escrito por José Terenzio y publicado en http://www.periodicotribuna.com.ar el viernes 6 de Abril de 2012.

¿Será Fotoshop? El segundo de izquierda a derecha...

Shhhhhhhh, de eso no se habla... De Alguna Manera...

De eso no se habla…


Las cifras para abrir el debate, primera estimación científica de los números del aborto: Investigadores del Conicet y la UBA revelaron que se practican entre 460.000 y 600.000 anualmente y que por cada caso que llega a un hospital se realizan otros siete.

Un estudio con métodos científicos validados en el mundo determinó que en el país se producen entre 460 mil y 600 mil interrupciones voluntarias del embarazo por año, lo que significa casi un aborto por nacimiento. La investigación, encargada por el Ministerio de Salud, brinda por primera vez datos confiables sobre el fenómeno.

Por primera vez se estimó la magnitud del aborto en la Argentina a través de dos métodos científicos validados internacionalmente. El cálculo obtenido concluyó que anualmente se producen entre 460 mil y 600 mil interrupciones voluntarias del embarazo: casi un aborto por cada nacimiento registrado en el país. Se concluyó que a lo largo de su vida fértil, en promedio, cada mujer argentina tendría dos abortos inducidos. Además, se dedujo que por cada aborto que termina con complicaciones que demandan atención hospitalaria, siete no la requieren.

“Es un avance importante. Ahora hay un número con un sustento científico. No es más una apreciación fortuita”, destacó la médica Zulema Palma, integrante de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, el colectivo de más de 250 ONG que el lunes último presentó en el Congreso un proyecto de legalización del aborto (ver aparte).

El estudio fue encargado por la Comisión Nacional de Programas de Investigación Sanitaria (Conapris), del Ministerio de Salud de la Nación, a un equipo encabezado por reconocidas investigadoras en la temática: Edith Alejandra Pantelides, del Conicet y el Centro de Estudios de Población (Cenep), y Silvia Mario, del Instituto Gino Germani de la UBA. “Hasta ahora había estimaciones más precarias”, señaló a Página/12 Silvina Ramos, directora del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes), quien viene estudiando desde hace varios años la problemática del aborto en la Argentina. La cifra que se mencionaba desde organizaciones de mujeres y voces gubernamentales era de alrededor de medio millón de abortos por año: finalmente es un número que se acerca al obtenido a través de las dos metodologías científicas validadas internacionalmente usadas por Pantelides y Mario.

“Como toda información con rigor científico, permite armar el debate social en mejores términos. Además, desmiente a quienes sostenían que no había tantos abortos en el país. Cincuenta mil abortos más o menos no hacen diferencia a la hora de evaluar el problema”, consideró Ramos. “Un aspecto importante –agregó– es ver la relación entre el total de nacimientos y la cantidad de abortos: ésa es la magnitud relativa a tener en cuenta.”

Medir la dimensión de una práctica clandestina, que es penalizada por el Código Penal, no es sencillo. Por esa razón, obviamente, no existen registros oficiales. “Se debió recurrir a métodos indirectos y se abandonó la pretensión de obtener una cifra exacta, sino más bien un rango de órdenes de magnitud”, explicó Mario. “Se ha utilizado la mejor metodología del mundo disponible, con las restricciones que tiene por los parámetros que hay que medir”, subrayó Ramos.

Las investigadoras recurrieron a dos métodos muy diferentes. El primero está basado en estadísticas del sistema de salud, en este caso el registro de egresos hospitalarios en el que quedan asentadas las hospitalizaciones debidas a abortos complicados. Se parte del supuesto de que estos casos, que demandan atención médica, representan sólo una parte del total de abortos inducidos. A partir de una encuesta a informantes clave, mayoritariamente jefes de servicio de Ginecología y Obstetricia del sector público con desempeño también en el ámbito privado, el equipo coordinado por Pantelides y Mario estimó la cantidad de abortos que se practican en la clandestinidad, que no terminan en complicaciones que requieran internación.

Se calculó entonces que por cada mujer que llega con hemorragias o infección a un hospital después de un aborto, hay siete que no demandan ayuda médica, principalmente porque la interrupción se hizo de forma más segura y con menor riesgo. A ese número –que representaría la parte oculta del iceberg– se lo denomina “factor multiplicador”. Se multiplicaron por siete la cantidad de egresos hospitalarios (el último registro corresponde al año 2000) post-aborto. Así, las investigadoras concluyeron que se practicarían un total aproximado de 460 mil abortos a nivel nacional.

Las entrevistas a informantes clave fueron realizadas en el conurbano y en las ciudades de Buenos Aires, Rosario, Mendoza, Córdoba, Tucumán y Resistencia. Además de médicos, se encuestaron integrantes de ONG de mujeres y jefes provinciales de programas de Salud Reproductiva.

Para llegar al multiplicador 7 tuvieron en cuenta una serie de conclusiones obtenidas a través de la encuesta. Entre ellas que:

- La práctica del aborto asistida por profesionales médicos se considera segura.

- Las mujeres de estratos socioeconómicos medios y altos rara vez (o nunca) recurren a no médicos o se autoprovocan un aborto.

- Las mujeres de estratos socioeconómicos bajos recurren para interrumpir un embarazo mayoritariamente a personas que no son médicos o se lo provocan ellas mismas.

- En la mayor parte de los casos, los abortos autoinducidos se provocan con la ingesta o introducción vaginal de pastillas de misoprostol, una droga que se puede comprar bajo receta en las farmacias y tiene otra indicación médica.

- Entre el 80 y el 100 por ciento de las mujeres con complicaciones por un aborto recurren a un hospital público.

- Los métodos más usados por los médicos son la dilatación y legrado y el aborto con medicamentos (en general, con misoprostol).

“La percepción de los entrevistados indica que en la actualidad la práctica del aborto inducido parece realizarse en un contexto de mayor seguridad que en el pasado, sobre todo para las mujeres de estratos medios y altos, a pesar de su ilegalidad. Es esperable entonces que las hospitalizaciones reflejen una proporción pequeña del total de abortos”, sostuvieron Pantelides y Mario en su investigación, que lleva por título “Estimación de la magnitud del aborto inducido en la Argentina”. En ese sentido, advirtieron que la práctica del aborto ha cambiado “sustancialmente” durante las últimas décadas. Por un lado, el uso extendido de antibióticos como preventivo de infecciones por parte de quienes realizan el procedimiento médico y de las mismas mujeres “ha reducido notablemente el riesgo de complicación”. Por otra parte, la utilización del misoprostol, “método con escasas complicaciones asociadas”, se ha difundido entre los proveedores de abortos y también entre las mujeres.

Dos por cada mujer

A través de la otra metodología científica aplicada se obtuvieron dos estimaciones, combinando distintas variables, que ubican el número de abortos anuales entre 486.000 y 522.000, para el 84 por ciento de la población femenina. Por lo tanto, habría que sumarle un 16 por ciento más: con lo que se obtiene un número total de entre 560.000 y 615.000 interrupciones voluntarias de embarazo inducidas.

¿Cómo se llega a esa estimación? Este método no es sencillo de explicar. Consiste en relacionar una tasa de fecundidad máxima teórica por mujer –que surge de estudios internacionales que evaluaron distintas poblaciones– con los factores que la disminuyen: el uso de anticonceptivos, la infertilidad post-parto y el aborto. Todos los índices se calcularon con los datos de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud 2004-2005, que incluye un módulo sobre salud sexual y reproductiva e indaga además sobre lactancia en el cuestionario de niños. “El índice para el aborto se obtiene a partir de los valores conocidos –uso de anticonceptivos, infertilidad post-parto teniendo en cuenta la lactancia promedio en la Argentina–, reordenando los términos de la ecuación principal. A partir de este índice se calcula la tasa de aborto y el número de abortos anual, en esta caso el año 2004-2005”, explicaron las investigadoras.

La estimación indica que cada mujer a lo largo de su vida fértil se practicaría dos abortos. La tasa de abortos cada mil mujeres sería de 60. Teniendo en cuenta que en el país se producen alrededor de 700 mil nacimientos cada año, habría poco menos de un aborto por cada nacimiento.

“Para el cálculo de la infertilidad post-parto se tomó en cuenta la duración promedio y la duración mediana de la lactancia: de ahí que surjan dos mediciones distintas”, aclaró Mario.

“Estos dos métodos son los únicos que se pueden aplicar en el país”, explicó Pantelides a Página/12. Las metodologías no se habían ensayado antes porque se estaban perfeccionando en otros países, y además porque no existía en la Argentina alguna información necesaria, que recién estuvo disponible a partir de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud. Tampoco antes se había dispuesto de fondos para encarar el estudio. El trabajo fue resultado de una investigación apoyada por la beca “Ramón Carrillo-Arturo Oñativa” para Estudios Colaborativos Multicéntricos de la Comisión Nacional de Programas de Investigación Sanitaria.

© Escrito por Mariana Carbajal y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 2 de Junio de 2007.


jueves, 5 de abril de 2012

Amado, Ciccone & Rafecas... De Alguna Manera...

Amado Boudou mintió, atacó y apretó 
para defenderse…

 Amado Boudou.

Magnetto, Boldt, bingos, Macri, La Nación, España, Anses, etc. En su errática conferencia de prensa —insólitamente sin preguntas permitidas a los periodistas— Amado Boudou habló de todo menos del allanamiento que este jueves llevó adelante la justicia sobre un inmueble a su nombre ubicado en Puerto Madero.

En medio de una elocuente soledad, sin funcionarios a su lado, el Vicepresidente habló en el Congreso de la Nación y demostró que está más comprometido de lo que se creía. En lugar de ensayar alguna defensa, se dedicó a atacar, criticar y apretar a diversos actores de una trama que ni él cree que sea real. Si así fuera, desbancaría a los más reputados best sellers de la historia de la ficción.

Es que, según Boudou, su desgracia no se debe a los hechos de corrupción que lo involucran, sino a un entramado que "hilvana" a Clarín, Macri, Scioli, Boldt, y hasta a la Bolsa de Comercio. Imposible de creer.

Por el contrario, el vice jamás dio explicaciones respecto de las acusaciones en su contra ni por el procedimiento judicial que ayer se hizo sobre su departamento. ¿Habrá temido meter la pata como suele hacerlo cada vez que habla?

Una de las pocas frases que pronunció en su favor fue desacertada: "No llevé adelante ninguna acción para favorecer a la empresa Ciccone", aseguró, olvidando que ello ha sido desmentido por los propios hechos. Una nota enviada oportunamente a la AFIP, donde mostró interés por esa firma, refuta sus palabras.

Por más que intentó explicar que se trató de un procedimiento usual, difícilmente el vicepresidente pueda justificar por qué fue la primera y única vez que intercedió en favor de una empresa privada.

El ataque de Boudou no tuvo miramientos ni límites: por caso, en un gesto que sorprendió a propios y ajenos, embistió duramente contra el juez Daniel Rafecas, a quien sindicó como "esbirro de la mafia". ¿Olvidó el funcionario que fue el gobierno de los Kirchner el que lo puso en su cargo al frente de la Justicia Federal?

No conforme con denostarlo, el Vicepresidente apretó indirectamente al juez al recordarle que fue él quien permitió que un narco serbio llamado Dragoslav Ilic pudiera salir de prisión para ser parte de una fiesta que generó fuerte polémica. No fue casual: en el escritorio de Boudou reposa una carpeta donde se asegura que Rafecas le habría cobrado dos millones de dólares al mismo narcotraficante que liberó de manera temporal.

Por si no hubiera sido suficientemente claro el mensaje —el apriete en realidad—, el funcionario insistió en su ataque al mencionar que el magistrado sabe enviar mensajes de texto a diversos periodistas, anticipándoles sus movidas judiciales. ¿Cómo sabe este dato Boudou? ¿Se lo aportó la siempre oscura Secretaría de Inteligencia?

Hay que decir que la apresurada conferencia del vice tiene una razón de ser: Rafecas dio con la tecla  al allanar el inmueble ubicado en el piso 25 de la calle Juana Manso 740. Jamás Boudou pensó que en un departamento que estaba desocupado a la Justicia se le ocurriría llevarse dos teléfonos inalámbricos e indagar sobre el pago de expensas del mismo lugar. Ello explica la inesperada sobreactuación del funcionario.

¿Qué ocurriría si al juez se le ocurre llevar adelante un peritaje de las comunicaciones punto a punto que surgen de los aparatos telefónicos secuestrados? ¿Qué pasaría si se descubre que el inquilino de Boudou es Alejandro Vandenbroele y no el fantasmal Fabián Donoso Donatiello?

En realidad, se trata de algo más que preguntas retóricas. Son parte de las sospechas que Rafecas ostenta en estas horas y que ha transmitido al fiscal Carlos Rívolo, con quien comparte la investigación de marras. A este último, el magistrado le aseguró que avanzaría hasta donde fuera necesario, siempre y cuando aparecieran evidencias de peso. Eso es lo que ocurrió ayer en el allanamiento ad hoc.

Ahora, al acusarlo de "esbirro de la mafia", Boudou ha dado un insospechado impulso a Rafecas para que investigue con más ahinco y, por qué no, con más independencia.

Sin embargo, no es lo más desacertado que ha hecho el vice: al atacar a la empresa Boldt, abrió la puerta a un tópico que hasta ahora no fue debidamente desmenuzado por los medios.

Es el que tiene que ver con lo ocurrido en octubre de 2010 cuando José María Nuñez Carmona, otro de los presuntos testaferros de Boudou, se encontró en el hotel Caesar Park con el director de Asuntos Públicos de la empresa Boldt, Guillermo Gabella. Junto a ellos se sentó el sciolista Lautaro Mauro, gestor del encuentro.

Allí, según este último les juró a Rafecas y Rívolo, Núñez Carmona lo habría presionado para que le entregara la planta de Ciccone Calcográfica que su empresa había alquilado poco antes por el término un año. "Represento a las máximas autoridades del gobierno nacional", jura Gabella que le dijo el socio de Boudou como toda justificación. Acto seguido, le dio las buenas nuevas —malas para él—: "Compramos Ciccone".

Que se conozcan los detalles de esa trama no le conviene a la firma Boldt, pero menos aún al Vicepresidente. ¿Qué ocurrirá cuando se conozca el resultado del peritaje que Rafecas ordenó efectuar ayer mismo sobre los celulares de Núñez Carmona, Gabella y Lautaro Mauro? ¿Cree realmente Boudou que se mantendrá un pacto de silencio por el cual aún nadie ha desembolsado un solo centavo?

En fin, no ha sido una buena idea la conferencia que ha brindado Boudou —presumiblemente por orden de Cristina Kirchner—, ya que ha forzado a que la agenda de los medios insista en referirse al escándalo que lo involucra. Mal que le pese, cuanto más escarba el periodismo, más contradicciones lo complican.

Por suerte para él, aún nadie se ha detenido en un punto, el más neurálgico para sus intereses: el que tiene que ver con su propio patrimonio. ¿Qué sucedería si a alguien se le ocurre hurgar sobre los bienes que tenía en el año 2003 y compararlos con los que hoy ostenta? ¿Qué explicación daría si se le preguntara cómo logró crecer tanto en tan poco tiempo, solo con su salario derivado de la función pública?

Aunque el vice se encargó de armar sociedades de diversa índole tanto en la Argentina despierto, se ha equivocado en un punto: ha colocado a los mismos socios en todas ellas (a ese respecto debe prestarse especial atención a la marplatense Sandra Viviana Rizzo). Ello permite que cualquiera que tire de la punta del ovillo pueda averiguar toda la trama de negocios que lo involucran.

Boudou sabe que ese monstruo podría poner en jaque sus días como funcionario público y su futuro como referente político.

Lo que parece desconocer es que acaba de despertar a esa misma bestia.

Escrito por Christian Sanz y publicado por http://www.periodicotribuna.com.ar el jueves 5 de Abril de 2012.