martes, 28 de febrero de 2012

Malvinas: memoria y justicia...

Malvinas: memoria y justicia...

 

Sobre la Autoderterminación y el Nacionalismo I. Opiniones para el debate abierto en torno de las islas Malvinas. 

La cuestión Malvinas ha desatado en las últimas semanas opiniones diversas desde diferentes lugares de pensamiento. Así fue la posición que tomó un grupo de intelectuales y periodistas que plantearon ante la sociedad una “posición alternativa”, proponiendo la autodeterminación de los habitantes de las islas Malvinas, pidiendo al Gobierno revisar el reclamo de soberanía que está consolidado como política de Estado en todo el proceso histórico que va desde 1833. Esta posición se planteó desde siempre en la comunidad internacional, y en la actualidad es respaldada por todos los países latinoamericanos que entienden que Malvinas es una causa de América latina.

Todo el arco político nacional coincide con la posición actual del PEN y así se vio reflejado en la declaración de Ushuaia con la presencia de los representantes de las comisiones de relaciones exteriores de las cámaras de Diputados y de Senadores que impulsan una resolución de Estado.

La Presidenta de la Nación, Cristina Fernández, después de su licencia aparece públicamente con un nuevo paradigma sobre Malvinas, planteando el concepto de democracia y soberanía, y haciendo hincapié en la memoria, la verdad, la justicia y la defensa de la soberanía popular.

Este espacio de pensamiento, de Memoria, Paz y Soberanía constituido por ex soldados combatientes de Malvinas, en su momento, emitió su opinión al respecto sobre la intención de los llamados “intelectuales”, pero observamos que aún persisten otras líneas de pensamiento que sostienen la “sacralización de la guerra”, que se interponen a cualquier acción que permita construir un relato distinto de lo contado en cientos de libros que relatan la guerra de Malvinas con épica militar.

El lunes 27, en una nota publicada en este diario, “La batalla de los epítetos”, escrita por Ana Jaramillo, miembro del Instituto Manuel Dorrego y rectora de la Universidad Nacional de Lanús, en su nota de opinión plantea su preocupación por el debate histórico, metodológico, teórico, político e ideológico en referencia a la postura “alternativa” de los intelectuales.

Para los ex combatientes que conformamos este espacio de pensamiento por la Memoria, Paz y Soberanía, es de suma preocupación la posición esgrimida en parte de la nota por la rectora de la Universidad de Lanús, donde interpela a los argentinos con lo siguiente: “¿Qué intereses defienden quienes quieren hacer aparecer a los veteranos como víctimas de la dictadura y no como patriotas que lucharon en una guerra, y a la población en general que apoyó y apoya los derechos sobre las islas como manipulados e irreflexivos?”.

Como primera medida, la política por Memoria, Verdad y Justicia, junto a Malvinas, son políticas de Estado, nuestro país es ejemplo mundial en la lucha por los DD.HH. y eso también incluye la posibilidad de investigar, en este presente, los hechos aberrantes cometidos por oficiales y suboficiales contra los soldados en Malvinas (víctimas), como estaqueos, muertes injustificadas por hambre, torturas y vejámenes que cometieron las Fuerzas Armadas que sostenían en su ideología la doctrina de la seguridad nacional y no la de defensa nacional. En la guerra de Malvinas, si bien hubo reconocidos actos de valor y heroísmo, participaron represores que hoy están condenados o bajo proceso por violaciones a los derechos humanos.

Quizá la rectora de la UNLA, Ana Jaramillo, se encuentre incómoda con la posición que la presidenta Cristina Fernández le impone al tratamiento de la cuestión Malvinas, que entre otras acciones solicitó la desclasificación del Informe Rattenbach, y ello lo podemos ratificar porque desde esa universidad el Observatorio Malvinas, en el año 2010, publicó el libro Malvinas en la Historia. Una perspectiva suramericana.

En dicha publicación se construye la imagen de una sociedad que masivamente apoyó la recuperación de las islas Malvinas (páginas 216-217). Por tratarse de una historia político-militar del conflicto, el texto está organizado en un relato minucioso de las acciones bélicas y las negociaciones. Sin embargo, evidencia una serie de importantes inexactitudes que responden a una intencionalidad política que consideramos muy alejada de la visión de democracia y soberanía.

En el libro se expresa una línea visible desde la inmediata derrota, aquella tendiente a lavar las responsabilidades de muchos oficiales durante la guerra, y notoriamente proteger a algunos de sus cuadros, como por ejemplo, a Alfredo Astiz. Al respecto, es problemática la inclusión en dicho libro de fotos de oficiales de la Armada, y testimonios de sobrevivientes que se vinculan con los grupos de tareas de la Marina.

Esta inclusión, sin ofrecer información al respecto, es distorsiva, pues borra uno de los principales puntos de controversia que encierra Malvinas: la dictadura que la produjo, la malversación de un reclamo genuinamente popular por una dictadura ilegítima. Basta recordar que de los ocho imputados que fueron condenados en la masacre de Margarita Belén, tras 36 años de impunidad, dos de ellos son veteranos de la guerra de Malvinas.

  1. En consonancia con la política del gobierno nacional, que pregona la memoria como herramienta de reconstrucción política, diferentes centros de ex combatientes del país son querellantes en la causa radicada en el Juzgado Federal de Río Grande Tierra del Fuego, por violaciones a los derechos humanos cometidas por los cuadros militares contra los soldados argentinos, victimas de esos militares de la dictadura.

Aquí vale acotar que el enfoque planteado en el libro, fundamentalmente, se basa en el apoyo dado al Observatorio Malvinas de la UNLA por personajes que participaron abiertamente en los levantamientos contra la democracia y forman parte del staff del Observatorio y que militan activamente en contra de la verdad de Malvinas, presentando ante la Justicia argumentos para desvirtuar las denuncias. Uno de los integrantes del Observatorio se presentó como amicus curiae en la Cámara Federal de Casación impugnando la denuncia de cientos de soldados. Otro de los que se presentaron estuvo preso por sedición en ocasión de los alzamientos de 1990.

Estos sectores se han encargado de darle a la guerra de Malvinas el carácter de “gesta patriótica”, como si el sentimiento que los argentinos tenemos con nuestras islas fuera propiedad de esa dictadura genocida que sólo la usó para salvarse.

La posición de Ana Jaramillo revela una visión parcial e intencionada de una cuestión muy compleja si es que efectivamente queremos ser coherentes con las políticas de democracia y soberanía que se promueven.

© Escrito por Memoria, Paz y Soberanía (*) y publicado por el Diario Página/12 el martes 28 de Febrero de 2012.

(*) Corriente de Pensamiento de Ex Soldados de Malvinas (Ernesto Alonso, Edgardo Esteban, Mario Volpe, Orlando Pascua, Victor Foresi, David Zambrino).

http://indecquetrabaja.blogspot.com/2012/02/memoria-verdad-y-justicia-para-los.html

lunes, 27 de febrero de 2012

Reportaje a Adolfo Pérez Esquivel... De Alguna Manera...

"Los derechos humanos no se agotan en la dictadura militar"...

 Minería y contaminación. "Si esto no se resuelve, tendremos que ir a la Corte Interamericana a denunciar lo que pasa."  Foto: Cedoc

Premio Nobel de la Paz, advierte que la minería a cielo abierto y las tareas de inteligencia ilegal de la Gendarmería también son graves violaciones a los derechos humanos, y sostiene que la dura represión a los ambientalistas y la Ley Antiterrorista son una grave amenaza para la democracia.

Durante esta semana movilizada por hechos que no sólo se convierten en un duelo nacional, sino también en conceptos de fuerza moral conversamos largamente con Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz.

Como titular del Servicio de Paz y Justicia cuestionó, por ejemplo, la sanción de la Ley Antiterrorista promovida a instancias del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) advirtiendo, al mismo tiempo, sobre la represión policial desatada en localidades de Catamarca que protestan contra la minería.

—Mire, explica Pérez Esquivel, nosotros nos oponemos a la Ley Antiterrorista por varias razones, pero básicamente porque es el control social y tiene que ver con el GAFI justamente para asegurar las inversiones en el país. Pero esto es a costa del derecho del pueblo.

—Cuando usted dice “nosotros”…

—Me estoy refiriendo no solamente al Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), sino también a muchas otras organizaciones no sólo de derechos humanos ( le diré también que algunas ni siquiera tocaron el tema). Sin embargo, estos hechos hacen peligrar movimientos sociales, ya que esta ley puede ser aplicada como ocurre en Chile con los mapuches y el derecho a la tierra y también en Paraguay. Esto daña profundamente lo que debe ser la construcción democrática. Incluso me recuerda a las leyes de Obediencia Debida y Punto Final porque se aprueba a ojos cerrados, sin ningún tipo de debate en la sociedad.

—En ese caso, fue una falta de respeto hacia el informe “Nunca más”.

—Claro. Es una falta de respeto al pueblo, y no deja de asombrarnos la celeridad con que se aprobaron todas estas leyes en los últimos días del año con un apuro terrible cuando, por ejemplo, desde la reforma constitucional del año 1994 hasta el día de hoy no se ha votado el tema de las consultas populares en los plebiscitos. Fíjese que es un derecho constitucional que no podemos ejercer porque si llamamos a un plebiscito, no es vinculante. Pero, sobre todo, nos llama la atención y nos preocupa el polémico Proyecto X que ha puesto en marcha la Gendarmería Nacional con prácticas de espionaje a dirigentes políticos y sociales. Sobre esto, creo también que hay algunas cosas que debemos analizar. Porque una cosa es la fuerza de seguridad que, como en el caso de las Fuerzas Armadas, debe tener información. Sería ingenuo pensar que no tiene cómo manejar la fuerza de seguridad en un país desprovisto de toda información. Esto es una cosa y otra, el espionaje.

"El espionaje se infiltra en los movimientos sociales y cumple un trabajo operativo. Y esto ya constituye otro problema que está prohibido por la ley. Sería necesaria la autorización de los jueces para realizar las acciones que significan un verdadero espionaje. Entonces, no confundamos lo que debe ser información con espionaje". Foto: Cedoc

—¿Cómo lo definiría?

—El espionaje se infiltra en los movimientos sociales y cumple un trabajo operativo. Y esto ya constituye otro problema que está prohibido por la ley. Sería necesaria la autorización de los jueces para realizar las acciones que significan un verdadero espionaje. Entonces, no confundamos lo que debe ser información con espionaje. Creo que esto debe estar claramente diferenciado. Por otra parte, refiriéndome a la ministra de Seguridad, Nilda Garré, le repito que es una persona que me merece confianza por todo el trabajo que viene realizando dentro de las fuerzas de seguridad, en cuanto a cambios que no son fáciles. Junto con Hugo Cañón, yo soy presidente de la Comisión Provincial de la Memoria en la provincia de Buenos Aires. Nosotros trabajamos específicamente sobre cárceles y comisarías y también nos encontramos con hechos de tortura. Con picana eléctrica, por ejemplo….Lo hemos denunciado, por supuesto, y ha intervenido la Provincia, puesto que ésas no son políticas de gobierno. Son prácticas.

—¿Podríamos llamarlas “rémoras”?

—Claro. Y quedan insertas en la vida institucional de las distintas fuerzas y… ahí quedan. Entonces, la pregunta es: ¿cómo destrabar esto?. Ciertamente no es fácil porque requiere educación, comportamiento. Por eso la Comisión Provincial de la Memoria (y me parece bien que le gobiernador Scioli lo haya tomado) ha presentado un proyecto acerca de la formación de la Policía Judicial. O sea que la Policía Judicial con otra formación y dependiendo de la Corte Suprema de Justicia pueda actuar en todo lo que son sumarios; evitar que se “armen” las causas; ejercer un control sobre cómo se hacen los sumarios, cómo se confeccionan. Y le explico por qué: sobre esto, luego, se basarán los jueces y, entonces, lo que debemos intentar es ayudar al fortalecimiento de las instituciones. Es la única forma de fortalecer la democracia.

—¿Usted cree, Pérez Esquivel, que la Justicia tiene conciencia del peso social que significan las enormes demoras que observamos en las causas?

—Sí, claro. Venimos trabajando en esto. No puede ser que haya gente que, durante tres o cuatro años, tenga prisión preventiva. Más del 60% de los internos en las cárceles tienen prisión preventiva. Entonces, los equipos del Comité contra la Tortura tratan de analizar y evitar estas demoras. Pero también debo decirle que no podemos considerar las cosas en forma aislada: el Poder Judicial en sí (más que la Justicia como tal) tambien necesita una reforma en lo interno y una agilización de las causas porque esto no es posible. Fíjese que de este modo se está violando el Pacto de San José de Costa Rica, que determina que sólo por dos años se puede mantener a un detenido sin proceso. Pasando este lapso, debe ser puesto en libertad. Bueno, esto aquí no ocurre Hay gente que hace cuatro o cinco años que se encuentra en esta situación. Hasta hemos encontrado a algunos con siete años de prisión con preventivas. Y si esa persona es inocente, ¿qué pasa?.

"Más del 60% de los internos en las cárceles tienen prisión preventiva. Entonces, los equipos del Comité contra la Tortura tratan de analizar y evitar estas demoras. Pero también debo decirle que no podemos considerar las cosas en forma aislada: el Poder Judicial en sí (más que la Justicia como tal) tambien necesita una reforma en lo interno y una agilización de las causas porque esto no es posible". Foto: Cedoc

—Del mismo modo otros, que han sido declarado culpables, salen en libertad y reinciden.

—Bueno, creo que la única forma de poder construir una democracia (algo que va más allá de depositar un voto en una urna) es el fortalecimiento institucional y el correcto funcionamiento de las instituciones del Estado. Si no lo hacemos así, no cambiaremos todo esto.

—Es cierto. Pero fíjese también que lo peligroso del Proyecto X es que el propio jefe de Gendarmería lo describe con una gran naturalidad.

—Sí. Es también lo que ocurrió en la Base Almirante Zar, en Trelew, y le costó un juicio al almirante Godoy como jefe de la Armada.

—¿A raíz de la denuncia de un suboficial?

—Sí. Mencionó operativos de inteligencia dentro de la fuerza, lo cual fue un importante escándalo. Tambien hay que preguntarse: ¿por qué surgen estas cosas?. ¿Cómo no se ha logrado desterrarlas? Hay normas sobre las que deben manejarse las distintas fuerzas armadas.

—Por eso también hay que reiterarse una pregunta: ¿cuál es la formación que reciben esos cuadros?. Volvamos a Gendarmería, por ejemplo: ¿qué leen?, ¿qué profesores tienen?. ¿Hay algún control sobre esto?

—Se está intentando, pero no es algo fácil. Hay cosas que hay que desterrar. Lo mismo ocurre en los institutos penitenciarios con respecto a las prácticas que conservan… Creo que esto va a llevar tiempo porque requiere un cambio de mentalidad, de pensamiento y de práctica en las funciones que le corresponden a cada fuerza.

—En unas declaraciones recientes, usted manifestó: “Hoy se violan los derechos humanos”. ¿Se refería, por ejemplo, al intento de desplazar a una madre de Plaza de Mayo (Sara Cobacho) de la dirección de la Comisión de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires?

—La conozco muy bien. Es una luchadora. Nosotros no estamos en contacto con ella, pero es una militante que viene trabajando muchísimo por los derechos humanos. Habría que ver. Desconozco el funcionamiento de la Comisión provincial, pero con respecto a aquello de “violar los derechos humanos”, creo que hay que clarificarlo. A veces, se piensa que los derechos humanos pertenecen únicamente a la época de la dictadura militar. Nosotros apoyamos el juicio y castigo a los responsables de crímenes de lesa humanidad. Estamos acompañando los juicios para que esto no vuelva a ocurrir nunca más y además es el derecho de un pueblo a la verdad y a la justicia. Pero los derechos humanos no se agotan ahí. Hay que considerarlos en su integridad como derechos de los pueblos. Por ejemplo, el tema minería. Fíjese en los daños que se está provocando al medio ambiente. Esto no es sólo para las generaciones presentes, sino tambien para las futuras. Le aclaro que no estamos contra la minería.

"Creo que la única forma de poder construir una democracia (algo que va más allá de depositar un voto en una urna) es el fortalecimiento institucional y el correcto funcionamiento de las instituciones del Estado. Si no lo hacemos así, no cambiaremos todo esto".

—¿Cuando habla en plural se refiere al Servicio de Paz y Justicia?

—Y a muchas otras organizaciones. No estamos en contra de la industria minera. En la actualidad, sería absurdo pensar que no deben explotarse los recursos mineros. Son necesarios para la vida de los pueblos. Pero sí estamos contra la devastación. Contra la irracionalidad y el uso indiscriminado del agua en zonas en las que está faltando el agua. Y también combatimos la contaminación porque para sacar el oro y la plata se utilizan cianuro y mercurio que van a las napas de agua.

—Las compañías mineras lo niegan…

—Hay que ver los productos. Hay estudios sobre este tema. Vamos a ver si podemos convocar a científicos y a geólogos para efectuar un estudio más profundo. Hace dos años, envié una carta a todas las universidades nacionales porque Bajo de la Alumbrera (que es una de las grandes mineras) incluso está en juicio ( llevado adelante por el fiscal Gómez), que muestra indicios de contaminación por el uso de cianuro y mercurio, pese a que ellos lo niegan.

—¿Usted le envió una carta a la gobernadora Lucía Corpacci, no?

—Sí, acerca de la situación en Andalgalá. Pero esto también ocurre en otras provincias. Prácticamente en toda la zona cordillerana. Y, fíjese, hay cosas en las que hay que poner el acento: cuando yo subrayo cómo se privilegia el capital financiero por sobre la vida de los pueblos a raíz de los altos índices de contaminación y la destrucción ambiental, no puedo dejar de recordar el ejemplo de un productor viñatero cuyos productos no tienen ya precio en el mercado. ¿Por qué? Pues, por la contaminación Es gente que entonces se funde y deja de hacer lo que hizo durante toda su vida Los viñateros de San Juan, de Catamarca, productores rurales… bueno, toda esa gente se ha visto damnificada Es lo mismo que ocurre con los monocultivos y el glisfosato. Sobre el punto hay estudios que demuestran el daño que esto causa a la población. Entonces, hay que preguntarse: ¿cuáles son las perspectivas para las generaciones presentes y futuras?. Yo he estado en comisiones de las Naciones Unidas sobre desertificación.

—¿Se refiere a la lucha contra el desierto?

—Claro. Las zonas afectadas se van ampliando por la destrucción del medio ambiente. Las tierras terminan siendo áridas. Tierras donde no llueve y hay hambruna. Lo estamos viendo en Africa, en Asia y, lamentablemente, en América latina, en nuestro país.

"No estamos en contra de la industria minera. En la actualidad, sería absurdo pensar que no deben explotarse los recursos mineros. Son necesarios para la vida de los pueblos. Pero sí estamos contra la devastación".

—Ustedes enviaron una delegación a la zona minera, ¿no es cierto?

—Sí, fue hasta allí una camioneta nuestra con ocho delegados y abogados que los acompañaban. Fueron maltratados, me declararon persona non grata. Y, pese a que me encontraba en Cuba, inventaron que estaba organizando todo eso desde el exterior. Una mentira absoluta. Nosotros no tenemos recursos y todo lo hacemos a fuerza de voluntad y esfuerzo propios pero… bueno, son las situaciones que debemos asumir. No me estoy quejando porque cuando se asume una responsabilidad sabemos las consecuencias que esto puede acarrear. Lamentablemente, si esto no se resuelve, tendremos que llevarlo a la Corte Interamericana y denunciar allí lo que está ocurriendo. Si vemos que se está reprimiendo a los pobladores que están reclamando sus derechos; si éste es un país en el que se dice que se gobierna para 40 millones de habitantes, pero hay grupos que son totalmente excluidos y, encima, reprimidos, pensamos que esto es peligroso para la democracia. Otro tema muy importante en este sentido es el de los pueblos indígenas. Por ejemplo, los Qom. El 7 de marzo vamos a tener una audiencia pública en la Corte Suprema de Justicia, donde se hablará de los territorios de los pueblos originarios, como en el caso de Formosa. Lamentablemente, en el país, muchas provincias se han transformado en feudos medievales, donde algunos hacen lo que quieren y no lo que deben. Es desastroso y estamos viendo cada día que esto les representa ganancias. Volviendo a la minería, se están llevando el 97% de los recursos nacionales. Y hay algo de lo que se habla muy poco pero que, cada día, cobra mayor vigencia. Me refiero a las “tierras raras”.

—¿Qué son “las tierras raras”?

—Son minerales estratégicos que se usan para la alta tecnología. Para las computadoras o los viajes espaciales. Y el país que está a la cabeza de la investigación de los recursos que atesoran “las tierras raras” es China. Le sigue Estados Unidos, pero a bastante distancia y luego vienen otros países que están despertando a esta nueva realidad. Y uno se pregunta por qué no nos hacen caso cuando pedimos que se reforme la Ley de Minería. Pero seguimos insistiendo porque se llevan el famoso 97% de nuestros recursos con una simple declaración jurada.

—¿Ese es el único trámite?

—Efectivamente. Y uno se pregunta: ¿qué está pasando con esto?. Por barco, se llevan el barro en el que van las tierras “raras” y esto no genera costos ¿Qué está pasando entonces en el país? Creo que una de las cosas que tenemos que discutir a fondo es el tema del territorio nacional. Yo me alegro cuando dicen: “las Malvinas son argentinas” y se intenta recuperar un territorio colonial pero, repito, ¿qué pasa con el territorio nacional y sus recursos?. Porque, si hablamos de soberanía (y no vamos a hacerlo de manera trasnochada nacionalista) tenemos que preocuparnos por un pueblo que no controla sus recursos, sus bienes naturales y las industrias que produce; un país que no puede decidir es un país sin soberanía. Por ejemplo, la privatización de YPF.Hagamos un poco de memoria: Néstor Kirchner fue uno de los que más apoyó a Menem para privatizar YPF y quedarse así con los recursos de las regalías petroleras en su provincia. El patrimonio del pueblo no debe entregarse. Frondizi lo vió claramente. No digo todo esto con ánimo de crítica, pero si pensamos hablar en términos de nacionalismo y de soberanía tenemos que plantear las cosas con seriedad. Debemos ser coherentes. Hay un antiguo proverbio que dice: “Si no sabes adónde vas, regresa para saber de donde vienes”. Tenemos que tener claro de dónde venimos, quiénes somos, cuál es nuestra identidad y cuáles son los caminos a recorrer. Si no, corremos el riesgo de perdernos.

© Escrito por Magdalena Ruiz Guiñazú y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 25 de Febrero de 2012.

Pensar distinto... De Alguna Manera...

Una idea distinta sin que se caiga el mundo…


Documento sobre Malvinas. Otro argumento sobre las Islas provocó la crítica paraoficial. Temor a que pensar diferente sea peligroso.

Escribí hace algunas semanas, en este diario, que en la Argentina actual pensar distinto era un delito. La realidad me dio, entonces, muestra de mi propia teoría: el aparato oficial de propaganda se ocupó extensamente de mi frase, todos se golpearon el pecho diciendo que nunca hubo más libertad de prensa que ahora y kirchneristas críticos como Mempo Giardinelli me acusaron de exagerar con aviesas intenciones.

La mayoría analizó la frase con un bajo contenido de metáfora en sangre. “Si es un delito, ¿por qué no estás preso, eh?”, dijeron. No me refería, literalmente, a un delito penal: quien opina contra el discurso oficial es castigado con el hostigamiento del aparato público-privado de propaganda y acusado, sí, de delitos formales que llegan hasta el cargo de “traición a la patria”.

Decir, por ejemplo, que la mejor manera de recuperar las Malvinas es integrar a los isleños desencadenó esa reacción: el Gobierno es igual a la patria y el Ejecutivo está, por dogma, libre de cometer errores: siempre tiene y tendrá razón. Es curioso, el decreto de infalibilidad papal del Concilio Vaticano I de 1870 contempla que hasta el Papa puede equivocarse. El Papa sí, pero Ella no.

Sinceramente creo que el camino oficial es el que más nos aleja de la recuperación de las Islas. El miércoles, un grupo de 17 intelectuales del que formo parte dio a conocer un documento proponiendo una política alternativa en la cuestión Malvinas. La campaña de hostigamiento oficial comenzó mucho antes de que el documento se conociera: primero se cuestionaba la legitimidad del grupo y su calificación para opinar (en mi caso, tengo 11 libros, he sido jurado y dado cursos en varias universidades extranjeras, fundé dos diarios y cuatro revistas, dirigí más de diez documentales y un largometraje pero, claro, no soy un intelectual).

Quien ponía en duda nuestras credenciales era, entre otros, Aníbal Fernández, el ex fugado intendente de Quilmes, que ya lleva publicado su segundo libro de zonceras argentinas con su firma, pero escrito en realidad por su asesor de prensa Carlos Caramello. Fernández, en lugar de explicarle al público por qué pasó, de pronto, de jefe de Gabinete a senador llano (hay quienes dicen que fue acusado por la Embajada norteamericana de tener vínculos con el avión narco y que eso, sumado a su confusa actuación en el caso Mariano Ferreira, determinó su suerte), se dedicó a insultar al colectivo en el diario Tiempo Argentino, editado por Sergio Szpolski con plata que vuelve al pueblo. Puesto a periodista –y quizá sin su ghostwriter Caramello a mano–, Fernández me adjudica frases que nunca dije y las pone entre comillas, al estilo Diego Goebbels pero en gráfica.

En el mismo día, la tapa de Crónica, en el mismo sitio donde semanas atrás estaba la foto del cadáver de Jazmín de Grazia, publicaba mi foto junto a la de Beatriz Sarlo, Juan José Sebreli y Pepe Eliaschev bajo el título “Piratas”. Crónica pertenece al Grupo Olmos, vinculado a la UOM y financiado por el Gobierno con abundante publicidad oficial.

El documento aún no había sido dado a conocer. El camino que terminó en la conferencia de prensa del miércoles –que finalmente se suspendió por la tragedia de Once y sólo se envió el documento a la prensa– había sido largo y sinuoso: era casi imposible conseguir en Buenos Aires un sitio público donde presentar un documento que discutía el pensamiento oficial: dos universidades privadas dijeron que no, hasta dos bares que habitualmente ocupan su salón con presentaciones se negaron a facilitar el espacio. Finalmente la Fundación Centro Psicoanalítico Argentino, dirigida por Rogelio Fernández Couto, tuvo la generosidad de abrir sus puertas.

Fue triste volver a recordar el miedo, pero ahora en una Argentina democrática: miedo a disentir públicamente, miedo a las consecuencias de desobedecer, miedo a pensar distinto y decirlo en voz alta.

Conocido el documento, el mundo no se cayó. Sólo una idea se echó a correr. Pensar distinto es hoy, en la Argentina, complicado. Esperemos que no llegue a ser peligroso.

© Escrito por Jorge Lanata y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 25 de Febrero de 2012.

Nota:

No conozco el Documento, por lo tanto opinar al respecto sería vano, de todas maneras pienso en dos cosas al leer esta nota de JL. Una cosa es la realidad histórica e irrenunciable sobre la soberanía de las Islas Malvinas y su pertenencia a la República Argentina y otra cosa es llegar a un entendimiento sobre el tema de soberanía despúes de una nefasta guerra perdida. Los habitantes de las Islas Malvinas son una realidad, no debemos omitirlos. 


De Alguna Manera.

Cycle for Water... De Alguna Manera...

Cycle for Water, una iniciativa por el agua... 

 
 Joost Notenboom y Michiel Roodenburg iniciaron el domingo 4 de julio de 2010 una jornada épica de 30,000 kilómetros en bicicleta.

Una aventura, dos amigos holandeses en dos bicicletas de bambú, 30.000 Kms recorridos de Alaska a Ushuaia, 18 meses, y un único objetivo: crear conciencia sobre la crisis mundial de agua potable. El 28 de febrero llegarán a Ushuaia. KPMG International es el principal patrocinador de este programa.

Joost Notenboom y Michiel Roodenburg iniciaron el domingo 4 de julio de 2010 una jornada épica de 30,000 kilómetros en bicicleta durante la cual recorrieron desde el extremo norte de Alaska hasta el extremo sur del continente sudamericano. A través de “Cycle for Water” los dos amigos holandeses desean concientizar sobre la crisis mundial del agua, la cual ha dejado a casi mil millones de personas, la mayoría de ellas en países en vías de desarrollo, sin acceso a agua potable limpia y segura.

Como un símbolo de su aventura, los dos ciclistas llevan una botella con agua de los deshielos de Alaska hasta los mares alrededor de Tierra de Fuego. Con esta iniciativa que tiene a KPMG como principal colaborador, Joost (27) y Michiel (25), buscan incentivar el debate sobre el tema del agua en las prioridades de los líderes que toman las decisiones sobre políticas públicas. Al mismo tiempo, esperan traer un cambio positivo en las comunidades de América Latina con el financiamiento de proyectos de agua sostenibles implementados por los actores locales.

Esta travesía de 30.000 kilómetros en 18 meses la realizan en bicicletas de bambú; para demostrar que para muchos desafíos siempre existe una solución sostenible. Al comienzo de la travesía, Michiel comentó: “Esta expedición de ciclismo nos llevará desde el ártico de Alaska a los bosques de Canadá; a las metrópolis de Estados Unidos, y la belleza de sus parques naturales. Luego experimentaremos el intenso calor de los desiertos de California y México continuando el viaje a través de las selvas tropicales de Centro y Sur América. Cuando estemos llegando al final de nuestro viaje épico, cruzaremos la meseta y polvorientas pistas de los Andes para acercarnos a nuestro destino final, la tormentosa y fría punta de América del Sur, Ushuaia.

Los retos físicos y mentales de esta jornada harán que “Cycle for water” sea una de las aventuras más extremas que podamos imaginar, lo que demuestra nuestro compromiso para abordar estos temas sobre el agua”. El financiamiento de los programas de agua locales se canalizará a través de un sistema desarrollado por la ONG holandesa Akvo.

The Resource Foundation, con sede en la ciudad de Nueva York, será el asociado preferido responsable de la búsqueda de proyectos de agua adecuados en América Latina. El patrocinador principal de “Cycle for Water” es KPMG International. A través de la página, www.cycleforwater.com, los donantes pueden apoyar estos proyectos de agua, y seguir toda la ruta, tweets, e informes de videos que tanto Joost como Michiel publicaron a lo largo de su recorrido.

© Publicado por el Diario Provincia 23 de la Ciudad de Río Grande, Tierra del Fuego en el mes de Febrero de 2012..

No solo el tren... De Alguna Manera...

No sólo el tren...


Lo sucedido en el Once presenta dos grandes bloques temáticos. El problema, según interpreta el firmante, es que una mayoría de las opiniones e indignaciones circulantes mezcla esos elementos con una facilidad nada recomendable. No es extraño: cuando una cuestión es muy compleja y mucho más si queda envuelta por una tragedia, suele suceder que se recurre a explicaciones fáciles, demagógicas. Reemplazan lo arduo de pensar con mayor profundidad, que es todo un trabajo.

Una parte refiere al accidente propiamente dicho. El término es usado como convencionalismo, porque ya se sabe que no puede definirse como “accidente” aquello que es o sería prevenible. Acerca de eso, hay unas preguntas primeras y excluyentes. Si se demostrara que ocurrió una falla humana con carácter de causa central, ¿cambiaría en algo la observación sobre un transporte ferroviario de pasajeros virtualmente colapsado? ¿Variaría lo que debe opinarse y actuarse en torno de un esquema mamarrachesco, que ya ni siquiera es definible como estatal, privado o mixto? Interrogantes como éstos son de una obviedad indecorosa, pero resultan convenientes a juzgar por la ensalada en que incurren funcionarios, directivos de la empresa administradora (o como quiera que quepa rotularla) y charlatanes varios. 

Si falló el conductor y no los frenos, ¿se acabó la discusión? Eso parecería, porque encima entra en escena el secretario de Transporte y, en medio del horror, sin aceptar preguntas, en actitud más propia de un canalla que de un pelotudo, dice que si la abuelita hubiera tenido pantalones habría sido el abuelito. Por supuesto, tampoco haría al sentido común que Schiavi se dedicara a abrir juego en torno de un debate de fondo que incluye a su cargo tanto como lo excede. ¿Qué iba a decir, justamente por estar tapado de muertos y angustias? ¿Que estaban evaluando sacarle la concesión a los Cirigliano? No, pero menos que menos faltarles el respeto al dolor, a la bronca, a la impresión. Es de esperar que Schiavi tenga los días contados en su puesto. Se requiere un gesto superior, capaz de mostrarle a la sociedad que no se tolera su dicho pornográfico. Cabe presumir que de chispas como la suya se nutren combustiones como las del viernes a la noche. Familiares y amigos del pibe muerto que encontraron recién ese día convocan a una cadena de oración, y terminan tratando de controlar a un grupo de exaltados de cantidad irrelevante, pero simbólicos en cuanto al hartazgo que desnudan las tragedias. 

Banquete listo, para gusto de todos los buitres subidos al drama. Más luego, anuncian que el Gobierno se presenta como querellante y que se aplicarán las sanciones que pudieran corresponder. Volviendo, ¿se termina en las sanciones? En el más “satisfactorio” de los casos, ¿les retiran la licencia y chau? Como dice Mario Wainfeld, la respuesta judicial es inevitablemente larga, farragosa. Imprescindible, por cierto. Pero en esto, lo que se necesita ante todo es una contestación política. Nadie debería pretenderla ahora mismo, que es lo exigido por la chusma de todo color y pelaje. El planteo no pasa por ahí, sino por si existe la vocación de darla más temprano que tarde.

Nace allí la segunda parte del asunto. Lo estructural. Y a tener en cuenta: las tragadas de sapo involucran al conjunto social, desde ya que en diferentes niveles porque culpa y responsabilidad no son sinónimos. Lo que subsiste de Estado ausente o mariquita sigue siendo hijo de un menemato que los argentinos aprobaron con más displicencia que reservas. Y en muchos casos con entusiasmo, como el de vastos medios y propagandistas militantes de la orgía privatizadora. Ahora vienen a llorar por ese Estado que se escapó de sus funciones básicas. 

El modelo engendrado en la eclosión de 2001/2002, y parido por el kirchnerismo, afectó a ese adefesio en unos pedazos significativos. Y en otros no, sin restarle mérito. Se quiso y pudo volver a mirar para dentro con comprensión global; teníamos pinta y síntomas concretos de lo que hoy es Grecia, pero no duró; hubo la quita de deuda más grande la historia; volvimos a creer en la política y no en los gerentes del mercado como mejor instancia resolutoria de nuestros dramas. Avanzamos más allá de lo que una mirada de ortodoxia clasista quiere registrar de un sistema burgués. Y hubo las cosas en que tal vez se quiso o de las que directamente no se intentó saber porque no se podía, a raíz de la debilidad con que nació la criatura. Abrir todos los frentes al mismo tiempo no podía caber en la cabeza de ningún cuerdo. Y uno de esos frentes que en lugar de abrirse se emparchó fue el del régimen de transporte. 

A medida que el país se recuperaba, se acentuó la garantía de viajar barato. Si volvía el trabajo, que pudieran llegar todos a sus lugares y a como diera lugar. No hay de qué arrepentirse porque los subsidios, o lo que se conoce como ingreso salarial indirecto, sirvieron al propósito de reactivar la economía. También es objetivo que ese mecanismo fue en desmedro de las reinversiones necesarias para acompañar la recuperación; pero, si se lo ve con aquel parámetro del manejo de los tiempos atento a la correlación de fuerzas, era el huevo o la gallina. No sólo respecto del transporte, sino del grueso de las prestaciones.

Esa lógica llega a su fin, pero el espanto en el Once no debe obrar como decreto. Si el criterio fuera ése, se olvidará que en unos días, no más, el “accidente” y el tema desaparecerán de los medios. Por empezar, debería convenirse que tener servicios públicos de buena calidad es un derecho ciudadano y no una aspiración regulable eternamente según los avatares de la economía. La excepcionalidad ya pasó, si es por eso y por mucho que amenace la crisis internacional. Excusas habrá siempre, y siempre las sufren los laburantes. “Sintonía fina” también debería significar que el Gobierno tome las decisiones de segunda generación, porque de lo contrario el “modelo” se habrá consumido en el enunciado y práctica de las primeras: obra pública, inclusión social creciente para saltar del infierno al purgatorio, apuesta por el mercado interno, recueste en la región latinoamericana, etcétera. 

Si lo proyectual no se dinamiza, las masas no se caracterizan por la paciencia y son susceptibles de caer en manos de sus verdugos una y otra vez. Hace falta renovar utopías, para decirlo simplota pero entendiblemente, y una de ellas bien debe ser que el Estado recupere por completo sus resortes estratégicos. ¿Qué sentido tiene continuar con el esperpento, otrora comprensible, de subsidiar a hombres de negocios que transforman en negociados las políticas públicas? ¿En qué sería peor, a esta altura, un Estado que administre derecho viejo las herramientas de necesidad popular? Con responsabilidad y en forma progresiva, naturalmente. 

No estamos hablando de manotazos oratorio-solanistas. Ni de denuncismos vacíos que pierden de vista lo imperioso de estar cubiertos por el instrumento político más apto. Estamos diciendo, sí, que en un escenario turbulento, riesgoso, es mejor jugarse a las virtudes y errores de un estatalismo progresista que a los seguros desmadres del lucro como único fin. Fue en sus etapas de fragilidad cuando este gobierno demostró que tuvo lo que había que tener. La ley de medios audiovisuales, de acuerdo con la potencia del contrincante y sin perjuicio de las deficiencias que hay en su implementación, es uno de los claros exponentes. ¿Va a achicarse con el 54 por ciento de los votos en rango flamante y una oposición reducida a las desprestigiadísimas tropas mediáticas?

Hay que ir por más, por aquello del nunca menos.

© Escrito por Eduardo Aliverti y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 27 de Febrero de 2012.