Macri, el empresario que no fue…
Unión Industrial: Despedida del Presidente. Fotografía: Juan Obregón.
El jueves a la tarde, cuando estaba por concluir la
reunión anual más triste de la historia de la Unión Industrial desde que
comenzó con su conferencia hace 25 años, los empresarios hacían sus comentarios
en el coffee-break previo a la última exposición de Felipe González que
inmediatamente daría paso al discurso de clausura de Macri.
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Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 30/11/2019 y publicado por el Diario
Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Mientras algunos
mencionaban que en estos cuatro años –algo que no sucedió ni en la crisis de
2002– hubo una caída de alimentos del 19% en términos absolutos y 23% per
cápita porque todos los años siempre creció mínimamente el 1%, que es lo que
crece la población, otros agregaban que la leche cayó el 30% acumulado en el
mismo período hasta que a alguien se le escapó “es el peor presidente de la
historia reciente”, lo que generó un silencio incómodo.
Ser rechazado por sus pares debe ser para Macri en su final el castigo más
doloroso
Otro grupo decía:
“Seguro que Macri vendrá con su discurso triunfalista diciendo que deja la
economía mejor que antes y lista para crecer; por respeto a la investidura
presidencial aplaudiremos, que es lo que corresponde, aunque estemos en
desacuerdo”, al tiempo que otro empresario comentaba que “en los cuatro años de
Macri se perdieron casi 200 mil empleos industriales, la misma cantidad de
puestos de trabajo destruidos que en los cuatro años de la crisis 1998-2001 que
derivó en el default de 2002.
El mejor
termómetro del enojo de los empresarios con Macri es el que mide el patrimonio
de las empresas, y casi todas perdieron la mitad de su valor en estos cuatro
años. Pero el daño no acabaría allí: “Lo peor –dijo otro– es que la sociedad
cree que Macri gobernó para los empresarios y por mucho tiempo quedaremos
estigmatizados como corresponsables de este fracaso económico”.
Cuando yo
preparaba con Felipe González los temas sobre los que le preguntaría al moderar
la exposición que él iba a hacer, me dijo: “Hubo una moda de empresarios
convertidos en jefes de Gobierno como Berlusconi, a quien conocí muy bien antes
de que ganara las elecciones en Italia y luego cuando compartimos una temporada
al frente de nuestros gobiernos. Los empresarios vienen a decirle a la
sociedad: ‘Yo no soy como los políticos, no necesito enriquecerme porque ya soy
rico’, lo que no se confirma en la realidad porque muchos ricos quieren ser más
ricos. Y le agregan a su discurso: ‘Quiero trasladar mi éxito en lo privado a
lo público para beneficiar a todos’, pero luego fracasan porque lo público es
de otra naturaleza: confunden a su gabinete o consejo de ministros con una
reunión de directorio con sus ejecutivos, y al Congreso o a la Asamblea
Nacional con una reunión de accionistas donde ellos tienen la mayoría”.
Pero en el caso
del fracaso de Macri quizás se agregue otra problemática. Berlusconi, Trump o
Piñera en Chile son empresarios que produjeron ellos mismos su fortuna mientras
que Macri la heredó. En cierta medida es un empresario que no fue. No pasó a la
política después de haber realizado una prominente carrera empresarial sino por
no poder consumarla, lo que quizás explique psicológicamente el maltrato que sintieron
muchos empresarios y más aún los que fueron contemporáneos de su padre, aunque
sea por pocos años.
En Estados
Unidos, Michael Bloomberg anunció su precandidatura presidencial por el Partido
Demócrata para competir con Trump en las elecciones del año próximo
presentándose a sí mismo como “creador de empleo, líder, solucionador de
problemas”. Bloomberg es veinte veces más rico que Trump y su influencia
trasciende al dinero por ser dueño de uno de los medios globales de noticias
económicas. Bloomberg dijo: “Me presento a presidente para derrotar a Trump y
reconstruir América. No podemos permitirnos cuatro años más de las acciones
imprudentes y poco éticas del mandatario. Representa una amenaza existencial
para nuestro país y nuestros valores. Si gana otro mandato, puede que nunca nos
recuperemos de los daños”.
Entre los
argumentos de quienes apoyan a Bloomberg está que Trump quebró varias empresas
y no fue tan exitoso como parece. Tema con algún paralelo con el presidente
argentino, ya que el grupo Socma comenzó su ocaso cuando Mauricio Macri todavía
era parte de su conducción y se fue reduciendo considerablemente hasta dejar de
pagar el canon por la privatización del Correo Argentino en septiembre de 2001.
En defensa de Macri hay que decir que la Argentina, por la cantidad de crisis
económicas acumuladas durante las últimas décadas, no cuenta con una cantidad
de empresarios verdaderamente exitosos como Bloomberg o Piñera.
Y Felipe
González, ya frente al público en la conferencia de la Unión Industrial, dijo:
“Con política monetaria sola no se puede bajar la inflación, aunque lo digan
los libros. Lo que se consigue es encarecer tanto el crédito y endurecer tanto
las condiciones del crédito que no se acaba con la inflación y sí se acaba con
el aparato productivo”. El tan citado Pacto de la Moncloa se realizó en España
cuando aún faltaban más de veinte años para la sustitución de su moneda, la
peseta, por el euro, y tenían una inflación anual del 27%. Como parte del pacto
se autolimitaron sindicatos, empresarios y gobierno a reducir año a año el
porcentaje de aumentos de salarios y precios desindexando la economía sobre la
inflación del año anterior.
Argentina no tuvo empresarios con éxito verdadero dedicados a
la política
Al terminar la
conferencia, dos vicepresidentes de la Unión Industrial hicieron declaraciones:
José Urtubey dijo que a Macri se lo aplaudió al terminar su discurso “solo por
respeto”, y Guillermo Moretti fue aún más terminante: “Yo tengo un gran respeto
por la investidura presidencial, pero me retiré antes de que hable porque
también tengo respeto por mí mismo”.
Fue la triste
despedida de Macri en la Unión Industrial, el presidente empresario que terminó
siendo peor valorado por su propio grupo de pertenencia.