El papa Francisco dedica
a Hebe de Bonafini el triple de tiempo que a Mauricio Macri…
La reunión en Santa Marta con la presidenta de Madres de
Plaza de Mayo distancia al argentino con la Casa Rosada.
© Escrito por Federico
Rivas Molina, corresponsal en Buenos Aires, y publicado por el Diario El País
de la Ciudad de Madrid, España.
Los argentinos leen cada gesto del papa Francisco como un mensaje hacia su país. El último ha sido su
decisión de recibir en un encuentro privado en Santa Marta a la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, una figura
que en el pasado ha acusado a Bergoglio de apoyar a la dictadura en Argentina y
hoy critica con dureza al gobierno de Mauricio Macri. El encuentro duró una
hora, lejos de los 22 minutos que Francisco dedicó a Macri en febrero pasado.
La presidenta de Madres ha dicho durante las últimas semanas, tras el
anuncio de su viaje al Vaticano, que se había “equivocado” con el Papa porque
“juega un papel al lado del pueblo”. Pero su beligerancia hacia Macri ha
permanecido intacta, tanto que utilizó la rueda de prensa posterior a la
reunión con Francisco para atacar al mandatario. “En 5 meses este Gobierno
destruyó lo que hicimos en 12 años, hay mucha violencia institucional. Vine a
contarle al Papa la situación en mi país para que nos dé una mano”, dijo.
La visita del Bonafini, de 87 años, ha generado polémica en Argentina luego
de que la dirigente social Margarita Barrientos, cercana a Macri, contara que
en 2013 viajó a Roma para ver al Papa pero fue expulsada de la Plaza San Pedro. Barrientos aclaró luego que el
problema no fue con ella, sino con uno de sus acompañantes, y el Papa comunicó
por canales informales que no estaba al tanto del incidente. Una nueva invitación llegó hace dos semanas desde el Vaticano, pero Barrientos decidió rechazarla. El encuentro estaba programado,
justamente, para hoy, cuando Francisco recibió a Bonafini.
El Papa, en cualquier caso, ha decidido vaciar de contenido político la
foto con Bonafini, atento a las repercusiones en Buenos Aires. Para ello dejó
trascender sus opiniones sobre el tema. “Parece que la piedra del escándalo es
que yo reciba a la señora Bonafini. Sé bien quién es, pero mi obligación de
pastor es la de comprender con mansedumbre”, escribió Francisco a un amigo
argentino en un correo electrónico difundido por la agencia oficial de noticias Télam.
“Esta señora, desde la plaza (de Mayo), me insultó varias veces con
artillería pesada pero a una mujer a quien le secuestraron los hijos y no sabe
cómo y cuánto tiempo los torturaron, cuándo los mataron y dónde los enterraron,
no le cierro la puerta. Lo que veo allí es el dolor de una madre. Si me usa o
no me usa no es mi problema”, escribió el Papa.
Bonafini regaló al Papa un pañuelo blanco, símbolo de la lucha que Madres
lleva desde hace casi 40 años por la recuperación de sus hijos desaparecidos
por la dictadura argentina (1976-1983). La dirigente de Derechos Humanos dijo
que pensó mucho en que decirle a Bergolgio. También lo invitó a visitar
Argentina porque, según dijo, "están pasando cosas muy graves".
El jefe de Gabinete,
Marcos Peña, opinó días atrás sobre la controversia que generó en Buenos Aires
el viaje de Bonafini al Vaticano. El ministro, que habla en nombre de Macri,
dijo que “mucha gente (…) siente que son demasiados gestos para un lado y pocos
para el otro". Se refirió así al frío encuentro que Francisco mantuvo con el presidente argentino.