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sábado, 20 de septiembre de 2014

Derechos Humanos: todos somos Elia Espen... De Alguna Manera...


Derechos Humanos: todos somos Elia Espen...

Elia Espen, madre de Plaza de Mayo. Línea Fundadora se despegó de sus dichos contra el Kirchnerismo. Foto: Cedoc

Por qué Madres Línea Fundadora salió a despegarse de sus frases contra el gobierno.

En el día de ayer el aparato comunicacional oficialista difundió un comunicado firmado por Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora en el que explicaban que, más allá de que Elia Espen sea “una de las Madres de los 30.000 desaparecidos y que tiene la libertad de expresar sus opiniones, también es cierto que no nos representa institucionalmente”.

Elia Espen es una madre que perdió a su hijo durante la última dictadura militar y sufrió todo tipo de vejaciones y persecuciones durante aquellos años de plomo. En la actualidad es una incansable luchadora que ha apoyado a los trabajadores despedidos de Terrabusi-Kraft y de Lear, entre tantos otros. Integró las famosas listas negras elaboradas por Gendarmería Nacional en el tristemente célebre “proyecto X”. Ideológicamente, simpatiza con los partidos de izquierda.

La primera vez que hablé con Espen fue días antes de la presentación de mi anterior obra en la Feria del Libro 2013 en la que compartió la mesa con María Luján Rey, madre de Lucas Menghini, y el periodista Ceferino Reato. El encuentro fue muy emotivo. El público, sin coincidir necesariamente sobre lo que ocurrió en los setenta, aplaudió a la Madre a rabiar. 

Espen contó su historia personal y concluyó que, si en aquellos oscuros años no la pudieron silenciar, menos lo hará hoy un gobierno, sea cual sea su signo político. Espen se compromete y dice lo que siente. A ese primer encuentro se sucedieron varios más. La Madre jamás criticó a ninguna de sus compañeras. A comienzos de este mes, entrevisté a Elia en mi programa en FM Identidad. Perfil.com fue uno de los valientes medios que se animó a difundir la entrevista. Como periodista he entrevistado a Tati Almeida, Nora Cortiñas, Espen y, hace años, a Hebe de Bonafini. No creo en la censura previa e intento despojarme de preconceptos que nos suelen invadir y enceguecer.

En aquella ocasión, Espen habló de Sergio Berni, el gendarme “carancho”, César Milani y la política de derechos humanos kirchnerista. Nunca imaginó que un comunicado firmado por el organismo que integra, se desmarcaría de sus dichos. En la organización, hay Madres críticas y otras que simpatizan con el gobierno pero se respetan. Menos aún, Espen imaginó la repercusión maliciosa del comunicado en los medios de comunicación estatal y paraestatal que creen que la democracia llegó el 25 de mayo del 2003.

Nadie la llamó. 

Esta mañana, Elia Espen estaba profundamente angustiada. A pesar de su malestar, no renunciará a su lucha inquebrantable de siempre. En 1986, el día en que las Madres de Plaza de Mayo se dividieron por discrepancias con Hebe de Bonafini, juramentaron conformar un colectivo heterogéneo. Esto es, todas las Madres se respetarían mutuamente y tendrían la libertad de militar, apoyar o criticar al gobierno, funcionario o dirigente que quieran. En la actualidad, hay Madres que temen participar de un acto político crítico del kirchnerismo porque “me están apretando para que me vaya de aquí”. Seguramente no es sencillo para Nora Cortiñas respaldar a Félix Díaz o haber denunciado los aprietes de Andrés “el cuervo” Larroque cuando mandó a sacar las carpas de los qom instaladas en la avenida 9 de julio.

Ayer, Cortiñas estaba en Formosa respaldando a los wichis mientras la Presidenta se abrazaba con Gildo Insfrán, el eterno gobernador formoseño. Difícilmente haya firmado el comunicado que el aparato estatal utilizó para “escarchar” a Espen y para disciplinar a otras Madres críticas del estado actual del país. Línea Fundadora es diversa: conviven Marta Ocampo de Vásquez, la citada Espen y Cortiñas con Tati Almeida que participa, activamente, en todos los actos kirchneristas. Su imagen, su voz y su pañuelo formaron parte de decenas de campañas del gobierno incluidas la maniquea “Patria o Buitres”. Nadie emitió un comunicado contra Almeida y, si así lo hubiesen hecho, hubiese sido discriminatorio hacia sus creencias y convicciones. Desde ya que, es mucho más conveniente económicamente respaldar a este gobierno que criticarlo.

Los medios oficialistas no fueron capaces de darle un derecho a réplica a Espen.

Nadie la llamó. La señalaron con el dedo acusador. Formaron parte del proyecto final de este gobierno que no soporta la crítica: dividir a las Madres Línea Fundadora. Esos medios no publicaron las críticas de Estela de Carlotto al manejo discrecional de fondos de Hebe de Bonafini en la otra rama de las Madres de Plaza de Mayo. Ni Espen ni Cortiñas se han adueñado jamás de una asociación. No es el caso de Bonafini. Pero nada dijeron al respecto. 

¿Acaso alguien sabe qué piensa alguna de las madres que acompaña como ganado a Hebe? Una de esas Madres no comparte en absoluto las prácticas non sanctas de Bonafini pero la acompaña pues: "Adonde querés que vaya a esta altura de mi vida?"

El comunicado que difundió el aparato oficial buscó quebrar la pluralidad de las Madres Línea Fundadora. El kirchnerismo no soporta que se lo cuestione. Mucho menos, que lo haga una Madre de Plaza de Mayo. No lo aguanta. Ellos son los buenos, la izquierda revolucionaria, son los progresistas. Pero ese inmenso colectivo de los “buenos", "la patria" y "el pueblo" olvida que tiene metidos a los Boudou, Berni, Milani, Insfrán de la dirigente política. Se comen, gustosos, todos y cada uno de sus sapitos.

En la curva final del proceso kirchnerista, el brazo represivo de su estructura de poder, ha tomado el control ideológico y real de sus decisiones. A medida que se acerca el adiós, la Presidenta ha demostrado que lo que más le preocupa es garantizar su seguridad jurídica y la de sus súbditos. El rebaño debe seguirla adonde sea. La lucha y las palabras de Elia Espen son una patada en el traste del poder K. Mientras haya hombres y mujeres como ella, no todo estará perdido.

(*) Especial para Perfil.com. Twitter: @luisgasulla.

© Escrito por Luis Gasulla el Viernes 19/09/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


martes, 28 de enero de 2014

Elia Espen, Madre de la Plaza... De Alguna Manera...


Madre de la Plaza: "Me gustaría decirle un montón de cosas a Cristina"…

Elia Espen tiene 82 años y está enfrentada con las Madres que adhieren al gobierno. Foto: Cedoc

Se llama Elia Espen y está enfrentada con las Madres oficialistas. Una entrevista lapidaria con el gobierno y con Hebe de Bonafini.  Tiene 82 años. Dice lo que piensa, le moleste a quien le moleste. Se llama Elia Espen, es Madre de Plaza de Mayo, y suele apoyar los reclamos de los trabajadores. Marcha, religiosamente, todos los miércoles con un grupo de jubilados que exigen el cumplimiento del 82% móvil y fue investigada en el famoso Proyecto X. En 2012, por aparecer en actos con partidos de izquierda, asegura que la echaron de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.

Sentada en la mesa de un bar, a metros del Congreso de la Nación, Espen recuerda con tristeza el día en que se lo llevaron a su hijo Hugo, un joven de 27 años, estudiante de arquitectura de la Universidad de Buenos Aires y militante del PRT.

-¿Le sorprendió el ascenso del General César Milani?
-Pienso que el gobierno busca una amnistía encubierta y lo tienen a Milani por si acaso, por las dudas. Haberlo puesto a Milani es una cosa como decir “no nos van a tocar porque va a salir el ejército a defendernos”. No pueden salir a defender personas de los organismos de derechos humanos –se refiere a Hebe de Bonafini- a Milani que dice que por ser joven no sabía. ¿Y Alfredo Astíz que era? También era joven, pero el traidor se metió entre nosotras y así hay tres madres desaparecidas. Ser joven no justifica nada, lo que valen son los hechos. Hoy tenemos a Sergio Berni, a Milani, y a Alejandro Granados, ¿estos son los que defienden los derechos humanos?

-¿Qué opina de la política de derechos humanos durante los gobiernos de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner?
-Siempre digo lo mismo, que esta política fue impulsada por un matrimonio que estaba en Santa Cruz haciendo los negociados que hizo. En esa época, cuando las Madres eran atacadas y perseguidas, ellos –como defensores de los Derechos Humanos- nos hubieran mandado una esquelita muy chiquitita, que decía “los Kirchner estamos con ustedes” pero no los conocíamos y tampoco lo hicieron. Cuando vieron la oportunidad de llenarse de plata, se juntaron, habrán pensado que estas taradas –por las Madres- las podían engañar de la forma que quisiesen. Siempre hicieron las cosas en beneficio propio y, el que opina distinto, lo dejan a un lado. Se olvidan que respetar los derechos humanos es también cuidar a las personas que no tienen trabajo, educación, salud, que los jubilados estemos ganando bien y no que la defensora de los derechos humanos –por Cristina- nos haya vetado el 82% móvil.

-Ha apoyado a los petroleros de Chubut, a los trabajadores despedidos de Kraft, a los jubilados y ha participado en incontables marchas, ¿la sociedad acompaña?
-La sociedad no se compromete mucho. Algunos chicos, la juventud, un grupo de políticos que nos acompañan. Pero viajo todos los días en el tren Sarmiento y observo que la gente está cansada, trabaja todo el día y se preocupan por sus cosas. Lo entiendo. Pelean por su supervivencia.

-¿Alguna vez estuvo en Casa Rosada?
-Nunca me invitaron, fui una vez por los detenidos uruguayos que los querían extraditar y fuimos a impedirlo. Estaba con Adolfo Pérez Esquivel. Entramos, esperamos, nos sentamos para presentar la carta. Cristina no nos recibió, vino un secretario que nos dijo que la carta llegaría a Presidencia pero jamás nadie nos contestó. Con los trabajadores de Kraft también fuimos en una camioneta a Olivos, tampoco nos atendió. Volvimos y nos metimos en las rejas de la Casa Rosada, yo con el pañuelo. En ese momento estaba en sus oficinas. Le queríamos explicar qué estaba pasando realmente en Kraft. Ni las rejas pudimos pasar. No soy de las Madres de Plaza de Mayo de ellos

-¿Hay diferencias entre las Madres cercanas al gobierno y otras, críticas, como usted?
-Totalmente. Me gustaría mirarla a la cara a Cristina y decirle un montón de cosas. Educadamente, sin insultos. Pero nunca tuve esa oportunidad

-¿Qué le diría?
-Que piense, que piense mucho. Que acá no se trata de favorecer sólo a los amigos y parientes sino que hay 40 millones de argentinos. Que todos tienen los mismos derechos. Le diría que se fije por lo que está pasando Félix Díaz, que a los qom los están matando en el norte, que lo escuche.

-¿Por qué otros referentes de las organizaciones de derechos humanos están enamorados de este gobierno?
-No sé cómo encontrar la palabra justa para no ofender a nadie.

-¿Puede decir lo que piensa con libertad?
-Yo lo digo.

-¿Le trajo consecuencias?
-Me han echado de Línea Fundadora, me ha dejado mucha gente de hablar, pero no me importa. No me iré de este mundo sin decir lo que pienso.

-¿Molestó que se junte con partidos de izquierda?
-Molesta estar en la calle. Pero este gobierno no defiende a los trabajadores y tiene desaparecidos y no los menciona, como Luciano Arruga, Jorge Julio López. El ocultamiento del crimen de Paulina Lebbos, ¿no tienen nada para decir?

-¿Qué significa el pañuelo blanco que lleva puesto?
-Un santuario, algo sagrado. Yo le di mi pañuelo a una chica, Vicky Moyano, nieta recuperada que sufrió un montón, que pasó por todo. Entonces se lo di a ella en un acto por Trosky como homenaje a todos aquellos que están en la lucha. Jamás se lo daría a Aníbal Fernández (en diciembre del 2013, Hebe de Bonafini le entregó su pañuelo blanco al senador del Frente Para la Victoria, el ex intendente de Quilmes por ser “un genio”).

-¿Hace mucho que no ve en persona a Hebe de Bonafini?
-Hace añares que no hablamos. En la separación de 1986, una de ellas, Juanita –por Juana Meller- con quien hablábamos mucho, me pidió que me quedara con ellas, que me harían bordar el pañuelo. Por suerte me fui a Línea Fundadora. Te repito, no quiero que mis hijas y nietas me digan el dia de mañana que no hice nada, que no estuve en la calle luchando sino detrás de un escritorio juntando papeles y plata.

-¿Qué país sueña?
-Quiero un país donde pueda caminar, no mirarnos con odio, porque este gobierno consiguió eso, enemistar a todos los que piensan distinto. Podes ser comunista, peronista, radical, socialista, de derecha, lo que quieras, pero hoy no es así. Que haya trabajo y libertad de expresión en serio, dejando de lado las banderas partidarias. Lo tenemos que conseguir entre todos, la unidad es lo importante. Eso quería mi hijo, Hugo. “Yo sé que habrá que pelearla mucho pero lo conseguiremos” me dijo días antes del 18 de febrero de 1977 cuando se lo llevaron. Era sábado, temprano, en nuestra casa de Flores, en Páez y Boyacá. Hugo me contaba que desaparecían compañeros de la facultad, ahí le dije “¿Por qué no te vas del país?” “Yo me tengo que quedar, tengo que estar acá”, me respondió con sus 27 años. Ese día, perdí mi oído derecho por los golpes que me dieron. Tiempo después me contaron lo que le habían hecho a Hugo, las torturas y los vuelos de la muerte. El día que conocí a Azucena Villaflor, cambió nuestra vida. Ella sabía muy bien cómo organizarse. Ella nos decía a qué iglesias ir para buscar ayuda. Ese año, me tocó ir a la iglesia Britania, en Medrano y Sarmiento, poco antes de que desaparecieran a las madres. De repente, un muchacho se acercó y nos dice: ¡Te tenés que ir! No sé si habré hecho bien en irme. Pero no estaría acá contando la historia de mi vida.

© Escrito por Luis Gasulla el Lunes 27/01/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


martes, 16 de julio de 2013

El relato falla... De Alguna Manera...


Estigmas K...



El relato falla, las insustancialidades oficiales. Los casos de Moreno y Jaime. La verborrea del kirchnerismo para sostener el “relato” ha desnudado en estos días la dimensión creciente de sus contradicciones y sus insustancialidades.

Cómo no mencionar lo contradictorio de quejarse por el espionaje –reprochable– de los Estados Unidos y, por otro lado, defender el Proyecto X, y además nombrar como comandante en jefe del Ejército a un general de Inteligencia –César Milani–, área en la que estas prácticas son el pan de cada día.

Cómo no señalar lo insostenible de criticar a empresarios que se llevaban la plata en pala y, al mismo tiempo, defender a Lázaro Báez, que en su meteórica carrera de la nada a potentado ha demostrado llevarse millones en bolsas de consorcio, bolsones, camionetas y otros etcéteras.

Cómo no subrayar lo desopilante de zamarrear hace unas pocas semanas públicamente a Daniel Scioli –por no hacerse cargo de las cosas, por no tener gestión (inundaciones en La Plata), por no defender a la Presidenta de sus críticos, por querer tener un millón de amigos, por no representar genuinamente el proyecto, por ser hombre de las corporaciones y otras tantas descalificaciones– y ahora ponerlo como mascarón de proa de la campaña de Martín Insaurralde en la provincia de Buenos Aires.

A propósito: a aquellos con quienes Scioli negoció hasta las primeras horas de la tarde del sábado 22 de junio la participación de su esposa, Karina Rabolini, como segunda candidata en la lista que lidera Sergio Massa –una de esas personas es Alberto Fernández– el gobernador les dice que lo que lo llevó a abortar esa movida fue su temor de que le echaran la culpa de la eventual derrota del oficialismo y su convicción de que, tras ello, el Gobierno caería (sic).

En algunas filas del funcionariado nacional se percibe un estado que es producto de una mezcla de fatiga, desencanto y perplejidad.

Allí se observa azoro ante muchos de los dichos de la Presidenta. “Cristina no escucha a nadie”, es la expresión que más circula entre esos hombres y mujeres que pasan sus horas en despachos oficiales, sean de la Casa Rosada o de los distintos ministerios.

Otra cosa evidente es la falta de conducción y de estrategia de la campaña del oficialismo. Los dichos de Julio De Vido del jueves ante un grupo de intendentes K –“los intendentes que pierdan que se olviden de recibir plata”, dijo– representan una manifiesta acción de extorsión política expresada de manera desembozada y abierta. Son, a la vez, un signo de debilidad y también de cierta desesperación.

La apretada configura, además, un manifiesto abuso de los poderes de funcionario público que el Código Penal castiga. Esta práctica forma parte del abecé del manual de usos y costumbres del kirchnerismo.

El día que deje de ser ministro, es altamente probable que a De Vido le aguarde un largo deambular por los pasillos y los despachos de los tribunales de Comodoro Py, en los que se ventilan los casos de corrupción.

En el medio de este “todo vale” que el Gobierno aplicará para su campaña electoral hecha con fondos públicos, es probable que asistamos a la utilización de las Fuerzas Armadas como herramienta proselitista.

Eso es lo que ocurrirá con su participación creciente en estos meses en tareas de asistencia social.

No hay que olvidar que el ministro de Defensa, Agustín Rossi, prometió reeditar el “Operativo Dorrego” desarrollado en 1973, que consistió en tareas de reparación de escuelas, calles y edificios públicos en zonas carenciadas de la provincia de Buenos Aires realizadas conjuntamente por tropas del Ejército e integrantes de Montoneros. Ahora, el lugar de los Montoneros lo tomará La Cámpora.

Otra cosa que se va perdiendo es el efecto de la magia. Antes, Guillermo Moreno sacaba un conejo de su galera y, previo a fracasar, funcionaba por algún tiempo; ahora eso se va acabando.

El pan a diez pesos dura hasta que se acabe el stock. Algunas veces eso ocurre a las 10 de la mañana, y muchas otras, bastante más temprano. Como se ve, muy poco serio.

Los acuerdos de precios son una ilusión vana. Los Cedin entusiasman poco a muy pocos. El dólar blue rebotó y el viernes cerró a 8,30/8,40 pesos. “Me quiero ir” es una expresión que varios ya le han escuchado decir a Moreno. No se irá hasta el último segundo del último minuto del mandato de Cristina Fernández de Kirchner. A sus muchas tareas –en todas viene fracasando– ahora ha agregado la de representante del Gobierno en las asambleas del Grupo Clarín.

Esto también es producto de las malas noticias que la realidad le depara al Gobierno. La medida dispuesta por la Comisión Nacional de Valores es grave y reaviva la embestida del kirchnerismo para intervenir y destruir la única estructura multimediática independiente que existe en la Argentina.

El viernes último fue un mal día para el oficialismo.

Enfrascados en las fantasías del “relato”, en la Babel de Olivos nadie tenía el más mínimo indicio de la resolución que había tomado el juez federal Claudio Bonadio de ordenar el encarcelamiento del ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime.

La sorpresa y la preocupación fueron de tal magnitud que el “Ministerio del Humo” debió salir a las corridas a buscar algo con que contrarrestar el impacto causado por esa noticia.

Por ello, tras recibir un llamado de alguien del Gobierno, la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, debió concurrir a las apuradas a su despacho para emitir su dictamen –favorable al Gobierno– sobre la constitucionalidad de los artículos 161 y 45 de la Ley de Medios.

Jaime le plantea al kirchnerismo un verdadero dolor de cabeza.

El ex secretario de Transporte era un hombre de acceso directo a Néstor Kirchner y a quien el ex presidente defendía a capa y espada, algo de lo cual el senador Luis Juez da testimonio cada vez que le tocan el tema.

El caso de Ricardo Jaime es emblemático de la corrupción que mata, uno de los estigmas del kirchnerismo y de la “década ganada”.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 13/07/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.