La Armada de EEUU reveló en noviembre la posición de la implosión del A.R.A. San Juan (S-42)…
ARA San Juan (S-42)
El 22 de noviembre de 2017, siete días después de la perdida de contacto
con el San Juan, se llevó a cabo una videoconferencia en la Base Naval de
Puerto Belgrano. Los interlocutores fueron el contralmirante Luis López Mazzeo,
entonces Comandante de Adiestramiento y Alistamiento, a cargo de las
operaciones de búsqueda del A.R.A. San Juan (S-42) un alto oficial de la Armada
estadounidense.
© Escrito por Edgardo
Aguilera el sábado 17/03/2018 y publicado por el Diario Ámbito de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.
El contenido de la conversación fue
volcado en un texto de una carilla y revelaba la información dada por la U.S.
Navy confirmando la explosión/implosión del submarino y la posición geográfica
del suceso.
La marina estadounidense es la
"tercer fuente" a la que hace mención López Mazzeo en el mensaje
Confidencial que emitió el 30 de noviembre para dar por cerrado el caso SAR
(acrónimo inglés de Search and Rescue, Búsqueda y Rescate) porque se habían
agotado las posibilidades de rescatar con vida a sus tripulantes.
Hasta ahora se conocía que la
explosión había sido registrada por el sistema de sensores de la Organización
del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (uno ubicado en la
isla Ascensión y otro en las isla Crozet) y por un informe del analista Bruce
Rule, de la Oficina de Inteligencia Naval de Estados Unidos (ONI), que reveló
que el San Juan colapsó en fracciones de un segundo. Vale mencionar que los
analistas de la ONI (del inglés: Office of Naval Intelligence) producen
información de inteligencia a partir de la obtención de distintas fuentes y
sensores de la propia U.S. Navy. Las tres informaciones recibidas eran
coincidentes en la determinación del lugar donde ocurrió el naufragio y la
causa; una explosión/implosión.
El sobre cerrado con el dato
brindado por la U.S. Navy fue recibido por el ministro de Defensa, Oscar Aguad
y por el exjefe de la Armada, almirante Marcelo Srur en la mañana del 23 de
noviembre. Era la revelación quizá más importante; por la calidad de la fuente;
nada menos que la marina norteamericana que ya tenía un avión y medios de
búsqueda y rescate desplegados en la zona del naufragio.
Uno podría suponer también que esa
información sensible llegó cuanto menos a conocimiento del secretario de
Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, quien oficiaba de enlace de alto nivel con
los países participantes del mega operativo de búsqueda. El aporte resultaba
determinante para definir el modo de continuar con el esfuerzo de búsqueda.
Cuesta decirlo pero significaba un cambio en la utilización de los medios ya
que el capítulo de la urgencia en salvaguarda y preservación de la vida humana
quedaba superado y el procedimiento continuaría con la búsqueda de los restos
materiales del submarino.
El curriculum del contralmirante
López Mazzeo muestra que participó de programas de intercambio de oficiales con
la armada estadounidense en dos oportunidades, en la jerarquía de teniente de
navío y luego de capitán de fragata, como profesor en la Escuela de Guerra
Naval (U.S. Naval War College) ubicada en Newport.
Mauricio Macri tuvo el primer
contacto con el mando naval en el edificio Libertad para recibir las novedades
del caso en la tarde del 21 de noviembre de 2017. Al día siguiente, el aporte
de la U.S. Navy al contralmirante López Mazzeo en aquella videoconferencia fue
crucial para levantar la incertidumbre sobre qué pasó: una explosión/implosión
terminó con la vida de los 44 miembros de la dotación.
Macri retornó al edificio Libertad
el 24 de noviembre y se presume que ya contaba con la información de la U.S.
Navy que reforzaba sino definía la certeza de la "anomalía hidroacústica
compatible con una explosión" que había registrado la Organización del
Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, ubicada en Viena. Ese
día el presidente dio un mensaje claro "hay que saber por qué pasó" y
exhortó a "no aventurarse a buscar culpables", y que habrá "una
investigación seria y profunda" sobre lo sucedido.
El ex jefe de la
Armada, almirante Marcelo Srur ya había desatado la tirria que tenía con López
Mazzeo y lo responsabilizó junto al entonces comandante de la Fuerza de
Submarinos, capitán de navío Claudio Villamide, de negligencia y otras graves
calificaciones, en esencia por permitir la salida y operación de una nave que
-en su apreciación- no estaba en condiciones de hacerlo. Esa resolución fue
cuestionada por el ministro que aún no resolvió si los observados deben
recuperar el servicio activo.