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domingo, 7 de julio de 2019

Un colegio impidió el ingreso a Vera Jarach, Madre de Plaza de Mayo… @dealgunamanera

Un colegio impidió el ingreso a Vera Jarach, Madre de Plaza de Mayo… 

Vera Jarach, Madre de Plaza de Mayo

La militante de los derechos humanos y sobreviviente del Holocausto había sido invitada para charlar con los chicos y chicas. Ante la imposibilidad de ingresar, les mandó un video en el que pide "no dejarse fanatizar por los odios".

Publicado el viernes 05/07/2019 por el Diario Tiempo Argentino del la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
  
Vera Jarach tiene 91 años, es sobreviviente del Holocausto y desde hace cuatro décadas busca junto a las Madres de Plaza de Mayo a su hija Franca, desaparecida en junio de 1976 por la dictadura cívico militar. Este jueves por la mañana, cuando se disponía para asistir a la Escuela de Educación Superior N°8 de San Isidro para contar su historia de vida ante alumnos y alumnas, la dirección del establecimiento informó que su visita no estaba autorizada, por lo que –junto a la docente que la había invitado- grabó un mensaje para los chicos y las chicas en el que pide que “nunca más el silencio” y no dejar fanatizarse por los odios.

En un comunicado emitido por la Secretaría de Derechos Humanos de SUTEBA San Isidro, se cuenta que el “proyecto para la actividad pedagógica fue presentada por les docentes en tiempo y forma para su aval a la dirección de la escuela”, por lo que se vieron sorprendidos ante la falta de autorización.

“Consideramos de suma gravedad no permitir la entrada de Vera Jarach al colegio, impidiendo a los jóvenes conocer y compartir sus reflexiones y experiencia de vida. ¿Cómo le decimos a quien padeció el nazismo y la dictadura en carne propia que no puede hablarle a nuestros alumnos?

Los estudiantes de la EES N° 8 vieron vulnerados sus derechos a recibir información, profundizar su formación como ciudadanos y reflexionar junto con Vera sobre la sociedad y la historia. 

Requerimos a las autoridades su inmediata intervención para aclarar y reparar ante la figura internacionalmente reconocida de Vera Jarach, Madre de Plaza de Mayo y luchadora incansable por los Derechos Humanos.”, agrega el comunicado.

El mensaje de Vera Jarach para los chicos y las chicas

La madre de Plaza de Mayo y sobreviviente del Holocausto no recibió el permiso para asistir a la escuela Nacional de San Isidro y les envió este mensaje a las/os chicas/os contra el odio.

Nota del Editor del Blog:


Es por lo menos extraña la actitud de las autoridades que no autorizaron a la Señora Vera Jarach a disertar en dicha institución. 

A modo informático, adjunto algunas fotografía tomadas del muro de Facebook de la Escuela de Educación Superior Nº 8 de San Isidro, alusivas a la tristísima historia ocurrida en la República Argentina, en la década del ´70. 






domingo, 7 de agosto de 2016

Reflexiones desde la tristeza… @dealgunamanera...

Reflexiones desde la tristeza…


Lo que está sucediendo actualmente con Hebe de Bonafini produce una gran tristeza.

© Escrito por Maristella Svampa el domingo 07/08/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Creo, como muchos, que la lucha de Madres, Abuelas y familiares, no sólo fue por memoria, verdad y justicia, sino también fue una lucha que contribuyó a resignificar la idea misma de democracia, asociándola con los derechos humanos, algo que no aparecía en el discurso esquivo de ninguna izquierda argentina en la época. Durante décadas las organizaciones históricas de Derechos Humanos levantaron la bandera de la independencia en relación con el poder político.

Pero el kirchnerismo no sólo terminó con la bandera de la autonomía sino que distorsionó los objetivos esenciales de la organización de Madres, liderada por Hebe de Bonafini, convirtiendo a ésta en otra cosa, a saber, en una organización social más que vivía de los recursos del Estado.

Sin embargo, la organización y Hebe de Bonafini siguieron actuando e interviniendo públicamente como si lo de ellos solamente tuviera que ver con la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, y no con viviendas, trabajadores, proveedores y vaya a saber cuántas cosas más ligadas a la construcción y su relación con el Estado. 

No dudo de la culpabilidad de un delincuente serial como Sergio Schoklender, una figura siniestra y manipuladora, de múltiples negocios oscuros. Que lo digan si no, las organizaciones piqueteras que lo conocieron y lo padecieron, allá en Roca Negra, en Lanús, durante varios años.

Creo, además, que la grandilocuencia del Poder Judicial –llamándola a declarar un jueves, día de las rondas y ahora pidiendo la captura– no es nada inocente. No podría serlo a menos que el juez sea ignorante, además de atrevido. Pero Hebe de Bonafini debería presentarse ante la Justicia porque en tanto responsable de una organización social que recibió recursos del Estado, no es inimputable.

Por eso lamento que no se haya presentado. Lamento que esto dé de comer a aquellos que confunden las cosas y disfrutan de la extensión del barro kirchnerista. Sobre todo lamento que los que hoy están condenados por crímenes de lesa humanidad, entre ellos los cincuenta genocidas que hace poco pasaron a arresto domiciliario, beneficiados por el nuevo clima creado por el gobierno de Macri, puedan llegar a estar festejando este espantoso episodio.

Ojalá dure poco y Hebe de Bonafini, que es alguien que pese a sus errores e hipérboles ha dado mucho por la sociedad argentina, se coloque a la altura de su legado en términos de derechos humanos, y se presente ante el juez. Somos muchos los que estamos esperando tal paso.


lunes, 24 de marzo de 2014

Del cuadro al museo... De Alguna Manera...


Del cuadro al museo...


Como se trata de recordar, los que permanecemos en el mismo lugar, podemos repetir lo que siempre defendimos: el 24 de marzo debe recordarse, conmemorarse, pero jamás celebrarse.

“El 24 de marzo debiera ser lo que es: el peor día de nuestra historia contemporánea, el que consagró la muerte como la forma de resolver las diferencias, llenó de dolor a miles de hogares argentinos, amordazó la libertad y nos humilló como país. El día más largo, que formalmente terminó el 10 de diciembre de 1983 y sin embargo sobrevive en la desconfianza que impregna todas las relaciones, desde las personales hasta las políticas. Si hasta la semántica nos muestra el error de hacer del 24 de marzo un feriado, una palabra que deriva de “feriar”: cuando los tribunales de justicia están cerrados.

Entre nosotros, de lo que se trata es precisamente de que los tribunales estén siempre abiertos, para hacer justicia con los secuestros, las muertes y desapariciones, para terminar con la impunidad heredada del autoritarismo.

Si la evocación del golpe militar de 1976 nos vuelve a enfrentar, entonces habrá vencido aquel día.”

Este texto fue escrito ocho años atrás, cuando se instituyó al 24 de marzo como un día festivo en el calendario, ya que eso es el feriado desde que el ocio y el turismo se estimulan como consumo. Aún cuando nada debo agregar a mis temores de entonces, la institucionalización de la memoria con museos y monumentos, este 24 de marzo, por la imposición de Milani como Jefe del Ejército y el proyecto de museo en la ESMA, marcan una bisagra. Ambos fueron objetados, rechazados por organizaciones de Derechos Humanos y del mismísimo Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, sin que el gobierno escuchara esos reclamos.

Milani y el Museo de la ESMA son, también, dos símbolos de este 24 de marzo. Tal como como sucedió, en otro sentido, diez años atrás. El entonces Presidente Néstor Kirchner descolgó el cuadro de Videla, recuperó la ESMA y pidió perdón público a los argentinos en nombre del Estado, lo que le granjeó la simpatía de una parte importante del país. Al invitar a las Madres de la Plaza de Mayo al Palacio del gobierno oficializó lo que Raul Alfonsín no había podido hacer para dar el paso mayor, el más difícil, ordenar el Juicio a los Comandantes en contra de muchísimos dirigentes políticos y una sociedad todavía atemorizada. No porque no crea que las madres y las víctimas que impulsaron la verdad y la justicia no deban ser homenajeadas sino porque fue a partir de ahí que los pañuelos blancos dejaron la Plaza para politizarse con los favores del Palacio. 

Diez años después, la urgencia para hacer de la ESMA un museo, contó con otra irregularidad previa, difícil de explicar. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que diez años atrás había recibido el edificio de la ESMA para que integrara el acervo de la memoria trágica de la ciudad, ahora cedió el Casino de Oficiales, que integra el predio, para que como Museo se llene de luces y sonidos en evocación del terror que allí sucedió. Un proyecto de la Secretaría General de la Presidencia, la Secretaría de Derechos Humanos y la Universidad de San Martin, siempre elegida a dedo, sin licitación, a la hora de tercerizar las obras de la cultura.

Como se  trata de recordar, los que permanecemos en el mismo lugar, podemos repetir lo que siempre defendimos: el 24 de marzo debe recordarse, conmemorarse, pero jamás celebrarse. Sin embargo, me temo que las conmemoraciones, acompañadas de murgas, festivales musicales o asados, lejos de resignificar el terror que allí se vivió, al provocar dolor a tantos otros, en realidad, exhuman, sacan afuera, proyectan sobre la sociedad, lo que las víctimas de la ESMA recibieron a manos llenas, la crueldad y la mentira, la perversidad y la denigración. El edificio de la ESMA como otros llamados Sitios de la Memoria podrán intercambiarse entre los gobiernos por conveniencia política o desinterés, lo que no podrán modificar es el legado trágico que pertenece a todos los argentinos. Sólo por eso debiera evitarse hacer del terror un espectáculo.

Si reconciliar es unir lo que fue violado, la reconciliación posible es la que nos devuelva lo que fue ultrajado, la convivencia democrática. No tan sólo la simbología de una entrevista de Hebe de Bonafini al general Milani, sino la subordinación de todos a la democracia. Sobre todo, los que visten uniformes.

Para conmemorar sin herir, ya está en la hora de que los argentinos que queremos hacer de la Historia un aprendizaje, no una venganza, recuperemos todo lo que nos pertenece, por autoridad de lucha y derecho democrático, y nos fue burlado desde el día que alguien pudo creer que el compromiso con los Derechos Humanos se reduce a quitar un cuadro de la pared.

© Escrito por Norma Morandini, Senadora Nacional,  el Lunes 24/03/2014 y publicado en  su página http://www.normamorandini.com.ar/?p=7617#sthash.vxbLo2KH.dpuf

 

Néstor y Hebe... De Alguna Manera...


Néstor Kirchner y la alianza con Hebe Bonafini, "el tanque"...

Hebe, apoyo estratégico de Néstor Kirchner. Foto: Télam

Cómo fue el plan para sostener el Gobierno kirchnerista con los "derechos humanos" como principal relato. Un día como hoy, hace apenas tres años, el oficialismo recordó el aniversario número 35 del último golpe de Estado con un acto en el Mercado Central: hablaron, entre otros, Sergio Schoklender, que todavía no se había peleado con las Madres de Plaza de Mayo y con el Gobierno; Guillermo Moreno, y Amado Boudou, que era el candidato a vicepresidente de Cristina Kirchner.

Allí fue cuando Schoklender inventó una frase polémica para definir a Néstor Kirchner, recientemente fallecido: “el desaparecido 30.001”, que fue repetida por Moreno y por Boudou.

La anécdota demuestra cuánto le importa al kirchnerismo la verdad histórica: muy poco, lo mismo que a cualquier otro grupo político. Es que el político no busca la verdad sino el poder; utiliza la historia como un insumo más en la lucha por el poder, pero no pretende esclarecer qué pasó en un determinado momento, por ejemplo en los setenta.

A juzgar por lo que afirmó luego, en un libro, Schoklender sabía perfectamente que los desaparecidos no habían sido 30 mil; que se trataba de una “mentira necesaria” inventada por Hebe Bonafini. Tampoco desconocía que Néstor Kirchner no era un desaparecido; seguramente, le pareció que “el desaparecido 30.001” sonaba ien, que era un hallazgo marketinero.

En su libro El Flaco, el filósofo K José Pablo Feinmannrevela una conversación por teléfono en la que Néstor Kirchner, que recién había asumido, en 2003, le explica dónde apoyará su gobierno:

“Nuestro punto de partida tiene que ser los derechos humanos”, y, en especial Hebe Bonafini: “Hebe es un tanque. Y el más grande de todos los símbolos. La madre de las Madres”.

Feinmann le había sugerido que el flamante gobierno se apoyara en los asambleístas.

Néstor Kirchner no conocía a Bonafini ni había tenido trato con las Madres. La conoció ya en la Casa Rosada; se cayeron muy bien de entrada y forjaron una sólida alianza, que se demostró incluso cuando estalló el escándalo por la construcción de viviendas populares por parte de las Madres financiadas con dinero público.

Por su lado, las Madres aportaron mucho al kirchnerismo. Por ejemplo, fueron un escudo ético que lo defendió de las denuncias y las sospechas de corrupción. Fueron, en pasado, porque Bonafini luce tan desgastada que ya no puede defender a nadie en ese campo.

Los Kirchner hicieron un manejo astuto de los derechos humanos; se apropiaron de esa lucha como si alguna vez les hubiera importado algo. Aprovecharon la mala conciencia de buena parte de los políticos, los empresarios, los sindicalistas, la Iglesia y los medios de comunicación, que saben que no estuvieron a la altura de las circunstancias cuando los militares violaban los derechos humanos más elementales.

Sobre esa base, le dieron un nuevo significado a la historia reciente, enhebraron un relato contundente y construyeron un poder formidable.

Sin embargo, el kirchnerismo ahora está en retirada; es que en política alguna vez el poder se pierde; cuando llega ese momento, no hay relato que disimule esa nueva realidad.

© Escrito por Ceferino Reato, editor ejecutivo de la revista Fortuna, el Lunes 24/03/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Ya nada será igual... De Alguna Manera...


Ya nada será igual…

Abuso del pañuelo, Cristina Fernández de Kirchner. Dibujo: Pablo Temes.

Cristina, Bonafini y Carlotto se ven como luchadoras de los derechos humanos, pero obviaron las muertes por los saqueos.

No es gratis bailar con Moria Casán mientras parte del país está en llamas y en pánico y muchos argentinos pagaron semejante salvajismo con sus vidas. Las señales demagógicas que se envían desde el poder han contribuído a construir un sujeto anárquico que tomó al pie de la letra el vamos por todo, porque lo convencieron de que la democracia solo consiste en ejercer derechos a cambio de ninguna obligación.

Algo muy profundo se quebró. Ya nada será igual en este país en ebullición. A 30 años de la refundación de las instituciones republicanas, es necesario renovar varios contratos que se rompieron con muchos dirigentes políticos y ciertos organismos de derechos humanos.

En varios aspectos hay que empezar de nuevo. Una docena de compatriotas murieron en las calles –en medio de una implosión social producto de la ausencia del Estado– y la Presidenta de la Nación, las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo no tuvieron ni siquiera una palabra de pésame por los familiares de las víctimas. Tres mujeres que se ven a sí mismas como la encarnación de la defensa de los derechos humanos cayeron en un pragmatismo inquietante al solo efecto de cuidar sus respectivas quintitas.

Cristina calló. Tapó la boca de sus convicciones con la venda de las conveniencias. Hebe dijo que los años democráticos solo fueron los últimos diez. Y Estela levantó sospechas sobre la identidad de las víctimas. Luis D’Elía se atrevió a llamar las cosas por su nombre y a expresar lo que sus compañeras K intentaron disfrazar: “Los muertos del 19 y 20 luchaban contra el neoliberalismo y los de estos días fueron a robar con la policía”.

Clarísimo: hay muertos buenos y malos y los que murieron bajo el gobierno de Cristina, “por algo será”. Conceptualmente dictatorial. Muchos artistas que en su momento defendieron las libertades y lucharon contra la impunidad, esta vez también miraron para otro lado.

Es el final lamentable de un sectarismo que en varios casos fue cooptado por el Estado con ideología o dinero. Fue muy explícito cuando se obligaron al silencio cómplice ante el siniestro ferroviario de Once; ahora lo confirman entrevistando y elogiando al muy cuestionado general César Milani y despreciando a los muertos de este diciembre caótico e inquietante. Es contradictorio con aquella verdad de que la memoria debe funcionar siempre. Por los desaparecidos de hace 30 años y por los muertos de hace 30 minutos. Solo le pido a Dios que la muerte no me sea indiferente, debe ser una verdad bajo cualquier gobierno. 

Hay que decirlo con todas las letras. Hebe de Bonafini y Estela Carlotto ya no defienden los derechos humanos de todos y todas. Defienden al gobierno de Cristina. Están en todo su derecho. El mismo que le asiste al resto de los argentinos que no se sienten representados por esa camiseta y deben parir nuevas entidades humanitarias  y ecuménicas, que traten a todas las víctimas por igual y que condenen todo tipo de atropellos, incluso los producidos por el gobierno de Cristina.

Moria moviendo sus caderas con CFK se convirtió involuntariamente en un síntoma bizarro de la degradación de ciertos valores. La vedette supo defender incluso en democracia a los militares con la misma liviandad con que respaldó a Alfonsín, Menem, Cristina y la mano dura. Educó a su hija en el territorio mediático, ofrecieron en forma conjunta sus cuerpos desnudos, exhibieron su amor por el porro y luego la madre le reprochó a la hija que no tuviera responsabilidades a la hora de ganarse la vida con su trabajo o de educar a su propia hija.

Podría decirse que la fase “Moria Casán” es la etapa superior del kirchnerismo. Donde todo vale. Donde todo es lo mismo. Y donde la frivolidad que factura millones es reinterpretada como transgresión revolucionaria.

Hay que tener mucho cuidado con esos mensajes nefastos que se envían al trabajador esforzado. Muchos disvalores permean y se vuelven en contra de los mismos que los industrializan alegremente. Un gobernador como José Alperovich, que ganó con amplitud en las elecciones, tuvo una gran cintura para proteger los automóviles de las concesionarias de su emporio familiar, pero se tuvo que comer una concentración cacerolera de 15 mil personas que protestaron contra su gobierno y su maldita policía. Ahí también hay contratos que renovar. No alcanza con la legalidad que dan las urnas. Hay que completarla con una legitimidad de gestión. Son representaciones que deben revalidarse día a día.

Esa multitud que espontáneamente se concentró en Tucuman fue similar en términos numéricos a la que concurrió a Plaza de Mayo para el festival de músicos que parecían tocar en la cubierta del Titanic. ¿Cómo es posible que pierdan la sensibilidad y no se den cuenta que luego es difícil volver de determinados fanatismos y negaciones? Cristina movía su esqueleto, tocaba el tambor y no comprendía que había también un mensaje en el módico poder de convocatoria que exhibieron los chicos de La Cámpora. Exagerando, se podría decir que había mas micros que gente. Y eso que los números musicales eran muy atractivos: León Gieco y La Renga, por ejemplo. Dijo bien Adolfo Pérez Esquivel: “No estaba de ánimo para festejos”. Muchos dirigentes pidieron postergar la fiesta. Rodolfo Terragno fue irónico en su comunicado: “Cae un edificio en Rosario por escape de gas: dos días de duelo nacional. Muere gente en todo el país por crisis policial-social: fiesta”.

Cuando se pierde el sentido común no hay relato que alcance. Cuando se fomenta la demagogia de que una democracia solo tiene premios y ningún castigo, aparecen los problemas soterrados: canas que le ponen una pistola en la cabeza a la democracia, lumpenajes varios de la birra y el robo de electrodomésticos, barras bravas del fútbol corrupto, bandas de narcos cada vez mas activas y patoteros del piquete fácil y la capucha.

Cuando se fomenta el odio, la venganza, el incumplimiento de las leyes y las normas, se envía corruptos a representar al país en los funerales de Mandela y se intenta destituir a los fiscales honestos que investigan la complicidad de Lázaro y Cristina, algo muy grave se está instalando. La mente brillante de Santiago Kovadloff pudo sintetizarlo como una verdad revelada: “El saqueo de abajo es un reflejo del saqueo de la Republica”. 

© Escrito por Alfredo Leuco el sábado 14/12/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.