Cuestión de tiempos…
Contando la
Hacienda, Alfonso Prat-Gay. Dibujo: Pablo Temes
Por ahora, la política da más satisfacciones al
Gobierno que los números. Lo que vendrá.
© Escrito por
Nelson Castro el domingo 14/02/2016 y publicado por el Diario Perfil de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Se asiste a la
crónica de una situación anunciada: el campo minado que la
administración de Cristina Fernández de Kirchner le dejó a la de Mauricio Macri va haciendo sentir inexorablemente el
peso de sus consecuencias. “No habrá luna de miel para el nuevo gobierno
sea cual fuere el candidato que ganare”, señalábamos en esta columna poco antes
de la segunda vuelta electoral que consagró al actual presidente. No era un
presagio sino una certeza producto del conocimiento de los datos negativos que
emanaban del análisis de las distintas variables de la economía argentina. Es
algo en lo que, salvo el kirchnerismo duro, coincidieron todos los postulantes
que tomaron parte de la competencia electoral por la presidencia. “Por eso no
puedo aceptar que se critiquen medidas que son producto de lo que nosotros
fuimos causantes”, dijo el ex titular de la Anses Diego Bossio, a quien Carlos Zannini llamó para decirle
que, a causa de su alejamiento del bloque de
diputados del Frente para la Victoria, para Cristina Fernández estaba “muerto”.
Como siempre
ocurre, frente a un sinceramiento de la economía de la envergadura del que se
está atravesando, una cosa es decirlo y otra cosa es vivirlo. En el decirlo
aparece la comprensión de la problemática que está en el origen del verdadero
descalabro económico que recibió el actual gobierno. En el vivirlo se
manifiesta, en cambio, el impacto que esto genera en las aspectos esenciales
que hacen a la vida diaria de cada persona según su circunstancia, por lo que el
que menos tiene es el que más sufre los efectos adversos de estos ajustes. Al
Gobierno le corresponde, pues, no sólo reconocer un problema sino buscar las
soluciones. Para eso se postularon y para eso los eligieron. Es como cuando
alguien va al médico; primero le interesa saber qué le está pasando –el
diagnóstico–; y después, espera –demanda– que acierte con el tratamiento que
lleve a la cura. Por supuesto que hay tratamientos que acarrean dolores; pero
en esos casos, el médico busca paliarlos hasta que, si la terapéutica es la
correcta, la cura llegue.
Macri está
ansioso por este tema. Comienza a comprender que los tiempos políticos
y las exigencias del día a día no siempre van de la mano. Alfonso Prat-Gay le dijo que hay que mantener la
firmeza y que la reducción del déficit fiscal será el instrumento clave que
llevará a poner freno a la inflación. La falta de cifras por parte del Indec le
genera al Gobierno otro problema, ya que no todos creen que lleve tanto tiempo
lograr obtener números creíbles. A falta de ello, se conocieron los
inquietantes datos de la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad de
Buenos Aires, que hablan de una inflación de 4,1% en el mes de enero. Este
guarismo deja descolocado al ministro de Hacienda, quien hace unos días había
señalado que el índice estaría “más cerca del 3%”.
Una cosa es hablar de sincerar la economía y la otra es
vivirlo
En busca de soluciones el Gobierno está requiriendo la
ayuda de los consumidores. Conceptualmente es una herramienta válida si va
acompañada de otras medidas. Esa fue la causa del poco éxito que tuvo durante
la administración de CFK. El lunes saldrá publicada en el Boletín Oficial la
resolución que el pasado viernes firmó el secretario de Comercio y que habilita
legalmente a llevar adelante este sistema informático de monitoreo de precios.
Esta resolución
obliga a las cadenas de supermercados (con facturación de más de 463 millones
de pesos anuales) a informar un listado diario de, en principio, mil productos
y sus precios, por cada punto de venta particular.
Si el producto
publicado no está o no corresponde el precio, habilita a la Secretaría
de Comercio a elevar una sanción aplicando la Ley de Lealtad Comercial
y la de Defensa del Consumidor.
En cuanto a los
jubilados, desde la Secretaría de Comercio están tratando de implementar un
acuerdo con la Anses para que, en cada delegación o club de jubilados, el organismo
pueda ayudar y enseñar a los jubilados a usar esa herramienta.
La idea es que
este sistema, además de ayudar al consumidor, le permita al Gobierno establecer
precios de referencia y así intentar limitar sus asimetrías. “Esta no es una
herramienta antiinflacionaria. Es una herramienta que le da más poder al
consumidor. Esperamos poder tenerla funcionando para el 15 de marzo”,
reconoce una voz desde la Secretaría de Comercio. Por lo que se sabe, esta
medida se iba a presentar dentro de cuatro meses, una vez que caducara Precios
Cuidados, pero las circunstancias llevaron al jefe de Estado a avanzar
rápidamente en su implementación. Macri está muy preocupado por la inflación,
cuyo impacto negativo en la encuestas se
está haciendo sentir fuertemente.
La reunión con los líderes sindicales fue producto de esta situación, que
complica las venideras negociaciones paritarias. En el encuentro, que marcó
también un cambio de época –Hugo Moyano, Luis Barrionuevo y Jerónimo Venegas
habían sido borrados del mapa por CFK–, el Presidente, quien reconoció el
problema de la inflación y lo justo del reclamo gremial, les dijo que
necesitaba su ayuda. Los sindicalistas atendieron las explicaciones,
pero insistieron en que mantendrán sus posturas. Habrá que ver qué efecto tiene
para modificarlas el aumento del mínimo no imponible, el desdoblamiento de las
paritarias, la reducción del IVA a los alimentos de la canasta básica y el pago
de parte de la deuda que el Estado tiene con las obras sociales. Dentro de este
clima de diálogo, el Gobierno comete un error al marginar a los gremios
estatales, con los que las diferencias son mayores. Eso lo hacía CFK.
En lo político,
las cosas le vienen saliendo mejor al Gobierno. El buen trato hacia los
gobernadores está dando sus frutos, ayudado esto por el indiscutible
malestar que a lo largo de su mandato generó CFK en sus propias filas. El
proceso de fractura dentro del FpV es imparable. La información dice que
las nominaciones a la Corte Suprema de los doctores Horacio Rosatti y Carlos
Rosenkrantz serán aprobadas, al igual que las de los embajadores y militares.
En relación con los decretos de necesidad y urgencia, la impresión es la misma.
“Nada tarda tanto como aquello que no se empieza”, una frase de Alain refleja
algo de lo que el oficialismo parece estar aprendiendo rápidamente: la clave
para manejar este difícil momento exige mucha muñeca política, algo que una
concepción excesivamente gerencial del Gobierno pareció ignorar.
Producción periodística: Guido
Baistrocchi.