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domingo, 5 de enero de 2020

Francia extraditó a un ex policía argentino acusado de delitos de lesa humanidad… @dealgunamanera...

Francia extraditó a un ex policía argentino acusado de delitos de lesa humanidad…

Mario Alfredo Sandoval. Fotografía: AFP.  

Se trata del represor Mario Alfredo Sandoval, quien será juzgado por la desaparición de un estudiante universitario en 1976.

© Publicado el domingo 12/12/2019 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.



El ex policía argentino Mario Sandoval, acusado por desapariciones durante la dictadura cívico militar que azotó a nuestro país entre 1976 y 1983, fue extraditado este domingo por la noche desde Francia. Sandoval se había exiliado allí pero el país europeo aceptó el pedido argentino de extradición. Aquí se espera que sea juzgado por la desaparición de un estudiante en 1976, según informó la agencia francesa AFP.

"Todo ha salido como estaba previsto", declaró la abogada del Estado argentino, prevenida por la embajada en Francia acerca de esta resolución.

El avión de la compañía Air France en el que viajaba Sandoval, exiliado desde 1985 en Francia (donde obtuvo la nacionalidad), despegó de París hacia medianoche, hora europea.

La Justicia argentina solicitó en 2012 por primera vez la extradición de Sandoval, vinculado al centro clandestino de detención de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde perdieron la vida miles de personas durante la dictadura argentina.


Las autoridades galas asumieron en aquel momento que la mayoría de los cargos habían prescripto o que no eran imputables a Sandoval, pero sí aceptaron su potencial juicio por la desaparición del estudiante universitario Hernán Abriata. El joven fue secuestrado en su domicilio en octubre de 1979 y visto por última vez en la ESMA.

El Gobierno francés aprobó un decreto en agosto de 2018 para proceder al traslado, pero Sandoval acudió al Consejo de Estado, la máxima instancia administrativa en Francia, para tratar de anular dicha orden. Sandoval esgrimía que el único caso que tiene pendiente también había prescrito.

El Código Penal francés establecía en el momento en que se formuló la petición de extradición un plazo de prescripción de diez años para los delitos de secuestro a contar desde el día en que concluye dicho --desde la reforma de 2017 el plazo de amplió a 20 años.

JPA/MC








viernes, 6 de julio de 2012

Histórico: Videla y Bignone condenados... De Alguna Manera...

Histórico: Videla y Bignone condenados por el robo de bebés en la dictadura...


En un paso más que permite esclarecer lo ocurrido durante los años de la última dictadura cívico-militar, la justicia argentina reconoció este jueves formalmente la existencia de un Plan Sistemático de Robo de Bebes a mujeres secuestradas durante ese período, al condenar a 50 años de reclusión, la máxima sanción prevista en la legislación nacional, al ex dictador Jorge Rafael Videla, y aplicar severas penas de hasta 40 años a otros ex represores.

El Tribunal Oral Federal 6 (TOF 6) de esta Capital condenó además en la misma causa a 30 años de prisión al ex marino Jorge "Tigre" Acosta, responsable operativo del centro clandestino de detenciones que funcionó en la ESMA durante la dictadura, y a 15 años al ex dictador Reynaldo Bignone, último presidente de facto.

Al dictar condena en esta causa iniciada hace dieciseis años por las Abuelas de Plaza de Mayo —por crímenes cometidos hace más de tres décadas—, el TOF 6 resolvió unificar en esa única pena la actual y las dos anteriores condenas a perpetuidad que ya tenía Videla.

En el mismo fallo, el tribunal condenó al almirante Antonio Vañek, que comandó la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) a 40 años de prisión; y al ex jefe de Campo de Mayo, Santiago Omar Rivero a 20 años de prisión.

En ambos sitios bajo jurisdicción de la armada y del Ejército se cometieron la enorme mayoría de los 35 delitos puntualmente ventilados durante los últimos quince meses en este juicio.

Según relata agencia Télam, al leer el fallo, la jueza María del Carmen Roqueta dejó expresamente sentado que para el tribunal cada uno de los casos constituyen una “parte integrante de un Plan Sistemático de Robo de Bebés” desarrollado durante el período del terrorismo de Estado.

“Sentimos que se va recuperando la justicia, pese a que las penas fueron un poco livianas”, dijo la titular de Abuelas, Estela de Carlotto, quien sin embargo rescató que el fallo haya reconocido la existencia de un plan sistemático.

“Es un momento de alegría y de hermandad entre nosotros. Agradecemos a nuestros papás por habernos dados la vida y a las Abuelas por recuperar nuestra identidad,”, dijo conmovida la nieta recuperada Victoria Montenegro, en medio de un público, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, y jóvenes de la agrupación HIJOS, muchos de ellos nacidos en cautiverio.

También pudo verse a militantes políticos como el legislador porteño Juan Cabandie —nieto recuperado— y el diputado nacional Martín Sabatella (Nuevo Encuentro), entre otros.

De los once acusados, nueve fueron encontrados penalmente responsables de “sustracción, retención y ocultamiento de menores”, con el agravante de tener menos de diez años, y la posterior supresión de su identidad, en diferente cantidad de casos y circunstancias.

El último dictador del "Proceso", Reynaldo Bignone, fue condenado a 15 años de prisión, igual pena que al médico militar Jorge Luis Magnaco, quien asistía a las parturientas en la ESMA, mientras que al prefecto Jorge Azic le dieron 14 años.

El ex oficial del Ejército Victor Gallo, que junto a su ex mujer Susana Colombo se apropiaron del nieto restituido Francisco Madariaga Quintela, fueron condenados a 15 y 5 años de prisión, respectivamente.

El ex agente de Inteligencia Eduardo Ruffo y el ex almirante Rubén Franco, que integró la última junta militar fueron absueltos, pero el primero quedó detenido por otras causas pendientes de juicios.

La causa conocida como Plan Sistemático arrancó el 30 de diciembre de 1996 con una presentación de Estela de Carlotto y María Isabel “Chicha” Mariani, que aprovecharon el vacío jurídico que dejaron las leyes de Obediencia Debida y Punto Final para denunciar la apropiación de los hijos de las mujeres desaparecidas.

Un buen día para los derechos humanos, solo superable por la posibilidad de que alguna vez también se condene a quienes, desde movimientos guerrilleros, también asesinaron inocentes.

Ahora, Para cuando la condena a terrorismo de izquierda?

© Escrito por Diego Goldberg y publicado por Tribuna de Periodistas el jueves 5 de Julio de 2012.




domingo, 6 de noviembre de 2011

Parir en la E.S.M.A. ... De Alguna Manera...

Parir en la E.S.M.A.

Sara Solaraz de Osatinsky, testigo clave del plan sistemático de apropiación de bebes durante la última dictadura. Acompañó a quince embarazadas en la Escuela de Mecánica de la Armada. Relata cada uno de esos partos y cuenta cómo se acondicionó un lugar específico para la “maternidad clandestina”, a la que derivaban prisioneras de otros campos.

La pieza de las embarazadas. Jorge Luis Magnacco. Una mesa. La asepsia. Una sábana verde. Tres embarazadas que se van, una que pare. Una incubadora, un sietemesino. El papelito en el que escribe todos los nombres. Noviembre de 1978, en la Escuela de Mecánica de la Armada, más exactamente 16 o 17 noviembre, dijo Sara Solarz de Osatinsky. “Trajeron a quien nosotros creíamos que era la esposa de Matías y era Patricia Roisinblit, que dio a luz un varón el 18 de noviembre de 1978, una cosa conmovedora, como todos los partos, por supuesto, pero en este caso, como Patricia había estudiado medicina –participó Magnacco como médico–, y en el momento que dio a luz pidió que no le corten el cordón umbilical y se lo pongan sobre el pecho y decía: ‘No me lo saquen, no me lo saquen’, era lo que la unía, la seguía uniendo a ese bebé que nació, a quien si no me equivoco le puso de nombre Rodolfo.”

Pedida por las parturientas de la Escuela de Mecánica de la Armada, Sara Solarz de Osatinsky estuvo en una enorme cantidad de alumbramientos en el centro clandestino más grande de la Marina. Es una de las personas que pueden darle a ese espacio las características y dimensiones de maternidad clandestina. Declaró en la causa por el plan sistemático de robo de bebés, es la testigo acaso más importante del tramo ESMA y uno de los pilares del juicio. Viuda, mujer de Marcos Osatinsky, dirigente de las FAR, uno de los prófugos de Trelew, asesinado. Madre de Mario y de José, asesinados a los 18 y 15 años. Llegó a la ESMA el 14 de mayo de 1977 y hasta noviembre de 1978 observó el desarrollo de quince embarazos: su voz se sumergió durante la audiencia en esos mundos, restituyendo a esas mujeres al mundo de los vivos.

A ella la secuestraron en una esquina de Capital Federal, mientras gritaba su nombre, y la golpearon con una llave inglesa. “¡Me llamo Solarz, me secuestran!”, decía y la patota gritaba a su vez qué era una brigada contra drogadictos. “Me llevan a un lugar donde no vi qué era en ese instante y me cortan toda la ropa, ni siquiera me sacan las esposas ni nada, sino que con una tijera me sacan toda la ropa que tenía y me dejan desnuda y me ponen sobre una camilla y es en ese momento que empiezan a decirme:

–Señora, ¿sabe dónde está?

–No sé –les dije yo–. Me da lo mismo.

–Está en la ESMA –me dijeron, y la verdad es que a pesar del “me da lo mismo’, no fue lo mismo: tenía conocimiento de lo que significaba la ESMA por algún folleto que decía todo lo que hacían con los prisioneros, con los secuestrados...”

Una guardia “buena”, “chicos de 14 a 18 años”, después de algunos días la dejaron andar sin esposas atadas atrás, las tenía adelante. “Pude levantarme la capucha y ahí era un espectáculo verdaderamente dantesco: como si estuviéramos dentro de una caja de muertos que llegaba al techo, uno no podía levantar la cabeza porque se golpeaba, todo cerrado con madera y el espacio exacto para que uno estuviera acostado en ese lugar. Cuando pude ver, una cosa que fue terrible de ver, es que en el medio de toda esa cantidad de cajas de muertos, había una cama que sobresalía y una mujer embarazada que se había levantado en ese momento: era Ana de Castro, luego supe que se llamaba así.”

“Yo tenía un papelito muy, muy pequeñito donde iba anotando todos esos datos”, dijo en un momento sobre la sucesión de embarazos. “Papelito de cada una de las embarazadas que desgraciadamente no fue posible conservar, yo pensaba que nunca me iban a dejar ir, se lo di a alguien y después ese papelito desapareció.”

Entre las primeras embarazadas estuvo con Pichona, María del Carmen Moyano de Poblete, y con Cori, que era Hilda Pérez de Donda. Como Ana Rubel de Castro, habían llegado antes que ella y dieron a luz antes de que empiece a funcionar la “pieza de las embarazadas”: cuatro camas que se ocuparon de forma rotativa y los marinos empezaron a llamar “La pequeña Sardá”, la maternidad clandestina de la ESMA. “Sara se ocupó de describir cómo el lugar funcionó con una coordinación interfuerzas –puntualiza Agustín Chit abogado, de Abuelas de Plaza de Mayo–, muestra cómo llegaban embarazadas de Buzos Tácticos de Mar del Plata, La Perla, el Banco o Coordinación Federal.”

–¿Supo si esas tres primeras mujeres tuvieron a sus hijos? –le preguntó el fiscal.

–Sí –dijo Sara–. Pichona pidió por favor que la acompañara en el momento del parto, para no estar al lado de los asesinos. Me bajaron y la bajaron a la enfermería. Estaba el doctor Magnacco y estuve al lado de ella y el ruido de las cadenas eran terribles en el momento que se sentían al mismo tiempo los gritos del bebé que nacía.

Pichona tuvo una hija mujer, en junio de 1977. Los partos todavía se hacían en la enfermería. Ella venía de la Perla, estaba en la ESMA desde abril. Su hija permanece desaparecida.

A mediados de 1977 empezó a funcionar la pieza: “El parto se realizaba en la misma habitación (de las embarazadas), sobre una mesa que ellas tenían, había una mesa grande y (Carlos) Capdevilla venía con material que decía que estaba esterilizado, eran las sábanas de color verde que se ponían y el resto de las embarazadas, porque la pieza era para cuatro, las sacaban de la habitación y volvían cuando se retiraba todo el material, estaba lavada la criatura y quedaba la criatura con la madre también en la habitación”.

Sara mencionó visitas de Antonio Vañek, Jacinto Chamorro y Jorge Vildoza. Y el rol de Jorge “Tigre” Acosta, Héctor Febres y “Pedro Bolita”, cuyo nombre es Carlos Galián.

“Siempre era Pedro Bolita o Febres el que venía a buscar a los niños; el doctor Magnacco, que pasaba todos los días; Capdevilla también pasaba si no estaba Magnacco, y Pedro Bolita normalmente era el que partía con el bebé o Febres.” Acosta conocía todo, dijo. “Era el que decidía cuándo venían las embarazadas, quién iba a venir, no recuerdo que haya entrado, pero que sabía, sabía quiénes estaban y en qué momento iban a dar a luz: tenía toda la información de hasta el más mínimo movimiento.”

La pieza de las embarazadas se cerró en marzo de 1978 porque llegaba de visita un periodista inglés. Para entonces, acababan de dar a luz Cristina Greco y Patricia Marcuzzo: “Cerraron las piezas, hicieron como un depósito y por eso Pati, lloraba, decía: `¿Por qué no me dejan con mi criatura?’. Porque prácticamente ese día o al día siguiente que la trasladaron, se quedó la criatura y se la llevaron a ella, por lo que me contaron dejaron el moisés en la casa de la madre”. Ella continúa desaparecida.

–¿Sabía el destino de los bebés? –le preguntó el fiscal Martín Niklison. –No, no sabía exactamente. Una persona que tenía relación con médicos del Hospital Naval decía que había un papel que decía para las mujeres de los militares, que si no tenían hijos, podían adoptar estos hijos de los guerrilleros. Esa fue una de las cosas que supimos. Y Febres dijo que tenía un primo que era una persona muy generosa, que se ocupaba de buscar casas para esos chicos, lo cual significaba que los chicos no eran entregados a sus padres, que esas cartas que ellas escribían no eran reales: no se las entregaban a nadie.

Al final, la presidenta del Tribunal Oral Federal No 6, María del Carmen Roqueta, le dijo, como hace habitualmente, si quería agregar algo más. “Creo que dije todo lo que recuerdo, es lo único que puedo decir: es que es una cosa terrible lo que pasó con las embarazadas, la separación de los niños, la adopción con los mismos que los mataron de alguna manera, que es terrible, algo que pasó en la ESMA que uno no lo puede olvidar, que recuerdo las caras de cada una de ellas, los gestos, lo que hacían en la pieza, las esperanzas, las desesperanzas que podían tener de lo que iba a pasar con sus hijos y con ellas mismas... Es lo único que puedo agregar.”

© Escrito por Alejandra Dandan y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 6 de Noviembre de 2011.


Las 15 historias...

1) Pichona, María del Carmen Poblete

“Pidió que la acompañara en el momento del parto, para no estar al lado de los asesinos. El ruido de las cadenas eran terribles en el momento que se sentían al mismo tiempo los gritos del bebé que nacía. Tuvo una hija mujer, en junio de 1977”. Siguen desaparecidas.


2) Ana Rubel de Castro

“Fue terrible, había sido torturada salvajemente, había sido secuestrada con su marido, era (prisionera) del Ejército, creo, pero la trajeron a la ESMA y estaba embarazada de dos meses. La torturaron hasta dejarle agujeros en los pechos. El hijo nació sietemesino: tenía dos kilos, era varón y dos días después ella gritaba, preguntaba, quería saber y trajeron una incubadora para la criatura, pusieron el chiquito y ella me pedía por favor que mirara si tenía todos los dedos, si los piecitos, si tenía alguna característica particular, y dos días después fueron trasladados.” Ana y su hijo continúan desaparecidos.


3) Cori, María Hilda Pérez de Donda

“Estuve con ella porque ya estaba la pieza de las embarazadas, no sé por qué razón permitieron que yo pudiera quedarme con ellas ahí, así que tuve mucho contacto. Cori tuvo una nena, quería que se llamara Victoria. Fue secuestrada con su marido por la Aeronáutica y a ella la trajeron sola para dar a luz. Le hizo unos agujeritos en la oreja cuando nació la niña con unas cintitas azules que pudimos conseguir y una aguja al rojo vivo, una aguja de coser que había en la pieza de las embarazadas. Le hicieron escribir una carta diciendo que atendieran a la nena, que ella no podía ocuparse, esas fueron las primeras cartas.” Cori sigue desaparecida. Su hija fue recuperada, es Victoria Donda.


4) Tita, Iris García

“Antes de ellas estuvo Tita, pero no conozco demasiado. Venía de Coordinación Federal, la vi en Capucha porque no había condiciones especiales para las embarazadas hasta que las pasaron a la pieza de las embarazadas, en la que Tita no estuvo. Creo no haber participado del parto. La dejaban caminar y tenía los pies hinchados. El nombre de Tita no lo recuerdo, pero una vez que tuvo familia creo que varón, la trasladaron inmediatamente. Y no vi la criatura porque no existía la pieza.” Tita y su hijo continúan desaparecidos.


5) Mirta Alonso de Hueravillo

“Tuvo un hijo varón, yo tampoco estuve en el parto, fue otra compañera. Le puso el nombre Lautaro. La familia sabía que se iba a llamar Lautaro. Cuando se abrió la Pecera, donde se veían los diarios del mundo, en uno de los artículos había algo escrito en holandés, idioma que yo no conocía para nada. Yo decía que podía traducir todas las lenguas, pero no era verdad porque conocía pequeñas cosas, palabras que me daban a entender, como por ejemplo si el artículo decía que Argentina era un país contra los derechos humanos o si eran positivos los artículos por el Mundial. En este caso, lo único que pude ver fue una foto de una Casa Cuna, que habían encontrado a un chico que lo dejaron en la puerta y que tenía puesto algo que decía Lautaro. En el caso de Mirta, el niño era de rasgos indígenas porque ellos eran de Chile y eran de origen indígena. Se decía que los militares no los querían así, es una de las cosas que nosotros pensamos, que es uno de los chicos que entregan por esta razón.” Lautaro fue recuperado por sus abuelos.


6) Susana Beatriz Pegoraro

“Fue secuestrada el 8 de julio del ’77 en la estación de Constitución. Sus padres la estaban esperando, ella venía de Mar del Plata y estaba embarazada y la secuestraron, y los trajeron al padre y a ella a la ESMA. Le dijeron que al padre lo iban a liberar, cosa que aparentemente quisieron hacer, pero al padre le dijeron: ‘Te dejamos acá, pero no tenés que dar vuelta la cabeza’. Y él dio vuelta la cabeza para ver la chapa. Lo volvieron a traer a la ESMA y luego nunca reapareció. A partir de ahí, a ella la llevaron a Mar del Plata a la Base de Buzos Tácticos, cuando la trajeron de nuevo fue una cosa, era otra persona la que habían traído: no hablaba, no se reía, no lloraba, estaba alterada totalmente por lo que había vivido en la base. Muy poquitos días antes la trajeron, pero en mi recuerdo es fines de septiembre. Estuve en el parto, y la dejaron unos diez días más o menos. Era la época en la que la pieza de las embarazadas se abrió. Venía Febres pocos días antes de que la embarazada tuviera familia y traía un lujoso moisés que nadie podía comprar. Era algo lujosísimo y se los daba diciéndoles: ‘Los vamos a llevar a los padres’ y les daba para que escribieran una carta. Yo estaba presente y tenía un papel y decía que pongan que no lo van a poder tener. Todas las cartas eran del mismo estilo, pero no llegaron nunca a las manos (de los familiares). Ella puso el nombre de su madre.” En el parto estuvo Magnacco y Capdevilla. La hija de Susana Beatriz es Evelin Bauer Pegoraro, apropiada por Policarpo Vázquez, retirado de la Marina de Mar del Plata.


7) María José Rapela de Mangone

“Fue secuestrada junto con su marido porque guardaban los muebles en su casa de algún militante amigo. Su marido fue trasladado rápidamente y a ella la trajeron a la pieza. Venía siempre Magnacco a verla, venía a ver a todas la embarazadas. María José se había dado cuenta ya de que la criatura no se movía, pero no quiso decir nada porque dependía su vida del hecho de estar en esa habitación, tenía miedo de qué era lo que podía pasar. En diciembre el doctor Magnacco vio que el bebé no se movía, dijo: ‘Está muerto, hay que hacer un aborto’. Hizo el aborto e inmediatamente fue trasladada.” María José permanece desaparecida.


8) Graciela “Raquel” Tauro de Rochistein

“La habían traído de la Aeronáutica justo para dar a luz. Me acuerdo de ella, estuve en el parto también. Siempre era Magnacco que estaba en esos partos. Fue un varón. Ella debe haber estado dos o tres días o cuatro como máximo en la pieza, porque en la pieza en general cuando las traían para dar a luz sólo había lugar para cuatro, así que cada vez que daban a luz dejaban el lugar a otra embarazada. A ella la dejaron con la criatura unos días. Trajeron también el moisés, la trasladaron sin criatura. La criatura quedó en la habitación durante un tiempo.” Raquel está desaparecida. Su hijo es Ezequiel Rochistein, restituido. Fue apropiado por Juan Carlos Vásquez Sarmiento, de la Fuerza Aérea, prófugo.


9) Cecilia Viñas

“Venía de Buzos Tácticos de Mar del Plata y dio a luz también un varón y durante mucho tiempo venían a visitarla a la pieza de las embarazadas los altos jefes. Vañek, de la Marina, venían Chamorro y (Jorge) Vildoza. Eran visitas permanentes. Dio a luz alrededor de octubre de 1977. También estuvo Magnacco.” Su hijo se llama Javier, fue apropiado por Jorge Vildoza, jefe del Grupo 3.3.2. de la ESMA, prófugo de la Justicia.


10) Susana Siver de Reinhold

“Era (prisionera) del Servicio de Informaciones Naval, estaba con su marido. Tuvo familia en enero del ’78 pero estuvo desde octubre o noviembre en la pieza de las embarazadas. No fue un parto normal. No estaba Magnacco, estaba Scheller y llamó al Hospital Naval para que viniera un ginecólogo, y yo lo vi y supe que era el jefe de Ginecología del Hospital, no sé su nombre. Puedo describirlo si es necesario, lo recuerdo perfectamente y dijo que había que llevarla al hospital directamente para que diera a luz, para hacerle una cesárea. Tuvo una cesárea y casi dormida la trajeron de vuelta a la ESMA. Es una de las que firma una de las tarjetas que me hicieron las embarazadas cerca de la Navidad: es como un osito en cartulina y uno abría la tarjeta y abría los brazos y decía ‘te queremos mucho, tus hijas’. Firmaban Liliana Pereyra, Pati Marcuzzo, María José y Susana.” Su hija Laura es la última nieta recuperada, nació por cesárea en el Hospital Naval.


11-12) Liliana Pereyra y Patricia Marcuzzo

“Venían de Buzos Tácticos, las trajeron juntas. Deben haber estado en septiembre-octubre (de 1977). Liliana dio a luz un varón en febrero de 1978. Pati alrededor del 15 o 18 de abril de 1978. Las dos dieron a luz un hijo varón. Lilana me contó que habían torturado a su marido delante de ella para que ella hablara y cuando ya estaba en la ESMA, los de Buzos Tácticos venían a interrogarla y ella volvía desesperada cada vez. Se ensañaron bastante con ella. Fue trasladada. Luego supe que dijeron que hubo un enfrentamiento con subversivos y apareció fusilado el cadáver.” Liliana y Patricia están desaparecidas. El hijo de Liliana es Federico Cagnola Pereyra, apropiado por civiles, y el de Patricia es Sebastián Rosenfeld, que fue devuelto a su familia.


13) Alicia Alfonsín de Cabandié

“Alicia era muy jovencita, tenía 17 o 18 años. La trajeron del Banco con los cabellos rapados, era alguien que tenía cabellos muy largos y la raparon, dijeron que era una cuestión de infecciones. Llegó antes de Año Nuevo y dio a luz un varón en marzo con el nombre Juan. Estuvo Magnacco, siempre fue Magnacco. A ella, cuando estuvo en el Banco, un coronel le había dicho que a su marido lo habían trasladado a un lugar del sur y que cuando ella tuviera a su bebé la iban a llevar junto con el bebé y que ahí iban a cambiar las ideas, que iban a cumplir una pena, que era un lugar abierto. A ella la vino a ver Minicucci.” Alicia está desaparecida, su hijo es Juan Cabandié, apropiado por Luis Antonio Falco, de la Policía Federal.


14) Cristina Greco

No Foto

“La trajeron de Mar del Plata justo antes de dar a luz. Tuvo una hija en marzo. Estaba desesperada porque ya había estado secuestrada por la ESMA hacía mucho, no sé si en el ‘76, la dejaron en libertad y la reconoció después Pedro Bolita. Había sido secuestrada con su marido, tuvo una hija y la tuvo poquitos días: fue trasladada inmediatamente. Nunca supe más. Después supe que la hija apareció con los abuelos y fue un momento muy particular en la ESMA porque cerraban la pieza (ver nota central).” Cristina continúa desaparecida.

15) Patricia Roisinblit

“Dio a luz un varón, una cosa conmovedora, como Patricia había estudiado medicina idió que no le corten el cordón umbilical y se lo pongan sobre el pecho y decía: ‘No me lo saquen, no me lo saquen’”. Rodoflo Pérez Roisinblit recuperó su identidad. Fue apropiado por Francisco Gómez, agente civil de la Fuerza Aérea. Patricia sigue desaparecida.

© Escrito por Alejandra Dandan y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 6 de Noviembre de 2011.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Causa ESMA... De Alguna Manera...

Quienes son y cuáles fueron los crímenes de los condenados.

Juan Carlos Rolón, Raúl Sheller, Ricardo Cavallo y Jorge Acosta, algunos de los represores juzgados por crímenes de lesa humanidad cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Foto: Telam

Lista de los represores, sus cargos y los delios que cometieron.

Estos son los acusados que llegaron a juicio oral por los crímenes ocurridos en la ESMA durante la última dictadura:

*Jorge Eduardo "Tigre" Acosta. "El Tigre" Acosta, como era conocido por los detenidos de la ESMA, fue el jefe de Inteligencia, y como tal, jefe del Grupo de Tareas 3.3.2 de la ESMA. Capitán de Fragata retirado era conocido y recordado por los sobrevivientes por su sadismo en el trato con los detenidos-desaparecidos, a quienes esclavizaba y maltrataba y luego invitaba a cenar o a bailar a restoranes o discos de moda de la época. Se encuentra detenido en el Complejo Penitenciario I de Ezeiza dependiente del Servicio Penitenciario Federal (SPF).

*Alfredo Ignacio "Rubio" Astiz. Agente de inteligencia del GT 3.3.2, también conocido como "Gustavo Niño", es mundialmente conocido por ser aquel quien se infiltró en la organización Madres de Plaza de Mayo, entre otros lugares, durante la dictadura, haciéndose pasar por hermano de un desaparecido. Logró la confianza de las Madres y sus allegados, y fue quien instrumentó el operativo en la Iglesia Santa Cruz que es parte de este juicio. Teniente de Fragata dado de baja de la fuerza, está detenido en el Complejo Penitenciario II de Marcos Paz, también dependiente del SPF.

*Juan Antonio "Piraña" Azic. Ayudante mayor de la Prefectura Naval Argentina, fue miembro del sector Operaciones del GT 3.3.2. Conocido dentro de la ESMA también como "Claudio" o "Fredy", apropió a dos niñas nacidas en cautiverio en dicho centro clandestino. Contemporáneamente con la reapertura de las causas, y luego de que el Juez Baltasar Garzón solicitara su detención con fines de extradición, intentó suicidarse infructuosamente. Pasó varios años detenido pero alojado en la Clínica San Jorge a causa de las heridas que el mismo se infringiera. Cumple arresto domiciliario.

*Carlos Antonio "Tomy" Capdevilla. Capitán de Corbeta retirado, fue médico de la ESMA, y cumplió la función de asistir los partos en la maternidad clandestina que funcionó en ese centro. Como Azic, también está involucrado en casos de apropiación de menores. Se encuentra detenido en el Complejo Penitenciario I de Ezeiza.

*Ricardo Miguel "Sérpico" Cavallo. También conocido como "Marcelo" o "Miguel Angel", fue integrante del sector Operaciones del GT 3.3.2. Fue detenido en el mes de agosto del año 2000 en México, y a partir de allí comenzó un lento proceso de extradición para que pudiera ser juzgado en nuestro país, que finalmente se concretó con su llegada a la Argentina en marzo de 2008. Capitán de Corbeta retirado, se encuentra cumpliendo su detención en el Complejo II de Marcos Paz. *Julio César "Maco" Coronel Teniente Coronel del Ejército, es uno de los miembros del grupo de tareas que demuestra la convergencia de oficiales de distintas armas en la ESMA. Se encuentra detenido en su domicilio.

*Adolfo Miguel "Gerónimo" Donda Tiguel. También conocido como "Palito", "Chiche" o "Rubén Pellegrino", perteneció al sector de Inteligencia del GT 3.3.2. Capitán de Fragata retirado, debió llegar a juicio en el fallido proceso contra Héctor Febres en 2007, pero por demoras en una resolución de la CNCP su juzgamiento fue postergado hasta este juicio. Se encuentra detenido en el Complejo I de Ezeiza.

*Juan Carlos "Lobo" Fotea Dineri. Sargento de la Policía Federal, es otro ejemplo de cooperación internacional entre estados para el juzgamiento de los responsables. Se encontraba prófugo hasta noviembre del año 2006, cuando fue detenido en España. Fue extraditado en enero de 2007 y detenido por la causa ESMA. Está detenido en el Complejo Penitenciario II de Marcos Paz.

*Manuel Jacinto García Tallada. Contraalmirante retirado de la Armada, ocupó el cargo de jefe del Estado Mayor del Comando de Operaciones Navales al momento de los hechos. Se encuentra detenido con arresto domiciliario.

*Pablo Eduardo "Dante" García Velasco. Junto a su hermano Miguel Angel –quien también es imputado en la causa pero no fue juzgado en este juicio– integró el GT 3.3.2. Capitán de Corbeta retirado, cumple su arresto en el Complejo II de Marcos Paz.

*Carlos Orlando 'Fragote' Generoso. También conocido por los sobrevivientes como "Garrido" o "Agustín", fue parte del GT 3.3.2 como suboficial del Servicio Penitenciario Federal. Se encuentra detenido en el Complejo I de Ezeiza. Por razones de salud, se suspendió el proceso para este imputado.

*Alberto Eduardo "Gato" González Capitán de Corbeta retirado, también integrante del GT 3.3.2, fue conocido a su vez con el sosías de "Oscar Paz Alara". Alojado en el Complejo II de Marcos Paz.

*Oscar Antonio Montes. Vicealmirante de la Armada, llegó a ocupar el cargo de ministro de Relaciones Exteriores de la Nación. Se encuentra detenido en su domicilio.

*Antonio "Trueno" Pernías. Otro de los miembros del GT 3.3.2, también conocido como "Rata" o "Martín". Su padre, un oficial superior de la Fuerza Aérea, facilitaba su casa-quinta ubicada en la localidad de Del Viso, provincia de Buenos Aires, como "casa operativa" del GT. Capitán de Fragata retirado, se encuentra detenido en el Complejo I de Ezeiza.

*Jorge Carlos "Ruger" Radice. En calidad de agente de inteligencia, Radice integró el sector Logística de GT 3.3.2. Se retiró alcanzando el grado de Teniente de Fragata, y se encuentra detenido en el Complejo II de Marcos Paz.

*Juan Carlos "Juan" Rolón. Capitán de Fragata de la Armada, desde febrero de 1977 a marzo de 1978 cumplió funciones en la Base Naval Puerto Belgrano, en la localidad de Bahía Blanca, luego pasó a integrar el GT 3.3.2 de la ESMA. Actualmente se encuentra detenido en el Complejo II de Marcos Paz.

*Néstor Omar "Norberto" Savio. También conocido como "Halcón", fue integrante del sector Logística del GT 3.3.2 de la ESMA. Capitán de fragata retirado, se encuentra detenido en el Instituto Penal de las Fuerzas Armadas de Campo de Mayo, hoy bajo la órbita del SPF.

*Raúl Enrique "Mariano" Scheller. Otro de los miembros del GT 3.3.2 de la ESMA, se retiró con el rango de Capitán de Navío. Se encuentra detenido en el Complejo penitenciario II de Marcos Paz.

*Ernesto Frimón "220" Weber. Ex comisario de la Policía Federal Argentina, fue miembro del sector operaciones del GT 3.3.2. Se encuentra bajo arresto domiciliario.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el miércoles 26 de Octubre de 2011.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Azucena Villaflor de Devicenti. 30 años... @dealgunamanera...

Hace 30 años secuestraban a la fundadora de Madres de Plaza de Mayo…


Azucena Villaflor fue raptada por un grupo de tareas mientras juntaba firmas para una solicitada en la que denunciaban la desaparición de sus hijos. El plan fue de Alfredo Astiz, quien estaba infiltrado con el nombre de Gustavo Niño.


Hace 30 años la fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor de Devicenti, era secuestrada por un grupo de tareas que comandaba el ex marino, Alfredo Astiz, actualmente detenido por crímenes durante la última dictadura militar.

En aquella oportunidad, Azucena Villaflor se encontraba junto a Mary Ponce de Bianco y Esther Ballestrino de Careaga juntando firmas y dinero para una solicitada en que denunciaban el secuestro y desaparición de sus hijos cuando fueron secuestradas y trasladadas a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde fueron torturadas y posteriormente asesinadas.

"Los llevaron a todos a la Escuela de Mecánica de la Armada y los torturaron y a los pocos días los llevaron a un 'vuelo de la muerte' especial, porque el objetivo era desarticular mediante un escarmiento a ese movimiento de mujeres que no se detenían ante nada", aseguró Ana Bianco, hija de Mary y hermana de Mónica, una militante secuestrada en abril del '76 y cuya desaparición puso en marcha a su mamá.

Aquel día, el grupo inicial de Madres de Plaza de Mayo estaba acompañado por dos monjas francesas que las ayudaban, Alice Domon y Leonie Duque, militante de derechos humanos, y otros seis familiares que colaboraban en esa tarea: todos fueron asesinos tras ser torturados en la ESMA.

Treinta años. Al cumplirse hoy tres décadas de ese hecho, el grupo será recordado en la porteña Iglesia de la Santa Cruz. Ana Bianco investigó en detalle el episodio para un documental en producción y aún sin nombre, cuyo avance será presentado en el homenaje que se realizará por la tarde del sábado.

"Astiz fue el Judas, pero el plan político de ese golpe fue ideado por (Eduardo) Massera y el Tigre Acosta. Las mataron enseguida porque los cuerpos fueron sepultados como NN en el cementerio de General Lavalle durante diciembre, cuando aparecieron en las costas bonaerenses arrastrados por la corriente", precisó.

Algo falló en el plan de los represores porque el 10 de diciembre de 1977, la solicitada en que trabajan las tres madres apareció a toda página en el diario "La Nación", rompiendo el muro de silencio que desde fines de abril esas madres buscaban quebrar reuniéndose en Plaza de Mayo a instancias de Azucena.

Tenía unas 2.500 firmas, en su enorme mayoría de mujeres que usaron sus apellidos de casadas para "identificar" a sus hijos, y entre ellas puede localizarse a algunos que luego alcanzaron trascendencia: Cata Guagnini, Marta Vázquez, Graciela Fernández Meijide, Carmen Lapacó, María Adela de Antokolotez, Chela Mignone, o el aguerrido grupo de La Plata que integraban la primera presidenta de las Abuelas, Chicha de Mariani y Hebe de Bonafini.


También, en la tercera columna puede leerse repetido dos veces el nombre Gustavo Niño, ese joven rubio que se hizo pasar por un familiar de desaparecido de Mar del Plata pero en realidad hacía la "inteligencia" del secuestro: era Astiz.

El texto fue tipiado con cinco copias por el marido de Nora Cortiñas y quince madres debieron pedir certificado de domicilio a la policía para cumplir con las exigencias del diario para publicarla.

"Sólo pedimos la verdad". El encabezado de la solicitada conserva aun hoy una pasmosa actualidad: "Sólo pedimos la Verdad", y está dirigido al presidente, "a la altos mandos de las fuerzas armadas", "a las autoridades eclesiásticas", y a la prensa, que también pregunta "donde están" los desaparecidos.

La propia aparición de esa lista parcial de desaparecidos desafía la lógica ya que el 8 de diciembre, al concluir una reunión para recolectar dinero, la patota de la ESMA secuestró en la vereda de la iglesia a Bianco y Careaga junto a la monja Domon.

En el arrebato también se llevaron a la militante de derechos humanos Ángela Aguad y a los activistas Patricia Oviedo, Raquel Bulita y Gabriel Roran, mientras que horas antes ya habían hecho lo propio con Remo Berardo, Julio Fondo villa y Horacio Ebert.

Pese a los secuestros de sus compañeras, Azucena Villaflor y las demás Madres lograron concretar la publicación, que apareció el mismo día en que ella fue secuestrada de su casa de Sarandí, casi al mismo tiempo que la hermana Duquet de una capilla en Ramos Mejía. 

Los rostros de estas tres Madres de la Plaza de Mayo y de las dos religiosas sonríen, 30 años más tarde, desde las gigantografías ubicadas a la derecha del altar de la Iglesia de la Santa Cruz, base de la congregación pasionista, de origen irlandés.

© Publicado en el Diario Perfil. Domingo 09/12/2007. (Agencia Telam)


  

domingo, 18 de noviembre de 2007

Dictadura Militar... Las Monjas Francesas: Evelyn, Ivonne, Alice y Léonie.... @dealgunamanera...

Dictadura Militar. Mi Oratorio San Pablo... 
Las Monjas Francesas: Evelyn, Ivonne, Alice y Léonie...

Hermanas Léonie Duquet y Alice Domon

Cronología de un hallazgo, y de una búsqueda...

Evelyn Lamartine

Junio 1977: Alice Domon e Yvonne Pierron son detenidas en la procesión de Corpus Christi. Las liberan un día después.

Diciembre 1977: El 8, secuestran a Alice de la Iglesia de la Santa Cruz, junto a otros ocho familiares de desaparecidos. El 10, se llevan a Léonie Duquet de la parroquia San Pablo de Ramos Mejía. Las llevaron a la ESMA.

Diciembre 1977: Evelyn Lamartine presenta el hábeas corpus por sus compañeras.

Enero 1978: Evelyn ayuda a Yvonne a salir del país y a exiliarse en Francia.

Diciembre de 1985: El Juicio a las Juntas condena a los jerarcas de la represión ilegal.

Diciembre 1986-Junio 1987: Se aprueban las leyes de Punto Final y Obediencia Debida.

Marzo 1990: En su ausencia, Astiz es condenado a prisión perpetua en Francia por la desaparición de las monjas.

Agosto 2003: El Congreso declara nulas las "leyes del perdón".

Septiembre 2003: El 16, Astiz es detenido por la causa ESMA.

Junio 2005: La Corte confirma la inconstitucionalidad de esas leyes.

Agosto 2005: El 29, el Equipo de Antropología Forense anuncia la identificación de los restos de Léonie, que un mes después son inhumados en la Iglesia de la Santa Cruz. Alice Domon sigue desaparecida.

"Desaparecieron hace 30 años, pero aún espero a Alice y Léonie"

Lo dice Evelyn Lamartine, la madre superiora en la Argentina de las monjas francesas desaparecidas durante la dictadura. Ella arriesgó su vida para salvarlas. En exclusiva, a 30 años del secuestro, habla por primera vez.

Durante 30 años eligió el silencio. Hoy decide romperlo: "Es una forma de que mis amigas sigan vivas", sonríe Evelyn Lamartine con sus 74 años y un mate por cebar. Vive en uno de los barrios más humildes del conurbano. Ahí donde el frío o el calor nunca son bienvenidos.

"Nosotras optamos por esta vida. La gente, en cambio, no elige vivir en la pobreza". Cuando dice "nosotras" habla de las monjas de las Misiones Extranjeras de París y, en especial, de Alice Domon y Léonie Duquet, las religiosas francesas desaparecidas después de que Alfredo Astiz se infiltrara en el grupo de Madres de Plaza de Mayo.

En 1977, Evelyn era la madre superiora de la orden en la Argentina, una tarea nada sencilla durante esos años. "Yo elegí ser monja porque en el fondo mi preocupación era el mundo obrero, que era el mundo de mis padres", recuerda. Nunca pensó que esa elección la llevaría a protagonizar "casi una telenovela", como le vuelven ahora los hechos a la memoria.

Había conocido a Alice Domon en el noviciado en Francia y llegaron juntas a la Argentina el 5 de febrero de 1967. "Alice quería ir a la India, pero la convencimos de que acá también nos necesitaban", cuenta. A Léonie Duquet e Yvonne Pierron, otra hermana, las conoció en Buenos Aires: "Ellas ya estaban trabajando acá, en villas y colegios", explica. El compromiso con los más necesitados pronto las llevó a involucrarse en la lucha de las Madres de Plaza de Mayo. "En ese momento, ellos también estaban entre los más desamparados", rememora sobre aquella época.

Hermanas Léonie Duquet y Alice Domon

"Ya en el 77, la cosa estaba peligrosa, lo sabíamos, pero no sentíamos miedo, sino bronca", enfatiza Evelyn. Por eso, Alice y Léonie habían intentado renunciar a la Congregación. No querían comprometer al resto de las religiosas ni tener privilegios. Las demás monjas se opusieron y les rogaron que pidieran una dispensa. El obispo de Toulouse les concedió la licencia.

En junio de ese año, participaron de la procesión de Corpus Christi. "Léonie, Yvonne y Alice iban con los familiares de desaparecidos rezando el rosario, de Congreso a Plaza de Mayo. Era una forma de pedir explicaciones por lo que estaba pasando. ¡No podía ser que la gente desapareciera como si se la hubiera llevado un ovni!", se indigna Evelyn. Léonie se volvió antes porque se sentía cansada, esta vez se salvaría. En cambio, Alice e Yvonne fueron detenidas junto a otros manifestantes: "Las llevaron a la comisaría 5ª de la calle Lavalle. Me avisaron y salí corriendo a pedir un velo para ir a buscarlas", señala. Las monjas habían decidido dejar de usar los hábitos para no verse diferentes y para trabajar más cómodas en sus barrios.

Evelyn se presentó al comisario como la madre superiora, pero aún así tuvo que tolerar los embates del funcionario que la retó porque no controlaba a "su tropa" y acusó a Alice e Yvonne de estar con los subversivos. "Nooo, estaban rezando el rosario, le dije yo con cara de idiota", ironiza Evelyn cuando habla de la primera vez que arriesgó su vida para salvar a sus hermanas. Las monjas quedaron "en investigación" y fueron liberadas al día siguiente.

Esa detención fue el preámbulo de lo que vendría meses más tarde: a Evelyn le estaría reservado el rol de la búsqueda, el rescate y la protección. Nadie sabe bien qué le pasó a Alice esa noche en aquella comisaría. Nunca lo contó, pero lo que haya sido no la detuvo y se involucró aún más con el reclamo por los desaparecidos. Alice, junto a Léonie, comenzó a elaborar las listas de desaparecidos, recolectaban dinero con los familiares para publicar una solicitada en la que reclamaban por el paradero de su gente. Ivonne regresó a Corrientes, mientras Evelyn misionaba en las villas de Hurlingham. Allí, 10 años antes, había conocido a uno de los vecinos más devotos del barrio: Jorge Rafael Videla. "Nunca imaginamos que iba a formar parte del infierno que vendría después", reflexiona y recuerda que lo conoció porque llevó a su hija María Cristina Videla de campamento.

El infierno para Yvonne comenzó tras el golpe: "Desde 1976 nos dimos cuenta de que esto iba mal, y que en cualquier momento había que aceptar la cárcel o morir" (ver reportaje). Para Alice y Léonie fue el secuestro, la tortura y la muerte. "La última vez que vi a Alice fue 15 días antes de que se la llevaran. Estaba llena de proyectos: quería abrir una escuela y planeaba visitar a su familia en Francia. La acompañé a tomar el colectivo...", revela Evelyn. Nunca más la vio.

El 8 de diciembre, un seminarista le avisó: "Agarraron a Alice de la iglesia de la Santa Cruz". "Dios mío, en la iglesia de mi barrio", pensó Evelyn, que se había criado en un conventillo de Once, a pocas cuadras de allí. En la iglesia de la Santa Cruz, hizo su catequesis y definió su vocación religiosa. "Llamé a Léonie, le conté y le rogué que se fuera", dice Evelyn. Pero Léonie se negó: "A lo mejor viene con hambre o quiere bañarse", le contestó. Dos días después, se la llevaron de la Parroquia San Pablo de Ramos Mejía.

Evelyn comenzó un peregrinaje inesperado: golpear puertas de tribunales, comisarías, despachos, y hasta de la Nunciatura. Acompañada por la hermana Montserrat Bertrán, fue a ver al representante del Papa, monseñor Pío Laghi. "Nos miró como si fuéramos bichos asquerosos, y nos dijo: "nosotros no sabemos nada, por algo habrá sido". Montse se arrodilló y le rogó que hiciera algo. «él se la sacó de encima, instintivamente, describe Evelyn, que entonces pensó: "Dios no se olvida de lo que dijiste".

Hermana Léonie Duquet

No sintió miedo ni se retractó, buscaba a sus hermanas y no se detuvo. El caso de las monjas francesas desaparecidas cobraba relevancia internacional y para Francia ya era cuestión de Estado. Evelyn presentó los recursos de hábeas corpus para Alice y Léonie. "En esos años mucha gente moría por firmar ese papel. Ella, sin embargo, no tuvo temor y conociendo su suerte, no dudó y lo firmó", destaca Horacio Méndez Carreras, abogado de los franceses desaparecidos durante la dictadura, mientras señala la foja 1 del expediente Nº 40.249 del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 3, donde se abrió una de las causas (ver facsímile).

Después vinieron semanas de desesperación e incertidumbre. A pedido del embajador francés Francoise de la Gorce, Evelyn volvió a arriesgar su vida, esta vez, para sacar a Yvonne Pierron del país, la otra monja que estaba en la mira de Alfredo Astiz, quien ayer cumplió 57 años en el Instituto Penal de Campo de Mayo: "Le tengo lástima, usó toda su belleza y su inteligencia para hacer el mal", confiesa Evelyn.

Evelyn se repone de ese horror con una sonrisa cuando piensa en los chicos del centro de rehabilitación de adictos con los que trabaja. "No es exactamente lo mismo que hacían ellas, pero estamos en la misma línea. Son otras épocas y otras necesidades. En lo que hacemos, también están ellas. Entonces, no lograron matarlas", reflexiona y concluye: "Igual, uno siempre las sigue esperando".

© María Arce, Andrea Basconi, Florencia Bianco - (Diario Clarín de Buenos Aires 18-11-2007)


Cuando la verdad resiste a la impunidad...

La religiosa estaba enterrada como NN en el cementerio de General Lavalle, donde fue sepultada durante la dictadura, luego de que su cuerpo apareciera en las playas bonaerenses. Es del grupo de Azucena Villaflor. Por este caso fue condenado en Francia Alfredo Astiz.

El cuerpo de la religiosa francesa Léonie Duquet, secuestrada el 10 de diciembre de 1977, fue identificado por el Equipo Argentino de Antropología Forense. Su cadáver estuvo sepultado como NN durante 28 años en el cementerio de General Lavalle junto con los de las tres madres de Plaza de Mayo cuyos restos ya fueron entregados a sus familiares. “La verdad salió a la luz. Necesitábamos este poco de justicia. Esto es importante para toda la gente que luchó, los que conocimos a Léonie, su familia y por tantos que dieron su vida en Argentina”, señaló Thérèse Logerot, quien fue compañera y superiora de las monjas francesas desaparecidas en Argentina que estuvieron cautivas en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

El juez Horacio Cattani fue el encargado de hacer el anuncio público del hallazgo. “Esta mañana nos llegó la confirmación del estudio genético que establece que se identificó a Léonie Duquet y por lo tanto se procedió a ordenar la rectificación de su partida de defunción”, señaló ayer al mediodía el magistrado, acompañado por sus colegas Gabriel Cavallo, Eduardo Freiler, Martín Irurzun y Eduardo Luraschi.

“Es un día de agradecimiento y reconocimiento”, dijo Blandine Kreiss, encargada de negocios de la embajada francesa, que estaba presente cuando Cattani dio la noticia. La desaparición de Duquet y su compañera Alice Domon provocó durante años roces entre el gobierno argentino y el de Francia, que impulsó tanto en Buenos Aires como en París la investigación de los hechos (ver aparte). “Argentina tiene una gran deuda con Francia”, reconoció Horacio Méndez Carreras, durante años representante de las familias de las religiosas y actualmente encargado del área de derechos humanos de la Cancillería, que estuvo en tribunales en su “doble rol” de funcionario y abogado. Méndez Carreras hizo hincapié en la responsabilidad del represor Alfredo Astiz en el secuestro de Duquet: “El quería borrar toda huella que lo uniera con los secuestros en la iglesia de Santa Cruz, que ya estaba teniendo mucha repercusión”, afirmó.

Duquet fue secuestrada el 10 de diciembre de 1977, dos días después de que la Marina se llevara a un grupo de familiares de desaparecidos y a Domon de la puerta de la iglesia de Santa Cruz, donde estaban reunidos para preparar una solicitada que saldría en el diario La Nación. El mismo día que fue detenida Duquet desapareció Azucena Villaflor, fundadora de las Madres de Plaza de Mayo. Estas personas, doce en total, fueron apresadas a partir de un operativo de infiltración realizado por Astiz, que se hizo pasar por el hermano de un desaparecido para acercarse a las Madres.


El “Ángel Rubio”, actualmente detenido en una base naval de Zárate y sometido a un tratamiento para tratar de paliar un cáncer, fue condenado en ausencia en Francia a cadena perpetua por el secuestro y asesinato de las religiosas. “La identificación de Léonie no cambia la condena contra Astiz. Vamos a seguir pidiendo su extradición”, aseguró desde París Sophie Thonon, abogada de los familiares de las monjas.

El cuerpo de Duquet fue exhumado en enero de este año por el EAAF en el cementerio de General Lavalle junto con otros seis cadáveres. Tres pertenecen a las Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor de De Vicenti, Esther Ballestrino de Careaga y María Ponce de Bianco. Los estudios genéticos habrían descartado que dos de los cuerpos recuperados fueran del grupo de familiares de desaparecidos secuestrados en diciembre de 1977. El séptimo sí pertenece a una de las personas detenidas en la Santa Cruz. Aunque no se informó oficialmente, es de Ángela Aguad, cuya huella dactiloscópica hallada entre los papeles de un archivo de la policía bonaerense fue el primer indicio que permitió llegar a los restos de las madres y la monja francesa.

Los cadáveres ahora recuperados habían sido encontrados en las costas de San Bernardo y Santa Teresita entre diciembre de 1977 y enero de 1978 y fueron enterrados como NN en General Lavalle. La identificación de la religiosa fue posible porque el sobrino materno de Duquet, Michel Jeannigros, mandó una muestra de sangre desde Francia.

Al igual que lo ocurrido con las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, el análisis antropológico forense determinó que la causa de las fracturas que tenía Duquet en sus huesos largos era compatible con “las que son habituales observar como producto de una caída de un cuerpo desde cierta altura y su impacto contra un elemento sólido”. Este hecho, que confirma que la mujer fue arrojada al mar desde uno de los “vuelos de la muerte”, ya había sido advertido por los médicos de la policía que realizaron la primera autopsia en 1978.


Duquet y Domon pertenecían a la congregación de las Hermanas de las Misiones Extranjeras. La primera llegó a Buenos Aires en 1949 y la segunda en 1966. Léonie enseñaba catequesis en el colegio Sagrado Corazón, en Morón, y colaboraba en la capilla de su barrio, San Pablo.

Antes había recorrido el interior del país y trabajado con comunidades indígenas y campesinas. Alice se había volcado de lleno al trabajo social con los habitantes de las villas miseria. En 1971 se instaló en Corrientes para apoyar la formación de las Ligas Agrarias. Cuando los militares se hicieron con el poder, sus amigos y conocidos empezaron a desaparecer. La religiosa viajó a Buenos Aires para reclamar por ellos y de esta forma se conectó con las Madres de Plaza de Mayo. Se hospedaba con Léonie en Morón y, así, su compañera también se vinculó con el incipiente movimiento de derechos humanos que se organizaba en el país.

El paso de las monjas por la Escuela de Mecánica de la Armada está documentado por numerosos testimonios de sobrevivientes de ese centro clandestino de detención. “El 8 de diciembre (de 1977) sentimos entrar en el sótano a todo el grupo de la Santa Cruz. A nosotros (los otros detenidos) nos encerraron pero sabíamos que los traían y escuchamos el ruido de las cadenas. Sabíamos de la infiltración de Astiz porque ellos mismos lo contaban”, narró a Página/12 Graciela Daleo.

Dos o tres días después, cuando fue a lavar los platos, la mujer se encontró con una señora mayor con signos de haber sido maltratada. Estaba sentada y encapuchada. Se acercó, la abrazó y le preguntó si necesitaba algo. “Un café”, respondió. En ese momento un guardia se interpuso y con un grito le ordenó a Daleo que saliera del lugar. Luego le informó que la señora era una de las monjas del grupo de la Santa Cruz. Era Léonie.

La Armada se empeñó en negar esos secuestros, de los que se hacía demasiado eco la comunidad internacional. En un intento por despejar las sospechas evidentes, los subordinados de Emilio Eduardo Massera ordenaron a un detenido sacar una foto de las religiosas en el sótano de la ESMA con una bandera con la leyenda Montoneros de fondo. A Domon le obligaron a escribir una carta en la que decía que la había secuestrado “un grupo disidente del gobierno de Videla”.

Por esos días los detenidos de la ESMA también se enteraron del “traslado” (asesinato) del grupo secuestrado en la Santa Cruz. “Los oficiales, entre los que estaba Héctor Febres, volvieron con las botas embarradas. Decían que habían encontrado un buen lugar para dejar `los bultos`. Nosotros dedujimos que se las habían llevado en una lancha, que no había sido un vuelo”, recordó Daleo. Ahora se sabe con certeza de qué hablaban los represores cuando se referían a Domon y Duquet como “las monjitas voladoras”.

“Los políticos y militares de la época mentían y manchaban el nombre de Léonie y Alice. Decían que se habían ido a México a ejercer la prostitución, como dijo el ministro del Interior Albano Harguindeguy. Astiz fue condenado en ausencia en Francia y no creo que Argentina lo entregue al gobierno francés. Pero si lo juzgan y lo dejan preso sería aún más importante que entregarlo a otro país. Es la mejor forma de justicia y enseñanza, fortalece la memoria para que no se repita la historia”, afirmó la superiora Logerot, desde las afueras de Toulouse.

Una lucha incansable.

La Justicia argentina encontró e identificó los restos de la religiosa francesa Léonie Duquet, víctima de la dictadura militar argentina.
Este hallazgo es el resultado de la lucha incansable de casi tres décadas de las víctimas, los familiares, los sobrevivientes y los organismos de derechos humanos. Sus acciones han logrado revertir las políticas de perdón e impunidad y han permitido recuperar la esperanza de construir una sociedad basada en la justicia y la verdad.

Léonie Duquet fue secuestrada de la capilla San Pablo de Ramos Mejía, partido de La Matanza, el 10 de diciembre de 1977. Fue llevada a la ESMA, donde compartió cautiverio con Alice Domon y diez personas más, algunas de las cuales fueran secuestradas dos días antes en la Iglesia de la Santa Cruz. Desde su desaparición las autoridades francesas realizaron innumerables gestiones ante el gobierno argentino para lograr dar con los cuerpos y condenar a los responsables.

La labor silenciosa y eficaz de la Cámara Federal y el Equipo Argentino de Antropología Forense han permitido garantizar el derecho de los familiares a la verdad y al duelo. La anulación de las leyes de impunidad habilita la continuación de las acciones judiciales para condenar a los responsables: autores materiales e intelectuales.

De este modo, el Estado argentino ha dado cumplimiento al reclamo de las autoridades y de la sociedad francesa que clamaron durante todo este tiempo una respuesta institucional a lo ocurrido a los ciudadanos franceses víctimas de la dictadura militar argentina. Una vez más, gracias: Madres de Plaza de Mayo, organismos de Derechos Humanos, sobrevivientes por su incansable colaboración, gracias a las familias Domon y Duquet por la confianza depositada, y gracias a todos los amigos que sin pertenecer a estos sectores han manifestado un apoyo invalorable para poder continuar con esta lucha.

(*) Abogado de los familiares franceses desaparecidos durante la dictadura militar y actualmente se desempeña como representante especial para los Derechos Humanos en el ámbito Internacional de la Cancillería argentina.

© Horacio Méndez Carreras - (Diario Página/12 de Buenos Aires 30-08-2005) 




“Todavía no conocí la democracia en Argentina”


El eslabón fue hasta Pueblo Illia, Misiones, donde vive una de las monjas francesas que sobrevivió a la última dictadura militar. A punto de cumplir 80 años, continúa fiel a su compromiso de acompañar a los más necesitados.

“¿Pueblo Illia? Siga derecho nomás”, indicó un mensú a la célula dormida del eslabón en Misiones. La orientación necesitó, kilómetros más adelante, un refuerzo. Allí otro trabajador de la tierra, machete en mano, señaló que el camino, minado de monte, plantaciones de mandioca, té y choclo, iba a ser más largo de lo imaginado. Los 18 kilómetros que en teoría unen la ruta nacional 14 con Pueblo Illia se multiplicaban por la sinuosidad del trayecto, las piedras, curvas y picadas.

Cuando todo indicaba que era mejor pegar la vuelta y robar información de Internet para cumplir con el espacio de esta nota, un coqueto cartel anunciaba que estábamos en el lugar indicado.
Unos metros más adelante, como un milagro de la arquitectura, se levanta un complejo educativo imponente. Allí, los hijos de colonos y guaraníes estudian, hacen deportes, comen e incluso se internan como pupilos.

Una de las responsables de la obra es Ivonne Pierron, la misma monja francesa que salvó su vida de milagro durante la última dictadura militar, y que llegó a Misiones en 1987 por medio de un referente del Movimiento Agrario Misionero. A punto de cumplir 80 años, hoy sigue educando, asesora a la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia y asegura que no se calla nada porque “hace 50 años que vivo en Argentina y todavía no conocí la democracia”.

Compromiso con los pobres. Sin tiempo para precalentar, Ivonne toma la iniciativa en la entrevista y hace bailar el grabador con golpecitos en la mesa. “No podemos hablar de democracia si nuestros abuelos que trabajaron como esclavos en el campo y las ciudades después no tuvieron jubilaciones ni pensiones como deben. Acá para la gente de la chacra ni hablan del tema”, se indigna Ivonne, en un afrancesado castellano.

En el albergue no hay teléfono ni computadora, pero Ivonne está al tanto de la situación social. La monja sabe que este es un año electoral y que su figura sigue teniendo peso. “Me vincularon a distintos partidos en la provincia pero yo quiero vivir libre. Decían que yo apoyaba a una lista. No me pidan que me incline por alguno, mi color político es la liberación del pueblo”, arremete sin concesiones la religiosa.

Según la monja francesa, la juventud tiene la responsabilidad de asumir mayores compromisos con el momento político actual. “Para que la juventud luche –afirma– hay que darle un camino para luchar, hay que darle confianza e integrarlos. Desde este gobierno nacional veo por primera vez una intención de cambio, pero faltan muchas cosas. A un chico que pide en la calle no lo formás para un país. En educación aplicamos un plan como la EGB, que lo rechazó toda Europa, porque a los gobernantes le conviene el pueblo ignorante. El único fin es dominar al pueblo, por eso hay que sacarse el sombrero con estos fulanos por cómo planifican todo”.

Presente y pasado. Ivonne Pierron conoció de cerca al nazismo cuando vivió en Francia. En 1955 vino al país y se enamoró de la gente criolla. La religiosa estuvo un tiempo en Buenos Aires y luego se radicó en Corrientes. Allí trabajó junto a los campesinos cerca de la zona de Curuzú Cuatiá y Goya, hasta que tuvo que abandonar su misión porque mataron a sus compañeras Leonie Duquet y Alice Domon.



“Trabajaba con las ligas agrarias. Nosotras tomamos los votos de lucha junto a los campesinos porque tenemos que estar al lado del que sufre. Hicimos huelgas de hambre en la catedral de Goya y conseguimos mejoras en el precio del tabaco”, recuerda y reivindica Ivonne.

En ese entonces, Alice Domon, que misionaba con Pierron, acompañó a familiares de desaparecidos de Goya a Buenos Aires para sumarse a las Madres de Plaza de Mayo. Pero en las reuniones que mantenía el grupo había un infiltrado: el ex marino Alfredo Astiz, que bajo el seudónimo de Gustavo Niño se hizo pasar por hermano de un desaparecido y se ganó la confianza de las religiosas. “Ellas me hablaban maravillas de Astiz, pero yo les preguntaba de qué trabajaba, y ellas me decían que no tenía trabajo. Además tenía auto y todas las noches acompañaba a una madre distinta a su casa. Eso no me gustó nada. Yo le decía a las otras hermanas que era sospechoso, pero hasta una vez se enojaron conmigo por pensar eso”, memora ahora Ivonne.

El beso de Astiz en las mejillas de las religiosas y de Azucena Villaflor (una de las fundadoras de Madres cuyos restos fueron encontrados el año pasado por el Equipo de Antropología Forense) fue la señal de la entrega. Pierron se enteró inmediatamente de la noticia y recibió un mensaje de la embajada francesa para que abandonara el país si no quería correr la misma suerte que las otras religiosas. “Yo no me quería ir –dice–, porque es más doloroso dejar a la gente que morir”. Al final aceptó la partida con el compromiso de trabajar en la denuncia internacional.

El paso hacia la libertad no fue sencillo. En el vuelo de Air France tuvo que contar con el apoyo de la embajada francesa y la complicidad del piloto, que la protegió de los militares que registraron el avión.

En el exilio participó de algunos ámbitos junto a Mercedes Sosa, a Daniel Viglietti y a numerosos luchadores sociales. También conoció a Isabel Perón y a Mario Firmenich. “Un jefe montonero que en Francia se quiso reunir con (Emilio) Massera para tumbar a Videla, mientras sus compañeros morían”, rememoró Ivonne acerca del jefe guerrillero.

Antes del exilio, Pierron estuvo detenida por participar de una marcha junto a las Madres de la Plaza de Mayo en 1978. Su documento con dirección de Corrientes generó sospechas en las bestias de uniforme verde oliva. “Cuando me llevaban los militares yo les preguntaba por qué me apuntaban con una ametralladora. «Para defenderla hermana», me respondían. Yo estuve en la guerra contra Hitler, les dije, y sé que para defender un lugar hay que apuntar los cañones para el otro lado de la frontera ¿Usted que es militar no lo sabe? Me daba alegría provocar a los militares, si me mataban, me mataban”, cuenta la religiosa.

Hermana Ivonne Pierron

Pierron intentaba trasladar esa valentía a las madres de desaparecidos.

“Nosotras recomendábamos –dice la monja– que no tengan miedo, porque en las listas estabas vivo o muerto. Cuanto más hablabas, más te torturaban, porque más querían saber”.

El regreso. “En el 80 fui a Nicaragua porque pedían gente para la reconstrucción del país y a mí me faltaba América, la gente criolla. En noviembre de 1984 volví a Buenos Aires, pero no podía volver a Corrientes porque estaba marcada como terrorista y no quería asustar al pueblo. Entonces surgió la propuesta de Misiones. Yo estaba en el sur con los mapuches pero quería quedarme en el nordeste. Volví pero no sabía si verdaderamente había un cambio”, explica la monja.

“¿Qué más quieren saber?”, pregunta con cortesía la religiosa a este medio, sin importarle que el grabador caminó sin detenerse durante dos horas. La charla continuó en las afueras del albergue. Allí nos mostró la primera casa que habitó en el pueblo y la flamante estructura que funciona con energía solar y provee de agua caliente a todo el establecimiento. La noche ya se había adueñado del paisaje misionero. Ivonne se sometió a una sesión de fotos más y nos acompañó hasta la puerta. Sabía que nos deparaba un regreso arduo y culebrero. Como la construcción de la verdad histórica del país.

Nota de Edición.

El oratorio San Pablo Apóstol, ubicado hoy en Ramos Mejía, fue parte de mi barrio de pibe, allí jugábamos al fútbol, realizábamos kermeses, asistíamos a misa, enseñábamos catecismo y fue construido por el barrio, en aquella época pertenecía al municipio de Morón, más precisamente Haedo.

Conocí a la Hermana Léonie Duquet, tenía un temperamento muy fuerte, cuidaba el Oratorio como nadie, nos retaba cuando rompíamos sus plantas con la pelota de fútbol, pero denotaba la realización de un trabajo social como ninguna persona de la Iglesia había realizado en el lugar. Su ausencia fue irremplazable, aunque no faltaban en barrio aquellos tristes comentarios de... Por Algo será...

© Luis A. Capomasi. Publicado el 18 de Noviembre de 2007.
dealgunamanera@gmail.com