Argentina, el país donde nadie se fía de nadie…
Manifestantes
en Buenos Aires el pasado 1 de septiembre. AFP | ATLAS
El hallazgo en el río de un cadáver del que podría ser el último
desaparecido desata todas las especulaciones mientras se suspende la campaña
electoral de un país conmocionado.
© Escrito por Carlos Cué
el jueves 19/10/2017 y publicado por el Diario El País de la Ciudad de Madrid,
España.
Nadie se fía de nadie en Argentina. El país quedó
conmocionado por el hallazgo
en el río Chubut, en plena Patagonia, de un cadáver que podría ser el del
último desaparecido, Santiago Maldonado. Todo son
preguntas, pero millones de argentinos encontraron rápidamente las respuestas
sin esperar siquiera a los datos de la autopsia. Enseguida se desató una
batalla de especulaciones que muestra la total desconfianza en las
instituciones de este país. La familia y los mapuches, los indígenas a los que
Maldonado apoyaba cuando desapareció tras una operación policial, el 1 de
agosto, señalaban abiertamente que el cadáver ha sido "plantado"
porque es imposible que nadie lo viera en esa zona ya inspeccionada varias
veces durante 77 días. El Gobierno guardaba silencio pero en privado señalaba
que esas teorías conspirativas no tienen fundamento.
La campaña electoral para los comicios
legislativos del domingo quedó suspendida. Nadie estaba para
actos políticos en un país donde la palabra desaparecido provoca escalofríos.
Los argentinos cambiaron ayer la pregunta de "¿dónde está Santiago
Maldonado?" a "¿cómo murió?". Pero la batalla entre los dos bandos
no paró un segundo.
La desconfianza en Argentina es de tal calibre que el hermano de Maldonado,
Sergio, que ha ejercido de líder de la familia en estos dos meses y medio y ha
sido durísimo con el Gobierno, decidió no alejarse del cuerpo en ningún momento
para evitar que nadie altere posibles pruebas. La familia está convencida de
que la Gendarmería, el cuerpo policial que actuó el día de la desaparición para
dispersar a los mapuches que ocupan unas tierras del grupo
Benetton en la Patagonia, asesinó a Maldonado, escondió el cadáver y ahora lo ha
dejado en el río para que lo encontraran. "El cuerpo se encontró en el
lugar donde se hicieron tres rastrillajes. Se veía a simple vista, en un
espacio pequeño, cuando uno va caminando. Que el cuerpo haya sido plantado es
una hipótesis", sentenció la abogada de la familia, Verónica Heredia.
Andrea Antico y Sergio Maldonado, cuñada y hermano de
Santiago, durante la rueda de prensa en Esquel. Fotografía: El Liberal de Santiago del Estero
Por la noche, la familia habló con los medios desde Esquel. El perito de
los Maldonado, Alejandro Inchaurregui, dijo que entre las ropas del cadáver
encontaron los documentos personales del desaparecido, pero enseguida aclaró
que eso "no implica una identificación positiva del cuerpo". Sergio,
en tanto, advirtió además que no dirá si el cuerpo es o no el de su hermano "hasta
estar 100% seguro", "Si lo hubiera reconocido, hubiera afirmado que
es Santiago", dijo.
En medio de una gran tensión y con llamadas a la calma de todos los grupos,
el cuerpo será trasladado en avión a Buenos Aires para que se analice allí bajo
el control de los peritos de la familia y de la Corte Suprema, el máximo
tribunal del país. El prestigioso Equipo Argentino de Antropología Forense, que trabaja en la identificación de
desaparecidos en todo el mundo, incluidas las fosas de la Guerra Civil
española, estará en todo momento presente. Se están extremando todas las
cautelas precisamente porque nadie se fía de nadie.
El primer juez de este caso, Guido Otranto, fue relevado porque la familia no confiaba
en él después de que afirmara en una entrevista en La Nación que él creía que Maldonado se había
ahogado en el río. En la desconfianza generalizada que domina Argentina, la
justicia sale muy mal parada, como demuestra el caso Nisman, lleno de enigmas tres años después.
Decenas de
miles de personas han gritado en varias manifestaciones "¿Dónde está
Sergio Maldonado?" por todo el país. Los argentinos famosos repartidos
por el mundo se sumaron a la protesta. Incluso Bono, el cantante de U2, le
preguntó a Mauricio Macri por Maldonado cuando lo visitó
la semana pasada en la Casa Rosada. Las calles y los barrios de toda Argentina
están empapelados con la cara de este tatuador de 28 años, con sus rastas, que
vivía en El Bolsón, un paraíso para hippies en la Patagonia, y se acercó a las
tierras de Benetton para apoyar a los mapuches. Su rostro está en las camisetas
de miles de argentinos como el del Che Guevara.
Todo el que vive en Argentina sabe cómo era Maldonado. Por eso cuando
empezaron a circular entre los periodistas las primeras fotografías del cadáver
desfigurado por el contacto con el agua y el paso del tiempo se disipó
cualquier duda: es él. Miembros del Gobierno confirman a EL PAÍS de manera
extraoficial que es Maldonado, pero aún no se puede saber si tiene algún golpe,
algún tiro, si falleció en el río o fuera, porque nadie tocará el cadáver hasta
que llegue a Buenos Aires. Maldonado no sabía nadar y el agua estaba muy fría
en pleno invierno austral, pero la familia rechaza la hipótesis de la muerte
accidental en plena huida de la policía.
Con la aparición del cuerpo quedan en ridículo todas las teorías,
trasladadas por el propio Gobierno, que apuntaban que Maldonado nunca estuvo
allí el 1 de agosto o incluso que estaba tranquilamente escondido en Chile
mientras su familia lloraba frenta a las cámaras en manifestaciones
multitudinarias. Pero también pierde peso la idea de que lo escondió la
Gendarmería y nunca aparecería el cadáver.
Para millones de argentinos los datos son lo de menos, porque en las redes
sociales ya se desató la batalla entre los que creen que el cuerpo lo colocaron
allí los policías y los que piensan que lo hicieron los mapuches. La
posibilidad de que esta vez no haya una mano negra detrás ni siquiera se
plantea. Es demasiado sencilla para un país amante de las conspiraciones.