¿Cómo ayudar a una persona "tóxica"?
En 1995 salió a la luz un
libro que cambiaría la manera en que las personas entienden y asumen las
relaciones interpersonales más cercanas. En ese libro, obra de Lillian Glass,
especialista en comunicación interpersonal y lenguaje corporal, se hacía referencia
el término “personas tóxicas”.
© Escrito
por Jennifer Delgado Suárez y publicado el martes 17/10/2017 por Rincón de la Psicología
A partir de
ese momento el concepto de personas tóxicas se popularizó para indicar a todos
aquellos cuyo estilo relacional resulta dañino para los demás, ya sea porque
recurren a la manipulación emocional, son excesivamente críticos o tienen
actitudes egocéntricas y narcisistas.
El principal
problema es que todos somos personas tóxicas en ciertas circunstancias, nadie está a salvo de estos
comportamientos. Por eso, si bien es cierto que en algunos casos no queda más
remedio que alejarse de esos contextos de interacción, para proteger nuestro
equilibrio psicológico, no es menos cierto que el primer paso siempre debería
ser intentar ayudar a la persona tóxica.
¿Cómo ayudar a una persona tóxica a
desarrollar una actitud más asertiva?
1.
Escúchale, de verdad
Todos
necesitamos ser escuchados, sentir que existe alguien que se preocupa realmente
por lo que nos sucede y saber que podemos contar con una persona que no nos
criticará. De hecho, en algunos casos detrás de esa “toxicidad” se encuentra
una actitud defensiva, el miedo al rechazo y la sensación de soledad.
Por eso,
para ayudar a una persona tóxica a menudo hay que aprender a escuchar, no
debemos centrarnos en sus palabras sino en lo que estas esconden, en lo que no
se dice pero está latente. Se trata de una escucha activa en la que nos hacemos
depositarios de sus miedos y preocupaciones, para brindarle un alivio
momentáneo y aligerar sus tensiones.
2.
Relaciónate desde el amor y la comprensión
Las personas
tóxicas suelen tener tras de sí una historia difícil, normalmente han tenido
que vivir experiencias adversas que han moldeado su personalidad y las han
convertido en lo que son hoy. Por supuesto, no se trata de una excusa para
soportar sus desplantes y críticas, pero a veces estas personas solo necesitan
saber que el mundo no es tan gris como piensan.
Debemos
recordar que calificar a alguien como “tóxico” ya implica juzgar y puede hacer
que la persona se sienta atacada. Sin embargo, no se puede juzgar a nadie si
antes no hemos caminado con sus zapatos, dice un proverbio budista. Al
contrario, la aceptación y el amor pueden obrar milagros. Para ello debemos
tomarnos el tiempo necesario para conectar con esa persona, conocer sus
experiencias de vida y comprender cómo impactaron en ella.
3.
Aconseja solo cuando te lo pidan
Uno de los
peores errores que podemos cometer si deseamos ayudar a una persona tóxica
consiste en dar “lecciones de moral”. A nadie le gusta que le den consejos
cuando estos no son solicitados porque los asumimos como una intromisión y lo
usual es que nos pongamos a la defensiva.
Por tanto,
lo más inteligente es esperar el momento oportuno, y dar consejos valiosos que
no encierren juicios de valor en el momento en que la persona pida nuestra
opinión. Además, es importante elegir sabiamente las palabras porque las
personas tóxicas a menudo son muy sensibles y fácilmente irritables.
4. Evita
las críticas y la culpabilización
Culpabilizar
implica atribuirle toda la responsabilidad de la situación problemática a la
persona tóxica. Sin embargo, debemos recordar que en toda relación
interpersonal hay dos partes, por lo que, de cierta forma, nosotros también
estamos contribuyendo a mantener ese equilibrio malsano.
Lo mejor
para todos es asumir una actitud madura y positiva evitando las críticas y la
culpabilización de cualquiera de las partes. Por ejemplo, no es lo mismo decir
“estoy harto de tu manipulación, eres una persona tóxica”
a “cuando adoptas esa actitud me siento mal, me gustaría que
habláramos para solucionarlo”. De esta forma no atacas a la persona
sino que pones el énfasis en su comportamiento y te implicas en una posible
solución. Nadie es simplemente una "persona tóxica", todos somos
seres humanos complejos con múltiples facetas, algunas más oscuras y otras más
luminosas.
5. Anímale
a buscar ayuda psicológica
En algunas
ocasiones la mejor manera para ayudar a una persona tóxica consiste en animarle
a que se ponga en manos de un psicólogo. Debemos tener en cuenta que por muy
buenas intenciones que tengamos, a veces nuestra ayuda puede causar más daño
que bien o incluso puede hacer que carguemos con un peso que no podemos
soportar ya que no tenemos las herramientas psicológicas adecuadas. En esos
casos, lo mejor es animar a la persona a pedir ayuda psicológica.
Es
importante que no presiones a la persona sino que aproveches los momentos
de insight en
los que reconoce que algo no funciona bien, para proponerle la idea. También
ayuda hacerle comprender que el psicólogo no es un profesional que se limita a
atender las psicopatologías sino que puede ayudarnos a superar ciertas
dificultades en la vida o a sacar la mejor versión de nosotros mismos. Convencer a alguien para ir al psicólogo no siempre es fácil, pero el resultado suele valer la
pena.
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