Animados a no ceder…
El kirchnerismo
se envalentona por las encuestas y redobla su embestida. Los controles sobre la
Justicia y Scioli.
La posible
continuidad del kirchnerismo en el poder, respaldada por el
crecimiento de Daniel Scioli en las encuestas, y la falta de
pericia política de la oposición han estimulado al Gobierno a no ceder
un centímetro en su pelea por el control del Poder Judicial. El oficialismo
carga sobre sus espaldas con casos tan polémicos como emblemáticos en materia
de presión sobre miembros de la Justicia, como los de los fiscales José María
Campagnoli y Germán Moldes y el del ministro de la Corte Suprema Carlos Fayt. Ahora logró cambiar la conformación de la Sala I de
Casación Penal que el martes decidirá sobre la constitucionalidad del pacto con
Irán. Lo hizo al remover al juez Luis María Cabral, hecho que volvió a poner de manifiesto el
desprecio del Gobierno por un Poder Judicial independiente. Es un hecho
gravísimo que parecería –al fin– haber despertado a una oposición que no
termina de comprender que si en algunos puntos esenciales no logra ponerse de
acuerdo será arrollada, junto con la República, por el kirchnerismo.
El abogado Claudio
Vázquez, cercano al viceministro de Justicia Julián Alvarez, ocupará el lugar de Cabral. La renovación de la Sala I
se extenderá a las otras subrogancias. En lugar de Gustavo Hornos será
designado Roberto Boico, profesor universitario cuya firma apareció en la
primera solicitada de Justicia Legítima, y cercano a la línea de las Madres de
Plaza de Mayo que encabeza Hebe de Bonafini. Por último, la plaza de Ana María
Figueroa será ocupada por Norberto Frontini, señalado por fuentes de la
Asociación de Magistrados como un hombre afín a la doctrina Zaffaroni y
discípulo de Alejandro Slokar –ex secretario de Política Criminal–, también
firmante de la solicitada “Hacia una Justicia legítima”.
La de Cabral se
trata de una nueva remoción directa por parte del Consejo de la Magistratura desentendida en toda su extensión de
una imputación de orden disciplinario, juicio o procedimiento previo, dice el
comunicado de la Asociación de Magistrados. Técnicamente se puede nombrar un
juez subrogante en un juzgado vacante; lo que no se puede es quitar de su lugar
a un juez que ya estaba subrogando, como era el caso de Cabral desde
hacía tres años. El objetivo perseguido es claro: quitar del medio a los
magistrados que podrían votar en contra de la constitucionalidad del pacto con
Irán.
Scioli tendría
el manejo de la economía, no de las relaciones externas y con la Justicia
Alerta. En la Justicia la preocupación crece. Los
motivos para estar alerta sobran. Lo que parecía un fin de ciclo ya no lo es, y
el panorama en materia de independencia judicial está otra vez en juego. “No
sabemos cómo empezó el proceso de destrucción de instituciones en
Venezuela. Quizás haya sido similar a lo que ocurre aquí. Es importante
prestarles atención a estos atropellos. Por ahora la gente está
tranquila porque a diferencia de Venezuela nosotros tenemos 12 cuotas sin
interés y papel higiénico. Debería haber mayor involucramiento político y
social; las cosas deben cambiar”, sentenció una fuente del Poder Judicial que
no deja de sorprenderse por la falta de agilidad y reacción de la oposición
para poner en agenda estos temas.
Fuentes
judiciales de Santa Cruz aseguran que la elección de Carlos Zannini como compañero de fórmula de Scioli es más
que un intento de control para conservar poder sobre el ex motonauta. Esas
voces recuerdan que “Zannini fue quien diseñó junto a Néstor toda la ingeniería
para el sometimiento del Poder Judicial en nuestra provincia. Como es sabido,
pese a los múltiples fallos de la Corte Suprema, nunca reincorporaron al ex
procurador Eduardo Sosa; una de las veces, ¡Zannini dijo que no tenían
presupuesto! A los jueces y fiscales que no les eran afines les colocaban
comisarios políticos y los mantenían vigilados con procesos de juicio
político”.
Cualquier
similitud con la realidad ya no es una coincidencia. Scioli tuvo que negociar
o, mejor dicho, aceptar compulsivamente los términos e imposiciones
impuestos por el kirchnerismo. Fuentes que están al tanto de lo conversado
en las últimas reuniones aseguran que el gobernador pidió vía libre para tener
el control en materia económica. A cambio, lo obligaron a aceptar que las
relaciones con el Poder Judicial quedarán a cargo de Zannini y la procuradora
Alejandra Gils Carbó. Tampoco tendrá injerencia en temas atinentes al manejo de
la Cancillería y la política exterior. Un precio demasiado alto.
De ser electo, habrá que ver cómo Scioli se
las arregla para sortear estos obstáculos que limitarían de manera irreversible
su gestión. Desde el sciolismo alguien preguntó qué pasará con Amado Boudou. La
respuesta fue fría y cortante: “Con ése podés hacer lo que quieras”. El vice
tiene las horas contadas. Sin embargo, lo que podría usarse como un gesto para
mostrar a la sociedad que ya no hay impunidad tiene su contrapartida en el
blindaje judicial para la familia presidencial y los ministros. “Son
intocables”, le hicieron saber al candidato del Frente para la Victoria.
Aló Presidenta
La utilización
por parte de Cristina de la cadena nacional para hacer campaña electoral por el
oficialismo representa más que una violación a la tan mentada Ley de Servicios
de Comunicación Audiovisual una alteración de las normas éticas de la vida
republicana. Es algo que no se había visto en estos treinta y dos años de
democracia reconquistada por los argentinos. Es lo mismo que hacía el ex
presidente Hugo Chávez y ahora repite su sucesor, Nicolás Maduro, en la
desgarrada Venezuela.
En el acto de
marras, que tuvo lugar el jueves en la provincia de La Pampa, la jefa de Estado
dedicó parte de su alocución a exaltar a Carlos Zannini, a ignorar a
Scioli, y a criticar el debate del miércoles entre los candidatos a jefe de
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y a los opositores. Al hacerlo buscó
desacreditar a Martín Lousteau, a quien responsabilizó por la 125. “Por un
error de números, casi nos hacen volcar”, dijo Fernández de Kirchner, quien
seguramente no advirtió que con esa afirmación derribó la falsedad sobre la que
pivotó aquel conflicto innecesario e incomprensible, aportando así otro ejemplo
de la mentira sobre la que se construye buena parte de la épica y el relato del
kirchnerismo.
Producción
periodística: Guido Baistrocchi, con la contribución de Santiago Serra.
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© Escrito por Nelson
Castro el domingo 28/06/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.
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