El problema Moyano...
Así se licuarian los aportes de jubilados en 15 años según cómo
invierta la Anses.
El conflicto entre
Moyano y el Gobierno refleja el costado más débil no sólo del modelo económico
vigente sino también del modelo político. El líder sindical vuelve a reclamar
un aumento salarial superior a la inflación del último año: 7% más si obtuviera
el 30% que reclama sobre una inflación de 23%. No lo amilana el rebote de la
crisis mundial, que aumenta el desempleo en todo el mundo y no sólo en los
países más afectados.
Controlar a Moyano fue la gran tarea de Néstor Kirchner,
quien nunca logró doblegarlo como sí pudo hacerlo con todas las demás corporaciones.
La mejor muestra de su fracaso es haber partido de un país que tenía 9% de
inflación anual en 2005 y que, dando aumentos de sueldo superiores a la
inflación durante seis años seguidos, hoy tiene que comenzar a dar aumentos
salariales menores o iguales que la inflación si no quiere que el
espiralamiento entre aumentos de sueldo y aumentos de inflación haga que se
cruce la barrera de 30% de inflación anual. En seis años se triplicó la tasa de
inflación, mientras Moyano sostenía que no era tan mala.
Pero fue la inflación la madre de la mayoría de los
problemas actuales. Está en el dólar, en el crecimiento insostenible de los
subsidios, pero también está presente cuando la Corte Suprema le solicita a la
Anses que le informe en qué se invierte el dinero de los jubilados; el tema
emerge ante la contradicción que resulta de que no se paguen los juicios a los
actuales jubilados mientras que con fondos de la Anses se financia el plan de
construcción de viviendas a tasas subsidiadas durante muchos años.
Como lo muestra la infografía que acompaña a esta columna,
si el índice de inflación fuera de 25% y la tasa de interés de los créditos del
5%, en 15 años les quedarían a los jubilados sólo $ 6 por cada $ 100 que
prestaron con sus aportes (la tasa de los créditos del plan de viviendas está
entre 2% y 4% para quienes tienen ingresos menores de $ 5 mil; entre 7% y 13%
para quienes tienen ingresos de entre $ 5 mil y $ 10 mil, y más alta para
quienes tengan ingresos superiores, pero la gran mayoría de los créditos será
para los sueldos menores, por lo que no sería ilógico tomar como ejemplo una
media de 5% de tasa de interés para los primeros 15 años).
Pero el problema no está en la construcción de las
viviendas, porque si el Estado no hubiera lanzado este plan igual el dinero de
los jubilados de la Anses estaría depositado a tasas de interés negativas
respecto de la inflación, problema que tienen todos aquellos que ahorran en
pesos y no sólo la Anses. En ese caso, asumiendo una inflación del 25% y una
tasa de interés del 12%, en ambos casos anuales, en 15 años les quedarían a los
jubilados $ 16 por cada $ 100 que prestaron. Es más que los $ 6 del ejemplo
anterior, pero igual la inflación se comería el 84% de sus aportes.
La inflación ha sido muy mala para los fondos de los
jubilados y tantos otros sectores sociales que no tienen el poder del sindicato
de camioneros para ganarle a la inflación. Y a la larga también será mala para
los camioneros, por más poder que tengan.
Recientemente los dos principales presidenciables para 2015
se reunieron con Moyano: Scioli públicamente; Macri, en privado y sin fotos.
Para los tres significa un gesto de desafío hacia Cristina Kirchner. Pero si
algún día Macri o Scioli ocupan el sillón presidencial, serán ellos los
destinatarios de las presiones de Moyano.
El peronismo se ha convertido en el único partido habilitado
a ejercer el gobierno bajo la consigna de que es el único que puede controlar
los sindicatos. Pero, como muestra la historia reciente, ni el propio Néstor
Kirchner lo logró, y queda por ver si su viuda lo consigue. Sólo una oposición
que no tenga aspiraciones de futuro podría alentar un triunfo de Moyano sobre
la Presidenta o un recrudecimiento de la inflación para cosechar electoralmente
el fracaso económico del kirchnerismo.
De la misma forma que la oposición reclama políticas de
Estado sobre temas que trascenderán el período del actual mandato o conciencia
republicana a la hora de elegir un procurador, la inflación también exige una
posición seria y no electoralista de todos los actores políticos y económicos.
Respecto del plan de viviendas lanzado por el Gobierno, debe
criticársele –como en casi todo– no el concepto de la idea sino su
instrumentación. La enorme demanda de estos créditos, que en horas agotaría
todo el stock prestable, demuestra que se podría haber logrado el mismo efecto
keynesiano de demanda agregada colocando los créditos con una tasa de interés
algo mayor, quizás hasta similar a la tasa pasiva que obtenía del dinero
depositado en los bancos, reactivando sin perjudicar más a los jubilados. Hay caminos
intermedios entre pasar de que prácticamente no haya créditos hipotecarios a
casi regalar la plata con una tasa del 2% anual en pesos.
El 2% de tasa de Kicillof es tan extremo como el 30% de
aumento de Moyano, típicos de un país que ama los excesos, aunque la Historia
nos demuestra lo caros que luego nos cuestan.
© Escrito por Jorge
Fontevecchia y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires el viernes 15 de Abril de 2012.
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