Coincidencias sonoras,
¿Berretta o beretta? Dibujo: Pablo Temes
El
Gobierno no para de hacer papelones: Celac, Corte, peleas...
© Escrito por
Nelson Castro el sábado 28/01/2023 y publicado por el Diario Perfil de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.
Berreta: adj. coloq. Arg.
De mala calidad. Éste es
el significado que aparece en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua
de una palabra que define a la perfección al desmembrado elenco de
politicastros que hoy están a cargo de la administración del país.
En efecto, comenzando por el
mismísimo Alberto Fernández, todo lo que exhibe el actual
gobierno es berreta. Es berreta lo que dice y es berreta lo que hace. Un botón
de muestra de ello fue la intrascendente reunión de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (Celac).
Muy en off, algunos de los que
acompañaron a Luiz Inácio “Lula” Da Silva no pudieron evitar
la sorpresa al palpar el nivel de tensión interna y desorganización que se vive
dentro del Gobierno. El hip-hop que hubo alrededor del frustrado encuentro
entre el presidente del Brasil y la vicepresidenta de la Argentina fue propio
de un reality. CFK exigía que Lula la visitase en su despacho del
Congreso, mientras que el mandatario brasileño pretendía que, por
razones de seguridad y logística, el encuentro se realizara en el Hotel
Sheraton en el que se alojaba. En cambio, no hubo tal disputa con el
expresidente uruguayo José Mujica, a quien Lula visitó en su chacra ubicada a
las afueras de Montevideo. El kirchnerismo podrá armar el relato que crea
conveniente para explicar el desaire; lo único cierto es que la reunión no se
produjo.
Argentina
sigue siendo rehén de gran parte de una dirigencia política que
solo busca proteger su interés.
No fue muy distinta la
impresión –decididamente mala– que se llevaron los empresarios que acompañaron
al presidente brasileño. “Todo lo que pudimos ver del gobierno argentino es
poco serio”, dijo uno de ellos que representaba el parecer de varios de sus
colegas.
Una de las iniciativas que generó sorna en la
delegación brasileña fue la de la moneda común, a la que se pretende bautizar
con el nombre de “Sur”. Hay que recordar que ya en tiempos de los presidentes
Raúl Alfonsín y José Sarney hubo un intento similar. La moneda común se iba a
llamar “Gaucho” y la memoria nos trae al presente un hecho contundente: esa
iniciativa murió antes de nacer.
Enojos. Ahora sabemos que el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro se enojó con AF porque no lo invitó a la reunión
de Lula con las organizaciones de Derechos Humanos. Como hubiera dicho el inolvidable Antonio
Carrizo, De Pedro ha ingresado al club de los ofendidos y humillados.
El episodio escaló y tuvo ribetes novelescos. La
ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, le exigió a De Pedro que se
defina: “o estás adentro o estás afuera”, en referencia a la “falta de códigos”
de los que critican siendo parte del Gobierno. Lo curioso es que Tolosa Paz se
definía a sí misma en público y en privado como “la más albertista de los
kirchneristas y la más kirchnerista de los albertistas”.
El episodio continuó subiendo de tono y personajes
de segunda línea de la provincia de Buenos Aires cercanos a Axel Kicillof –que ni siquiera valen la pena
mencionar– volvieron a cruzar a la ministra para ver si elevaban su propia
estima interna y ganaban algunas líneas en los diarios.
Desde el inicio de este Frankenstein que es el
gobierno nacional cada uno tuvo que salir a explicar de qué lado estaba. En
palabras de Diego Latorre en sus tiempos de futbolista del club de la Ribera:
“Un Cabaret”.
Reculando en chancletas
Otro
papelón. Desde
su génesis todo fue contra natura. El tiempo se encargó de confirmarlo. Berreta
también fue la primera reunión de la Comisión de Juicio Político que
tuvo lugar el jueves último y lo será todo el proceso en ese sentido.
Iniciativa que sólo encuentra explicación en la desesperación del kirchnerismo
por intervenir el Poder Judicial para cooptarlo.
Sus mentores saben perfectamente que no tienen los votos necesarios para
avanzar en la Cámara de Diputados con semejante disparate. Sin embargo,
condenarán al país a la parálisis legislativa extendiendo este proceso tanto
como sea posible para mantenerlo vivo en vísperas electorales.
La maniobra no está destinada
a sumarle votos al oficialismo; más bien a sostener el frágil equilibrio
interno para tirarle un hueso a la militancia dura. Un show que le saldrá muy
caro a nuestro país que se verá sometido a una discusión estéril y dejará en
segundo plano los problemas y necesidades reales de los ciudadanos argentinos.
La disociación con la realidad es total.
“No saben qué decir cuando se
les recuerda que esta Corte tuvo su origen en los inicios de la presidencia de
Néstor Kirchner. Se les queman todos los papeles y responden con chicanas y
agresiones. Estamos obligados a debatir en un proceso que ni siquiera debería
existir y eso lo vamos a recordar en cada una de las reuniones”, se quejó un
diputado de Juntos por el Cambio al
retirarse de la escena por los pasillos del Congreso.
Otro indicador de la
intrascendencia del proceso fue la ausencia de los principales cronistas de
exteriores y periodistas acreditados en el Congreso dentro de la sala A del
edificio anexo al palacio legislativo donde se reunió la Comisión. Curiosamente
en la sala contigua acondicionada con unos banners que hacían referencia al
convite, un puñado de canales de televisión afines al oficialismo hacía
desfilar a los diputados kirchneristas ante sus cámaras para garantizar la
difusión.
Si en este primer encuentro
que debió ser informativo y reglamentario no faltaron los insultos, las bajezas
y la falta de respeto, lo que vendrá será aún peor.
La Argentina sigue siendo
rehén de gran parte de una dirigencia política que busca proteger sus intereses
sin el más mínimo decoro e interés por la Nación.