Palabras de libertad...
Las denuncias por casos contra la expresión libre en el país llegan a la CIDH. Periodistas van a la OEA.
El viernes próximo a las 15.15, en la sede de la Organización de Estados
Americanos, 1989 F Street NW, Washington DC, ocurrirá un hecho inédito en los
treinta años de la democracia argentina. Siete periodistas expondrán ante la
audiencia otorgada a tal efecto por la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos sobre “las distintas acciones adoptadas por el Estado argentino que, a nuestro
juicio, implican serios retrocesos en la vigencia del derecho de libertad de
expresión en la Argentina. Estimamos que sólo el diligente actuar de ese
organismo podrá poner límite a las condiciones de creciente hostilidad
impulsadas por las autoridades gubernamentales nacionales, que afectan
seriamente el ejercicio del periodismo independiente”, según expresa
textualmente el documento.
Me gusta decir que el principal insumo del periodismo no es la noticia. Es
la libertad. Con libertad se puede hacer un periodismo bueno, malo o regular.
Pero sin libertad sólo es posible hacer propaganda. Y eso es lo que buscan los
gobiernos autoritarios: controlar todo y que nadie los controle a ellos.
Domesticar a los periodistas para convertirlos en propagandistas. Eso es
intolerable para una democracia plena y republicana. La libertad debe ser
defendida con uñas y dientes frente a cualquier gobierno o cualquier poder. Hay
que levantar la bandera de la libertad, y no importa si el gobierno que la
quiera pisotear es de derecha o de izquierda, o si los censuradores son los
dueños de los medios o los grandes empresarios. No hay periodismo sin libertad.
La década ganada por los Kirchner fue el momento de menor libertad de
prensa en la Argentina desde 1983. Néstor y Cristina pusieron en marcha un plan
sistemático para eliminar las críticas y utilizaron el aparato estatal para
atacar a periodistas independientes. Y apelaron a todos los mecanismos
posibles.
Una lista incompleta debe incluir la acción directa con agresiones físicas
e insultos, la difamación y la estigmatización constante desde los medios
estatales y paraestatales, las acusaciones falsas de los peores delitos, como
“golpistas”, “sicarios” y “criminales”, la privación arbitraria de la pauta
oficial, el cepo publicitario y las presiones hacia los anunciantes privados,
el apriete a los dueños de los medios para que despidan o no renueven
contratos, la mussoliniana pegatina de afiches con el rostro de periodistas que
luego fueron sometidos a una parodia de juicio popular en la plaza pública, la
incitación a niños y militantes a que escupieran esas fotos, la saturación de
comentarios insultantes mediante una brigada de mercenarios por internet, la
utilización de la ex SIDE y la AFIP, con escuchas ilegales y carpetazos como
instrumentos para intimidar y castigar, la prohibición de publicar las cifras
del verdadero costo de vida y la querella a las consultoras que se atrevieron a
hacerlo, y la conformación de un oligopolio amigo del gobierno con subsidios
millonarios que pagamos todos; éstos son sólo algunos de esos atropellos
autoritarios.
Son acciones que podríamos agrupar bajo el rótulo de “patoterismo de
Estado”.
Los siete periodistas de los más diversos medios, hartos de tanta
persecución, que hicimos este reclamo en defensa propia, de muchos otros
colegas y del derecho de los ciudadanos a ser informados con transparencia
somos Magdalena Ruiz Guiñazú, Nelson Castro, Joaquín Morales Solá, Pepe
Eliaschev, Luis Majul, Mariano Obarrio y quien esto escribe.
El próximo 1º de noviembre, en el Salón Rubén Darío, ubicado en el octavo
piso de la sede de la OEA, durante veinte minutos se argumentará sobre todo lo
denunciado. Habrá otros veinte minutos dedicados al descargo de un funcionario
nacional designado por el gobierno de Cristina.
Hasta ahora no se sabe quién será ese representante. El único país que se
negó a responder a una audiencia de estas características fue Cuba.
También participará Catalina Botero, la destacada relatora de libertad de
expresión.
La CIDH tiene mucho prestigio y fue varias veces citada elogiosamente por
la propia Cristina. En este 149º período de sesiones se tratarán denuncias
sobre gobiernos de matriz ideológica antagónica, como las violaciones a los
derechos humanos con los presos y las Damas de Blanco en Cuba, o la utilización
de los drones, los aviones no tripulados, como armas de guerra por parte de
Estados Unidos, o la situación de los detenidos en la base naval de Guantánamo.
Esto demuestra que el trabajo de los comisionados no tiene un sesgo político
particular y que su interés principal es preservar las libertades públicas.
Quienes padecimos la dictadura celebramos el histórico informe de la CIDH
que vino a nuestro país entre el 6 y el 20 de septiembre de 1979. Para
confeccionarlo entrevistaron a Jorge Rafael Videla, quien era el jefe del
terrorismo de Estado, y a decenas de autoridades nacionales y provinciales,
pero también a los organismos que con tanto coraje defendían los derechos
humanos en las peores circunstancias y asimismo a políticos radicales como
Ricardo Balbín y Raúl Alfonsín, peronistas como Deolindo Bittel y el comunista
Fernando Nadra, entre otros.
Las conclusiones de la Comisión hicieron eje en el problema “de los
desaparecidos”, por considerarlo entre los más graves, y exigieron que se
informara el paradero de éstos, que cesara la acción represiva del Estado y que
se restituyeran los niños apropiados de los detenidos políticos o los nacidos
en cautiverio, entre otras denuncias que muchos argentinos no podían o no se
atrevían a hacer.
Por supuesto que hay que salvar las distancias. Ni siquiera hay punto de
comparación entre aquel 1979 horroroso en sus crímenes de lesa humanidad y este
2013 lamentable en su intento de instalar un discurso único y chupamedias.
Pero el valor de la libertad es indiscutible en todos los tiempos y bajo
cualquier régimen.
Serrat nunca dudó al decir que “para la libertad, sangro, lucho y pervivo”,
en la convicción de que si el autoritarismo resiste, hay que resistir, porque
“retoñarán aladas de savia sin otoño, reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada
herida”.
Todo sea para la libertad
© Escrito por Alfredo Leuco el viernes
25/10/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.