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sábado, 2 de septiembre de 2017

Vuelta al mundo en motorhome: el viaje soñado..@dealgunamanera...

Vuelta al mundo en motorhome: el viaje soñado...


Después de 15 años de preparativos, la familia Di Leo salió a recorrer el mundo a bordo de Libertad con un plan y sin fecha de regreso. Galería de imágenes.

© Escrito por Noelia Graguela en Agosto 2017, en el Nº 539 de la Revista Weekend de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Tal vez todo empezó esa fría noche de 1999 en la Autopista 25 de Mayo, cuando Silvio Di Leo sintió a la muerte respirarle en la nuca y la vida le dio otra oportunidad. Primero fue el impacto del adoquín en las ruedas delanteras y la imagen de aquel hombre apuntándole con un arma en la cabeza. Luego, el freno en seco del auto y tres jóvenes que bajaron a socorrerlo. Finalmente, el ladrón esfumándose en la oscuridad y el aire helado que le volvía a los pulmones. ¿Y si no me salvaba? ¿Y si moría esa noche con mis sueños sin cumplir? A pesar de tener 38 años, cuatro hijos pequeños y una vida armada, Silvio no podía sacarse de la cabeza aquel deseo que lo había invadido desde la adolescencia, así que se armó de coraje y una tarde de domingo, entre mate y mate le preguntó sin rodeos a su esposa Carla: “¿Dejarías todo para ir a dar una vuelta al mundo con los chicos?”. “Sí, sería un sueño hacerlo”, dijo ella. Él tenía un buen trabajo en el sector informático y hacía sólo un año que la familia se había mudado a una casa quinta con parque, pileta y cancha de fútbol en el barrio El Trébol (cerca de Ezeiza, Buenos Aires) que tanto esfuerzo les había costado edificar. Sin embargo, los Di Leo decidieron salir de la zona de confort y empezar a planificar el viaje de sus vidas.

El Plan

“Hicimos una reunión familiar con los 4 abuelos y fue una mala experiencia porque se enojaron, nos dijeron que estábamos locos”, recuerda Silvio. “Cuando uno está decidido a hacer algo, tiene que hacerlo sin buscar la aprobación de nadie.” Así empezaron diagramando rutas con el Google Maps, hablaron con viajeros que pasaban por el camino, hicieron amigos virtuales a través del Messenger, iban comprando guías de distintos lugares y se fueron nutriendo de historias que los ayudaron a perder el miedo.

“Fueron 15 años de preparación, de trabajar y de luchar contra la opinión negativa de la gente”, dice Carla. Y agrega: “Después de inagotables años de esfuerzo, el 23 de agosto de 2012 partimos a bordo de Libertad, nuestra casa rodante”. Silvio (51), Carla (44), Ornella (15), Lara (17), Fabricio (19) y Patricio (21) comenzaban la aventura.



Encontrar el vehículo ideal fue todo un tema. Tenía que ser algo seguro para la ruta, seguro contra los robos, confortable como para vivir allí por muchos años, y ecológico, ya que los Di Leo son fervientes defensores del cuidado del medio ambiente y promueven el ahorro de energía. “Vimos cientos, pero ninguno era el adecuado. También buscamos ómnibus para convertirlos en motorhome y pasó lo mismo”, cuenta Carla.

Un nuevo hogar

Libertad apareció recién en el año 2006. “Reunía todo lo que necesitábamos pero no teníamos el dinero suficiente, así que debimos esperar. A los pocos días, el dueño se arrepintió de la venta y levantó la publicación. Lo único que lo convenció (¡¡¡3 años después!!!) fue nuestro sueño y nuestra historia”, recuerda Carla. “Lo compramos en el 2009 con la idea de salir ya, pero al final lo terminamos desarmando todo”, cuenta Silvio. El resultado fue una verdadera casa rodante de 12 metros de largo divididos en tres sectores y con capacidad para 6 plazas: dos adelante en el living-cocina (que es oficina y comedor) con un sillón que se hace cama y tiene dos colchones de 190 por 80 cm. Dos camas cuchetas en el medio, y atrás la cama matrimonial. Antes están los dos baños (uno con ducha y otro con inodoro y lavatorio) y el placard. Además, el vehículo cuenta con 8 cinturones de seguridad, un cómodo sistema de escritorios de trabajo, heladera, lavadora, aire acondicionado y varios muebles a medida que aprovechan cada recoveco para guardar un montón de cosas.

El recorrido

El plan original de los Di Leo era hacer un viaje de 10 años para recorrer más de 300.000 km a lo largo de los 5 continentes y pasando por más de 110 países. Llevan 5 años en la ruta y, si bien van respetando bastante el itinerario, ya no se preocupan por el tiempo. “Nuestro viaje es muy lento y la verdad es que nunca pensamos en la vuelta porque no es algo que queramos hacer en el corto plazo. Seguiremos viajando mientras nos guste. Y por ahora nos gusta mucho”, asegura Silvio. Partieron de Buenos Aires hacia Uruguay, donde “dimos una vuelta corta” y volvieron al país para recorrerlo de norte a sur durante un año. Cruzaron a Chile, después fueron a Ecuador, Perú y Colombia. En Medellín trataron de entrar a Venezuela pero las fronteras se encuentran cerradas, así que volvieron a Ecuador y ahora están en Lima, Perú. La idea es bajar por Cuzco, entrar en Bolivia, ir a Paraguay, luego a Brasil e intentar una vez más pasar a Venezuela. “Ahí vemos cómo seguimos. Una opción es subir la motorhome en un barco hasta México, la otra es ir a Europa, pero tratamos de respetar el recorrido lo mejor posible”, dice Silvio. Probablemente entre Brasil y Venezuela vuelvan a la Argentina para lanzar el libro en el que están trabajando. “Va a ser en papel, pero también interactivo, a través del celular, donde la gente va a poder escuchar y ver las experiencias que vivimos en el viaje”, explica Silvio.

Aventureros y no tanto

Si bien los Di Leo se han lanzado a la aventura, no son ningunos improvisados. Cuentan con todas las herramientas necesarias como para reparar el vehículo y conocen toda la mecánica a la perfección. Armaron un sistema de purificación de agua por ósmosis inversa a través de una bomba, que les permite usar agua de río. También colocaron sistemas de bajo consumo, iluminación LED e islas solares, y van consiguiendo Internet con unas antenas que amplían el espectro. Cuentan con una cámara HD que atornillaron artesanalmente al frente del vehículo para ir filmando el viaje. Piensan producir cerca de 2.000 horas de vídeo, grabar más de 1.500 horas de audio y sacar cerca de 100.000 fotografías. Parte del material lo van compartiendo en su página web y en Facebook (Los rodando ando, Página Web de los rolando ando...) y el resto lo van produciendo para armar documentales.

Por más que vayan conociendo gente en el camino y los inviten a pasar la noche en una casa, ellos siempre duermen en el motorhome por seguridad. Para financiarse durante el viaje van vendiendo artesanías, merchandising y hacen trabajos de Internet a distancia para comprar combustible y los víveres. Han canjeado atenciones médicas y trabajos de taller mecánico por publicidad en la web. “Salí de viaje con 51 años, tengo 56 y en estos 5 años hice más amigos que en toda mi vida”, dice Silvio y jura que jamás sintió miedo. “Lo único que te limita a veces es el tema de las visas que tenés que negociar, comprar o extender; pero después no hay limitaciones. Y con respecto a la educación de los chicos, te puedo asegurar que viajando se aprende más de la gente y de las cosas que en la universidad”. “Nos pasaron cosas difíciles, pero todo se resuelve. Permanecer en la zona de confort es estar rodeado de gente que conocés, ir de tu casa al trabajo en una autopista congestionada en hora pico, volver por la misma autopista en la que te pueden robar como me paso a mí y tener los problemas habituales. Cosa que está lejos de ser lo ideal. Lo comprobamos a bordo de Libertad: nuestro Scania 1980 modelo BR 116 convertido en hogar rodante.”

Nota completa en revista Weekend 539, agosto 2017.



 




sábado, 4 de mayo de 2013

Avión Solar Impulse... De Alguna Manera...


Un avión cruzará Estados Unidos impulsado por el sol...



Volará a 60 Km/h y tardará semanas en cruzar el país de costa a costa. Si bien no se trata de su primer vuelo, esperan que sea “un paso mítico en la aviación”.

Desde el 1º de mayo, el Solar Impulse, un avión impulsado únicamente por energía solar, intentará atravesar el territorio estadoundiense. Considerado el avión solar más avanzado del mundo, será piloteado por los suizos André Borschberg y Bertrand Piccard, también creadores del Impulse.

Haciendo una analogía con la historia de la aviación tradicional, Borschberg piensa que en este momento se encuentran en una etapa similar a la de 1915 a 1920, “cuando los pioneros intentaron sus primeros vuelos sin hacer paradas”.

Ya en 2010, pilotado por Borschberg, el avión realizó con éxito un vuelo nocturno de 26 horas. En 2011 voló de Suiza a Bélgica y Francia. Y en 2112, completó un vuelo trasatlántico, de Europa al Norte de África. Estos aventureros, de concretar la hazaña, buscarán dar la vuelta al mundo en 2015.

El avión partió desde San Francisco, en California, y hará paradas en cuatro ciudades: Phoenix, Dallas y Washington DC, antes de partir a Nueva York, la parada final, donde se estima que llegue a principios de julio. Cada vuelo tomará de 20 a 25 horas, con paradas de diez días en cada ciudad. La nave, de un solo asiento, se desplaza a unos 64 kilómetros por hora.

Cómo es el Solar Impulse

El avión recibe su poder de unas 12.000 células solares -fotovoltaicas- dispuestas a lo largo de sus alas, las cuales dan carga a sus baterías. “Estas células convierten los rayos del sol en electricidad, la cual provee simultáneamente energía a los motores y recarga las baterías, de forma que la nave pueda volar de noche”, explican los artífices del proyecto.

Lo primero que vieron Piccard y Borschberg fue la necesidad de que el avión tuviese una gran envergadura, a fin de reducir la resistencia del aire y de contar con espacio suficiente donde insertar las células solares.

Al mismo tiempo, necesitaban una estructura ultraligera, que ahorrase la mayor cantidad de energía, lo que permitiría volar de noche con la ayuda de baterías. “La envergadura de las alas es equivalente a la de un Jumbo 747 (63,4 metros), el peso es equivalente al de un automóvil pequeño (1.600 kilos) y el promedio de potencia de 24 horas de una motoneta”, cuenta Borschberg.

Se trata fundamentalmente de una demostración de ahorro de energía que se puede lograr con las actuales tecnologías, pero que difícilmente reemplazará a los vuelos comerciales actuales.

“El proyecto consiste en cero combustible y la aviación convencional no puede pasar directamente a cero combustible”, reconoce, pero aclara que “nuestro propósito primario no es revolucionar la aviación, sino la forma en el que la gente piensa en la energía y las tecnologías limpias”.

Ambos aviadores están convencidos de que si las soluciones tecnológicas de Solar Impulse se utilizan de forma rutinaria, el planeta podría ahorrar el 50 por ciento de su consumo de energías fósiles.

“Nuestro éxito no vendrá solo de completar una vuelta al mundo sin usar combustible, sino motivar a todo el mundo a tomar las medidas necesaria para reducir la dependencia en los combustibles fósiles. Lo que somos capaces de lograr en el aire se puede lograr en tierra, en la vida cotidiana”, señala Piccard. 


© Publicado en 29/04/2013 por la Revista Weekend de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.