"El
Gobierno ha aniquilado los organismos de control"…
Opinión. "Yo creo que hay razones coyunturales,
estructurales y también la actitud epidérmica del gobierno respecto de todo lo
que signifique control".
Reportaje
a Leandro Despouy. El abogado y dirigente radical explica por qué el
oficialismo quiere destituirlo de la presidencia de la Auditoría General de la
Nación (AGN), y recuerda que desde la gestión de Néstor Kirchner se ignoran los
informes del organismo, como el que advertía sobre los riesgos de que se
produjera un accidente como el de Once.
Un
hombre de carácter (de los primeros que volvieron del exilio cuando la
democracia y, luego, en los 90 permaneciendo en soledad en Haití como cabeza de
la delegación de la OEA, pese a la revolución que azotaba la isla) hoy recibe
los intentos kirchneristas de echarlo de la Auditoría General de la Nación.
—Hace
pocas horas usted tuvo un apoyo masivo de la oposición –recordamos–. Esto no es
frecuente, ¿por qué piensa que se ha desencadenado ese ataque masivo del
Gobierno contra su permanencia en la Auditoría? ¿Es acaso porque la catástrofe
del Sarmiento, en febrero, ha puesto al desnudo el destino de cuantiosos
subsidios que usted ha investigado?
—Yo creo que hay razones coyunturales, estructurales y,
también, la actitud epidérmica del Gobierno respecto de todo lo que signifique
control y, sobre todo, control creíble. Porque aquí no se trata de que haya
solamente informes de la Auditoría. Hoy los informes de la Auditoría son
comentados, transmitidos y comunicados y, al mismo tiempo, fuente de una
actuación importante de la Justicia. Entonces, responder a la pregunta de si es
meramente epidérmico o es un brote propio de un Gobierno que no acepta el
control corrobora el hecho de que ha aniquilado ¡a todos los organismos de
control! Los ha destruido. Los ha adormecido y podríamos hablar de ejemplos muy
concretos. Pero, también, yo creo que hay situaciones muy específicas. Ahora
bien, saber si esta actitud obedece a las auditorías que hemos aprobado,
significaría que estamos hablando de la gota que rebalsa el vaso. ¿Y por qué
digo esto? Pues porque fue realmente intempestivo el comportamiento de la
Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas después de haberme reconocido
siempre. Hace de esto más de diez años… Y, un día, ¡de golpe, me dice que no
soy más auditor general desde los dos últimos años! Bueno, esto es un acto
destitutivo infundado y no tiene ninguna solvencia ni siquiera como explicación
lógica. Más allá de la ausencia de competencia jurídica. Pero son auditorías
que están marchando; que han servido de fundamento a muchas decisiones.
—Pero
también ustedes han presentado otras auditorías.
—Sí. Y la Comisión Parlamentaria Mixta las ha enviado al
Congreso, las ha aprobado. Por ejemplo, hay un informe sobre la Oncca (Oficina
Nacional de Control Comercial Agropecuario) que es realmente muy importante. Es
todo un estudio que hemos hecho sobre la ejecución presupuestaria. La forma con
la que se manejaban, por ejemplo, con apuntes, ¡miles de millones de pesos! Sin
embargo, no logramos que el Congreso lo pueda tratar. Seguramente ellos, la
Comisión Parlamentaria Mixta, sabían que yo plantearía este tema. Y otra de las
cosas que no tiene explicación es que no traten la cuenta de inversión. Es
cierto que hay observaciones muy serias de parte de la Auditoría en la cuenta
de inversión. Pero es irracional que no lo traten teniendo ellos mayoría como
para un debate. Ahí hay algo difícil de entender porque eso daña mucho al
Ejecutivo. Imagínese, no tratar los informes.
— ¿Desde
cuándo no se tratan los informes?
—Prácticamente desde la gestión de Néstor Kirchner.
Tampoco en la de Cristina.
— ¿Cuáles
son los informes que no se trataron en la gestión de Néstor?
—Por ejemplo, los que corresponden a sus tres últimos
años. Y todos los de Cristina Kirchner… entonces, yo me pregunto, ¿acaso la
Presidenta no suele decir “a mí me interesa que me indiquen cuándo hay alguna
situación y no que me anden criticando”? Bueno, lo que indico yo, como auditor
general, es decirle que “no hay explicación de que, teniendo usted la mayoría,
no trate los informes y los dictámenes acerca de cómo han ejecutado el
presupuesto”. Es cierto que hay observaciones porque aparece muy probado que
hay un presupuesto que se aprueba y un presupuesto que se ejecuta. Pero, bueno,
le estoy dando un ejemplo claro de algo que no tiene explicación. Creo que
habría un interés mayúsculo de parte del Ejecutivo para que se trate mientras
Cristina cumple las funciones de Presidenta. Pero, si no lo hace, si alguien
desconoce que su propia mayoría no impulsa el tratamiento de esas cuestiones.
¿Será también por algunas auditorías que vienen? ¿Por qué no pensar en eso?
— ¿Cuáles
son las que vienen?
—Le explico: de las que ya hemos hecho, la auditoría que
acabamos de realizar y que he mandado a la Comisión Parlamentaria Mixta. De
ésas, una sola fue aprobada por la Comisión y enviada al Congreso. Otras son
las que nosotros enviamos y que la Mixta no trata. Por ejemplo, la cuenta de
inversión, y otras, como acabamos de enviar recientemente, acerca de la
Asociación Tupac Amaru de Milagro Sala. Allí aparecen las mismas desviaciones
que en todos los programas de vivienda.
— ¿Tipo
los programas de vivienda de Hebe de Bonafini?
—En el caso de Sueños Compartidos, allí todavía estamos
auditando. Pero en los otros, en los que ya hemos concluido, como Tupac Amaru
no solamente hay un problema en la calidad de las viviendas, sino que vemos
esencialmente una ausencia de rendición de cuentas, un manejo discrecional de
los fondos y una forma de ejecución dentro de la cual se manejan con cheques
diríamos… privados… Cheques de 50 mil pesos, por ejemplo, lo que permite que
los reciba la Tupac Amaru y pueda distribuir todos los fondos de acuerdo a un
manejo no registral ni contable y ni siquiera de acuerdo al nivel de
administración financiera que establece criterios muy concretos de ajustes
contables de rendición de cuentas propios de fondos públicos. Y estamos
hablando de sumas muy importantes. Lo otro que se verifica es que la gente
vive, efectivamente, en la vivienda, pero no tiene la propiedad.
— ¿Cómo…?
—Es decir que, misteriosamente, nos encontramos con una
situación muy extraña.
—Pero,
¿no hay escrituras?
—No. No hay escrituras. Han hecho las cosas de manera de
mantener una especie de dominio. Un dominio –reitera Despouy–… y esto es de
enorme gravedad porque falta un control de todo tipo. Se trata de propiedad
privada. Son viviendas. Son fondos del Estado. Entonces, ¿será que estos
informes avanzan y que la Comisión Parlamentaria Mixta no quiere recibir más
informes de esta naturaleza? ¿Serán los que vienen? Nosotros, en las próximas
horas, tenemos en examen, en el Colegio de Auditores Generales, varios
informes.
— ¿Por
ejemplo?
—Son informes elaborados por los técnicos y los
científicos. Están debidamente procesados y se encontrarían ya en condiciones
de aprobación. Hay situaciones de manejo de fondos; venta de títulos. Nosotros
hacemos una auditoría del Estado muy intensa y muy concreta, pero tenemos
también sobre el Servicio de Superintendencia de Salud que habla muy claramente
de la situación de cómo, en 2009, el Estado recibió 2.400 millones y solamente
distribuyó (entre APE y las obras sociales) 128.400 millones. La mitad quedó
entonces en propiedad del Estado cuando, en este país, más de la mitad de las
obras sociales están al borde de llegar a una situación de emergencia. Hay
comportamientos estatales muy graves con respecto a… y eso habilita a nuevos
reclamos. Supongo que las obras sociales van a tener, a partir de eso, un fin
muy claro para plantearse. Estamos por aprobar ese informe que ya está en
condiciones. No lo pude hacer en la última reunión, pero lo haremos cuando haya
quórum.
Por ejemplo, tenemos todos los informes sobre Acumar.
—Explíqueme,
por favor.
—Acumar es toda la cuenca del Riachuelo. Nosotros hemos
hecho una auditoría ambiental muy completa. Hemos auditado también la ejecución
de los fondos a través de los préstamos internacionales. También, antes, hemos
auditado a Aguas Argentinas etc., y ahora se le obligó al Gobierno a establecer
un plan único, que es el Plan Integral de Saneamiento Ambiental. Ahí tenemos
más de 100 mil millones de pesos. Ya están en ejecución cerca de cuatro a cinco
mil millones. Nosotros, por la sentencia de la Corte, tenemos la competencia
para auditar cómo se ejecutan los fondos en el Saneamiento Ambiental. Bueno,
todos estos son informes que tenemos que presentar a la Corte Suprema de
Justicia por ser parte de la sentencia de la Auditoría. Hemos elevado también
una solicitud muy importante de la Corte con respecto a la situación particular
de las empresas que podrían haber tenido relación con una empresa familiar del
juez interviniente y designado por la Corte para la ejecución de la sentencia…
Nosotros ya tenemos todo ese material producido. Es muy importante para el
país, para la Corte. Y hago toda esta reflexión porque tenemos también algunas
cuestiones vinculadas a tarifas telefónicas.
—Mire,
doctor Despouy, visto de afuera, periodísticamente, ¿podríamos decir que lo que
ha reforzado esta ofensiva contra usted es el hecho de que hubo en la
catástrofe del Sarmiento 51 muertos y 700 heridos? ¿Y subsidios cuantiosos que
no se sabe adónde han ido? Todo esto es para que usted no avance. ¿O no?
—Yo creo que sí. Pensando en las auditorías que hemos
hecho, ésta, la del Sarmiento, debe ser probablemente la más emblemática porque
tiene la particularidad de ser una auditoría que, en principio, preanuncia que
las prestaciones del servicio de trenes son deplorables, que la situación de
inseguridad es alarmante. Y eso la auditoría lo prueba. Lo señala. Incluso
advierte sobre cuestiones como la ausencia de frenos justamente en el lugar
donde se va a producir el accidente. O sea que estamos hablando no sólo de la
debilidad de los frenos, ¡sino también de todos los sucedáneos del freno! Me
explico: cuando no funciona un freno hay otras alarmas, otros mecanismos. Está
el freno de seguridad, la forma de contención que hace que un accidente ¡no se
transforme en una tragedia! Cuando desaparecen todos esos elementos hay algo
premonitorio que ya parece estar dicho. Cuando realizamos la auditoría hemos
hecho este tipo de verificaciones en este tema y hemos tomado fotografías en
nuestra página web y, de pronto, me he encontrado con que me llama un
periodista y me dice que acaba de saber que ha ocurrido un accidente en tal
lugar y me dice “… en el informe de ustedes, en la auditoría, hay una foto que
justamente señala que allí hay condiciones pésimas, ¡y acaba de producirse un
accidente en tal lugar!..”. Es decir que el periodista me contaba una historia
que nosotros ya habíamos preanunciado.
— ¿Se
trataba de la tragedia del Sarmiento?
—En este caso, del Mitre. Pero vuelvo a la tragedia de
Once y a esa auditoría que habíamos hecho con anterioridad. En ella se mostraba
que había un manejo de fondos completamente discrecional. Con desvíos, con
posibilidades de corrupción. En fin, una serie de situaciones. Y ¿por qué lo
decíamos? Simplemente porque no iban al destino correspondiente. Por ejemplo,
los fondos no se aplicaban a las tareas de reparación o de mantenimiento.
Tampoco a la inversión, cuando la propia empresa debía haberlo hecho. Un
comportamiento del Estado en el que decíamos que se había formado ¡una especie
de cultura del incumplimiento! Como que el Estado cultivaba el comportamiento de
los incumplimientos de los empresarios. ¿Y de qué manera? Mire, cuando uno
hablaba con los empresarios ellos argumentaban: “¡Nosotros no recibimos todos
esos fondos que se dicen que recibimos!”. Y nosotros: “¡Pero ustedes dicen
recibirlos!”.
—Perdóneme,
Despouy, ¿acaso esos fondos no se entregan contra un recibo?
—En el caso de los subsidios, el gran problema (y lo
hemos dicho desde el principio) es que no hay rendición de cuentas. Por lo
menos no las ha habido en las gestiones anteriores. Este nuevo ministro ha
tomado algunas disposiciones que podrían indicar lo contrario, pero en todo
caso, nosotros les decíamos: “No puede ser que el Estado siga invirtiendo
tantos fondos públicos sin rendición de cuentas. Sin examinar si se aplicaron o
no a su destino y sin comprobar el impacto, que teóricamente, deberían tener
por su naturaleza de subsidio.” Se transformaban entonces en una especie de
pago para los operadores para que no aumentaran las tarifas, pero en todo caso,
las empresas no cumplían porque si cumplían perdían el subsidio. Había entonces
allí una actitud propia del Estado, pero además, nosotros veíamos que muchas
veces los grandes liberales en la entrega de subsidios son los gobiernos.
—Bueno,
como el caso de Aerolíneas.
—… Veíamos una gran liberalidad en la entrega de
subsidios por parte de Jaime, de Schiavi, pero al mismo tiempo, Jaime se
beneficiaba de prebendas de las propias empresas que él favorecía. Con lo cual
ahí vemos claramente una actitud que debería ser examinada por la Justicia y
encuadrada dentro de lo que puede ser una conducta delictiva. Quizás le estoy
dando demasiados detalles, pero después de la catástrofe de Once, hicimos otro
informe con el cual ya tuvimos dificultades para que se aprobara. Recuerdo, por
ejemplo, que los auditores del oficialismo me proponían que lo aprobáramos
después etc., etc. A pesar de eso, lo sacamos. Pero allí aparece claramente que
las observaciones que habíamos hecho en 2009/2010 se mantenían intactas porque
la conducta no había cambiado. Y es importante saber que son estos informes de
auditoría los que sirvieron en primer término para que el juez, después del
accidente, decretara que nadie podía salir del país. Lo que se está examinando
es el procesamiento de Jaime, de Schiavi y de Cirigliano. Y ahí voy a su
pregunta inicial: ¿por qué este ataque? Bueno, puede ser un intento para que yo
no avance o para invalidarme. Y le diré más: si yo fui un auditor ilegal
entonces soy un auditor trucho. Y si soy un auditor trucho todo lo que he
firmado no es válido y, por lo tanto, tengo que devolver los salarios que he
cobrado (tal como plantea Aníbal Fernández) y cae la virtualidad jurídica. ¿Se
imagina usted, si esto fuera cierto, a todos los abogados defensores de los
principales personajes de este país acusados de corrupción, presentándose en
Tribunales diciendo: “Que caiga ese informe de auditoría en el cual alguien
está siendo procesado porque el presidente de la Auditoría era un presidente
trucho”?
Como
usted comprenderá, el tema es de enorme gravedad.
Tan grave que, horas más tarde de haber mantenido esta conversación, los auditores del Frente para la Victoria se negaron a dar quórum a la convocatoria del doctor Despouy porque recibieron órdenes de desconocer al presidente de la Auditoría General de la Nación. Tenazmente, éste convocó a otra reunión.
En el ínterin la Suprema Corte de Justicia convocó a la
Audiencia Pública sobre el saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo de la
que, en este momento, está participando el presidente Leandro Despouy, a quien
ciertamente no le ha tocado un país fácil.
© Escrito por Magdalena Ruíz Guiñazú y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires el domingo 14 de Octubre de
2012.