Mostrando las entradas con la etiqueta Nestor Kirchner. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Nestor Kirchner. Mostrar todas las entradas

lunes, 20 de junio de 2016

Eduardo Aliverti: "El bajón de unos es enorme y la fiesta de otros también"… @dealgunamanera...

Eduardo Aliverti: "El bajón de unos es enorme y la fiesta de otros también"…


El periodista escribió una columna en Página/12 y se refirió al escándalo de José López. Defensa K.

© Publicado el lunes 20/06/2016 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El periodista Eduardo Aliverti escribió una columna en el diario Página/12 donde se refirió al escándalo que protagonizó el exfuncionario K, José López, cuando fue detenido en General Rodríguez mientras lanzaba millones de dólares a un convento religioso.

"Todavía es muy pronto para medir las consecuencias exactas de la bomba estallada por José LópezHablamos de política, no de percepciones circunstanciales. Si el macrismo muñequea bien lo que pasó, a corto plazo y para las elecciones del año que viene, el hecho será interpretado como clave. Si el panorama económico sigue barranca abajo, habrá de esfumarse como ocurre con todos los sucesos de corrupción por más grandilocuentes que sean", escribió Aliverti.

El editorialista comparó la situación con "la difusión del video de La Rosadita" o "las denuncias en torno de Lázaro Báez, que están plagadas de intencionalidad política". También se refirió a "Ricardo Jaime, quien también es una imagen bizarra de corrupción estatal pero sin haber sufrido constatación pornográfica, filmada, de las manos en la masa". 

Para Aliverti, lo de López, "no fue un proceso de demolición. Es golpe de nocaut. Que sea contra él importa un pito. El problema, a priori muy grave o muy serio, es que ahora no hay que defenderse de López, como si uno tuviera algo que ver con tamaño miserable, sino de haber apoyado –y seguir haciéndolo, quede claro desde el vamos– un proceso político de inclusión social al que se pretende delictivo por completo y del que, de repente, López parece ser la única figura, la única conclusión, la única marca con que debería analizarse una experiencia de doce años capaz de haber intentado un poco de justicia redistributiva por cierto que con todos sus errores".

El periodista criticó "una malla de protección mediática en torno de los papeles de Panamá que involucran a Macri" y que "ahora acontece que nos gobiernan e informan unas vírgenes capaces de espantarse por López, y dispuestas a ir a fondo contra la corrupción".

Para Aliverti, el problema es que los argentinos se preguntan por López y no identifican "al principal ladrón sistémico. O caracterizarlo vía López para creer en la redención que allegarán justo ellos, la derecha que gobierna. Por eso lo de López es un golpe terrible: porque esparce con una fuerza inusitada la sensación de que toda la dirigencia política es lo mismo, empezando por quienes mostraron no serlo".

"Es dudoso inferir que la gente sienta a Macri más honesto que Cristina, Kirchner, López o Báez. Más bien sería cuestión de que puede percibírselo como alguien en quien por fin creer porque, de tan observado que está y siendo que asumió funciones oficiales, en la representación de su clase, se cuidará más. Y si se cuidan más, él y los suyos, incluso podría confiarse en que repartirá algo de todo lo que ganó a expensas del Estado cómplice, en dictadura y menemato", agregó.

"Hasta López, esa construcción subjetiva parecía haber entrado en duda porque empezaba a imponerse la realidad de los tarifazos, la pérdida del trabajo, la amenaza de perderlo, la obligación de achicar el consumo; la obviedad de que gobiernan para los ricos sin otro disimulo que una reparación a los jubilados, tras la cual no hay más que el intento de retornar al sistema previsional del menemismo y quitarse de encima las acciones estatales en las grandes empresas. Desde López, lo que parece haber entrado en interrogante es justamente eso. 

Si, viendo incontrastablemente lo que se robó un tipo del riñón K, no quedará otra que aguantar el ajuste porque no hay más que confiar en corruptos de igual calaña pero más prometedores. Ni siquiera importaría la pregunta de quiénes cometieron la peca por pagar las coimas, de tantos nombres –o tan específicos– ligados a las huestes gubernamentales. Quizá se descubriría (¿?), o habría de asumirse, que el engranaje no era sólo kirchnerista. Y como no se puede vivir sin confiar en algo, mejor confiar en lo nuevo así sea por descarte del pasado que no debe volver. 

Es en eso donde se condensa el mazazo disparado por el siniestro de López: en creer que no se puede confiar en nada, y que al fin y al cabo sólo cabe esperanzarse en que los peores, para las necesidades populares, puedan ser más eficientes", señaló.

"Ya le habían dicho a pobres y sectores medios que acceder a condiciones de consumo algo mejores era una fantasía. Ahora, las mayorías deben admitir que no hay otra opción que la confianza en sus verdugos porque, si es que se les ocurriese animarse a alguna utopía módica y contraria, llegó López al monasterio para avisar que los populistas, los peronistas, los izquierdistas, los militantes, los convocados a una mística superadora de tanto discurso hipócrita, el cuco, son la misma mierda que ellos", escribó Aliverti.

"Va personalizada una última cosa que semeja haber quedado perdida, en medio del shock. A nosotros, esperando que se entienda el sentido de ese plural, la imagen de López verdaderamente nos sacó de quicio. Nos enfurecimos, nos deprimimos, nos preguntamos si acaso tenemos fuerza para salir de este bochorno, puteamos en ochocientos colores, no sabemos ni muy bien ni más o menos cómo fugar para adelante de este atolladero simbólico, el gorilaje y la tilinguería se nos ríe en la cara por haberle puesto el cuerpo y las discusiones y las rupturas familiares y de amigos a lo que López parece haber derrumbado de la noche a la mañana.

Pero precisamente nos pasa todo eso porque no somos iguales que ellos. Porque tenemos rebeldía y honestidad mucho más allá de los errores políticos que nos mandamos, chicos o gigantes. Indignarse por López es la muestra de que todavía hay resto, como lo hubo en todos estos años y no era fantasía. Los que estamos bajoneados somos más dignos que los están de fiesta.", finalizó el periodista.


domingo, 29 de marzo de 2015

Socios... De Alguna Manera...

Socios 2…

Nestor Kirchner y Nisman: el ex presidente eligió al fiscal. Foto: Cedoc Perfil

En 2001 Nisman desestimó la denuncia de Eliaschev, hoy la revista Veja habla sobre la relación con Irán con las mismas fuentes que él. 

Cuatro jueces ya desestimaron la denuncia de Nisman: Rafecas, dos de los tres integrantes de la Sala I de la Cámara Federal, Ballesteros y Freiler, y de alguna manera también Servini de Cubría, quien  en enero consideró que no justificaba habilitar la feria judicial por la denuncia de Nisman. Juzgar que una denuncia al presidente y canciller de un país no justifica no esperar a que los jueces vuelvan de vacaciones es implícitamente una opinión sobre la propia denuncia. La decisión de Servini de Cubría se produjo cuando no se hablaba de “tregua” entre la Justicia Federal y el kirchnerismo sino, todo lo contrario, de que “el partido judicial” iba corporativamente en bloque contra el Ejecutivo.

Que Servini de Cubría no le habilitara la feria, que Canicoba Corral, el juez de la causa AMIA, se mostrase escéptico frente a la denuncia de Nisman y que Lijo, el juez a quien le solicitó la indagatoria de la Presidenta y su canciller, siguiera de vacaciones deben haber sido indicios para Nisman de la suerte judicial que podría correr su denuncia. Vale recordar que tras su muerte, el fiscal Pollicita dio curso a la denuncia de su colega pero no solicitó la indagatoria de la Presidenta y su canciller ni aceptó concurrir al Congreso como iba a hacer Nisman.

Si Nisman investigaba en 2001, quizás veía que las fuentes de Veja hoy eran las mismas que las de Eliaschev.

Asumamos por un instante la posibilidad de que la denuncia de Nisman fuera poco fundada, el pedido de indagatoria a la Presidenta y al canciller fuera precipitado, y todo presentado de apuro al ver el fiscal que el Gobierno había echado a Jaime Stiuso, su principal referente en la Secretaría de Inteligencia, concluyendo que su propio puesto estaba en riesgo y tenía que producir un acto mediático de envergadura, más allá de la consistencia jurídica que lo respaldara, para garantizarse la permanencia en su función.

Y asumamos también, sólo con fines de ir descartando hipótesis, que a Nisman lo único que le interesara fuera mantener durante todos los años posibles su poco fatigoso y bien remunerado puesto de fiscal especial de una sola causa y casi sin ningún avance, para disponer de recursos con los que llevar adelante una vida hedónica. Que por eso desestimó la denuncia de Eliaschev sobre el pacto con Irán publicada en tapa por Perfil en marzo de 2011, cuando haber ido en contra de un gobierno en pleno apogeo de su poder sí le hubiera impedido mantener su zona de confortabilidad. Y que si Stiuso hubiera continuado en la Secretaría de Inteligencia y Nisman no hubiera sentido temor por correr igual suerte, su denuncia recién se hubiera presentado cuando el kirchnerismo dejara el poder o, dependiendo de las circunstancias, nunca.

Obviamente nada de esto quita validez al fondo de la denuncia porque, si estuviera poco fundada, sería debido a que Nisman no se dedicó como debía a partir de comienzos de 2011, cuando Eliaschev lo denunció en este diario, y tardó cuatro años para presentar un escrito endeble sólo con escuchas de marginales de la política, mientras ahora la revista Veja publica semana tras semana sospechas que hacen más verosímil la existencia de un móvil espurio en el pacto con Irán, conectando la valija de Antonini Wilson y los viajes entre Caracas y Buenos Aires con los viajes entre Caracas y Teherán. Esas fuentes podían ser las mismas de Eliaschev, a quien si Nisman hubiera dado importancia antes, podría haber resultado fundamental para la investigación.

Nada en esta hipótesis salva al Gobierno de responsabilidad, igual que en sus acusaciones contra Stiuso: lo único que hace es autoinculparse y aumentar la gravedad de su accionar. Así como Néstor Kirchner eligió a Stiuso para que se encargara de la investigación sobre el atentado a la AMIA y en ese carácter se lo presentó a Nisman, también Kirchner eligió a Nisman para esa fiscalía especial. Hasta se podría conjeturar que eligió a propósito un fiscal consumista y hedonista para tenerlo agarrado siempre “a tiro de carpetazo”, y el propio Stiuso poder tenerlo dominado gracias a que Nisman no tenía las conductas personales requeridas para un fiscal.

Más allá de la repulsión que produce el uso de la vida personal para desacreditar políticamente a los sujetos, nadie puede ocupar un puesto público de relevancia y tener la ingenuidad de que su vida personal no sea utilizada por sus adversarios.

Mucho menos quien es blanco de los servicios de inteligencia locales e internacionales. 

Muchas situaciones desentonan en la vida personal de Nisman con las expectativas sociales sobre cuáles son las conductas a cumplir para el rol de fiscal. Otro ejemplo –más patético– es el caso de Oyarbide, un juez que ya no sólo es esclavo de los servicios, sino hasta de la propia policía.

Se podría conjeturar que eligió un fiscal con debilidades personales para tenerlo controlado por los servicios.

Toda función debe responder a lo que se espera de ella. En un clásico de sociología: La presentación de la persona en la vida cotidiana, Erving Goffman escribió: “Los individuos se preocupan por mantener la impresión de que actúan de conformidad con las numerosas normas por las cuales son juzgados ellos y sus productos. Debido a que estas normas son tan numerosas y tan profundas, los individuos que desempeñan el papel de actuantes hacen más hincapié del que podríamos imaginar en el mundo moral (...) no están preocupados por el problema moral de cumplir con esas normas sino con el problema amoral de construir la impresión convincente de que satisfacen dichas normas”. “Durante la interacción se espera que el individuo posea ciertos atributos, capacidades e información que, tomados en su conjunto, encajen con un yo que sea a la vez coherentemente unificado y apropiado a la ocasión”.

Nisman, en retrospectiva, no parecía contar con los atributos ni con los comportamientos adecuados para una investigación de la complejidad como la del atentado a la AMIA. Y la responsabilidad política de ese nombramiento es de Néstor Kirchner.

Socios 1…

Kirchner y Stiuso. Dos caras de la misma moneda. Foto: Cedoc

La contratapa del 15 de enero que unía a Kirchner con Stiuso. http://e.perfil.com/socios

Contenido relacionado 

·     
© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 28/03/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.