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viernes, 1 de mayo de 2015

Cuba para primerizos… @dealgunamanera...

Cuba para primerizos…

Los edificios coloniales de La Habana son una de sus principales señas de identidad. Foto: Shutterstock

A esos principiantes que babean con la isla caribeña se dirige esta hoja de ruta que arranca con Hemingway en La Habana y recorre todos sus hitos, desde el ron a la huella del Che, la trova santiaguera o los playones de los Cayos.

Siempre hay una primera vez en Cuba. Y a todos esos principiantes van dirigidas estas recomendaciones para disfrutar de la isla caribeña exprimiendo sus principales señas de identidad: arquitectura, ron, tabaco, trova... Para abrir bocado, aquí van estas recomendaciones básicas.

1. Faranduleo en La Habana

Panorámica nocturna de La Habana.

Ernest Hemingway estuvo en todas partes, de acuerdo, pero sus huellas desparramadas por La Habana siguen casi igual de vivas que cuando pasaba los días acodado en las barras del Floridita o de La Bodeguita del Medio, dos paradas alcohólicas imprescindibles hoy en la capital cubana. En el hotel Ambos Mundos de la calle Obispo trazó, en cambio, los primeros capítulos de Por quién doblan las campanas. Al mítico Nacional hay que ir para sentir a Frank Sinatra, Ava Gardner o Gary Cooper. La mafia también se dejó caer por estos lares, con Lucky Luciano y Al Capone a la cabeza.

2. Ritmo en Santiago

Música en plena calle y a todas horas.

Santiago de Cuba, allá en el Oriente, sigue los parámetros arquitectónicos de una clásica ciudad colonial. Calles en cuadrícula, empedrados,balcones, patios a la andaluza y demás. Pero por si algo destaca la ciudad es por su vena musical. Y es que aquí se mezclaron todas las etnias posibles: africanos, franceses, indios, españoles, asiáticos... De ahí que también surgiera la trova, el bolero, la guaracha, el son, la conga... A gusto del consumidor, pero la Casa de la Trova hay que visitarla sí o sí. Hay más: su alocadísimo carnaval y su imagen como «cuna de la Revolución». Aquí fue donde Fidel Castro asaltó el cuartel Moncada, emblema del régimen de Fulgencio Batista, en 1953.

3. Ron en Varadero

Varadero y su primera línea de playa.

Aunque a Varadero uno va para tostarse al sol (mojito o daiquiri en mano) en alguno de los muchos mega complejos hoteleros que pueblan la costa (espectacular, por cierto), la zona más turística del país también es patria del ron cubano. Empezando por el homónimo, el Varadero, uno de los más populares. Un buen lugar para dar cuenta de ello es la Casa del Ron, a rebosar de visitantes cualquier día. Ah, el citado Al Capone tenía una mansión aquí (en Villa Punta Blanca, en concreto), reconvertida ahora en restaurante.

4. Arquitectura en Trinidad

La Plaza Mayor de Trinidad.

Pasar la noche en una antigua casona con más de 200 o 300 años de antigüedad es uno de los grandes pluses de Trinidad, en el centro de la isla. No en vano, toda la ciudad destila ecos coloniales, ya sea en su empedrado, su Plaza Mayor o sus fachadas de colores pastelosos. Por algo, para muchos, es la urbe más bonita del país. No nos alejamos del meollo de Cuba, ya que la siguiente parada es Cienfuegos, otra ciudad cuadriculada y colonial, aunque fundada por los franceses. Las principales industrias están aquí, pero nada de aires grises.

5. Playones en los Cayos

Las playas de postal de los Cayos.

En cualquier orilla de la isla hay lugar para un selfie en toda regla con el Caribe más paradísiaco al fondo. Pero es altísimamente recomendable escaparse a los Cayos (Cayo Largo, Cayo Santa María, Cayo Coco, Cayo Guillermo...) para completar la imagen de postal. Muy típico (y muy guiri, las cosas como son) es contratar una excursión de día que incluye paseo en catamarán, con langosta incluida. Pero mucho mejor si optar por dormir en este pequeño edén color turquesa.

6. Revolución en Santa Clara

La efigie del Che en Santa Clara.

El 28 de diciembre de 1958, en plena lucha contra la dictadura de Batista, el Che Guevara se enteró de que un tren blindado hasta arriba de municiones se dirigía hacia Santiago. Lo interceptó en Santa Clara, su ejército se creció y el 1 de eneró el dictador huía rumbo a República Dominicana. El tren sigue intacto al norte de la citada Santa Clara, donde se alza la Plaza de la Revolución, con el Mausoleo de los Mártires (y los restos mortales del Che) como epicentro. También hay un museo dedicado al argentino, con fotos inéditas, cartas, ropa y hasta las jeringuillas que usaba con sus camaradas en calidad de médico.

7. Amor en Camagüey

La Plaza del Carmen de Camagüey.

Camagüey, en el centro, es famosa por sus iglesias y sus enormes tinajas de barro importadas por alfareros catalanes. Las verá en cualquier patio y si prueba su agua quedará enamorado para siempre... Eso, al menos, dice la leyenda. También merece la pena conocer el Valle de los Ingenios, con su infinidad de campos de cañas de azúcar y declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco de 1988 junto con Trinidad. Se puede atravesar en tren de vapor, pero infórmese antes de si funciona. Puede ser que ese día precisamente no.

8. Tabaco en Viñales

Los campos de tabaco de Viñales.

Otro de los grandes hitos cubanos es el tabaco. O mejor, los puros. Y Viñales, a 30 kilómetros de Pinar del Río, es el lugar de donde salen. Basta echar un vistazo a su alrededor, donde los bugueros (o plantadores de tabaco) siguen trabajando como lo hacían antaño, entre bohíos (típicas casas campesinas con el techo de palma), hojas secándose al sol, bueyes, carros... Con esta panorámica de Viñales en la retina se entiende que el valle fuera declarado Patrimonio Mundial de la Unesco.

Más información en www.turismodecuba.info

© Escrito por Isabel García el jueves 30/04/2015 y publicado por el Diario El Mundo de la Ciudad de Madrid, España.