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domingo, 25 de marzo de 2018

Planes de reconversión en la Industria del Juguete… @dealgunamanera…

La industria del juguete se renueva y apunta a exportar.

Daniel Dimare, director Marketing de Rasti, en la planta donde producen los bloques de encastre.

El objetivo de la industria es que el 30% de la producción local se despache al exterior. Bolivia, México y Uruguay, en la mira.

Por la mejora en el tipo de cambio, la reconversión de los procesos productivos, los fabricantes de juguetes duplicaron las exportaciones en 2017 y van por más. Es un sector integrado por unas 200 pymes, muchas de ellas familiares de largo recorrido, que en conjunto facturan US$147 millones al año y que hoy orientan sus esfuerzos a recuperar mercados en la región para compensar la caída en las ventas en el país. “Si bien el total exportado representa el 5% de la facturación, el objetivo de la industria es que el 30% de la producción local se destine a otros países”, resume Matías Furió, presidente de la CAIJ (la cámara sectorial) y de Megaprice.

Los jugueteros argentinos se especializan en juegos de tablero, bloques de encastre y productos didácticos, entre otros. Hay casos notables, como el de Mis Ladrillos, la firma pionera en el país en fabricar piezas de construcción y que desde 2004 incursionó en el exclusivo mundo de la robótica. Hernán Mayolas, su CEO, explica que en ese nicho “tenemos ventajas y precios competitivos y hay pocos competidores nivel mundial”, dice, entre ellos el coloso danés Lego, una de las líderes globales junto a Hasbro y Mattel (ver abajo).

Desde 2017, Mis Ladrillos exporta a varios países en forma directa o por convenios, entre ellos EE.UU., México, Paraguay y Ecuador. Mayolas cree que existen las condiciones para recuperar mercados, “que se perdieron en los últimos años por el incremento de los precios en dólares”. Y remarca que, además de cierta recuperación en el tipo de cambio, “en nuestro caso, encontramos un nicho de valor agregado para competir”.

Estas iniciativas se superponen con acciones encaradas por las cámaras sectoriales para incrementar las exportaciones.

Estimaciones de la CAIJ indican que los tres principales destinos concentran el 68% de las ventas al exterior: Bolivia (38%), México (19%) y Uruguay (12%). Detrás aparecen EE.UU. (8%), Chile (7%) y Brasil (6%). El informe enumera varios casos de éxito, pero subraya “el de dos empresas nacionales altamente competitivas, como Calesita y Biemme, que lograron internacionalizar su operatoria en Brasil y hoy producen para los dos mercados”.

El mercado brasileño es un desafío. Por caso, Ruibal cerró un acuerdo para exportar juegos de tablero a Brasil, pero su director comercial, Diego Ruibal, aclara que se hace por medio “de un socio que compra las piezas plásticas”, que se empaquetan en destino traducidos al portugués. El empresario recuerda que en 2002 la firma llegaba a 14 países de la región, “que se fueron perdiendo por el retraso cambiario”. En este nuevo escenario, sostiene que “el objetivo es crecer exportando más” y que están en conversaciones para desembarcar en Chile y Perú.


“Cuando la industria empieza a mirar afuera es porque adentro las cosas no están del todo bien”, interpreta Alejandro Macchiavello, CEO de Caupur, controlante de la marca Duravit. Esta empresa prioriza el mercado interno y rechaza ofertas para exportar. “Tenemos la capacidad instalada al máximo y solo vendemos en Uruguay. Recibimos ofertas para ir a Chile, Brasil y Perú, pero no las podemos aprovechar por un tema de estructura”, agrega.

Duravit (1945) y Mis Ladrillos (1953) son dos de las marcas nacionales de mayor recorrido en el rubro. Lo mismo que Rasti (1965), que “en la década del 80 llegó a exportar el 35% de la producción, con llegada a países como EE.UU., Inglaterra, Sudáfrica, Marruecos y Brasil”, dice Daniel Di Mare, uno de los socios de la firma. Rasti rivaliza conMis Ladrillos y Lego en los juegos basados en bloques de construcción. La empresa acaba de trabar una alianza con una distribuidora paulista (Kosmika) para reingresar a Brasil. “La última vez que lo hicimos fue en 2008, cuando frenan el ingreso de juguetes argentinos a ese país”, detalló el empresario.

Las relaciones comerciales entre los principales socios del Mercosur siempre fueron complejas. “Las industrias brasileña y argentina son similares, pero hay casos muy notables, como Calesita Argentina, Biemme y Sudamericana, que instalaron fábricas allá y les va muy bien”, comenta Furió. Sobre el resurgir de las ventas al exterior, el titular de la CAIJ sostiene que hay varios factores: “Bajaron los aranceles a la importación de maquinaria y los precios hoy son más competitivos”, describe.

El mercado interno no repunta. Según la CAME (la cámara del comercio minorista), las ventas de juguetes cayeron 1,5% el año pasado, con una mayor incidencia del importado. Sin ir más lejos, entre enero y octubre el ingreso de mercadería desde el exterior experimentó una suba del 33%, medido en unidades. “El mercado está sobreofertado y esta sobreoferta genera incertidumbre en precios y plazos”, se lamenta Macchiavello, de Caupur. De larga trayectoria en el negocio, este empresario dice con cierta resignación: “En estos momentos hay que bancársela”.

La industria local del juguete no es pareja. El comercio exterior no es para todos, es decir, “hay fabricantes que siempre se dedicaron al mercado interno y encuentran un panorama complicado por la caída de las ventas”, explica Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market. Y este grupo de jugueteros padecen, además, el incremento de las importaciones, principalmente desde China (90% del total).


El ranking de las importaciones es liderado por los kit de juegos, triciclos y patines, cotillón, muñecos y artículos inflables, según datos de la Aduana. “Precisamente, la mayoría de la mercadería que ingresa al país compite directamente con la producción local”, subraya Di Pace y añade que “no todas las empresas tienen la posibilidad de exportar”.

Desde la CAIJ, sin embargo, señalan que el mercado interno está dividido por mitades entre la producción local y los importados.

Hasbro y Mattel también juegan de local.                                                                                

Con el aval del Gobierno, el sector juguetero alcanzó un acuerdo con los gigantes norteamericanos Hasbro y Mattel para fabricar localmente algunos juegos de mesa para destrabar importaciones. Hasbro es la creadora del célebre juego de las finanzas Monopoly y las licencias de Star Wars, Marvel y My Little Pony. Por su parte, Mattel es dueña de Barbie y del juego Pictionary, que en la Argentina es producido por Ruibal. “Nos vendieron la licencia y estamos trabajando en conjunto para otros juegos de mesa”, dijo Daniel Di Mare, socio y gerente de Marketing de la firma.



miércoles, 20 de septiembre de 2017

Funko... Muñecos de moda... @dealgunamanera...

Los Funko...


La empresa que proyecta facturar US$ 1.000 millones vendiendo los muñecos de moda. En cinco años aumentó su facturación un 2000% y aspira a disputarle el liderazgo a Lego y Hasbro en el mercado de los juguetes bajo licencia.

© Escrito por Xavi Ledesma el lunes 18/09/2017 y publicado por la Revista Apertura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Chewbacca, Capitán América, Batman y Jon Snow. No hay franquicia pop de la que Funko no tenga los derechos para desarrollar sus característicos muñecos y ese fue uno de los pilares para el crecimiento de esta compañía. Nació en 1998 en Snohomish, Washington, como una empresa dedicada a desarrollar bobbleheads, los famosos muñecos cabezones. Sin embargo, fue bajo la administración de su actual CEO, Brian Mariotti, que logró un crecimiento exponencial en el mercado. Historia, claves y futuro de la compañía que busca disputarle el liderazgo a Lego y Hasbro y aspira facturar US$ 1000 millones para 2022.

El comienzo del nuevo milenio encontró a Mariotti trabajando en Universal Studios junto a su esposa. Unos años antes había decidido vender su gran colección de dispensers de caramelos austríacos Pez –customizados siempre con el rostro de alguna figura de la cultura pop– para comprar una casa donde vivir con su familia. Durante una caminata pasó por una tienda y quedó maravillado con los bobbleheads de Los Picapiedras que estaban en la vidriera. No solo compró ocho de ellos sino que se puso en contacto con el dueño del negocio para conocerlo. Así, Mariotti se encontró con Mike Becker, fundador de Funko, que en 2005 le vendió su empresa, según el relato del propio ejecutivo a Seattle Met.

Con una inversión de US$ 35.000, Becker desarrollaba muñecos y alcancías de personajes retro de la televisión, aunque su primer producto fue la mascota de una cadena de hamburguesas llamada Big Boy. Cuando Mariotti adquirió Funko, la empresa facturaba US$ 800.000 y el 90 por ciento de sus productos eran comprados por hombres; 12 años después, el 52 por ciento de sus ventas son a mujeres y estima que en 2016 tuvo ingresos por US$ 425 millones. La clave: ¡los Pop!

Brian Mariotti, CEO de Funko, en su oficina en Everett, Washington. Fuente: Funko.com

La línea de productos que volvió a la compañía estadounidense una verdadera sensación entre los coleccionistas de la cultura pop debutó en el mercado en 2010 luego de presentar cuatro muñecos de DC Comics en la Comic-Con. Tomando como base la idea original de los bobbleheads, decidieron darle una vuelta de tuerca brindándoles a los muñecos una apariencia más aniñada, con menos detalles y más cercana al estilo japonés. De esta manera, Funko creó “la ciencia de la ternura”, como lo definió Sean Wilkinson, uno de los fundadores de la empresa, en declaraciones a Mental Floss.

A diferencia de otros players del mercado, la compañía dirigida por Mariotti se lanzó a la caza de la mayor cantidad de licencias de superhéroes, franquicias de películas y personajes pop para abarcar todos los perfiles de fanáticos. Actualmente, Funko tiene 175 contratos -entre ellos están Game of Thrones, Star Wars, Marvel, DC Comics y The Walking Dead- que le dan acceso a más de 10.000 diferentes personajes.

Desde aquel año las ventas crecieron exponencialmente, pasando de US$ 10 millones en 2010 a US$ 40 millones cuatro años más tarde. Ante cada nuevo estreno cinematográfico o televisivo, el fandom de cada franquicia espera con ansias el lanzamiento de la línea Pop! correspondiente con sus personajes favoritos transformados en aquellos tiernos muñecos de ojos grandes. El año pasado este producto representó un 75 por ciento de los ingresos de la compañía. Funko tomó tal relevancia que el fondo de prívate equity ACON Investments decidió comprar el 60 por ciento de la empresa que, según le dijo su actual CEO a Seattle Times, no descarta hacer una oferta pública inicial (IPO) y salir a la Bolsa en 2017.

La nueva sede central de Funko durante su gran apertura en agosto. Fuente: Funko Pop News.

“Necesitábamos saber si había gente tan loca como nosotros y que coleccionara estos muñecos”, cuenta Octavio Pollono a Apertura.com. Junto a Luciano López administran un grupo de Facebook de fanáticos de estos productos y el 5 de noviembre llevarán a cabo la primera convención exclusiva de figuras Pop! del país. “La idea empezó en marzo. Íbamos a hacer algo chico, pero se nos fue de las manos: ahora hay casi 700 personas que ya adquirieron su entrada”, cuentan los organizadores de la AdictosCon! cuya entrada tiene un valor de $190 y se desarrollará en el Centro Alemán de Equitación en la Ciudad de Buenos Aires. Mientras que en Estados Unidos estos juguetes tienen un valor de aproximadamente US$ 9, en nuestro país se consiguen por $500 y los más cotizados pueden valer más de $600.

Además de los populares muñecos, Funko diversificó su negocio y también comercializa muñecos de felpa, prendas de vestir y accesorios con los rostros de los personajes más famosos de la televisión y el cine. En agosto de este año inauguró sus nuevos headquarters en Everett, Washington, de más de 8000 metros cuadrados, donde trabajan sus 300 empleados. Según la compañía, en 2016 vendieron más de 60 millones de figuras a coleccionistas alrededor del mundo y en lo que va de este año ya compraron dos empresas: la compañía de accesorios Loungefly y la productora de juguetes inglesa Underground Toys Limited. “Queremos que la gente piense que si es algo de la cultura pop, entonces seguramente Funko lo tenga”, resume Mariotti en una entrevista con el sitio Entrepreneur. El auge de las películas de superhéroes, el regreso de la saga Star Wars y el ejército de fanáticos que generan series como Game of Thrones y The Walking Dead son los principales artífices del crecimiento de estos simpáticos muñecos.




jueves, 9 de febrero de 2017

Industria del Juguete. El desembarco de los colosos… @dealgunamanera...

Los planes de Hasbro y Mattel sacuden al mundo del juguete…


Los dos mayores fabricantes del mundo acordaron con el Gobierno fabricar en el país algunos juegos de mesa y muñecas para ampliar el cupo de importación. Es un mercado con 200 fabricantes locales y que mueve unos US$450 millones al año.

© Escrito por Damián Kantor el domingo 14/08/2016 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Novedad para el Día del Niño. Tras un acuerdo con el Gobierno, dos de las mayores compañías de juguetes del mundo, Mattel y Hasbro, comenzarán a producir algunos juegos de mesa y muñecas de sus catálogos en alianza con fabricantes locales. Es la condición impuesta para ampliar los cupos de importación, indispensable para incrementar su participación en el mercado local. La llegada de ambos colosos no pasó inadvertida en el sector. La mayoría cree que favorecerá al negocio, ampliando el surtido, lo que atrae al público. Otros, como Gustavo Peris, gerente de Jugueterías Tom, expresa su preocupación: “Estas empresas tienden a concentrar el mercado, tal como pasó en Chile”, dijo.

Guste o no, Mattel y Hasbro profundizarán su presencia en el país en los próximos meses. Durante la década pasada, gran parte de sus productos y licencias llegaban a través de distribuidoras locales. Las restricciones a las importaciones y las trabas al dólar redujeron sus operaciones al mínimo, algo que intentarán revertir tras el recambio de administración. “Después de Brasil, la Argentina es el mayor mercado de la región”, interpreta Matías Furió, presidente de la CAIJ (Cámara Argentina del Juguete).

Estimaciones de esa entidad empresarial indican que el mercado argentino factura US$450 millones anuales y está concentrado en 200 empresas fabricantes y desarrolladoras de juegos, principalmente pymes, entre las que sobresalen Ruibal, Rasti, New Yetem, Rondi, Duravit, Ditoys, Intek, Caffaro, Rotoys y Wabro.

Con respecto a la incidencia del desembarco de los colosos, la mayoría coincide en que no repercutirá en sus negocios. Silvia Brodsky, presidente de New Yetem, enfocada en el segmento de los juegos de mesa (TEG, Mil Millas, Adigma y Espionaje), sostiene que Hasbro y Mattel ya estaban en el país, “a través de licencias o por importaciones. Y se puede convivir perfectamente”.

Daniel Dimare, director de Marketing de Rasti, comenta que de cualquier manera, Mattel y Hasbro modificarán el reparto del mercado local. “Si llegan con lanzamientos y novedades, como hacen en el resto del mundo, te sacan algo de participación. Cuando entran lo hacen en forma agresiva, porque son jugadores muy fuertes”, dijo el empresario.

Pero como contrapartida, Di Mare complementa con otra lectura: “Apuestan a la publicidad, tienen surtido de calidad y apoyan a los canales de venta, y eso tracciona un mayor público”. Por lo cual, según Di Mare, “esta clase de empresas representa una buena noticia para el canal y también para el consumidor”.

Hasbro y Mattel ya tienen antecedentes en el país. A pesar de reducir considerablemente sus operaciones, Mattel tiene oficinas comerciales en la localidad bonaerense de Villa Adelina. Ninguna de las dos empresas contestó los reiterados llamados de iEco. Sin embargo, fuentes del mercado recuerdan que Hasbro ya estuvo en el país desde mediados de los 90 hasta poco antes de la crisis de 2001. Posteriormente, sus productos estrella (Monopoly, Jenga y varias licencias de Disney, Transformers y The Avengers, entre otros) fueron importados y vendidos por distribuidoras locales. En esta etapa, Hasbro instalará oficinas y producirá algunos juegos de mesa a través de empresas locales. Desde el sector afirman que también está prevista la comercialización de las licencias.

El caso de Mattel es similar. Si bien nunca abandonó la operación en el país, padeció los efectos de las trabas a las importaciones y el cepo. Hoy, la oficina local es manejada por el colombiano Gerardo Dávila, desde Chile. Este gigante norteamericano es dueño de Barbie, My Little Pony y juegos de mesa célebres, como Scrabble y Pictionary. “El acuerdo con el Gobierno estipula la selección de empresas para fabricar juegos de mesa y un modelo de muñeca”, remarca Furió.

De uno u otro modo, los empresarios locales ya calculan el impacto de competir con ambos colosos. Ruibal, cuyo fuerte son los juegos de tablero, estima que cederán parte del negocio, ya que son los creadores de Trust Financiero (una variante del Monopoly) y del Crucigrama, del estilo del Scrabble. “Posiblemente perdamos una porción de la torta, pero esa torta es dinámica y se agranda”, reconoce Ruibal.

Desde la CAIJ (que representa a la mayoría de los fabricantes locales), celebran el reingreso de Mattel y Hasbro a la Argentina. “La presidencia (de la CAIJ) mantuvo reuniones con las gerencias regionales de ambas compañías para articular la complementación de las ofertas con el objetivo de agrandar la torta del mercado y no de disputar la mayor porción”, dijeron.

Más allá de esto, en la entidad sostienen que la mitad de la oferta actual es importada y el resto, de producción local. En el sector creen que la proporción de mercadería extranjera es mayor (entre el 60 y 70% del total), principalmente para esta fecha crucial: el Día del Niño.




sábado, 11 de octubre de 2014

Los juguetes de ahora... De Alguna Manera...


Los juguetes vienen ahora con sensores y cerebros electrónicos…

Arriba, T-Rex, de Teksta; sobre estas líneas, el expresivo Xeno.

Muñecas con reconocimiento de voz, kits de robótica que parecen de ciencia ficción, carteras con LED y clásicos de siempre que se suben a la era Smart.

Previsiblemente, hay muñecas que son más bien robots y productos para niños que cualquier adulto quisiera utilizar. Es el caso del reloj inteligente Kiddizoom, fabricado por V-Tech. El modelo incluye juegos, alarma y hasta una cámara de fotos que también graba videos. Con una pantalla táctil de 1,4", es resistente al agua, su pulsera viene en varios colores y se consigue en el exterior por 55,99 dólares.

Aunque aparenta ser una muñeca tradicional, Mi amiga Cayla es interactiva. De hecho, puede responder preguntas que le formulen ya que incorpora tecnología de reconocimiento de voz. ¿Cómo sabe las respuestas? Fácil: se sincroniza con un dispositivo Android o iOS a través de Bluetooth y así se puede descargar una app que le permite hablar sobre moda, narrar cuentos, realizar cálculos matemáticos, deletrear palabras y muchas cosas más.
Otra opción es la Barbie Color Change Bag. Aunque se trata de una cartera, la novedad es que puede cambiar de color para coincidir con la ropa que utiliza la niña, gracias a su cubierta de LED. Su precio ronda los 60 dólares.

T-Rex es un dinosaurio de la marca Teksta, cuya última versión permite que el animal realice numerosos movimientos. Aunque a simple vista parece un juguete convencional, viene con sensores para reaccionar cuando una persona se le acerca. Además, puede gestionarse a distancia y descargarse aplicaciones para que el dinosaurio realice más acciones.

Los que quieren un espécimen aún más sofisticado pueden recurrir a Xeno, fabricado por la australiana Toysrus. Se trata de un monstruito interactivo que viene con ojos digitales que le permiten tener más de 40 expresiones para demostrar su estado de ánimo. Este juguete de 129,99 dólares incluye ocho sensores que reaccionan al tacto y entrada de audio.

Los clásicos

El gigante Hasbro también se suma a la movida de incorporar tecnología a sus productos. Por este motivo, además de contar con una línea de aplicaciones para Android e iOS basados en juguetes lanzados hace más de 20 años como Mi Pequeño Pony y Transformers, modernizó títulos tradicionales como El juego de la vida. En este sentido, si bien el tablero sigue siendo de cartón duro, los personajes son digitales y se pueden personalizar colocándole distintos peinados, entre otras variables.

Qué hay en la Argentina

Pablo Calvert, propietario de la juguetería Brick Toys, afirma que desde que en el país se impusieron las trabas a la importación, la variedad de juguetes disponibles en el mercado se ha limitado. Antes de esta medida, Calvert vendió en la Argentina varias unidades del Lego Mindstorms EV3, un robot que combina la versatilidad del sistema de construcción Lego con tecnología para programar el equipo mediante una computadora.

"Entre la cotización del dólar y los impuestos que hay que abonar para ingresar este producto, el que lo quiera comprar en el país tiene que pagar unos 10.000 pesos, mientras que en los Estados Unidos se consigue por 400 dólares", explica Calvert, que vendió su último robot en junio.

Al respecto, Lego, que en el primer semestre de este año desplazó a Mattel como número uno mundial, no está importando juguetes desde su división Retail. Sin embargo, la unidad enfocada en Educación está muy activa. Martín Bergadá, director general de Educación Tecnológica SA, representantes aquí de Lego Education, cuenta que sus clientes son las instituciones educativas: "Tenemos disponible varias soluciones como WeDo y Mindstorms NXT, que son kits de robótica con procesadores y sensores que los docentes utilizan para enseñar programación y otras materias técnicas en alumnos de más de 8 años".

En MercadoLibre, los drones y los helicópteros a control remoto son los juguetes tecnológicos más vendidos. Según las características de cada modelo, un dron puede costar entre 1499 y 27.000 pesos, mientras que los helicópteros van desde 600 pesos a 8999 pesos.

Con respecto a los juguetes que incorporan tecnología, Daniel Dimare, director de marketing y comunicación Institucional de Juguetes Rasti, afirma que "muchas marcas lanzan estos modelos por una cuestión de branding, y no para vender en grandes cantidades", y comenta que cuando viaja a Estados Unidos, Inglaterra y otros países para ver los productos que se venden en las jugueterías, se ven muy pocos ejemplares tan tecnológicos.

Según Dimare, si bien existe una tendencia vinculada a la incorporación de tecnología en los juguetes, "también está vigente con mucha fuerza una contra tendencia, que implica la revalorización del juego compartido y creativo, entre los cuales se incluyen los bloques de encastre".

Por su parte, Bergadá dice: "Los juguetes más demandados no son aquellos que se ejecutan al presionar un botón, sino los que permiten cierto grado de personalización a través de la programación. En este sentido, existen en el mercado productos que permiten al niño armar un auto con bloques, insertarle un sensor y luego programarlo para que el vehículo se detenga cuando detecte un objeto a 10 cm de distancia. Entonces, con esta solución hay una combinación de juego tradicional, manual y creativo con programación", concluye.

Así las cosas, y desde la pelota de trapo a los muñecos con sensores y procesadores, el objetivo sigue siendo el mismo: disfrutar del placer de jugar.

© Escrito por Débora Slotnisky el Sábado 11/10/2014 y publicado por el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.