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miércoles, 18 de agosto de 2021

Juguetes Inclusivos y sin Género... @dealgunamaneraok...

 Inclusivos y sin género: la industria del juguete se suma al cambio de paradigma…

El movimiento que comenzó en Europa y Estados Unidos hace unos años empieza tímidamente a ganar agenda entre los fabricantes locales. 

© Escrito por Laura Mafud el jueves 05/08/2021 y publicado por forbesargentina.com de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

Mattel tomó nota de los cambios de época y de las nuevas demandas. Su producto estrella, la icónica muñeca Barbie, que en 2021 cumplió 52 años, viene atravesando en el último lustro un fuerte proceso de transformación. Luego de haber sido duramente criticada a causa de los estereotipos corporales poco realistas que imploraba, en 2016 incorporó modelos que incluyeron la serie alta, baja y curvy, y el año pasado se viralizó un video a través de YouTube que se alzó como ejemplo de inclusión en el que Barbie y su amiga Nikki hablaban sobre justicia racial

 

Hoy, ya lejos de la uniforme figura hiperdelgada, Mattel produce Barbie con 22 tonos de piel, 94 colores de pelo, 13 colores de ojos y cinco tipos de cuerpo. Y los resultados de sumar inclusión y diversidad no se hicieron esperar: en 2020, la firma cerró su mejor año en ventas de las últimas dos décadas, reportó un artículo de Bloomberg publicado en febrero de este año. ¿Cuál fue la muñeca más vendida? La Barbie en silla de ruedas. 

 

Barbie 

El caso de Barbie, así como el de Lego, que este año lanzó su primer set con temática LGBTQ, llamado Everyone Is Awesome, ilustra cómo la industria del juguete comienza a tomarse en serio los cambios de época. Y, si bien en el mercado argentino, la tendencia todavía es muy incipiente, el tema empieza a ganar espacio en la agenda de varios de los jugadores del sector.

 

Lego 

Así lo entienden desde la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), que vienen impulsando iniciativas dirigidas a promover una mayor inclusión. “El cambio de la mirada de la sociedad sobre la equidad de género e inclusión permitirá abrir el camino hacia la búsqueda de lo que realmente se puede llegar a valorar de las propuestas con perspectiva de género y/o enfoque inclusivo de la industria argentina”, comparten desde la CAIJ. 

Algunas empresas argentinas comenzaron ya a plasmar en la presentación de sus juguetes parte de los conceptos de inclusión de género, por caso, que viene clamando la agenda social. Un ejemplo es la línea de cocinas de Petit Gourmet de Lionel's, con un enfoque sin distinciones de género. O las pochocleras CIME, en cuyo packaging se pueden ver niños cocinando.  

“Los niños y las niñas se divierten sin asociar un color o juguete al género. El enfoque del juego sin parámetros es fundamental a la hora de diseñar y fabricar juguetes, por la implicancia y responsabilidad que conlleva esta industria. Además es fundamental para construir una propuesta de juegos y juguetes con potencial de diferenciación y cultura local”, destaca Emmanuel Poletto, presidente de la CAIJ. 

Para la psicóloga Beatriz Goldberg, especialista en crisis individual y de pareja y autora de más de 20 libros, “lo más importante es que los chicos puedan incluirse en los juegos. Los chicos se educan también con los juegos e influye el tipo de producto que uno elige para sus hijos”, comparte a Forbes.

 

Juguetes por la diversidad 

Federico Galanterni, director de Casita de Muñecas, apostó por la inclusión y la diversidad, luego de incorporarse a la empresa familiar, dedicada desde hace varios años a la fabricación de juguetes. “Después de analizar varias alternativas, siempre dentro de la industria del juguete, nos dimos cuenta de que había un nicho de mercado poco explorado en los bebotes de apariencia real”, recuerda al frente de la compañía que, desde 2015, produce unos 70.000 bebés de juguete y accesorios por año y emplea a 25 personas. 

 

Federico Galanterni, Casita de Muñecas. 

Entre su portfolio de más de 100 productos, en los que hay muñecos que representan a diferentes etnias, la firma lanzó a Oli, el primer bebote con rasgos de Síndrome de Down. “Surgió de una anécdota que me conmovió: me llegó el comentario de una niña con Síndrome de Down que no jugaba con muñecas porque decía que ninguna se parecía a ella. A raíz de este caso me di cuenta que había algo que estaba faltando, algo que había que hacer por niños y niñas”, comenta en diálogo con Forbes. 

El desafío fue enorme. Galanterni se puso en contacto con el equipo de la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (Asdra) para buscar asesoramiento. “Oli no es un producto más, es un eslabón de un gran proyecto que hoy llevamos adelante en Casita de Muñecas, desde donde promovemos el juego inclusivo, diverso y plural”, dice Galanterni, quien espera comenzar a exportar a Uruguay y a Chile de cara a 2022. 

De hecho, este año la empresa sumó a su catálogo a Eliun bebote con implante coclear. “En ambos casos, la respuesta fue asombrosa, hemos recibido infinidad de mensajes de familias agradecidas por estos muñecos. Muchos profesionales que trabajan con niños y niñas con estas patologías se han acercado para contarnos lo bien que les hace a los niños y niñas este tipo de juguetes, y cómo los ayuda a ellos para sus terapias”, dice Galanterni, que sigue trabajando con Asdra y Fundación Fanda, además de estar en contacto con varias ONG con las que colabora con donaciones de juguetes.

 

Casita de Muñecas fabrica bebotes de apariencia real. 

Atender a la diversidad mediante juguetes y productos de apoyo que potencien el juego educativo, la inclusión escolar y el desarrollo integral de los chicos en casa, en la escuela y con terapeutas motivó a Daniela Briñon a fundar en 2013 Zona de Sentidos, el emprendimiento con el que fabrica juguetes y productos de apoyo para chicos con discapacidad.    

A partir de la experiencia vivida con su hija Sofía, diagnosticada con encefalopatía crónica no evolutiva (ECNE), conocida como parálisis cerebral, a Briñon le constaba conseguir juguetes y materiales de apoyo para chicos con desafíos en su desarrollo. “Decidí comenzar a producir y buscar materiales para padres y terapeutas”, comenta.  

 

Daniela Briñon, fundadora de Zona de Sentidos.

 

La emprendedora empezó su proyecto con una inversión inicial de $ 10.000 y en Zona de Sentidos, declarado de interés legislativo por la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, trabajan dos personas, además de un equipo externo de diseñadores y comunicadores. Opera principalmente a través de su tienda online, y también utiliza WhatsApp para generar ventas, así como redes sociales. Asimismo, cuenta con un showroom en el barrio de Belgrano. 

 

Empresas familiares.

Ronit Bircz, socia de las jugueterías Mono Coco, con locales en Caballito, Nordelta, Pilar y Soleil, viene de una familia de jugueteros. Sus padres, de hecho, fueron los ideólogos de la Valija Juliana a mediados de los 80. Hoy, junto a su hermana Yael, comanda la cadena que con la que produce, importa y comercializa juguetes.

 

“El cambio de paradigma es súper interesante. En las jugueterías, en una época se planteaba todo lo de varón por un lado y lo de nena por el otro. En aquel momento, era lo más lógico de implementar comercialmente. Hoy no está tan sectorizado”, analiza Bircz, quien lleva más de 15 años en el rubro. “Llenar la juguetería de chicos es hermoso; estamos implementando mucho juego dentro de las jugueterías, con mesas en las que ponemos juguetes a disposición para que los chicos jueguen y espacios de lectura con silloncitos”.

 

“Es importante el desarrollo de la imaginación en cualquiera de los géneros y resaltaría la importancia de juegos creativos. Y es clave la inclusión en todo, en los chicos con otros amigos, con otros compañeros, en que podamos ayudar al que necesita”, agrega Goldberg.

 

Sin embargo, y si bien la industria local parece estar tomando nota de estos cambios, todavía queda un largo camino por recorrer. Daniel Dimare, director de Marketing y CCII de Juguetes Rasti, la firma familiar que emplea a 72 personas, observa que aún es muy incipiente la demanda de juguetes más inclusivos por parte de los adultos.

 

“Es más, la mayoría de los padres sigue demandando ciertos juguetes bien diferenciados para ambos sexos. La industria del juguete argentino está cambiando lentamente, principalmente por la demanda adulta que aún exige 'la cocinita rosa' y algunos pocos exigen 'la cocinita unisex'”, dice. 

 

Daniel Dimare, de Rasti. 

De su experiencia con Rasti surge que las niñas compran los kits unisex y arman tanto autos y aviones como unicornios y casitas y castillos para sus muñecos, y los niños construyen castillitos de fantasía y unicornios. “Todavía tiene que cambiar mucho la mentalidad adulta para que se masifique esta tendencia de no división por género de los juguetes”. 

En la compañía, desde 2017 vienen imponiendo el concepto de “juego libre” con Rasti que no solo representa el construir libremente, sin guías, sino que implica jugar libremente sin ataduras sexistas y desde entonces nuestros desarrollos de kits Rasti son unisex. 

Respecto a la inclusión de chicos con capacidades diferentes, el tema, sostiene Dimare, es más complejo dado que no todos los juguetes se pueden adaptar para esos niños. “En nuestro caso, lanzamos un sistema de Orientación y Movilidad (OyM) para chicos con disminución o pérdida de la visión en conjunto con diseñadoras de Córdoba. Este sistema de piezas encastrables permite construir los ambientes de la vivienda o escuela de estos niños y a través del tacto descubrir los distintos ambientes, escaleras para facilitarles una sensación 3D donde moverse”, comenta Dimare. 

Asimismo, la empresa desde 2008 viene trabajando fuertemente el tema de la diversidad y la inclusión de personas con discapacidad en el ámbito productivo. “Damos trabajos a talleres protegidos de la ONG redActivos y La Usina, que emplean a adultos con discapacidad. De esta relación, ellos han sido los productores de muñecos articulados de Blocky y han decorado juguetes Bimbi. Más recientemente, a través del estudio creativo Gota de la misma ONG, donde emplean a personas con discapacidad mental para aportar ideas creativas para desarrollos y diseños de packaging, hemos cocreado Rasti Sorpresa: 5 personajes súper disruptivos y el packaging de los mismos; la réplica en Rasti de la pickup Alaskan de Renault, los 5 kits Rasti de la promo junto a Axion”.

Rasti 

Por otra parte, Rasti también trabaja en equipamientos para robótica, dirigidos a instituciones educativas. “Estamos avanzando con el edutainment: educación a través del entretenimiento útil o lúdico en los hogares y escuelas. En los equipamientos de robótica educativa, no nos quedamos solo en el producto físico, sino que también, junto a una empresa de Francia, estamos cocreando un simulador virtual 3D de programación de los equipamientos Rasti para escalar este desarrollo a escuelas que no puedan adquirir equipamientos para todos los alumnos o para llegar a otros países”, comparte Dimare. 

Junto a profesionales de la educación, la firma desarrolla contenidos educativos digitales para padres y profesores, Rasti ABJ, actividades basadas en el juego, que promueven el vínculo lúdico con las distintas materias escolares, para que puedan enseñar y llevar adelante actividades utilizando los bloques, potenciando  las distintas dinámicas de trabajo en casa, en el aula, el trabajo individual y las dinámicas grupales colaborativas 

“La inclusión se está dando de distintas maneras: en el lenguaje, en la indumentaria y en infinidad de cosas. El avance es de a poco, requiere tiempo pero, afortunadamente, se está visibilizando cada vez más. Muchas industrias se ven atravesadas por este avance y es ahí donde hay que trabajar fuerte y de manera comprometida”, cierra Galanterni. 





  

domingo, 25 de marzo de 2018

Planes de reconversión en la Industria del Juguete… @dealgunamanera…

La industria del juguete se renueva y apunta a exportar.

Daniel Dimare, director Marketing de Rasti, en la planta donde producen los bloques de encastre.

El objetivo de la industria es que el 30% de la producción local se despache al exterior. Bolivia, México y Uruguay, en la mira.

Por la mejora en el tipo de cambio, la reconversión de los procesos productivos, los fabricantes de juguetes duplicaron las exportaciones en 2017 y van por más. Es un sector integrado por unas 200 pymes, muchas de ellas familiares de largo recorrido, que en conjunto facturan US$147 millones al año y que hoy orientan sus esfuerzos a recuperar mercados en la región para compensar la caída en las ventas en el país. “Si bien el total exportado representa el 5% de la facturación, el objetivo de la industria es que el 30% de la producción local se destine a otros países”, resume Matías Furió, presidente de la CAIJ (la cámara sectorial) y de Megaprice.

Los jugueteros argentinos se especializan en juegos de tablero, bloques de encastre y productos didácticos, entre otros. Hay casos notables, como el de Mis Ladrillos, la firma pionera en el país en fabricar piezas de construcción y que desde 2004 incursionó en el exclusivo mundo de la robótica. Hernán Mayolas, su CEO, explica que en ese nicho “tenemos ventajas y precios competitivos y hay pocos competidores nivel mundial”, dice, entre ellos el coloso danés Lego, una de las líderes globales junto a Hasbro y Mattel (ver abajo).

Desde 2017, Mis Ladrillos exporta a varios países en forma directa o por convenios, entre ellos EE.UU., México, Paraguay y Ecuador. Mayolas cree que existen las condiciones para recuperar mercados, “que se perdieron en los últimos años por el incremento de los precios en dólares”. Y remarca que, además de cierta recuperación en el tipo de cambio, “en nuestro caso, encontramos un nicho de valor agregado para competir”.

Estas iniciativas se superponen con acciones encaradas por las cámaras sectoriales para incrementar las exportaciones.

Estimaciones de la CAIJ indican que los tres principales destinos concentran el 68% de las ventas al exterior: Bolivia (38%), México (19%) y Uruguay (12%). Detrás aparecen EE.UU. (8%), Chile (7%) y Brasil (6%). El informe enumera varios casos de éxito, pero subraya “el de dos empresas nacionales altamente competitivas, como Calesita y Biemme, que lograron internacionalizar su operatoria en Brasil y hoy producen para los dos mercados”.

El mercado brasileño es un desafío. Por caso, Ruibal cerró un acuerdo para exportar juegos de tablero a Brasil, pero su director comercial, Diego Ruibal, aclara que se hace por medio “de un socio que compra las piezas plásticas”, que se empaquetan en destino traducidos al portugués. El empresario recuerda que en 2002 la firma llegaba a 14 países de la región, “que se fueron perdiendo por el retraso cambiario”. En este nuevo escenario, sostiene que “el objetivo es crecer exportando más” y que están en conversaciones para desembarcar en Chile y Perú.


“Cuando la industria empieza a mirar afuera es porque adentro las cosas no están del todo bien”, interpreta Alejandro Macchiavello, CEO de Caupur, controlante de la marca Duravit. Esta empresa prioriza el mercado interno y rechaza ofertas para exportar. “Tenemos la capacidad instalada al máximo y solo vendemos en Uruguay. Recibimos ofertas para ir a Chile, Brasil y Perú, pero no las podemos aprovechar por un tema de estructura”, agrega.

Duravit (1945) y Mis Ladrillos (1953) son dos de las marcas nacionales de mayor recorrido en el rubro. Lo mismo que Rasti (1965), que “en la década del 80 llegó a exportar el 35% de la producción, con llegada a países como EE.UU., Inglaterra, Sudáfrica, Marruecos y Brasil”, dice Daniel Di Mare, uno de los socios de la firma. Rasti rivaliza conMis Ladrillos y Lego en los juegos basados en bloques de construcción. La empresa acaba de trabar una alianza con una distribuidora paulista (Kosmika) para reingresar a Brasil. “La última vez que lo hicimos fue en 2008, cuando frenan el ingreso de juguetes argentinos a ese país”, detalló el empresario.

Las relaciones comerciales entre los principales socios del Mercosur siempre fueron complejas. “Las industrias brasileña y argentina son similares, pero hay casos muy notables, como Calesita Argentina, Biemme y Sudamericana, que instalaron fábricas allá y les va muy bien”, comenta Furió. Sobre el resurgir de las ventas al exterior, el titular de la CAIJ sostiene que hay varios factores: “Bajaron los aranceles a la importación de maquinaria y los precios hoy son más competitivos”, describe.

El mercado interno no repunta. Según la CAME (la cámara del comercio minorista), las ventas de juguetes cayeron 1,5% el año pasado, con una mayor incidencia del importado. Sin ir más lejos, entre enero y octubre el ingreso de mercadería desde el exterior experimentó una suba del 33%, medido en unidades. “El mercado está sobreofertado y esta sobreoferta genera incertidumbre en precios y plazos”, se lamenta Macchiavello, de Caupur. De larga trayectoria en el negocio, este empresario dice con cierta resignación: “En estos momentos hay que bancársela”.

La industria local del juguete no es pareja. El comercio exterior no es para todos, es decir, “hay fabricantes que siempre se dedicaron al mercado interno y encuentran un panorama complicado por la caída de las ventas”, explica Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market. Y este grupo de jugueteros padecen, además, el incremento de las importaciones, principalmente desde China (90% del total).


El ranking de las importaciones es liderado por los kit de juegos, triciclos y patines, cotillón, muñecos y artículos inflables, según datos de la Aduana. “Precisamente, la mayoría de la mercadería que ingresa al país compite directamente con la producción local”, subraya Di Pace y añade que “no todas las empresas tienen la posibilidad de exportar”.

Desde la CAIJ, sin embargo, señalan que el mercado interno está dividido por mitades entre la producción local y los importados.

Hasbro y Mattel también juegan de local.                                                                                

Con el aval del Gobierno, el sector juguetero alcanzó un acuerdo con los gigantes norteamericanos Hasbro y Mattel para fabricar localmente algunos juegos de mesa para destrabar importaciones. Hasbro es la creadora del célebre juego de las finanzas Monopoly y las licencias de Star Wars, Marvel y My Little Pony. Por su parte, Mattel es dueña de Barbie y del juego Pictionary, que en la Argentina es producido por Ruibal. “Nos vendieron la licencia y estamos trabajando en conjunto para otros juegos de mesa”, dijo Daniel Di Mare, socio y gerente de Marketing de la firma.