Los números del femicidio…
Cada tres días, dos mujeres son asesinadas en el país como consecuencia de la violencia de género.
En los primeros seis meses del año se
registraron 119 homicidios de mujeres por violencia de género. En siete de cada
diez casos, el agresor fue la pareja o la ex pareja de la víctima. Como
consecuencia de estos crímenes, 161 niños perdieron a su madre.
Gilda Mariana González tenía 33 años y
vivía en Río Cuarto, Córdoba. El 1º de febrero fue baleada y agonizó varias
horas hasta morir en un hospital. Su ex marido se entregó por el hecho a las 24
horas del ataque. Sobre él pesaba una orden de captura desde un par de días
antes por una golpiza brutal que le había dado a la mujer. El de Gilda es uno
de los 119 homicidios de mujeres por violencia de género que se registraron en
los primeros seis meses del año, de acuerdo con el relevamiento que lleva
adelante el Observatorio de Femicidios en la Argentina, coordinado por La Casa
del Encuentro. La cifra significa que cada tres días dos mujeres fueron
asesinadas en el país por el hecho de ser mujeres. En siete de cada diez casos,
el presunto agresor resultó el marido o ex pareja de la víctima.
Uno de los
daños colaterales más dramáticos de los femicidios es la cantidad de chicos y
chicas que quedan huérfanos brutalmente: 161 hijas e hijos perdieron a su madre
como consecuencia de la violencia de género, de los cuales al menos casi un
centenar son menores de edad. “Es necesario considerar a la violencia sexista
como una cuestión política, social, cultural y de derechos humanos, de esta
forma se podrá ver la grave situación que viven las mujeres, niñas y niños en
la Argentina como una realidad colectiva por la que se debe actuar de manera
inmediata”, señaló a Página/12 Fabiana Tuñez, coordinadora de La Casa del
Encuentro, al evaluar las estadísticas.
Si se compara con el mismo período de los
últimos dos años, se nota un descenso de los femicidios: 152, en 2011 y 126, en
2010, frente a 119, en 2012. Sin embargo, Ada Beatriz Rico, directora del
Observatorio, aclaró a este diario que al sumar los casos que ya se han
registrado en julio y lo que va de agosto, se diluye la diferencia y la
cantidad se equipara. El año pasado hubo al menos 260 femicidios, según el
relevamiento de la ONG.
En los últimos días, la grabación del video
que hizo Natalia Riquelme, la joven de Bahía Blanca, en el que registra la
golpiza que le propina su ex marido, frente a su casa y delante de la hija
pequeña de ambos, como recurso desesperado ante la inacción judicial tras 15
denuncias en contra del agresor, puso en primer plano la impunidad con la que
pueden actuar perpetradores de violencia machista. Los femicidios son la
expresión más extrema de ese problema social y la muestra más dramática de cómo
el Estado no llega a proteger a tiempo a muchas de las víctimas.
Al menos en 16
de los femicidios del primer semestre de este año, las mujeres habían hecho
denuncias, de acuerdo con los datos recabados por La Casa del Encuentro. Es
decir, estaban intentando salir del llamado “círculo de la violencia”. En seis,
los agresores tenían una orden de exclusión del hogar o prohibición de
acercarse a la víctima, dictada por la Justicia, pero la medida –quedó en
evidencia– no fue suficiente para evitar que las volvieran a agredir hasta
matarlas.
De los 119 femicidios que contabilizó el
Observatorio –sobre la base de los casos publicados en más de un centenar de
medios–, en 59 hechos el presunto asesino fue el esposo o el novio, en 24, una
ex pareja. Es decir, el grueso de los homicidios fue ejecutado por el marido o
el ex. En los demás casos, las muertes fueron perpetradas aparentemente por
otros familiares, vecinos o desconocidos.
En cuanto al modo en que fueron ultimadas,
el Observatorio registró 13 mujeres que murieron como consecuencias de graves
quemaduras, como Wanda Taddei, la esposa del ex baterista de Callejeros,
Eduardo Vásquez, condenado en junio a 18 años de prisión por el delito de
homicidio agravado por el vínculo, con atenuantes. Pero no fueron las únicas mujeres
a las que les prendieron fuego: otras 23 también fueron quemadas en el marco de
situaciones de violencia de género, pero lograron sobrevivir a los ataques.
La estadística muestra que de los 119
femicidios, 34 ocurrieron en la vivienda compartida con el femicida y 25 en la
de la víctima, lo que significa que la propia casa puede resultar más peligrosa
que la vía pública para muchas mujeres que se enfrentan al drama de la
violencia doméstica. Otros 40 femicidios tuvieron lugar en la calle. La mayor parte
de las mujeres muertas como consecuencia de la violencia machista tenían entre
19 y 50 años.
La Casa del Encuentro empezó hace cinco
años a relevar los femicidios publicados en los medios, ante la ausencia de
registros oficiales y como una forma de llamar la atención de las autoridades y
la opinión pública sobre la gravedad de la violencia hacia las mujeres.
“Llevamos adelante el informe de los femicidios, pero al mismo tiempo recibimos
a las mujeres que vienen a La Casa del Encuentro en busca de orientación y ahí
tomamos dimensión de todo lo que no hay y falta para enfrentar el problema; por
ejemplo, en las comisarías no les toman las denuncias por violencia
psicológica, o los recursos no llegan a aquellas mujeres de los sectores más
pobres.
Hacer este informe para nosotras no es ver si el número sube o baja:
son vidas, rostros, historias. Familias de las víctimas vienen a nuestra sede y
piden justicia por ellas, las que tendrían que estar, por ellas, las que se
podría haber evitado que fueran asesinadas”, comentó Rico. La directora del
Observatorio cuestionó el hecho de que en la mayoría de las provincias no se
destinen recursos para dar respuestas efectivas para proteger a las mujeres.
“De la violencia se puede salir y eso lo sabemos y lo saben quienes pudieron
salir, pero mientras sigan matando mujeres seguiremos reclamando hasta que el
Estado y los estados provinciales decidan que este tema es una prioridad en
política pública, sabiendo que por estas horas otra mujer ya no estará, y otra
intentará que le crean y le tomen la denuncia”.
© Escrito por Mariana Carbajal y publicado
por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 21 de
Agosto de 2012.
“Problema
de todos”...
Las cifras de femicidios se difunden para
llamar la atención sobre la gravedad de la violencia.
La abogada Natalia Gherardi manifiesta que:
“La violencia contra las mujeres es un problema que involucra a toda la
sociedad. Erradicarla requiere ni más ni menos que transformar la cultura, una
cultura patriarcal que considera a la mujer como objeto o como persona
moralmente inferior a los varones, que debe su-bordinar sus intereses a los de
otra persona –pareja, hijos, padre–. En ese cambio, debemos estar involucradas
todas las personas. Esto necesita no sólo campañas, sino también colocar el
tema en el centro de la agenda de las más altas esferas de decisión política”,
evaluó la abogada Natalia Gherardi, directora ejecutiva del Equipo
Latinoamericano de Justicia y Género, una de las referentes del país en la
temática.
–¿Qué falló en el sistema de protección de
una mujer víctima de violencia doméstica para que la joven de Bahía Blanca
tuviera que llegar a filmar su propia golpiza y difundirla después de hacer 15
denuncias sin eco?
–No conozco los detalles particulares del
caso, pero creo que es posible lograr algún aprendizaje general a partir de
estas situaciones que toman trascendencia pública y de alguna manera nos
permiten ver la punta de un iceberg que sigue siendo desconocido: el alcance
real de los casos de violencia contra las mujeres. En estos casos, sin duda
debe haber fallado el Poder Judicial en donde se hayan planteado los pedidos por
medidas de protección (orden de no acercamiento), y también parecen haber
fallado los mecanismos de investigación de las denuncias presentadas por
amenazas, lesiones. Todas las instancias del Poder Judicial, en todos los
fueros, tienen la obligación de tomarse en serio las denuncias de las mujeres y
de tomar todas las medidas necesarias para la investigación y sanción de las
conductas que constituyan delitos. Pero además, más allá del sistema judicial,
en estos casos muchas veces falla la coordinación entre las respuestas que
deben dar los tribunales y el apoyo que corresponde a las políticas públicas,
al Poder Ejecutivo, nacional, provincial y municipal.
–¿Es un tema de la Justicia penal o civil?
–Si la conducta que se denuncia constituye
un delito, entonces interviene la Justicia penal. Pero antes del delito (antes
del golpe, antes del intento de homicidio) puede y debe actuar también la
Justicia civil dictando las órdenes de protección como la exclusión del hogar
del agresor o la reinserción de la mujer al hogar que debió abandonar (previa
exclusión del agresor) o la orden de no acercamiento (por ningún medio, a
cualquier lugar donde la mujer se encuentre). Sin embargo, estaríamos mirando
una parte del problema si nos quedamos solamente en lo que puede y debe hacer
la Justicia. Para las mujeres puede ser muy difícil sostener las denuncias y
sostenerse en los procesos judiciales –que llevan muchas veces más tiempo del
razonable y sin duda, más tiempo del que demanda la urgencia del caso– sin otro
tipo de sostén: asistencia y patrocinio jurídico gratuito, contención
psicológica, subvenciones económicas, preferencias de vivienda, servicios para
asegurar el cuidado para sus hijos/as y personas dependientes, oportunidades de
inserción laboral. Todas o algunas de estas cosas son también necesidades
concretas de las mujeres que necesitan volver a armar sus vidas en diversos
aspectos. Esto no es responsabilidad del Poder Judicial, sino del Poder
Ejecutivo. Lo fundamental, también, será asegurar las respuestas coordinadas no
sólo entre los distintos fueros de la Justicia, sino también entre los
distintos poderes del Estado.
–¿Qué pasa cuando se dictan exclusiones del
hogar y el perpetrador no las cumple?
–La policía debe actuar como un auxiliar
indispensable de la Justicia. Si el Poder Judicial dicta una orden de exclusión
o de no acercamiento, la policía deberá prestar toda su colaboración para que
esta orden se cumpla. También la policía debe tomar con seriedad estos casos,
con toda la seriedad que se merecen.
© Publicado
por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 21 de
Agosto de 2012.