Plan "Vamos viendo"
Elisa “Sanadora”. Dibujo: Pablo Temes.
Tanto en el
Frente de Todos como en Juntos por el Cambio reinan la improvisación y las
pujas internas, frente a una situación muy crítica.
© Escrito por
Nelson Castro el sábado 13/08/2022 y publicado por el Diario Perfil de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os.
En el Gobierno, al menos eso dicen puertas afuera, hay quienes no ven grandes
problemas en el horizonte de mediano plazo para la Argentina. Están convencidos
de que el problema de las reservas del BCRA se solucionará casi como por
arte de magia cuando –pasado el invierno– disminuyan las importaciones de
energía y sus costos excesivos producto de la guerra en Europa. Septiembre
sería el horizonte más cercano para el remanso. Un experto en eficiencia
energética hace una observación al respecto: “El mayor consumo de electricidad
es el que se produce en verano por el uso intensivo de los aires acondicionados
y el 60% de la electricidad que se produce en el país proviene de quemar gas.
Entonces, si bien entre la salida del invierno y la llegada del verano el
consumo de gas disminuye, no es cierto que en los meses de verano su consumo
sea inocuo”.
También manipulan otros datos que presentan a su favor. Dicen que “la economía no para de crecer” y sostienen que la falta de trabajo es un invento de los medios de comunicación y repiten como un mantra que “el desempleo cayó al 7% en el cuarto trimestre de 2021”. Sin embargo, los mismos funcionarios cercanos al Presidente no mencionan que 2 de cada 3 puestos creados en ese lapso fueron en negro. Prefieren sostener que el país se encamina exitosamente a una situación de “pleno empleo”.
Aunque es difícil de creer, esa es la información que repiten una y otra vez algunos funcionarios pertenecientes al entorno presidencial.
Pero todavía hay más.
Aseguran que
los salarios se acercan a niveles “que por primera vez en mucho tiempo pueden
pelearle a la inflación” y que la recaudación impositiva es récord. Salvo este
último punto que oprime a los contribuyentes, pulveriza a la clase media y les
pone un freno a las pymes, el resto es humo. Sobre todo el aumento a los
jubilados y su bono extraordinario, que se convirtió en la nada misma al ritmo
de la inflación de julio, que fue del 7,4%.
En ese mundo de fantasía en el que habitan muchos de los que hoy ocupan puestos
en el Gobierno, hubo quienes salieron a festejar que el índice de precios al
consumidor haya estado por debajo del 8%. ¡Un disparate total! Por lo pronto,
desde sectores afines al Frente de Todos contra Todos ya se
reconoce que la inflación de agosto será también muy alta.
Dos episodios dan
cuenta de cómo están las cosas puertas adentro. El primero es una alarma que no
cesa para las aspiraciones de poder y credibilidad del superministro Sergio Massa. La designación de Gabriel
Rubinstein como viceministro duró menos de 24 h. CFK lo vetó sin importar que su nombre ya hubiera
trascendido a la prensa. La ex presidenta en funciones no toleró que los
diarios sacaran a la luz las feroces críticas que el prestigioso economista les
dedicó a ella y a su gobierno. Sergio Massa es abogado y necesita
imperiosamente ocupar ese puesto con un economista sólido. Hasta ahora todos le
dijeron que no.
Algo similar está
ocurriendo con los nombramientos en la AFIP que conduce el kirchnerista Carlos Castagneto.
Fuentes del
organismo aseguran que existe una parálisis preocupante y que la AFIP es un
descontrol. Castagneto no ha podido designar gente de su confianza en dos
lugares vitales para su funcionamiento. La Subdirección General de Coordinación
Técnico- Institucional (que en la práctica es la que lleva la agenda de temas
del día a día junto al administrador general) sigue vacía. Lo mismo ocurre con
la Subdirección General de Asuntos Jurídicos (quien ocupe ese lugar será el
virtual número 2 de Castagneto). Para muchos, el porqué de estas demoras es una
incógnita pero, en lo que todos los conocedores de las entrañas del poder están
de acuerdo es en que las demoras tienen que ver con las disputas internas que
están condicionando las designaciones.
Las internas dentro
del Frente de Todos contra Todos representan el principal problema para Massa o
cualquier otro que estuviese en su lugar. Una de ellas es la disputa que hay
con el presidente del Banco Central, Miguel Pesce. A Pesce le
queda poco tiempo en su poltrona. A fin de septiembre vence su mandato y ya se
sabe que, salvo por Alberto Fernández, nadie en el oficialismo lo quiere.
La reunión de Massa con la Mesa de Enlace tuvo mucho
ruido y pocas nueces. En realidad, el ruido lo hizo la inexplicable decisión
del ministro de hacerla en un lugar secreto. ¨En concreto, no dejó nada¨, dijo
con todas las letras el presidente de la Federación Agraria Argentina, Carlos
Achetoni.
En este plan “Vamos viendo” lo fundamental es tirar los problemas para delante y llegar al Mundial con la menor cantidad de sobresaltos posibles.
El ex intendente de Tigre apuesta fuerte a su viaje a los Estados Unidos, en donde sus contactos aseguran darle a su periplo el volumen político del que adoleció su predecesora, Silvina Batakis, que llegó a Washington siendo ministra para enterarse a su regreso de que había dejado de serlo.
Para las organizaciones sociales que no son afines al Gobierno la paciencia se terminó. El Polo Obrero acampó en Plaza de Mayo y Eduardo Belliboni le contestó al viceministro de Desarrollo Social que hay un “desmesurado” nivel de pobreza y que ya hubo “situaciones desmesuradas en este país en las que los gobiernos volaron por el aire”. Juan Grabois, que ya había arremetido muy fuerte con apelaciones a la violencia contra el gobierno de los Fernández, avisó por lo bajo que su límite ha llegado: “Si para septiembre las autoridades no pegan un volantazo e implementan medidas para los sectores populares, vamos a volver a la calle con todo”.
Por si faltara
poco en No tan Juntos por el Cambio, Elisa Carrió –fiel
a su costumbre– prendió el ventilador. Fuentes de la coalición opositora
aseguran que Mauricio Macri se enteró por televisión. En el mismo momento en
que la líder de la Coalición Cívica se despachaba contra todos, el expresidente
estaba en Happening cenando con dirigentes radicales de Evolución, acompañado
de Fernando De Andreis y otros laderos. “No le gustó lo que escuchó. A ninguno
de los presentes le gustó. Fundamentalmente por dos motivos: los ataques
personales y el timing elegido. Parece que le hubiera tirado un salvavidas a
Massa en el peor momento de su semana. El rechazo fue unánime”, aseguraron.
El viernes al mediodía
nuevamente en el restaurante de Costanera el grupo se juntó para hacer control
de daños. De Andreis actuó como vocero y dio por terminado el episodio: “Juntos
por el Cambio no se rompe”, aseguró. Es cierto, tan cierto como que Horacio
Rodríguez Larreta se retiró del lugar visiblemente molesto.