Crisis en las
cárceles: lo que los medios no dicen...
Crisis en las cárceles: lo que los medios no
dicen. Imagen: EFE
La ofensiva mediática sobre la crisis carcelaria que plantea el coronavirus, llevada al paroxismo por las delirantes conclusiones de una senadora de Juntos por el Cambio, intenta instalar la absurda idea de que en Argentina hay un plan que busca "liberar a los presos" con ocultos fines políticos. Una mirada a lo que ocurre en los demás países demuele esa mirada.
© Escrito por Raúl Kollmann el miércoles 29/04/2020 y publicado por el Diario
Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.
En los últimos 20 días, a raíz de la pandemia, se produjo una oleada
mundial de morigeración de las penas de los presos. Un solo estado norteamericano, California, mandó a sus casas a 3.500 internos, pero las
cifras son impresionantes en todos los países.
Las razones son
tres.
La primera, es que la cárcel es lo opuesto al
aislamiento y mueren los presos. Pero no sólo los presos. Sino también los
penitenciarios, los médicos, enfermeros y una parte del personal de los
penales.
La segunda razón es que este
último hecho provoca un tremendo ausentismo del personal. En Escocia, el lunes
falta el 25 por ciento de los penitenciarios. De manera que se está previniendo
el hecho concreto de que no haya quien cuide y controle a los internos.
La tercera razón es el
contagio. No únicamente hacia adentro de la cárcel sino hacia afuera. Chicago
definió que el penal Cook Jail, que tiene 355 infectados, es el principal foco
de la ciudad. La prisión Marion, en Ohio, tiene el record, seguramente mundial:
1.800 internos contagiados. Y eso no queda encerrado en los muros.
Aunque la mayoría
de la gente no lo sepa, son muchísimas las personas, obviamente no los presos,
que entran y salen cada día de un penal y lo mantienen en estrecho contacto con
el mundo que lo rodea.
Los números en
algunos países son impactantes:
*Iran puso
en libertad a 85.000
prisioneros, una cifra descomunal.
*Turquía mandó
a sus casas 45.000
*Indonesia 30.000
*En Brasil,
el cálculo más restrictivo, es que salieron de los penales unos 30.000 presos. Algunos
dicen que ya está en su domicilio el doble de esa cifra.
*Francia,
hasta el 13 de abril, liberó a 9.923 detenidos según los datos oficiales de la Asamblea
Nacional, publicados por el diario Nice--Matin. Desde el 13 hasta hoy, la cifra
superó largamente los 10.000.
*En el Reino
Unido, el sistema federal tiene 84.000 presos, y ya salieron 4.000, dice la BBC en un
informe publicado el 4 de abril, es decir que hoy el número es muy superior. El
mismo medio dice que aproximadamente dos mil presos están infectados y el
cuello de botella son los penitenciarios: el ausentismo es masivo, incluyendo
el 25 por ciento de faltazos en Escocia.
*En Estados
Unidos, el país con mayor cantidad de presos del planeta --2.300.000 entre
federales y estaduales--, no sólo California mandó a sus casas a 3.500
internos, dato publicado por el diario The Guardian, de Londres. El
gobernador de Nueva York ordenó la domiciliaria para 1.100 presos. La cadena de derecha Fox,
calculó hace casi un mes, que la cifra de liberados, superaba los 16.000. El procurador
William Barr libró la orden de que salgan de las prisiones federales los
detenidos de más de 60 años, unos 10.000. Incluso Donald Trump estuvo por
firmar una instrucción de que se otorgue la libertad condicional a todos los
que hubieran cumplido la mitad de la pena. El presidente al final no firmó esa
norma. El verdadero cálculo hoy en día es que están en sus casas el 20 por
ciento de todos los que estaban en penales y el The
New York Times estimó que Estados Unidos tiene en este momento
la menor cantidad de presos desde la Segunda Guerra Mundial.
*En México --según
un cable de Reuters-- se dictó una amnistía que benefició a 6.200 presos, la mayoría
excarcelados con pulseras electrónicas. A una parte no se le permite salir
todavía porque se está verificando si están infectados. En el total se incluyen
200 mujeres que están presas por abortar.
*"Hoy
promulgamos la ley de indulto general conmutativo, que conmuta o sustituye la
privación de libertad en los establecimientos penitenciarios de 1.700 personas por
reclusión total en los domicilios". El comunicado oficial del 16 de abril
lleva la firma de Sebastián Piñera, presidente de Chile.
*Mediante el
decreto número 546 del presidente Ivan Duque, se dictó la prisión domiciliaria
de unos 4.000
presos en Colombia.
*Un solo estado
alemán, Westphalia, liberó mil presos y España envió a prisión
domiciliaria a todos los detenidos llamados de tercer grado, o sea que tenían
ya salidas transitorias y están en la última etapa de su condena. En total,
cerca de 8.000.
Es fácil observar
que todas estas medidas fueron tomadas por gobiernos de distintos
colores, presidentes de derecha, de ultraderecha, progresistas, de centro,
islamicos, cátólicos, anglicanos o poco creyentes. Tampoco parece probable
que junto con el coronavirus se haya desarrollado una epidemia de piedad o amor
al prójimo.
La explicación es
que tanto la Organización Mundial de la Salud, como la titular de Derechos
Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, coincidieron en que las cárceles
son una catástrofe potencial, por el peligro de contagios dentro de los
establecimientos dado que no hay marco para distanciamiento alguno; peligros de
infecciones hacia afuera porque los penitenciarios, médicos,
cocineros, empleados entran y salen; porque el hacinamiento y el temor provocan
motines en todas las latitudes y porque hay una multitud de internos
que no representan peligro, incluso con la ayuda que hoy se encuentra en la
tecnología y en los dispositivos como pulseras y tobilleras. Hay un mito de que
un preso puede romper o librarse de esos mecanismos electrónicos. La realidad
es que ocurre en menos del uno por mil de los casos: son muy pocos los ex
detenidos que arriesgan el beneficio de estar en su casa en lugar de cursar la
detención en el infierno de la cárcel.
Este panorama
mundial es el que explica el diálogo de este lunes del
presidente Alberto Fernández en Radio
con Vos justamente sobre este tema: "No es un problema solo de la Argentina --argumentó Fernández--.
Hablemos con seriedad. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos resaltó
que los estados debemos atender la salud de los que están presos y ahí
recomiendan la prisión domiciliaria o las pulseras electrónicas. El mundo entero
aborda este problema".