Carta de
despedida de Mario Markic a la Presidenta...
Señora
Presidenta:
Pase lo que pase
el domingo, estamos a horas del comienzo de su inevitable y acaso tan temida
despedida del poder. Pase lo que pase, el domingo o será uno consagrado por el
voto de los argentinos, o habrá que elegir entre dos opciones unos días más
tarde pero todo está allí, a la vuelta de la esquina.
O sea,
Presidenta, ya aparece el otro. Será una bisagra histórica. Recuerde que usted
lleva casi ocho años ejerciendo el poder, "empoderada", como le gusta
decir. Y por eso, nos imaginamos claramente su tristeza por estas horas frente
al hecho consumado: la certeza de la ausencia de poder.
Usted señora,
mostró en un tweet algo así como que lo que se viene es el fin del principio.
Siempre fue rápida de reflejos señora, como para que nadie le diga 'esto es el
principio del fin y bla, bla... Y está bien, y era lo esperable, confrontativa
hasta el fin, siempre redoblando la apuesta.
Como cuando en
aquel acto en Rosario frente al monumento a la Bandera Nacional usted dijo sin
decir, pero todos lo entendimos, aquel propósito: el más antirrepublicano que
se recuerde, por lo menos de un gobernante civil.
Y ese
"vamos por todo" estruendoso fue, aunque todo puede discutirse, el
principio del fin. Porque, señora, no pudo con todo. De hecho debe ser raro
para usted sentir que no está en el lugar de los candidatos ahora, que no
compite.
Esta vez, si o
si señora Presidenta, se tiene que ir. Y lo que son las cosas: ahí lo tendrá a
Massa compitiendo por la banda y el bastón. El mismo que le cerró la puerta a
su propósito de reelección.
Y estará Scioli,
el hombre paciente al que usted humilló sin contemplaciones. Y usted sabe, lo
sospecha, lo malicia: si gana y si aflora su gen peronista de la auto preservación
es muy probable que, más temprano que tarde, la deje de lado, se olvide de usted.
Que la traicione, en una palabra.
Y Macri, que
viene desde otro palo y otra condición, y que empezó su aventura política desde
la capital Federal: imagine si fuera él el elegido. Por eso, se viene el largo
adiós, la melancólica retirada. Porque así de ingrata es la cosa: usted, señora
Presidenta, a partir del 11 de diciembre volverá a ser una persona común y
corriente. Una ciudadana más de a pie.
O sea, no habrá
Tango 01 a su disposición, tanto como para ir a buscar a su hijo o a su hija en
cualquier momento que quiera hacerlo, o llevar a bordo los regalos para su
pequeño nieto.
¿Se acuerda que
hasta se rompió la cabeza precisamente cuando estaba en esos menesteres
domésticos? Porque si quiere hacerlo deberá pagar su pasaje como cualquiera de
nosotros. Y podrá viajar gratis, claro, si acumula millaje como cualquiera de
nosotros.
¿Cuánto de
difícil será acostumbrarse a ser una ciudadana común? No la primera ciudadana,
sino una entre tantas. Y extrañará seguramente que nadie esté obligado a
escuchar lo que piensa sobre política, economía, deporte y sus vidas pasadas.
Con seguridad
señora Presidenta, ahora que tiene la certeza de que comienza su melancólico
retiro de la escena, sabe que ya no habrá cámaras que registren sus alegres
pasos de baile, que acaso sigan, pero con la salvedad de que quedarán
reservados para la intimidad de las fiestas familiares.
O para Bailando
por un sueño: experiencia acumula. Porque aquel baile de los días felices
traspasó las fronteras. ¿Se acuerda de Angola y del tractor de Moreno? Ya nadie
se acuerda de Angola. Y cualquiera podrá imaginarse que recordará con infinita
nostalgia esos discursos que estaban obligados a seguir millones de argentinos
y que calurosamente aplaudían sus fieles acólitos entre el agitar de las banderas
en la Casa Rosada y las desentonaciones jingleras de Ignacio Copani.
¿Quién usará, si
así lo decide, -¿por algo será presidente no?- su balcón señora? ¿Y qué pasará
con el Salón de las Mujeres? Imagine que el próximo inquilino, con todo derecho
por otra parte, lo deje de lado. Y peor aún, que a instancias de la primera
dama se haga, por ejemplo, un salón de los estables de la patria para las
cadenas nacionales.
Y ya como algo
pesadillesco que el señor presidente decida terminar con el peregrinaje de
Cristóbal Colón para devolverlo a su emplazamiento original.
Señora
Presidenta, usted sabe que cosas así pasarán por su cabeza cuando deba
despojarse del poder. Y tal vez el nuevo presidente decida cambiar el protocolo
también y "ellos y ellas" o el "para todos y para todas"
sea dejado olímpicamente de lado.
Y acaso en poco
tiempo más, porque en Argentina el olvido no necesita tiempo, ya los slogans
que acompañaron sus años de gestión como "tenemos patria", "no
fue magia", "ni un paso atrás"; y sobretodo el temerario y
agresivo "vamos por todo", tan poco digno de usted señora, pasen al
limbo de las cosas descartables.
No podrá ya
modelar ni formatear la vida ni la conducta de los argentinos. Podrá cambiar
cosas en su vida o cercanas a usted, elegir también cambiar cosas en su lugar
en el mundo, en el lugar que elija para vivir, tal vez pueda incidir en el
dibujo de su jardín. Pero su revolución tendrá los límites de su vereda.
Porque señora,
usted volverá a ser una persona común y silvestre, como se dice.
Y como pasaron
al olvido cosas de Alfonsín y de Menem, uno se pregunta, y tal vez usted ya
empezó a hacerlo, ¿qué pasará con Tecnópolis, nuestra feria tecnológica
permanente? ¿Y con Zamba, el personaje para niños con su particular visión de
la historia argentina totalmente repartida entre héroes y villanos, cipayos y
patriotas, blancos o negros, buenos y malos? Visión que se parece tanto a su
propio modo de entender la vida.
¿Y 678, el club
de los amigos de la revolución nacional y popular seguirá en la misma pantalla
o buscará refugio en las pantallas de los empresarios amigos? ¿Seguirá carta
abierta exaltando las acciones de su gobierno? ¿O se encolumnarán como buenos
soldados militantes con el mismo fervor de los que cambian de creencia
religiosa de un día para otro?
Por ahora no
señora, las tropas son leales. Ahí apareció Horacio González, el de la
Biblioteca Nacional, diciendo que ellos van a votar a Scioli desgarrados, pero
lo van a votar. ¿Y con Milani no estaban desgarrados-? ¿Y con Boudou tampoco
estaban desgarrados? ¿Y con Jaime?
Usted se
preguntará qué destino le espera a la Secretaría de Coordinación Estratégica
para el Pensamiento Nacional -¿qué titulazo no?- que capitanea el intelectual
del modelo Ricardo Forster.
¿Qué harán los
artistas militantes frente a su inevitable ausencia? ¿Irán en busca de un nuevo
productor? La palabra clave del tiempo que se avecina es "ex". Usted
señora, será una ex con todo lo que ello significa y connota porque el poder
será de otro.
Será inevitable,
pero así son las cosas del poder: almíbar y amargura. Como "ex" usted
vivirá de recuerdos. Y en esa caravana desfilarán los fastos del Bicentenario.
¿Se acuerda de la Vuelta de Obligado y de todos los actos militantes perfectamente
armaditos como una gran película de Hollywood?
Y regresará
también el recuerdo del regreso triunfal de la Fragata Libertad a Mar del
Plata, y de su repentina amistad con el odiado Jorge Bergoglio.
Y toda esta
película no es el principio del fin, pero tampoco es el principio de algo que
continuará en el tiempo tal como usted lo dejó.
Señora: tampoco
nos vamos a pasar la vida hablando de los buitres habiendo otros pájaros tan
bonitos para ver.
No hay a la
vista "Cristina parte 2". Todo se olvida rápido por aquí ¿Vio? Y
volver al llano a algunos les cuesta mucho más que a otros. Depende de cómo se
haya ejercido el poder.
© Escrito por Mario Markic el viernes 23/10/2015 y publicado en http://tn.com.ar de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina