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lunes, 24 de septiembre de 2012

Cacerolas y falta de proyecto político... De Alguna Manera...


Cacerolas y falta de proyecto político...
 

¿Por qué en muchos países las divergencias se expresan electoralmente y en otros se manifiestan en la calle? Esencialmente, la diferencia está en la existencia o inexistencia de ofertas políticas capaces de expresar a quienes tienen algo por lo que protestar. En Grecia o en España, por ejemplo, una enorme cantidad de gente que se siente “indignada” se vuelca a las calles; los partidos se han quedado cortos en su capacidad de expresar a esa gente. En Estados Unidos, para tomar un caso opuesto, casi toda la sociedad está contenida en las propuestas de los partidos que compiten en la elección presidencial; y la poca gente que tiene algo que decir y que no se siente representada se pliega detrás del movimiento Occupy Wall Street, que hace un poco de ruido pero no mueve el amperímetro.

Si esto es así, la protesta de la semana pasada en la Argentina es un mensaje tanto para el Gobierno nacional como para las fuerzas políticas opositoras.

Otra cosa es que el gobierno argentino haya magnificado la protesta en lugar de minimizarla –como pudo fácilmente haber hecho– y haya alimentado el círculo de la hostilidad mutua cuando bien pudo haber reaccionado como un gobierno de todos y no como una parte en las hostilidades.

Actuando como actuó, el Gobierno contribuyó a darle a la protesta una entidad más definida de la que tuvo, a instalarla como un potencial político con proyección y a crear incentivos para que los dirigentes opositores busquen una inserción en un movimiento que no lideraron.

La sola palabra “cacerolazo” –aplicada a una manifestación donde escasearon las cacerolas– remite a las protestas de 2001, que buena parte de la sociedad asocia al derrumbe del gobierno de la Alianza. Esa referencia es útil para barajar algunas conjeturas. En 2001 el gobierno no se derrumbó por las cacerolas sino por las muertes y la crisis de legitimidad del Ejecutivo, fomentada por los máximos dirigentes políticos de los dos mayores partidos en ese momento. 

Las consecuencias últimas de las protestas estuvieron muy lejos de parecerse a lo que los manifestantes de aquellos hechos pudieron imaginar; más bien fueron lo opuesto. Si alguien omnisciente les hubiera dicho cómo estaría la Argentina diez años después, como consecuencia de un proceso que ayudaron a desatar, es posible que muchos de esos manifestantes de 2001 se hubieran quedado en su casa mirando la televisión, con las cacerolas bien guardadas.

No es posible anticipar qué consecuencias tendrán los hechos resonantes de estos días en el futuro político de la Argentina. Sin proyecto, sin estrategia, sin liderazgos y sin organización, es posible hacer bastante ruido, poner nerviosos a los gobernantes y hasta generar algunas señales significativas, pero difícilmente se construye un futuro. Un gobierno más moderado y una oposición con más iniciativa le harían bien a la Argentina.

© Escrito por Manuel Mora Y Araujo, Sociólogo, Profesor de la Universidad Torcuato Di Tella y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 22 de Septiembre de 2012.



jueves, 20 de septiembre de 2012

Insiste Cristina en dividir a la Sociedad... De Alguna Manera...

Parte de los argentinos desprecia determinados sectores sociales"...


¿No le alcanzó ya a Cristina con "ningunear" al cacerolazo? ¿No le bastó con los ignorar los reclamos de la sociedad? Por lo visto no. Este jueves en pleno acto enmarcado en el plan Procrear, la Presidenta cuestionó el "desprecio" que muestra "una parte de los argentinos hacia determinados sectores sociales" y pidió "solidaridad".

"Pareciera ser que parte de los argentinos tiene desprecio hacia determinados sectores sociales", sostuvo en un nuevo acto de desacierto la mandataria. En esos momentos, un grupo de vecinos de la zona de Ezeiza rechazan a viva voz la construcción de viviendas en el contexto del mencionado plan.

En este marco, la jefa de Estado pidió "solidaridad de los argentinos" hacia los sectores sociales que "tienen el derecho de aspirar a ser clase media, media alta o, por que no, alta".  En realidad, a esos sectores no les conviene aspirar a una mejora social. Serían tildados posteriormente como personas "que visten bien" y perderían su derecho a manifestarse.

Por otro lado, ¿dónde está la solidaridad de los enriquecidos funcionarios del kirchnerismo para con esos sectores? Es una burla que Cristina hable de esa manera siendo que sus funcionarios ostentan viviendas carísimos barrios como Puerto Madero.

Un acto de hipocresía (oficial) más y van....

© Escrito por María Luisa Torres y publicado por Tribuna de Periodistas el jueves 20 de Septiembre de 2012.

sábado, 2 de junio de 2012

6,7,8... De Alguna Manera...

Atacaron a un equipo de 678…


Estaban cubriendo una manifestación en Recoleta cuando un grupo de 40 personas los atacó.

Un equipo del programa 678 que anoche cubría un cacerolazo en el barrio de Recoleta fue brutalmente atacado por los manifestantes, que reclamaban contra el gobierno nacional por los controles al dólar.

El periodista Lucas Martínez, el camarógrafo Sergio Loguzzo y el productor Ezequiel Schneider debieron ser rescatados por la policía cuando una horda de 40 personas los atacó con golpes y puntapiés en la esquina de Callao y Santa Fe, publicó la agencia Telam.

"Estuvimos trabajando durante 25 minutos o media hora, entrevistando a los manifestantes, cuando de repente un grupo cercano a 40 personas comenzó a insultarnos", contó Martínez. "Pasaron de las agresiones verbales a las agresiones físicas: nos empujaban, nos tironeaban de la ropa y intentaron quitarnos la cámara con violencia”, completo el periodista.

De acuerdo al relato de Martínez, el más perjudicado del equipo fue el camarógrafo del programa quien comenzó a recibir puntapiés en el cuerpo mientras estaba en el piso.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 2 de Junio de 2012.