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sábado, 10 de febrero de 2018

Costanera Norte. Viaje subterráneo a la obra que aliviará inundaciones en 5 barrios porteños... @dealgunamanera...

Un pozo de nueve pisos de profundidad para aliviar inundaciones en cinco barrios…

A metros del Río de la Plata, aparece un foso de enormes dimensiones. Foto: David Fernández.

Ahí funcionará un túnel que servirá como aliviador del arroyo Vega. Correrá por debajo de la calle Pampa y de las líneas B y D del subte.

© Escrito por María Belén Etcheñique el viernes 09/02/2018 y publicado en el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

No hay desvíos ni avenidas que se achican a un solo carril. No hay carteles de paso interrumpido, ni ruido de máquinas aturdiendo las calles. No acá, en esta obra, una de las más importantes de la Ciudad, aunque apenas sea perceptible para la mayoría de los vecinos. Muy cerca del Río de la Plata, hay un hoyo de 25 metros de profundidad y 35 de diámetro, el equivalente a un edificio subterráneo de nueve pisos, con una base casi tan grande como la fuente del Monumento a los Españoles. Es el futuro pozo de descarga del segundo emisario del Arroyo Vega, un túnel de 8,4 kilómetros que correrá por debajo de la calle La Pampa y las líneas D y B del subte, y se usará para mitigar inundaciones en Agronomía, Villa Ortúzar, Parque Chas, Colegiales y Belgrano.

Es una megaobra hidráulica que se desarrolla a la altura de Costanera Norte, en un punto en el que la Ciudad no parece terminada: el piso es de tierra y arena, no hay árboles ni negocios, sólo mucho río y mucho cielo, que recortan los aviones que descienden hacia Aeroparque. A los costados del gran agujero hay obradores en fila, grúas con los brazos en movimiento, camiones de acoplados larguísimos, retroexcavadora, una fábrica y personas con cascos, botas y pecheras fluorescentes.

En Costanera Norte, se construyó un pozo inmenso que actuará como descarga del arroyo Vega. Foto: Matías Repetto/GCBA

El arroyo Vega atraviesa la Ciudad de Oeste a Este hasta desembocar en esta zona. Cuando llueve mucho, su cuenca y su primer emisario -construido en la década de 1940- desbordan e inundan las calles. Frente a ese conducto saturado, 12 años atrás, se decidió que debía construirse otro. En 2017, empezó la excavación. Máquinas que iban mordiendo su propio suelo sacaron 25 mil metros cúbicos de tierra. Y el pozo, ahora definido, no sólo es la puerta de entrada al segundo emisario, también, cuando el sistema esté en funcionamiento, servirá como regulador del agua de las lluvias.

Hay dos maneras de bajar a esa gran fosa: una escalera angosta pegada a la circunferencia o adentro de una caja amarilla, colgada de una grúa. Ése es un descenso vertical en el que, primero, atrapa la vista del Río de la Plata y, después, el contorno grueso del pozo. Lo componen planchas de hormigón que llegan mucho más profundo de lo que se ve. Están enterradas superando el manto del acuífero Puelche, una gigantesca reserva de agua subterránea que la Ciudad comparte con otras provincias.

Para la construcción de la estructura se extrajeron 25.000 metros cúbicos de tierra. Foto: GCBA

En los próximos días, en la parte baja del pozo se ensamblará la tuneladora alemana “Elisa”, como la bautizaron en una convocatoria del Gobierno porteño en homenaje a Elisa Beatriz Bachofen, la primera mujer graduada en Ingeniería en Argentina y Latinoamérica. Mide casi dos cuadras y para trasladarla se necesitaron 118 camiones. “Su dimensión y delicadeza obligan a manipularla en rodajas”, explica Franco Moccia, ministro de Desarrollo Urbano y Transporte de la Ciudad. La obra depende de su área. “En marzo, empezará a perforar. Funciona como un gran taladro con un cabezal de corte y vagones atrás, que transportan equipos, operarios y la tierra excedente. Es que mientras cava, apuntala el hueco y va formando el túnel”, agrega. Seis piezas curvas de concreto -se las llama dovelas- forman una vuelta y lo van recubriendo. A metros del pozo, se montó una fábrica que proveerá a la obra de estos anillos. 
“La tunelera funcionará de lunes a sábado, las 24 horas. El domingo será para mantenimiento. Calculamos un promedio de20 metros de excavación diarios”, dice Eduardo Cohen, ingeniero a cargo del Plan Hidráulico de la Ciudad. La máquina sólo se usará en un primer tramo que empezará en el pozo y terminará en la calle Victorica, en Parque Chas. Ahí, se conectará con otro túnel. Ese segundo conducto se hará con una tuneladora distinta, de menor diámetro e irá por debajo de la calle Nueva York hasta Helguera, en Agronomía. “La razón de hacer dos túneles es que la cuenca se va angostando hacia el Oeste. Tiene forma de triángulo”, dice Moccia. Cuando la obra esté terminada, el emisario trabajará por gravedad y descargará el agua en el pozo, que escurrirá el líquido hacia el río por presión.

La obra se completa con la construcción de 10 kilómetros de ramales y sumideros para conducir el agua de lluvia hacia el ducto principal. El objetivo es que entre el nuevo emisario y el más antiguo puedan soportar una tormenta de 81 mm en dos horas (hoy el límite está en 48). “Los trabajos en superficie serán mínimos -dice Moccia-. Es una megaobra que duplicará la capacidad de drenaje y pasará por debajo de la Ciudad sin molestar”.

Un programa contra las inundaciones

El Plan Director Hidráulico de la Ciudad atravesó varios años y gestiones. Como jefe de Gobierno, Fernando de la Rúa lo convirtió en ley. Pero recién terminó de diseñarse en 2005. Su objetivo es paliar, a través de obras de infraestructura y programas de alerta, los efectos de precipitaciones y sudestadas.

Gran parte del proyecto consiste en concretar aliviadores para los arroyos entubados que desembocan en el Río de la Plata. La obra del arroyo Maldonado fue la primera del plan y la única hasta el momento terminada. Para triplicar su capacidad de escurrimiento, se construyeron dos aliviadores bajo la avenida Juan B. Justo.

Se prevé que la concreción del segundo emisario del arroyo Vega sea en agosto de 2019. Foto: David Fernández.

Por la cantidad de personas a las que afecta en forma directa -315.000- le sigue en necesidad de concreción el segundo emisario del arroyo Vega. A diferencia de otras cuencas, la del Vega empieza y termina en suelo porteño. Frente al Río de la Plata está tomando forma y se prevé que se complete en agosto de 2019. Los costos de este tipo de infraestructuras están incluidos dentro del “Plan de Asistencia a la Gestión de Riesgo de Inundaciones para Buenos Aires”, que asciende a U$S 326 millones, solventados mediante un préstamo del Banco Mundial de U$S 200 millones, más U$S 126 millones de la Ciudad. Del total, U$S 135 millones son para la construcción del Vega, la contratista a cargo es una unión transitoria entre las empresas Roggio, Cartellone y Supercemento.

El cruce de Cabildo y Blanco Encalada es un punto clásico que sucumbe a las lluvias intensas. Foto: Archivo 2012.

El tercer arroyo en importancia es el Medrano. Nace en el partido de Tres de Febrero, corre entubado por San Martín y Vicente López y entra a la Ciudad. Desde ahí, atraviesa Saavedra, Núñez, Villa Pueyrredón, Devoto, Coghlan y Villa Urquiza hasta su desembocadura en el Río de la Plata a la altura de Lugones. En su cuenca viven unas 500 mil personas, pero el 70% del arroyo está en Provincia y el 30% en Ciudad. Ahí también hacen falta aliviadores y hasta el momento sólo se hicieron paliativos: reservorios en un estacionamiento del shopping DOT, en Parque Sarmiento y Tecnópolis. Desde el Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte dijeron que están evaluando un diseño de obra para esa cuenca.

Los arroyos Maldonado, Vega y Medrano no son los únicos que atraviesan la Ciudad y descargan sus afluentes en el Río de la Plata y en el Riachuelo. Pero el 70 por ciento de los problemas de inundaciones en Capital corresponden a sus desbordes.



lunes, 20 de julio de 2015

Ballotage porteño, pegó en el poste... @dealgunamanera...

Cómo se repartieron las comunas en el ballotage porteño...

El reparto de las comunas porteñas.

ECO, el partido de Martín Lousteau, se impuso en 9 de los 15 distritos. El PRO mantuvo su fortaleza en el norte de la ciudad.

La ajustada victoria de Horacio Rodríguez Larreta sobre Martín Lousteau, se evidenció en los resultados que ambos obtuvieron en las comunas porteñas.

El candidato de ECO, a pesar de haber sido derrotado por su rival del PRO, venció en 9 de las 15 comunas, alcanzando una ventaja de hasta 8% en barrios como Belgrano, Boedo, Chacarita o Villa Crespo.

En otros, como Caballito, Balvanera o San Cristóbal, la diferencia fue mínima, aunque Lousteau terminó imponiéndose sobre Larreta.

El candidato del PRO, en cambio, venció ampliamente en las comunas del norte de la ciudad, superando por más de 30 puntos porcentuales en Recoleta, o por más de 15 en Belgrano o Palermo.

El triunfo de Martín Lousteau en varias de las comunas porteñas, se debe sobre todo al caudal de votos que recibió ECO por parte de los votantes del FPV y del resto de partidos.

El apretado resultado del balotaje ha sido completamente inesperado, ya que todas las encuestas vaticinaban una aplastante victoria del PRO, sin embargo éstas han quedado muy desfasadas en relación al resultado real de la elección.

© Publicado el lunes 20/07/2015 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
  

miércoles, 29 de mayo de 2013

La Asamblea interminable que nos parió... De Alguna Manera...


La Asamblea interminable que nos parió...


Si. Nacimos de una asamblea interminable que empezó por la mañana y finalizo pasada la medianoche. Nacimos de una asamblea inusitada en los confines del mundo en un día frio de mayo hace 203 años. El 22. Era viernes.
 
Esa reunión fundacional fue el equivalente de una maratónica sesión de la actual Cámara de Diputados. Aclaro que solo por el numero; las comodidades eran otras (los objetivos y los personajes también). 257 son los actuales diputados, 251 vecinos los que iniciaron el famoso Cabildo Abierto de entonces.
 
Que estuvieron apretados no cabe duda y que el Cabildo actual fue reconstruido a una escala menor tampoco. Basta hacer la prueba y subir a la galería del Balcón del primer piso y aun calculando las alas que se amputaron del viejo edificio, le cuesta a uno imaginar otra reunión que no sea bastante incómoda, apretada y con mucho frio.
 
La asamblea fue tensa, con gente entrando y saliendo. El debate interminable. Según cuentan las crónicas se mando a traer comida para que los invitados no se fueran al mediodía. Serian empanadas y pasteles seguramente. Ya desde esa época, a los que íbamos a ser argentinos, nos sacaban de apuros las empanadas y el delivery.
 
Poco más de 200 terminaron votando. A los otros los venció el cansancio, las especulaciones, quizá una cena familiar o la inconsciencia de lo que se avecinaba.
 
La lista original de invitados era de 600 pero fue "pulida" a 450. Esa fue la cantidad de invitaciones que se imprimieron, con tan mala fortuna para el Virrey, en la imprenta de Donado, un conspicuo revolucionario. La invitación tuvo así un alto grado de discrecionalidad en favor de la causa Patriota. De los 450 ingresaron 251. El resto tuvo miedo, o nunca le llego la invitación o le bloquearon el acceso a la Plaza los Chisperos de French y Berutti.
 
Efectivamente desde el día 21, como contrapeso de las milicias de Saavedra, un número importante de jóvenes se agruparon alrededor de los patriotas y convirtieron a French y Berutti en sus líderes naturales. Muchos de ellos ya tenían experiencia militar de la época de las invasiones inglesas, pero lo que más los caracterizaba era su entusiasmo y la apropiación de las ideas de libertad e igualdad, que lo inundaban todo en el Rio de la Plata.
 
Por lo que se cuenta eran muchos y no andaban con vueltas. El frio, la lluvia y la humedad del otoño de la época, obligaba a andar con capotes. Capotes que ocultaban pistolas y puñales.
 
Es dable pensar que soñaban con imitar a los Jacobinos que hacía 20 años en otras calles y plazas de la lejana Paris, habían terminado con la Monarquía más rancia de Europa.
 
Los entusiastas muchachos crearon la escarapela, que nunca sabremos de qué color fue realmente, lo que si queda claro es que no surgió de un rapto de inspiración. Fue una contraseña para poder mostrar la adhesión a la causa revolucionaria. Ese día quien no la tenía, no entraba al Cabildo o le costó bastante entrar.
 
Solo por un minuto imaginen la Plaza de Mayo sin colectivos, ni transito, sin bocinas, sin luces, sin semáforos y sin miles de personas caminando. Solo un gran espacio abierto de tierra, alguna que otra carreta o caballo. Imaginen ese silencio.
 
Si sesionaron como no cabe dudas, en la galería del balcón, los gritos y discursos encendidos se deben haber escuchado casi hasta donde hoy está la pirámide o en la mismísima Recova. La tensión retumbaría en la tranquilidad de la hoy inimaginable plaza.
¿Cual fue la esencia de lo que se discutió ese día?
 
Para los realistas, ganar tiempo para quedarse en el Poder a como de lugar, esperando nuevas noticias de España y buscar cómo sobrevivir coordinando con los sectores pro monárquicos del interior de la actual Argentina, con el Alto Perú y el Virreinato del Perú.
 
La postura revolucionaria era inequívoca: Cesado el poder del Rey, el poder vuelve al pueblo y es el pueblo el que decide que hacer. Así nació lo que sería nuestro país. Alrededor de una coincidencia fundamental: lo que no se quería ser más.
 
Los Patriotas venían de caminos, estrategias e ideas distintas. Llegaron juntos a ese día porque la oportunidad fue tan única que unió a todos y porque unos pocos se dieron cuenta que valía la pena unirse. Lo que sucedería después estaría en la cabeza de todos en ese Cabildo del 22. Y todos (por lo menos los más importantes) tendrían su propia versión de la continuidad de las cosas y habrán reservado con más o menos ambición y vanidad, su lugar en la historia que nacía.
 
Fue una época de división de familias, de amigos. De ruptura de viejas lealtades y culturas centenarias. La ciudad estaba militarizada y con un intenso debate político sobre el futuro de estas tierras. El aroma más fuerte para el ser humano, mucho más fuerte que el más exquisito de los perfumes o que la pestilencia más repugnante, es el olor a vacío de poder. Eso es lo que percibió el puñado de revolucionarios criollos en los días de Mayo.
 
Ese puñado de hombres se zambulló en ese vacío para intentar llenarlo, sabiendo que seria a matar o morir.
 
Muchos fueron los protagonistas. En realidad, la gran cantidad de actores reflejaba la diversidad de visiones de lo que había que hacer. Por lo tanto esa semana fue la obra de muchos sin que alguien se destaque demasiado o se convierta en líder del movimiento naciente. Saavedra mantuvo el aplomo necesario al saberse vital por su condición de Jefe de los Patricios. No hizo de más, pero tampoco de menos y fue clave en la mirada de los que votaron en el Cabildo del 22. Al menos esa noche no se equivoco.
 
Es probable que Moreno haya repasado toda su vida ese día. Quizá intuía que nacería como nació, horas más tarde, en el lluvioso 25. El cabildo del 22 lo encontró como dicen las crónicas, callado y meditabundo. Es probable que tuviera noticias o haya sacado conclusiones de lo peligroso que era lo que se estaba haciendo o que para su temperamento previsor y realista se estaban tomando pocas precauciones o peor aún, veía ya las divisiones y peligros internos futuros. Escucho a todos y no abrió la boca. Moreno el de las contradicciones tan típicas del país que nacía: Católico y Rousseauniano. Defensor de los hacendados e indigenista. Pluma brillante y hombre de acción. Admirado y seguido de cerca por los ingleses y buscado por el ultra españolista Álzaga, para que integre la Junta de la malograda asonada un año antes. Quizá pensó en su tierna chuquisaqueña Guadalupe a la que dejaría lentamente.
 
¿Quién era el verdadero Moreno? Nacería en pocas horas.
 
Si tengo que elegir dos protagonistas del día fundacional, no dudo: Belgrano y Castelli. Abogados los dos. Primos. Uno casado, el otro soltero. Conocidos amantes empedernidos de mujeres de la entonces pequeña ciudad. Los dos Carlotistas. Lo intentaron todo y de mil maneras. Belgrano con una formación académica más solida. Castelli, sin una historia oficial en nuestra historia, al menos como para saber cual podría ser la no oficial. Personalidad impetuosa; dio en todo momento la sensación que con sus 43 años (de esa época) estaba dispuesto a jugársela a todo o nada. Gano y perdió. Cuando gano, ayudo como pocos a que naciéramos. Cuando perdió, murió. Y se lo olvido.
 
Belgrano fue puro nervio esa semana. Empujo a todos previo al Cabildo del 22 y aguijoneo también a todos, irritado y enojado, a que el 25 seria por la buenas o por las malas. Era el encargado de dar la señal, si hacía falta, para que entren los muchachos de French y Berutti en nuestra asamblea fundante y se arregle todo a los sablazos.
 
Sin Belgrano y sin Castelli que dio el discurso más importante de nuestra historia, se hubiera dificultado nuestra naciente revolución.
 
El 22 es una metáfora bien argentina. Ese día fue una mezcla exacta y perturbadora de planes, improvisaciones, silencios, titubeos y audacias. De la suma de todo, conseguimos el cese de las autoridades vigentes hasta ese momento, logramos el autogobierno y empezamos a recorrer el camino inexorable hacia la independencia.
 
Como fuere, los que ganaron la votación ese día, pusieron en movimiento una rueda que ya no se detendría.
 
Las ideas que nacieron en la Quinta de los Rodríguez Peña, donde hoy está la plaza en la esquina de Callao y M.T de Alvear y que tomaron forma en una maloliente y todavía inubicable jabonería de San Telmo, habían encontrado su oportunidad en esta ciudad perdida del sur del mundo.
 
Aquí, donde las sudestadas cada tanto recordaban la precariedad de lo que habían fundado Mendoza y Garay.
 
Aquí, lejos de los lujos y riquezas del Perú y más lejos aún de España, germino una rebelión con éxito.
 
La ciudad de los contrabandistas tuvo su momento y no lo desaprovecho.
 
La asamblea interminable de ese 22 de mayo, con sus pasiones, errores y temores, aun nos acosa como un fantasma eterno.

© Escrito por el Diputado Nacional Roy Cortina el lunes 27/05/2013 y publicado en: http://www.facebook.com/RoyCortina