Correa es lo que Cristina
quiere ser…
Osvaldo Soriano fue mi
asesor editorial en la dirección de Página/12 (el diario que nunca fundé ni
dirigí) durante casi diez años. Fue a través de Soriano que conocí la historia
de los premios en el Canard Enchaîné , una de esas historias seguramente apócrifas
que merece ser encantadoramente cierta. El “Canard Enchaîné” (“canard”, en
francés, quiere decir “pato” pero también se usa, en argot, como “periódico”,
“Enchaîné” es “encadenado”. Le Canard Enchaîné (“El Pato Encadenado”) es un
periódico satírico que sale los miércoles en París y vende cerca de medio
millón de ejemplares.
Fue fundado en 1915, no tiene avisos comerciales –los
rechaza– y se financia con el aporte de sus lectores. Le Canard ha publicado
las mejores notas de investigación en Francia durante más de un siglo, y su
slogan es “La libertad de prensa sólo se desgasta cuando no la utilizamos” .
Los redactores del Canard –y esta es la historia que contaba Soriano– tienen
prohibido recibir premios. Dije “recibir”: esto es, aunque ellos no se presenten
a ganarlos, no pueden siquiera recibirlos, algo que no depende de su voluntad.
El Canard piensa que nadie merece un premio.
“¿Y sabés qué pasa cuando
a uno de sus periodistas lo premian?” , me decía Osvaldo mientras mascaba un
cigarro pulverizado y apagado en la boca, tratando de dejar de fumar.
–¿Qué?
–Lo rajan.
–¿Pero si el tipo no se
presentó al premio y lo recibió igual, por mérito?
–Lo echan de todos modos.
Ellos dicen que nadie se merece un premio.
Y –ya que toda anécdota
que se precie tiene que tener un caso paradigmático– contaba el caso de un ex
jefe de redacción del Canard que había sido despedido luego de recibir el
premio más importante del periodismo francés.
–¡No!
–Te lo juro, decía
Osvaldo, divertido.
Siempre recuerdo esta
historia cuando me hablan de un premio. Esta semana el presidente de Ecuador,
Rafael Correa, recibió el “Premio Rodolfo Walsh al Presidente Latinoamericano
por la Comunicación Popular” , entregado por la Universidad de La Plata. Que
Correa reciba un premio por la libertad de prensa sería hasta un buen chiste si
no fuera cierto. Pero la Facultad de Periodismo de La Plata ha perdido la
brújula hace años, y está dirigida por Florencia Saintout, una “académica”
incapaz de escribir una crónica en tercera persona con sujeto y predicado, de,
digamos, cuatro mil caracteres.
Yo fui Premio Rodolfo Walsh en 1998, en su
segunda edición; lo fueron Rogelio García Lupo, Miguel Bonasso, Telenoche
Investiga, Horacio Verbitsky, Ariel Delgado, Joaquín Morales Solá, Tomás Eloy
Martínez, Juan Gelman, Jorge Aulicino, Eduardo Galeano, Adolfo Castelo y
Roberto Fontanarrosa, entre otros, hasta que volcaron y comenzaron a
entregárselo a Hebe Bonafini, Hugo Chávez, Mariotto y, ahora, Correa. Que es como
darle el Nobel de Medicina a Jack el Destripador. (He pensado en viajar a La
Plata sólo para devolverlo, pero tengo demasiado trabajo como para hacerlo, de
modo que si Florencia me envía un motociclista lo empacaré con gusto –al
premio, no al motociclista– para que dispongan de él, lo lustren un poco y se
lo entreguen el año próximo a Hu Jintao , por ejemplo).
En lo que va del año se
registraron en Ecuador 165 agresiones contra periodistas . En Venezuela (Premio
Rodolfo Walsh 2010) en un año electoral las agresiones a la prensa fueron 130 y
en México, donde se registró el mayor número de homicidios a periodistas, hubo
110 agresiones.
“Aunque este año
registramos por lo menos el asesinato de tres periodistas en Ecuador, nosotros
decimos que lo que hay acá es una guerra de baja intensidad contra periodistas
”, le dijo a Clarín César Ricaurte, prestigioso colega ecuatoriano, director de
Fundamedios, reciente Premio Perfil a la Libertad de Expresión Internacional.
El secretario de
Comunicación Nacional de Correa, Fernando Alvarado, aseguró en una entrevista a
la revista Gatopardo que los medios “eran una maleza que había que limpiar” y
le aconsejó a Correa: “Tiene que cortar la maleza y podarla todos los días
porque no se va a morir”. La entrevista a Alvarado en Gatopardo, de agosto de
2012, es reveladora: allí el funcionario explica su interés por polarizar la
sociedad, como único remedio para sostener su lucha política. “La política es
un ring en el que hay que vencer al contrario.
Tienes que ubicarlo en la
otra esquina . Allí está la polarización”, dijo.
“Para Correa, la
existencia de la prensa privada es uno de los mayores males de la Humanidad”,
explicó Ricaurte a este diario.
Antes de la llegada de
Correa al poder había en Ecuador unas dos mil radios, 300 periódicos y revistas
y cinco o seis cabeceras de comunicación nacional.
Hoy más de la mitad de la
televisión está en manos del gobierno en forma directa. En 2012 se cerraron
cerca de 30 canales de TV y radios y hoy hay 21 medios de comunicación nacionales
en manos del Estado. Desde que asumió el poder, Correa hizo 1.365 cadenas
nacionales (Alvarado sostiene que las cadenas se usan “como operaciones
políticas para responder” a quienes ellos consideran como sus enemigos). Los
sábados a la mañana Correa conduce un programa que se llama “Enlace ciudadano”,
que se emite por la TV pública.
Así como en muchos
aspectos de su gestión Chávez es “Cristina al cuadrado” , Correa es la versión
desnuda de la presidente Fernández: dice lo que ella piensa pero, a veces, no
puede implementar . Para Correa, los únicos medios a existir deben ser los del
Estado, y el Estado es él. La Kermesse Saintout-Correa aterrizó en la semana
del fallido 7D. En la misma semana, el encuestador Ricardo Rouvier escribió en
su Facebook “ahora, después del 7D, vamos por los contenidos”.
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