Boca está de joda...
Boca festejó el título
después de tres años, con gran fiesta en la Bombonera. El invicto, que goleó a
Banfield, fue sólido de punta a punta, se sobrepuso a ausencias durante el
torneo y tiene récord de goles en contra. Riquelme entró los últimos 30’ y los
hinchas no se olvidaron de River.
Boca festejó el título después de tres años, con gran fiesta
gran en la Bombonera. El equipo, que goleó a Banfield, fue sólido de punta a
punta, se sobrepuso a ausencias durante el torneo y tiene récord de goles en
contra. Riquelme entró los últimos 30’ y los hinchas no se olvidaron de River.
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¡Cuánto hubo que esperar! Seguro que para el hincha fue
demasiado. Una tortura de tres años sin dar una vuelta. Pero ya está. La voz se
extingue, duele la garganta de cantar. Las manos de aplaudir. Boca vuelve a ser
campeón luego de cinco torneos, da una vuelta que no es cualquier vuelta.
Porque es especial. Porque le sacó una ventaja imposible al resto, porque a dos
fechas del final está invicto, porque se sobrepuso a cada golpe, a cada lesión.
Y porque justo este año, el rival de siempre ya no está. Es verdad, no tendrá
el gustito extra que le da ganar el superclásico, pero para el hincha, ya es
suficiente felicidad que River esté peleando en otra categoría…
Gritan Riquelme y Falcioni, grita Orion y Schiavi. Lo grita
también el pibe Blandi y también Clemente. Erviti se desahoga tras un semestre
para el olvido, lo mismo que Rivero, que se pudo consolidar tras aquel golpazo
que lo sacó de las canchas en el Clausura. Todos son artífices de este Boca
campeón que cocinó este torneo como cada partido. Con solidez, firmeza,
seguridad, de a poco, de atrás para adelante. De aquel puntito seguro en Bahía,
en la primera fecha, pasando por la goleada a Unión (no por goleada menos
sufrida) en la segunda, hasta este último partido con Banfield, en el que
controló la pelota desde el principio hasta el final, sin perder la línea
nunca, definiéndolo en los primeros minutos. Da la vuelta con un invicto que ya
suma 27 partidos y promete más, con la valla menos vencida del torneo (cuatro
goles, sólo San Lorenzo, Lanús, Rafaela y Godoy Cruz, récord en torneos cortos)
y con el cero en su arco en 13 de los 17 partidos que jugó. Y lo cierra con una
goleada, como para que no queden dudas de quién es el campeón.
Y lo hizo, además, teniendo que sobreponerse a las lesiones
no sólo de su promesa de gol, sino su promesa de fútbol. Viatri y Riquelme lo
tuvieron que ver desde afuera durante varias fechas y el equipo no sufrió
fisuras. Los reemplazantes del 9 supieron ocupar su lugar en la cancha y en la
red. Y, entre todos, intentaron darle equilibrio y sobre todo juego al medio de
Boca que extrañó los lujos de Román pero que supo cómo hacerlo. Así, no se
resintió la estructura y en la primera gran prueba que tuvo, en Santa Fe contra
Colón, salió de pie. Porque ése fue otro de los puntos altos de este campeón:
cada vez que alguien entró, cumplió. Sin importar la diferencia de calidad de
uno y otro, lo suplieron con ganas, esfuerzo. Si hay algo que a este equipo no
le faltó fue actitud.
El partido ante Banfield fue la frutilla de este postre con
la que los hinchas se están deleitando. La goleada es la consagración de sus
formas, de su estilo, de un Falcioni que le encontró la vuelta a pesar de las
críticas y de un plantel que luchó unido con un único objetivo claro. Este fin
de año, otra vez, como en el 2008, como tantas otras veces, habrá brindis. Hubo
cantos para River, los clásicos “ya se acerca, Nochebuena, ya se acerca
Navidad, para todas las Gallinas, el regalo de papá”. O el “es para vos, es
para vos”. O el "las Gallinas son así...". Merecido tiene el título
este equipo que, sin dejar dudas, es un legítimo campeón. De punta a punta.
© Escrito por Claudia Villapun y
publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma e Buenos Aires el
domingo 4 de Diciembre de 2011.
¡¡¡Felicitaciones al Boca Juniors y a sus simpatizantes!!!
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