domingo, 2 de diciembre de 2018

No llores por mí, G20… @dealgunamanera...

No llores por mí, G20…

Macri, emocionado en la gala. Fotografía: Captura de video.

Más allá del debate lagrimal, la cumbre ha significado un punto a favor para el Presidente.

© Escrito por Javier Calvo el domingo 02/12/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Si ni las lágrimas de Macri al final de la gala del Colón pudieron escapar del alineamiento en torno a su figura (y por oposición, a la de Cristina), parece más complicado salir de esa lógica bipolar si se trata de un balance de la cumbre, que conlleva mayores complejidades por la naturaleza misma del evento.

Antes de lo importante, terminemos con la anécdota: no está mal que Macri llore y que unos u otros, según el posicionamiento dual, se emocionen o enfurezcan por ello. Sí puede virar hacia el oportunismo cuando el aparato comunicacional presidencial (que incluye a ciertos medios y periodistas) propaga ese gesto. Ya estamos en campaña.

Más allá del debate lagrimal, la cumbre ha significado un punto a favor para el Presidente, que consolida una política exterior y una imagen for export como uno de los aspectos más altos de su gestión.

Buenos Aires no fue tierra arrasada o escenario de guerra callejera, como hemos visto en cumbres anteriores (caso Hamburgo) y en no pocas marchas porteñas.

Parece una verdad de Perogrullo decir que es mejor estar dentro que fuera del G20. Lo cierto es que hay sectores políticos nac & pop que intentan desmentir semejante obviedad.

Macri puede colgarse la medalla de haber organizado una cumbre exitosa, independientemente del efecto real en la política y comercio globales, que dependen de los grandes en serio, como EE.UU. y China.
La administración Cambiemos, claro, se adjudicará todos los méritos y caerá en ese egocentrismo tan argentino de creernos el centro del mundo. Ni muy muy, ni tan tan.

El desafío debería pasar por dos planos. En el orden internacional, que la Argentina se sume a los debates mundiales y aporte miradas imprescindibles aún desde la periferia a la que pertenecemos. Los problemas domésticos, graves, no tendrían que ser un impedimento (sino, que lo diga Macron y tantos otros). En el aspecto local, que las bilaterales del G20 le permitan al Estado avanzar en acuerdos de cooperación e inversión serios y sustentables, no tanto para la tribuna o para una fuerza política determinada.

Y hablando de fuerza, otro gran punto a favor: el G20 se llevó a cabo con protestas pero sin incidentes. Buenos Aires no fue tierra arrasada o escenario de guerra callejera, como hemos visto en cumbres anteriores (caso Hamburgo) y en no pocas marchas porteñas. El caos de hace solo una semana alrededor del Monumental disparó los peores augurios. Ni Perogrullo podría haber profetizado calma semejante. Esto debería emocionar más que el show del Colón.




(Fuentewww.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a: perfilcom@perfil.com

Cal y Arena... @dealgunamanera...

Cal y arena…

Líderes: Putin, Xi Jinping, May, Merkel, Macron y Trump. Dibujo: Pablo Temes.

Macri sintió cómo el mundo mira expectante el año electoral.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 02/12/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Como nunca, a Mauricio Macri se lo vio llorar al final del muy buen espectáculo que se ofreció en el Teatro Colón para agasajar a los líderes mundiales que participaron de la cumbre del G20.

Seguramente imaginó otra realidad cuando hace unos años se eligió a la Argentina como sede de esta fastuosa reunión. Venía de ganar las elecciones; la economía lucía estable; la inflación parecía controlada y su reelección se daba ya casi como un hecho inexorable. Hoy, en cambio, hay un gobierno mendicante, pidiendo dólares al mundo y con encuestas que le auguran un futuro electoral que, cuando menos, es incierto.

Desde el punto de vista de la organización, el Presidente se anotó un triunfo. Era un triunfo que necesitaba, ante el bochorno que representó la frustrada final entre River y Boca por la Copa Libertadores de América. Como dijo un ex vicecanciller: “Esta semana tuvimos dos G20. Uno –que perdimos– fue el River-Boca; el otro –que ganamos– fue la cumbre de los jefes de Estado en Buenos Aires”.

Desde lo organizativo, la cumbre que paralizó a media Ciudad fue un éxito. Desde lo político, en cambio, no tanto. La personalidad disruptiva de Donald Trump es un factor complicante que aleja la posibilidad de avanzar en acuerdos sólidos entre los países miembros.

Toda la gestualidad del presidente de los Estados Unidos durante las 48 horas que pasó en la Capital Federal nos hablaba de su malhumor. Fueron pocas las ocasiones en las que se lo vio sonreír.

La Argentina quedó en un tironeo de situaciones entre las propuestas chinas de ahondar y tener una presencia más permanente en su relación bilateral con nuestro país versus la relación que el Gobierno mantiene con los Estados Unidos.

Para Macri, la reunión fue una muestra del apoyo que cosecha de parte de los gobiernos de las naciones más poderosos del mundo. No es poca cosa después del negativo e inútil aislamiento al que el kirchnerismo llevó al país. Ese apoyo se hizo significativo y concreto durante los borrascosos meses a lo largo de los cuales hizo eclosión la crisis y dinamitó la economía. Pero, a pesar de lo significativo de esos apoyos, los problemas del G20 y de nuestro país están lejos de haberse solucionado.

Rosas y espinas. 

Lo de Francia fue un ejemplo. La reunión entre Macri y Emmanuel Macron tuvo buena química personal pero, en lo temático, un curso sinuoso. El presidente de Francia apoyó el ingreso de la Argentina al selecto grupo de la OCDE, pero puso peros en relación con las negociaciones y acuerdos entre la Unión Europea y el Mercosur. Eso tuvo una excusa para trabarse en las declaraciones del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, quien dijo que no sabía cómo iba a ser la continuidad del Mercosur. Macron, que responde más a los intereses de los productores agrícolas de Francia interesados en que ese acuerdo con el Mercosur nunca llegue, se lo dijo a Macri sin tapujos: "Una vez que sepamos qué va a hacer Bolsonaro en Brasil en relación con el Mercosur, veremos cómo sigue la negociación". De paso, aprovechó para dedicarse por algunos minutos a criticar a Donald Trump, con quien tiene una mala relación después de los desplantes que el presidente de los Estados Unidos le hizo durante la conmemoración del fin de la Primera Guerra Mundial que hubo en París hace unas semanas. 

Por el lado de las ofertas, la Argentina quedó en un tironeo de situaciones entre las propuestas chinas de ahondar y tener una presencia más permanente en su relación bilateral con nuestro país versus la relación que el Gobierno mantiene con los Estados Unidos.

Esa circunstancia, que está muy medida por el pulso a pulso de la amistad de larga data que tiene Macri con Trump, le permitió a la Argentina acceder a créditos que de otra manera no hubiera conseguido y sin los cuales hoy estaría en default. Trump, que salvó del default a la Argentina, no puede hacer por la Argentina lo que la Argentina no hace por sí misma, que es dar previsibilidad desde el punto de vista político. Eso es lo que básicamente marcó la reunión del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, con un grupo de empresarios extranjeros que le hicieron saber que todos los proyectos están “en el hall” hasta que la dirigencia política vernácula dé un marco de certeza referida a la continuidad de estas políticas económicas. Es muy importante que la Argentina el año que viene empiece a dar muestras concretas de un proyecto neomacrista –sea Macri o sea Vidal– en cartera.

Las centrales nucleares, la terminación de las represas por parte de los chinos y un fuerte programa de apoyo al desarrollo energético estuvieron en el centro de las conversaciones con China. China es el principal productor de equipos de generación de energía eólica y solar. Lo mismo está ocurriendo con la producción de equipamiento para la generación de energía nuclear. Por eso está muy insistente con la idea de instalar una planta nuclear en Argentina. De esto van a hablar Macri y Xi Jin-ping en el desayuno de Estado que tendrán en la mañana de hoy domingo. Este es un tema que produce mucho ruido en Washington. Hubo un acercamiento interesante con España, pero está todo profundamente atravesado por ver si continúa o no el macrismo. Ese es el sesgo de toda esta cumbre, que agarró a la Argentina mal parada.

Pago chico. 

Si bien el Banco Central bajó la tasa de interés, el mercado le mostró que a determinada tasa prefiere comprar dólares. Por eso el tema de cómo aliviar la recesión por la que atraviesa la economía argentina no está terminado. Las palabras que faltan en nuestro presente son productividad, producción, incremento, desarrollo, mejora de los productos. Noviembre y diciembre son dos meses de tremenda caída de la actividad, rubros que caen por encima del 10% - 15%.

El hecho de que Cristina Fernández de Kirchner esté bien en las encuestas no solo inquieta a muchos de cara a un eventual gobierno suyo, sino que perjudica hoy el inicio de 2019, porque se empiezan a tomar decisiones defensivas anticipadas en los primeros días del año próximo. Nadie va a esperar a que la ex presidenta gane la elección para sacar sus dólares. Lo van a hacer mucho antes, si es que sus posibilidades de ganar se afianzan. Es algo que en el Gobierno todos saben.

Producción periodística: Lucía Di Carlo.

Noticias Relacionadas:




(Fuentewww.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a: perfilcom@perfil.com

sábado, 1 de diciembre de 2018

La Armada Argentina brinda seguridad en el G20… @dealgunamanera...

La Armada Argentina brinda seguridad en el G20…

A.R.A. Ciudad de Rosario (Q-62) y A.R.A. La Argentina (D-11) 

Junto con las otras Fuerzas Armadas y de Seguridad argentinas participan del operativo.

© Publicado el viernes 30/11/2018 por el Periódico Digital Gaceta Marinera de la Ciudad de Punta Alta, Provincia de Buenos Aires.

Las Fuerzas Armadas y de Seguridad de Argentina participan como parte del operativo de seguridad llevado a cabo en nuestro país en el marco de la Cumbre del G20 –a la que asisten presidentes, jefes de Estado y titulares de organismos internacionales–.

La Armada Argentina, en particular, desplegó personal del Batallón de Comunicaciones Nº 1, de la Fuerza de Infantería de Marina de la Flota de Mar, de la Compañía de Ingenieros Anfibios, del Batallón de Infantería de Marina Nº 3, de la Escuadrilla de Ríos, del Batallón de Vehículos Anfibios, de la Agrupación Comandos Anfibios y de la Agrupación Buzos Tácticos.


Asimismo, fueron destacados el destructor A.R.A. La Argentina (D-11) con un helicóptero AS-555 Fennec embarcado, que contribuirá con sus radares a las medidas de vigilancia y control aéreo en una zona de incumbencia adyacente a la ciudad de Buenos Aires; y el buque multipropósito A.R.A. Ciudad de Rosario (Q-62).


Los efectivos de la Armada totalizan unos 500, entre todas estas unidades desplegadas.



Alfredo Bravo, un político de los que ya no quedan… @dealgunamanera...

Biografía sobre el socialista Alfredo Bravo, un político de los que ya no quedan…

¿Porteño o entrerriano? Alfredo Bravo gustaba decir que había nacido en Concepción del Uruguay, localidad a la que su padre había sido trasladado por trabajo; pero al mismo tiempo era un porteño de ley, asiduo visitante de la noche y la cultura de Buenos Aires.

El periodista y escritor Jaime Rosemberg presentó su libro "Alfredo Bravo, un maestro socialista", en el que recorre la vida del referente del PS que falleció en 2003. Entre sus mayores logros políticos, Bravo participó de la fundación de CTERA y de la reunificación del Partido Socialista. 

Alfredo Bravo


© Publicado el sábado 16/06/2018 por el portal periodístico El Ciudadano Web de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Evocar al dirigente socialista Alfredo Bravo es hablar de una persona de convicciones, austera y consecuente en pensamiento y acción, como ya no quedan. Se lo suele recordar como un cascarrabias o un testarudo pero a pesar de las diferencias que lo separarán de sus pares, recurría permanentemente al diálogo político en la búsqueda de consensos. Ejemplo de ello fueron la fundación de CTERA y la reunificación del Partido Socialista, tal vez sus mayores logros de su vida política. 


A 15 años de su muerte, el periodista Jaime Rosemberg publicó Alfredo Bravo, un maestro socialista, un trabajo detallado sobre la vida del maestro de grado, gremialista y referente político socialista que falleció de un ataque al corazón el 26 de mayo de 2003, apenas un día después de que Néstor Kirchner asumiera la presidencia.

Crédito de fotografía: Facebook

“Quienes dicen que era un testarudo, un cascarrabias, obvian esa otra faceta de él, que a pesar de las diferencias le gustaba lograr consensos por el diálogo político. La unificación de la CTERA y del socialismo son sus dos grandes logros políticos y gremiales. El gremialismo docente estaba muy dividido, los que como él venían de sindicatos socialistas decían que el docente no tiene que hacer paro, el docente es un apóstol, alguien que se tiene que brindar a sus alumnos. Los peronistas decían todo lo contrario: huelga, el educador es un trabajador como cualquier otro. Confluir en esas dos corrientes fue muy difícil y Bravo fue uno de los articuladores”, indicó el escritor.

A Bravo le tocó comenzar su militancia, con Juan B. Justo y Alfredo Palacios como referencias ineludibles, durante la irrupción del peronismo, un fenómeno que el socialismo nunca terminó de asimilar. “Hace el servicio militar cuando Perón desarrolla su mayor poder y él es de los jóvenes del partido que empieza a plantearle a los viejos líderes como Américo Ghioldi, que algo hay que hacer porque el socialismo, que había nacido como partido obrero, se había quedado sin las masas, sin su principal objetivo que era atender las necesidades de los trabajadores, de los proletarios y de los inmigrantes”, explicó Rosemberg a El Ciudadano.

Bravo era maestro de grado, y se involucró en el gremialismo, a través de CAMyP, con una visión muy particular: “Él era muy sarmientino. Entendía que quien es docente es porque tiene esa vocación de enseñar, de ofrendar, de dar y que no debería estar mezclado con el interés político”.

Tuvo una comprometida acción por los derechos humanos, participando de la APDH, lo que le valió ser “chupado” por la dictadura, estar 13 días desaparecido y recién después ser blanqueado y encarcelado en La Plata. 

“Al otro día que lo chupan, (Jorge Rafael) Videla se encuentra con (el entonces presidente norteamericano Jimmy Carter, quien le plantea por el paradero de dos personas, de Jacobo Timerman y de Alfredo Bravo. Luego de eso lo blanquean. Pero le cuesta 13 días donde sufrió lo peor de las torturas que le dejarían secuelas para el resto de su vida”, explicó Rosemberg.

Luego de muchos meses detenido, la dictadura le otorgó una libertad vigilada y en enero de 1979, antes de que finalizara el gobierno de facto, volvió a la actividad gremial y a la APDH.

Con el regreso de la democracia, tuvo un cargo en el gobierno de su amigo Raúl Alfonsín, situación que lo incomodó hasta que se fue de la gestión: “Estaba en el medio entre el gobierno, que lo quería como un ex titular de la CTERA para darse chapa y sus compañeros del gremialismo que le decían que los tenía que ayudar a aumentar los salarios, a conseguir beneficios. Él hizo equilibrio durante varios años hasta que se le empezó a complicar, anunció un aumento y su superior Adolfo Stubrin lo desautoriza. Bravo le ofrece la renuncia a Alfonsín varias veces. Hasta que sobreviene el tema de (la aprobación de las leyes de) Punto Final y Obediencia Debida que lo deciden a irse”.

Los 90 lo encuentran en el rol de diputado nacional, oponiéndose al neoliberalismo de Menem e intentando armar coaliciones políticas como el FREPASO, donde luego de que se sumara la UCR y la Alianza llegara al poder, fue perdiendo peso de decisión.

Su trabajo legislativo, sin embargo, fue de avanzada, sobre temas que lograron aprobarse mucho tiempo después o algunos incluso ni siquiera eso. “Planteó la nulidad de Obediencia Debida y Punto Final, la despenalización del aborto, también más derechos para transexuales y travestis. Siempre legisló en un mismo sentido.

(Fernando) De la Rúa le caía muy mal pero se lo bancó porque era la alianza que habían conformado. Después, con la reforma laboral, la primera ley con la que no estuvo de acuerdo, se fue (de la Alianza)”, describió Rosemberg.

Luego llegó el estallido de 2001 y el reclamo de “que se vayan todos”, que Bravo no consideraba que se aplicara a él: “Estaba muy enojado. A él lo paraban por la calle pero no lo puteaban. Sentía que estaba aparte de la clase política, que él no se había llevado plata, ni era responsable de la implosión. De hecho él pierde sus ahorros en el 2001, tampoco usó su influencia como diputado para sacar la plata. Un político de los que ya no existen”.

En 2003, luego de pelearse con Elisa Carrió, emprendió junto a Rubén Giustiniani una campaña presidencial que encontró resistencia dentro del propio socialismo y que no le fue bien en las urnas. Sus últimos días, lo encontraron muy decepcionado con la política. 

“Fue un político austero, honesto, simple, demasiado calentón para lo que es el estándar de la política, donde a veces hay que demostrar un poco más de muñeca, tal vez podría haber llegado a más lejos. Pero el carácter y las convicciones eran más fuertes que el qué dirán o el consejo de un asesor”, relató Rosemberg.

“Con el correr del tiempo las pequeñas diferencias quedan de lado y queda el ejemplo de la persona. Los gremialistas peronistas dicen que estuvieron juntos en todas las luchas, los socialistas lo consideran un ejemplo. Qué mejor que sacar lo positivo y dejar las peleas propias de la condición humana y realzar el ejemplo de rectitud, de honestidad, de coherencia. Fue un político de los que casi no quedan y que estaría bueno recrear porque no está bueno que la política la hagan los consultores de opinión”, finalizó. 

El mito del lugar de nacimiento 

¿Porteño o entrerriano? Alfredo Bravo gustaba decir que había nacido en Concepción del Uruguay, localidad a la que su padre había sido trasladado por trabajo; pero al mismo tiempo era un porteño de ley, asiduo visitante de la noche y la cultura de Buenos Aires.

“El mito tiene que ver, un poco en broma y un poco en serio, con una picardía de don Alfredo que él decía que había nacido en Concepción del Uruguay el 30 de abril de 1925. En el registro civil de allá no encontré nada y en su libreta de enrolamiento era nacido en la ciudad de Buenos Aires. Mi tesis es que nació allá pero lo anotaron en la ciudad de Buenos Aires. Haya nacido donde haya nacido era un porteño de cabo a rabo”, explicó Rosemberg. 
Presos por Pelotudos

Luego de ser “blanqueado” como preso por la dictadura, Bravo pasó varios meses detenido en la Unidad 9 de La Plata, donde conoció a Adolfo Pérez Esquivel y a varios de los que luego serían sus colaboradores en el Congreso. “Conoce a un jujeño, Jorge Ríos, que fue su compañero de habitación. Que cuando Bravo llegó al penal, le explicó: «En este módulo están los montoneros, en este otro los del ERP, y en este otro estamos los PPP, los Presos Por Pelotudos que somos nosotros». Trataban de ponerle humor dentro de esa situación espantosa que vivieron”, contó el escritor.


viernes, 30 de noviembre de 2018

Cuestión Islas Malvinas... @dealgunamanera...

 “Lo único que tiene que hacer Londres en la cuestión Malvinas es iniciar el proceso de una retirada ordenada del territorio argentino”... 


Alejandro Betts, peticionante argentino ante la ONU nacido en Puerto Argentino, Provincia de Tierra del Fuego AIAS, expresó su opinión ante la decisión del Gobierno Nacional de intentar dar pasos de aproximación con Londres en búsqueda de vías de soluciones a la disputa con Gran Bretaña por la soberanía sobre el archipiélago Malvinero y sus espacios marítimos jurisdiccionales. “Mantener el status quo en la cuestión Malvinas significa consolidar la presencia ilegítima británica en las islas”.


© Publicada por el martes 20/09/2016 por: https://www.notitdf.com de la Ciudad de Ushuaia, Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

Ante el interés que ha despertado la decisión del Gobierno Nacional de intentar dar pasos de aproximación con Londres en búsqueda de vías de soluciones a la disputa con Gran Bretaña por la soberanía sobre el archipiélago Malvinero y sus espacios marítimos jurisdiccionales, en posesión de facto de esa potencia administradora desde el atropello cometida por parte de ella el 3 de enero de 1833.

Esa decisión de intentar una vez más a entablar “conversaciones constructivas” para con la contraparte de este centenaria disputa bilateral trascendió a través de los medios de comunicación y luego confirmada por la Canciller quien divulgó que dicho intercambio viene realizándose desde el pasado mes de mayo. Sumado a ello los anuncios que realizó junto al ministro británico Duncan y que deberá explicar ante el Congreso de la Nación.

Si bien, 
uno no debe oponerse a toda iniciativa que tenga el objetivo de zanjar definitivamente el diferendo de la ilegítima colonización británica de las Malvinas, éste no es un tema nuevo y la variada suerte que ha corrido los infructuosos intentos anteriores con el mismo fin, y que deben servirnos de guía para no caer en las mismas trampas tendidas por el gobierno inglés en las anteriores oportunidades.

Es decir:

a) en 1968 la propuesta consensuada entre ambas partes se frustró en el último tramo debido a su filtración a los medios de comunicación masivos británicos con el único fin de proteger los intereses económicos monopólicos en las islas de la empresa “Falkland Islands Company (FIC)”;

b) el “non paper” (una propuesta no oficial) británica de 1974 de soberanía conjunta; dos banderas, idioma oficial bilingüe, gobernador designado alternativamente por Buenos Aires y Londres, entre otras cosas,  fue encajonada por Londres luego del fallecimiento de Gral. Perón y la desconfianza del gobierno británico de que su viuda, Isabel Martínez de Perón, pudiera acumular suficiente poder política para continuar impulsándolo a su ejecución;

c) el tercer intento de encausar una solución mediante el retroarriendo fue promovido por el Canciller inglés, Nicolás Ridley, en los años 1980/81 y colisionó contra la exaltada oposición de camarilla activista de la FIC, los Consejos Legislativo y Ejecutivo de Malvinas, apoyados por el mismo Gobernador en ejercicio, Richard Masterson Hunt;

d) por último, tenemos 
la experiencia negativa que arrojó las relaciones diplomáticas “de seducción”, iniciadas en 1989 y que perduraron hasta 2003 aproximadamente.

A ellas las repasemos a continuación:

En 1989 se reanudaron las relaciones diplomáticas con el gobierno británico a cambio de encapsular la divergencia territorial bilateral bajo un “paraguas” de soberanía como reaseguro del reclamo para las partes. Fue entonces que Londres aceleró su política de los hechos consumados en todo cuanto a pesca, petróleo y “protección del medio ambiente”; este último como justificativo de ampliar su “jurisdicción marítima” circundante a las Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur. Todo ello, facilitado con la firma de un conjunto de acuerdos bilaterales relacionados a estos temas. Sin lugar a dudas, 
el balance bilateral de la política (unilateral) encarada durante esta época (1989-2003) fue absolutamente favorable al Reino Unido.   

Mantener el status quo en la cuestión Malvinas significa eso precisamente: Hace al beneplácito de la consolidación de la presencia ilegítima británica en la colonia de Su Majestad, enquistado en el territorio nacional fueguino de nuestras Islas Malvinas. En prueba de ello está el hecho de que durante este período Londres ejercía jurisdicción “de facto” con exclusividad, impidiendo a empresas pesqueras de nuestra bandera participar en las capturas de las especies ictícolas en los mares argentinos circundantes a Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, e imposibilitó que la empresa petrolera nacional, YPF,  participe en las licitaciones de la exploración de áreas hidrocarburíferos en 1995 y todos los posteriores, como así también, efectuar patrullajes aéreos u navales de dichos espacios marítimos.

Otro aspecto negativo de ese proceso para la posición nacional, fue la condición netamente reclamante a lo que quedó reducida nuestra reivindicación de la recuperación efectiva de la soberanía sobre el territorio. Peor aún, hasta había interpretaciones de una aprobación tácita por parte de Buenos Aires de las medidas unilaterales introducidas por el Reino Unido que impidieron progresos constructivos en la cuestión de fondo: la soberanía. Indudablemente, los Acuerdos de Madrid 1989 y 1990 fueron extremadamente preponderantes para la ejecución plena de la incontestada política unilateral británica durante estos 14 años del diferendo en que nuestro país concedió enormes beneficios el Reino Unido y los habitantes británicos de las islas en cuanto a recursos dentro de la jurisdicción marítima del Mar Argentino circundante al archipiélago, como así también, la emisión unilateral de licencias pesqueras a 25 años y el inicio de la emisión de permisos a empresas petroleras extranjeras para efectuar tareas de exploración de  las cuencas sedimentarias de hidrocarburos por parte de la autoridad colonial. Como contrapartida de los Acuerdos, el gobierno nacional fue relegado a la condición de un mero espectador a todo lo que sucedía en la zona de Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur

A pesar del fracaso de cada uno de las tentativas por parte del gobierno nacional de obrar en buena fe para resolver definitivamente la controversia de la soberanía, su perseverancia es muy meritoria en consideración de premeditada mala fe con que ha obrada la contraparte: el Reino Unido y desde varias décadas ya, por parte de los habitantes británicos del territorio malvinero.

¿De qué sirve repasar lo anterior? Pone en evidencia que hemos tenido una experiencia retrógrada en relación de una política de estado que quita prioridad de la cuestión de la soberanía en las “conversaciones” bilaterales anglo-argentinas, para dar lugar a “otros temas principales”. En negociaciones que se rigen por el pacto 20/80, el resultado que se produce en el 80% depende exclusivamente a la importancia y empeño que se dedica al segmento del 20%.

Cuando menor énfasis se pone al porcentaje menor, menos resultados se dan en el segmento mayor. Además, no se debe perder de vista de que lo que pide las Naciones Unidas a partir de la resolución 2065 de 1965, no es de dar comienzo ni a negociaciones ni a “conversaciones”, sino lisa y llanamente abrir el proceso de descolonización de Malvinas en cumplimiento de las normas del derecho internacional.

Es decir, lo único que tiene que hacer Londres en la cuestión Malvinas es planificar e iniciar el proceso de una retirada ordenada del territorio argentino malvinero, a los efectos de que nuestro país recupere efectivamente su legítima soberanía sobre el mismo, reparándose de esta manera su integridad territorial nacional restableciendo los límites jurisdiccionales declarados por el Virreinato del Río de la Plata en 1776, y conservados con el nacimiento de las Provincias Unidas de Sud América (luego del Río de la Plata) aquella lejana 25 de mayo de 1810.

Con la última novedad de “asociarnos” con la potencia ocupante con el único fin de explotar los recursos petrolíferos de la plataforma continental alrededor de Malvinas, temo que estamos yendo para una situación igual o peor a lo que se dio entre  1989/2003, dando visos de legalidad a la sujeción colonial extranjera en las Islas, dando las espaldas al apoyo del bloque regional y la multilateralidad que han adherido a la causa Malvinas, en favor de los intereses argentinos.