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sábado, 1 de diciembre de 2018

Alfredo Bravo, un político de los que ya no quedan… @dealgunamanera...

Biografía sobre el socialista Alfredo Bravo, un político de los que ya no quedan…

¿Porteño o entrerriano? Alfredo Bravo gustaba decir que había nacido en Concepción del Uruguay, localidad a la que su padre había sido trasladado por trabajo; pero al mismo tiempo era un porteño de ley, asiduo visitante de la noche y la cultura de Buenos Aires.

El periodista y escritor Jaime Rosemberg presentó su libro "Alfredo Bravo, un maestro socialista", en el que recorre la vida del referente del PS que falleció en 2003. Entre sus mayores logros políticos, Bravo participó de la fundación de CTERA y de la reunificación del Partido Socialista. 

Alfredo Bravo


© Publicado el sábado 16/06/2018 por el portal periodístico El Ciudadano Web de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Evocar al dirigente socialista Alfredo Bravo es hablar de una persona de convicciones, austera y consecuente en pensamiento y acción, como ya no quedan. Se lo suele recordar como un cascarrabias o un testarudo pero a pesar de las diferencias que lo separarán de sus pares, recurría permanentemente al diálogo político en la búsqueda de consensos. Ejemplo de ello fueron la fundación de CTERA y la reunificación del Partido Socialista, tal vez sus mayores logros de su vida política. 


A 15 años de su muerte, el periodista Jaime Rosemberg publicó Alfredo Bravo, un maestro socialista, un trabajo detallado sobre la vida del maestro de grado, gremialista y referente político socialista que falleció de un ataque al corazón el 26 de mayo de 2003, apenas un día después de que Néstor Kirchner asumiera la presidencia.

Crédito de fotografía: Facebook

“Quienes dicen que era un testarudo, un cascarrabias, obvian esa otra faceta de él, que a pesar de las diferencias le gustaba lograr consensos por el diálogo político. La unificación de la CTERA y del socialismo son sus dos grandes logros políticos y gremiales. El gremialismo docente estaba muy dividido, los que como él venían de sindicatos socialistas decían que el docente no tiene que hacer paro, el docente es un apóstol, alguien que se tiene que brindar a sus alumnos. Los peronistas decían todo lo contrario: huelga, el educador es un trabajador como cualquier otro. Confluir en esas dos corrientes fue muy difícil y Bravo fue uno de los articuladores”, indicó el escritor.

A Bravo le tocó comenzar su militancia, con Juan B. Justo y Alfredo Palacios como referencias ineludibles, durante la irrupción del peronismo, un fenómeno que el socialismo nunca terminó de asimilar. “Hace el servicio militar cuando Perón desarrolla su mayor poder y él es de los jóvenes del partido que empieza a plantearle a los viejos líderes como Américo Ghioldi, que algo hay que hacer porque el socialismo, que había nacido como partido obrero, se había quedado sin las masas, sin su principal objetivo que era atender las necesidades de los trabajadores, de los proletarios y de los inmigrantes”, explicó Rosemberg a El Ciudadano.

Bravo era maestro de grado, y se involucró en el gremialismo, a través de CAMyP, con una visión muy particular: “Él era muy sarmientino. Entendía que quien es docente es porque tiene esa vocación de enseñar, de ofrendar, de dar y que no debería estar mezclado con el interés político”.

Tuvo una comprometida acción por los derechos humanos, participando de la APDH, lo que le valió ser “chupado” por la dictadura, estar 13 días desaparecido y recién después ser blanqueado y encarcelado en La Plata. 

“Al otro día que lo chupan, (Jorge Rafael) Videla se encuentra con (el entonces presidente norteamericano Jimmy Carter, quien le plantea por el paradero de dos personas, de Jacobo Timerman y de Alfredo Bravo. Luego de eso lo blanquean. Pero le cuesta 13 días donde sufrió lo peor de las torturas que le dejarían secuelas para el resto de su vida”, explicó Rosemberg.

Luego de muchos meses detenido, la dictadura le otorgó una libertad vigilada y en enero de 1979, antes de que finalizara el gobierno de facto, volvió a la actividad gremial y a la APDH.

Con el regreso de la democracia, tuvo un cargo en el gobierno de su amigo Raúl Alfonsín, situación que lo incomodó hasta que se fue de la gestión: “Estaba en el medio entre el gobierno, que lo quería como un ex titular de la CTERA para darse chapa y sus compañeros del gremialismo que le decían que los tenía que ayudar a aumentar los salarios, a conseguir beneficios. Él hizo equilibrio durante varios años hasta que se le empezó a complicar, anunció un aumento y su superior Adolfo Stubrin lo desautoriza. Bravo le ofrece la renuncia a Alfonsín varias veces. Hasta que sobreviene el tema de (la aprobación de las leyes de) Punto Final y Obediencia Debida que lo deciden a irse”.

Los 90 lo encuentran en el rol de diputado nacional, oponiéndose al neoliberalismo de Menem e intentando armar coaliciones políticas como el FREPASO, donde luego de que se sumara la UCR y la Alianza llegara al poder, fue perdiendo peso de decisión.

Su trabajo legislativo, sin embargo, fue de avanzada, sobre temas que lograron aprobarse mucho tiempo después o algunos incluso ni siquiera eso. “Planteó la nulidad de Obediencia Debida y Punto Final, la despenalización del aborto, también más derechos para transexuales y travestis. Siempre legisló en un mismo sentido.

(Fernando) De la Rúa le caía muy mal pero se lo bancó porque era la alianza que habían conformado. Después, con la reforma laboral, la primera ley con la que no estuvo de acuerdo, se fue (de la Alianza)”, describió Rosemberg.

Luego llegó el estallido de 2001 y el reclamo de “que se vayan todos”, que Bravo no consideraba que se aplicara a él: “Estaba muy enojado. A él lo paraban por la calle pero no lo puteaban. Sentía que estaba aparte de la clase política, que él no se había llevado plata, ni era responsable de la implosión. De hecho él pierde sus ahorros en el 2001, tampoco usó su influencia como diputado para sacar la plata. Un político de los que ya no existen”.

En 2003, luego de pelearse con Elisa Carrió, emprendió junto a Rubén Giustiniani una campaña presidencial que encontró resistencia dentro del propio socialismo y que no le fue bien en las urnas. Sus últimos días, lo encontraron muy decepcionado con la política. 

“Fue un político austero, honesto, simple, demasiado calentón para lo que es el estándar de la política, donde a veces hay que demostrar un poco más de muñeca, tal vez podría haber llegado a más lejos. Pero el carácter y las convicciones eran más fuertes que el qué dirán o el consejo de un asesor”, relató Rosemberg.

“Con el correr del tiempo las pequeñas diferencias quedan de lado y queda el ejemplo de la persona. Los gremialistas peronistas dicen que estuvieron juntos en todas las luchas, los socialistas lo consideran un ejemplo. Qué mejor que sacar lo positivo y dejar las peleas propias de la condición humana y realzar el ejemplo de rectitud, de honestidad, de coherencia. Fue un político de los que casi no quedan y que estaría bueno recrear porque no está bueno que la política la hagan los consultores de opinión”, finalizó. 

El mito del lugar de nacimiento 

¿Porteño o entrerriano? Alfredo Bravo gustaba decir que había nacido en Concepción del Uruguay, localidad a la que su padre había sido trasladado por trabajo; pero al mismo tiempo era un porteño de ley, asiduo visitante de la noche y la cultura de Buenos Aires.

“El mito tiene que ver, un poco en broma y un poco en serio, con una picardía de don Alfredo que él decía que había nacido en Concepción del Uruguay el 30 de abril de 1925. En el registro civil de allá no encontré nada y en su libreta de enrolamiento era nacido en la ciudad de Buenos Aires. Mi tesis es que nació allá pero lo anotaron en la ciudad de Buenos Aires. Haya nacido donde haya nacido era un porteño de cabo a rabo”, explicó Rosemberg. 
Presos por Pelotudos

Luego de ser “blanqueado” como preso por la dictadura, Bravo pasó varios meses detenido en la Unidad 9 de La Plata, donde conoció a Adolfo Pérez Esquivel y a varios de los que luego serían sus colaboradores en el Congreso. “Conoce a un jujeño, Jorge Ríos, que fue su compañero de habitación. Que cuando Bravo llegó al penal, le explicó: «En este módulo están los montoneros, en este otro los del ERP, y en este otro estamos los PPP, los Presos Por Pelotudos que somos nosotros». Trataban de ponerle humor dentro de esa situación espantosa que vivieron”, contó el escritor.


viernes, 17 de marzo de 2017

Es #FalsoEnLasRedes que Baradel no es docente… @dealgunamanera...

Es #FalsoEnLasRedes que Baradel no es docente…


En medio del conflicto por las paritarias de los maestros bonaerenses y el anuncio de paro para el inicio de clases, en las redes sociales difundieron que el líder gremial nunca había ejercido la profesión, algo que se le consultó en TN. Pero esto es falso, ya que obtuvo un título de formación docente y trabajó en el área.

© Escrito por Ariel Riera y Matías Di Santi el viernes 03/03/2017 y publicado en http://chequeado.com de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Durante una entrevista en el canal TN y en el contexto del conflicto por la paritaria docente y en anuncio de que habrá paro y las clases no comenzarán el lunes próximo, el periodista Nicolás Wiñazki citó a usuarios de Twitter y le preguntó al secretario general del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba), Roberto Baradel, sobre su experiencia como docente. “¿Usted estuvo alguna vez al frente de un aula?”, consultó Wiñazki y Baradel respondió: “Estuve… soy preceptor, yo soy docente, soy abogado”. Wiñazki insistió: “¿Usted es docente?”. Y Baradel respondió: “Sí”.

Este mismo cuestionamiento fue replicado por sitios como Tribuna de Periodistas, cuyo director periodístico es Christian Sanz, o Nexofin, dirigido por Federico Rodríguez, entre otros, que titularon “Roberto Baradel no es docente” y “¿Mintió? Según un informe, Baradel no es docente”. ¿Es correcto?

La información sobre su formación fue desmentida por Baradel, que en su cuenta de Twitter difundió un certificado de 2014 de la Dirección General de Educación y Cultura de la Provincia de Buenos Aires. Según el documento oficial, el secretario general de Suteba se recibió de abogado en la Universidad de Lomas de Zamora y luego obtuvo un “post título docente con especialización en EBG3 y Polimodal en conjunción con su título de base (abogado) que lo habilita, de acuerdo al nomenclador vigente, en el nivel mencionado” en el Instituto de Formación Docente y Técnica Nº 49 de Brandsen, con un promedio de 9,47.


Marcelo Zarlenga, actual consejero General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires en representación de Suteba (organismo que depende del Gobierno provincial), declaró en Twitter haber compartido esa formación junto a Baradel, y difundió imágenes del acto de colación de ambos, el 30 de noviembre de 2001.

Sobre la experiencia laboral, Baradel contestó en televisión que trabajó “en la escuela Nº 22 de Villa Urbana” y “en la Media 1 nocturna de Lanús”.

Los registros bonaerenses muestran que Baradel tomó “un cargo provisional de Encargado de Medios de Apoyo Técnico Pedagógico, turno vespertino, en la Escuela Media N°1 de Lanús desde el 1 de abril de 1990 hasta el 11 de diciembre de 2005, cuando solicitó la licencia gremial, informaron a Chequeado fuentes del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.


Además, los registros señalan que el 31 de diciembre de 1993 tomó dos cargos como preceptor en una escuela de Lomas de Zamora (que sería la escuela Nº de 22 de Villa Urbana), y que al día siguiente pidió licencia gremial. Desde el Gobierno provincial aclararon que puede haber incertidumbre sobre estos datos ya que fue a fines de 1993 cuando se dio la transferencia de las escuelas desde la Nación a la Provincia en el marco de la Ley Federal de Educación. En estos dos cargos nunca cobró sueldos al menos desde que la Provincia se hizo cargo de ese establecimiento.

Podría ocurrir o no que Baradel tuviera ese u otro cargo desde antes de ese año. Desde el equipo de Prensa del Ministerio de Educación de la Nación respondieron a Chequeado que no cuentan con información sobre cargos ocupados por docentes en años previos a 1993, cuando el sistema educativo era nacional.

De acuerdo con el Estatuto del Docente aprobado en 1987, el cargo de Encargado de Medios de Apoyo Técnico Pedagógico figura como el escalafón más bajo dentro del esquema del personal docente. Las tareas se equiparaban a principios de los ‘90, según un decreto de 1992, con la tarea del “Pañolero de Enseñanza Técnica y Agraria” o el “Jefe de Laboratorio de Enseñanza Agraria”.


Aún así, de acuerdo a la misma fuente oficial de la Provincia, Baradel “trabajó en algunos talleres en una escuela normal como profesor en la escuela de Lanús” que mencionó.

En 2004 Hugo Yasky dejó la conducción de Suteba para asumir en la secretaría general de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) y Baradel quedó al frente del gremio provincial, luego de varios años en los que ascendió dentro de la estructura, que incluyeron haber sido secretario de la organización y miembro del Consejo Ejecutivo Provincial.

Según el Estatuto de Suteba, para ser integrante de este Consejo de Suteba se requerirán “dos años de antigüedad de afiliado en la Organización en forma continua considerados inmediatamente anteriores a la fecha del acto eleccionario, dos años de antigüedad como mínimo en la docencia y encontrarse en servicio activo o ser jubilado, no tener inhabilitaciones penales y ser mayor de edad”, además de “ser ciudadano argentino”.