sábado, 12 de octubre de 2013

Isabel Perón reparte la herencia… De Alguna Manera...


Isabel Perón reparte la herencia…


Firmó su testamento y donará el 90% a asociaciones benéficas. A quién irá el resto.

Isabel Perón, viuda del ex presidente Juan Domingo Perón, ya firmó su testamento y los principales favorecidos serán asociaciones benéficas y sus sobrinas.

Según informó ABC, Isabelita donará el 90% de su patrimonio a asociaciones de bien público y el resto a sus sobrinas, ya que no tiene descendencia directa.

Isabelita colabora con el Rastrillo de la organización Nuevo Futuro, Además, podría tener en cuenta otras ONG's, tales como "Aldeas Infantiles", señaló un amigo de la ex presidenta.

Las hermanas de Eva Duarte (Evita), quien fue la segunda esposa del general Juan Domingo Perón y primera dama argentina, también reclamaron parte de la herencia que les correspondía, pero la madre de Evita cedió estos derechos al general Perón y tras su muerte fueron heredados por Isabelita.

En Madrid, sola y sin su fortuna, Isabelita contrató los servicios de un profesional para investigar si había alguna cuenta con el nombre de Perón en los principales bancos suizos, pero el "apoderado no obtuvo ningún resultado", explicó.

© Publicado el lunes 07/10/2013 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


miércoles, 9 de octubre de 2013

Sinarquía... De Alguna Manera...

Sinarquía...


Lo mandó a José Mujica a ocuparse de su chacra. Lo acusó de plegarse a la extorsión de una multinacional. Lo definió como enemigo. Lo puso en la misma liga que los fondos buitre. En suma, la misma guerra, verbal y ardiente, como es habitual. Una vez más, como en 1946, en 1955 y en muchas oportunidades posteriores, la Argentina es el blanco dilecto de una temible conjura planetaria. El más tosco y mediocre canciller civil que haya tenido la Argentina no se anduvo con eufemismos. No es él quien habla sino su patrona total, la Presidenta.

Ratificación ritual de una vieja obsesión con las conjuras de quienes “no quieren el éxito de la Argentina”, Héctor Timerman reanudó esta semana la vieja batalla contra Uruguay. La excusa es que el gobierno soberano de Uruguay autorizó para 2014 un aumento de un total de cien mil toneladas más de pasta de celulosa a la empresa UPM en Fray Bentos. Es un endeble pretexto.

La noción de que los problemas argentinos derivan de la agresión de ultramar es vieja como el populismo. Munición de grueso calibre y, a la vez, de escuálida sustancia, en la Argentina se repite desde hace un siglo. En versión kirchnerista suena aguda y hostil, pero ellos no abandonan la épica retórica. Así como Mariano Recalde, el presidente de Aerolíneas Argentinas, aseguró que la empresa aérea LAN expresaba a la derecha pinochetista, Timerman acusa ahora al gobierno izquierdista de Uruguay de participar activamente de un complot mundial contra la Argentina.

Los kirchneristas vienen agraviando a la izquierda uruguaya desde que Tabaré Vázquez asumió el gobierno el 1º de marzo de 2005, dos años después de que Néstor Kirchner iniciara su mandato. El comisario político de Kirchner, Carlos Kunkel, definía como “Tabaré Menem” o “Carlos Saúl Vázquez” al presidente uruguayo ya a comienzos de 2007 (ver mi libro Esto que pasa. Abecedario de la Argentina, Sudamericana, página 380). Iguales a sí mismos, seis años después agravian groseramente al gobierno de tupamaros, comunistas y socialistas que encabeza Mujica. Para los comisarios del grupo gobernante, la ideología es lo de menos. El “pinochetista” Sebastián Piñera y el “buitre” José Mujica están conjurados para hacerle daño a la Argentina.

La transformación de los problemas domésticos en consecuencia de delirantes complots internacionales está en el ADN del peronismo en general (Braden o Perón en 1946), y del peronismo de izquierda en particular. Ya en 1973, Montoneros aseguraba que la CIA de los Estados Unidos había estado detrás de la matanza de junio de ese año en Ezeiza perpetrada por esbirros de Perón. El gen conspirativo es fornido al interior de regímenes y movimientos totalitarios. Algunos ejemplos recientes permiten entenderlo y, a la vez, salir del enfermizo solipsismo argentino, esa rústica creencia según la cual las cosas que “nos pasan” son excepcionales.

El pasado 22 de septiembre, por ejemplo, 85 fieles cristianos que se hallaban dentro de la Iglesia de todos los Santos en Peshawar (Paquistán) fueron asesinados, y cien quedaron gravemente heridos cuando dos suicidas se estallaron con sendos cinturones explosivos. El grupo Jundallah, una rama del Talibán ultraislamista, reivindicó el crimen. La respuesta oficial y la de varios grupos islamistas fue que se trató de un complot de la CIA norteamericana, del Mossad israelí y de los servicios de inteligencia de la India.

El 9 de octubre de 2012, el grupo terrorista Tehrik-i-Taliban Pakistan (TTP) disparó en repetidas ocasiones con un fusil contra la estudiante Malala Yousafzai, de 14 años, impactándole en el cráneo y el cuello. Sobrevivió de milagro y ahora vive en Occidente. Razón del intento de homicidio: la niña pretendía estudiar, algo prohibido para la variante crecientemente dominante del islamismo más cavernícola. Una fuerte corriente de opinión doméstica está convencida de que el frustrado asesinato era, en realidad, una conjura occidental para desprestigiar a la República Islámica de Paquistán, una nación de más de 182 millones de habitantes, la segunda más poblada del mundo islámico, con un 97% de musulmanes (por cada cristiano hay 63 musulmanes). Los terroristas son minoría, relativamente tolerada o, al menos, justificada. Por eso la destrucción de iglesias se sigue produciendo impunemente, así como los perpetuos y letales atentados a mezquitas y mercados entre sunitas y chiitas.

El alegato ambientalista argentino en el caso de la pastera uruguaya es de una endeblez notable. La Argentina, cuyo producto interno bruto fue de 475 mil millones de dólares en 2012, se siente amenazada por una planta de pasta de celulosa instalada en Uruguay, país cuyo producto es de 53.550 millones de dólares. La Argentina, con sus cuarenta millones de habitantes y sus 2.780.400 kilómetros cuadrados, le teme a un Uruguay poblado por 3.369.000 habitantes, desplegados en un breve espacio de 176.215 kilómetros cuadrados, equivalente a la mitad de la provincia de Buenos Aires. En resumidas cuentas, los buitres uruguayos tienen una economía nueve veces menor que la argentina, una población 12 veces menor y una superficie 16 veces más chica.

Para los Kirchner, no hay “enemigo” pequeño; el mundo está en contra de ellos, desde pinochetistas hasta tupamaros. Hijos de la mítica pesadilla paranoica de la “sinarquía internacional” con la que deliraba Perón, son como eran y como serán. Falta el retorno del piquete de Gualeguaychú y ya está, sale con fritas.

Sinarquía: es el sistema político en el que el poder es ejercido por una corporación.

© Escrito por Pepe Eliaschiev el domingo 06/10/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


martes, 8 de octubre de 2013

Boca Unidos de Corrientes 0 vs. Huracán 0... De Alguna Manera...

Huracán en Corrientes igualó con Boca Unidos…


Mientras que en Parque Patricios se espera por la llegada de un nuevo técnico, esta tarde Huracán, en Corrientes, igualó 0 a 0 con Boca Unidos. El conjunto quemero sumó su primer punto luego de cinco derrotas consecutivas. Alexis Ferrero llegó a la quinta tarjeta amarilla y se perderá el próximo compromiso ante Alsovisi.

Conducido interinamente por Néstor Apuzzo, luego del alejamiento de Antonio Mohamed, el globo salió a enfrentar a Boca Unidos con el objetivo de revertir el mal momento que atraviesa en el plano futbolístico.

Tratando de atacar a su rival por intermedio de Matías Deferico, la visita intentó ser el protagonista en el primer tiempo aunque fue muy poco el trabajo de Matínez Gullotta en el arco correntino.

Ya en complemento, con Nuñez y Estevez dentro del campo de juego, el encuentro se hizo más parejo para ambos dejando, con el correr de los minutos, de ser atractivo.

Si bien en la última jugada el local se pudo quedar con el triunfo, teniendo por medio de Benitez la jugada más clara con un remate cruzado que pasó muy cerca del palo izquierdo de Monzón, el pitazo final de Silvio Trucco dejó en claro que el empate fue el resultado más justo por lo realizado en el partido.

Síntesis:

Boca Unidos 0

José Luis Martínez Gullotta; Alan Pérez, Ruben Maldonado, Matías Moisés y Leonardo Baroni; Gonzalo Ríos, Diego Sánchez Paredes, Santiago Raymonda y Guillermo Israilevich; Lucas Oviedo y Alejandro Toledo.

DT: Claudio Ubeda

Suplentes: Matías Garavano, Alejandro Manchot, Alexis Danelón, Jonathan Benítez, Oscar Gómez, Raúl Estévez, Cristian Nuñez.

Huracán 0

Gastón Monzón, Federico Mancinelli, Alexis Ferrero, Eduardo Domínguez, Carlos Arano; Matías Defederico, Lucas Villaruel, Victor Cuesta, Gonzalo Martínez; Mauro Milano y Juan José Arraya

DT: Néstor Apuzzo

Suplentes: Marcos Díaz, Guillermo Sotelo, Lucas Fernández, Germán Mandarino, Leandro Kuszco, Alejandro Romero Gamarra y Leandro Caruso.

Cambios: Nuñez por Oviedo, Estevez por Ríos y Benitez por Raymonda en Boca Unidos; Caruso por Milano, Romero Gamarra por Martínez y Fernández por Defederico en Huracán

Amonestados: Ferrero y Cuesta (Huracán); Moisés (Boca Unidos)

Arbitro: Silvio Trucco

Estadio: José Antonio Romero Feris

© Escrito por Marcelo Salvio el domingo 06/10/2013 y publicado por Mundo Ascenso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Las fotos:


Los goles
 
No hubo goles.

La tabla:


Próxima fecha




 

Partido completo:


© Tavo969

domingo, 6 de octubre de 2013

Del Potro logró su 16° Título... De Alguna Manera...

Está en la cabeza...


Del Potro logró su 16° título y dijo que el Masters de Londres se mira de reojo. “Hay que seguir concentrados y si se da, buenísimo”, soltó. Además, destacó que se siente “cómodo” con su revés y “confiado” con su tenis.

“Estás rondando por el pueblo, voy a salirte a buscar. Estoy saliendo a tu encuentro, la risa empieza a flotar…”, canta Kapanga, en busca de Ramón. Pero lo que merodea por el mundo de Del Potro es al Masters de Londres, el torneo que juegan los ocho mejores de la temporada a fin de año. “El Masters siempre está rondando en la cabeza a partir de estos torneos que ya son los últimos. Hay muchos jugadores peleando por esas posiciones que quedan”, soltó Juan martín luego de ganarle la final a Raonic en Tokyo y abrochar su 16° corona, que lo acerca a ese certamen.

Igual, el tandilense prefiere ser cauto. “También hay que pensar en los torneos que uno está jugando y nada más que eso. Después, si uno llega y se clasifica, mucho mejor. Sería como terminar el año de una muy buena forma. Los ocho primeros juegan ahí y significa que tuvieron un gran año. Todavía no hay nada asegurado. Hay que seguir concentrados y si se da, buenísimo”, siguió Delpo. El argentino disputó tres Masters: en el fue eliminado en la zona de grupos, en el perdió la final ante Davydenko y en el 2012 se quedó en semi frente a Djokovic. Tiene un récord de seis ganados y misma cantidad de perdidos. En la carrera de campeones quedará quinto, por delante de Berdych, y casi adentro de su cuarto torneo de esta estirpe.

Con respecto a la final ganada ante Raonic (fue 7-6 y 7-5), Juan destacó el nivel del rival, pero también su propio juego para poder superarlo. “El partido fue muy parejo, se podía definir para cualquiera de los dos en muy pocos puntos. Estuve bien concentrado y esperando mi chance para poder quebrarle el saque, que era muy complicado. En último game pude jugar buenos puntos y cerrar el partido ahí”, comentó. Y agregó: “Fui paciente, trabajé muy bien la parte ofensiva y en los momentos clave pude subir a la red y ganar puntos importantes con la volea que es lo que me gusta y lo que estoy trabajando”. Por último, aclaró que su muñeca está muy bien. “Ahora me siento más cómodo pegando del revés como a mi me gusta. Ya puedo sentirme confiado con ese golpe que me sirve mucho”, cerró.

© Publicado el domingo 06/10/2014 por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



Bartolucci, aquel rebelde fundador de La Palomita... De Alguna Manera...


Bartolucci, aquel rebelde fundador de La Palomita...


Pablo Bartolucci, crack de los años 20, se destacó en Huracán y jugó en la Selección. De su modo de cabecear nació una jugada que forma parte del folclore del fútbol mundial. Por su reivindicación de los derechos de los futbolistas, la prensa de la época lo señaló como "anarquista".

La Mutual de Veteranos de Huracán queda en un rincón del Palacio Ducó, aunque poco se parece a un palacio. Allí, un hombre que mucho vio y que mucho sabe, evoca una verdad que -de algún modo- resulta una contradicción: "Quienes más reivindicaron la profesión terminaron siendo los primeros olvidados". El hombre, elegante al vestir, impecable al hablar, dice que Hugo Settis, Juan Scursoni y Pablo Bartolucci -pionero también en otras cuestiones- fueron la versión local y futbolera de los Mártires de Chicago. Ellos -no por dinero; sino por búsqueda colectiva en nombre de ciertas libertades individuales- fueron los primeros en cuestionar a un amateurismo que pagaba sueldos pero que no homologaba a los futbolistas como profesionales ni como trabajadores.

Por expresarse en nombre de aquella cuestión, a Bartolucci y a sus compañeros de lucha los llamaron "los anarquistas". Ellos no se preocupaban ni cuestionaban los apodos. Se juntaban y tiraban para el mismo lado. En el libro Fútbol: pasión de multitudes y de elites, de Ariel Scher y Héctor Palomino, el mismo Settis señala: "No estaba en juego el aspecto económico (...) Aunque lo nuestro era un amateurismo marrón, lo que queríamos era la libertad como seres humanos. Los señores dirigentes pretendían mantener de por vida la llamada ´ley candado´, de su invención, es decir, utilizándonos como una mercancía a los jugadores de fútbol y convirtiéndose así en los negociadores exclusivos de nuestras transferencias". La frase había sido publicada en el diario La Opinión en 1976. Unos meses antes había fallecido Bartolucci, el otro gran buscador de aquellos días de finales de los años 20 y principios de los 30.

Bartolucci es ahora un olvidado, aunque a su recorrido le cabe la condición de celebridad. La memoria del fútbol argentino lo ignora como si no fuera tan inmenso. En días no tan lejanos, el periodista Oscar Barnade recordó aquellos tiempos de cambios: "El campeonato de 1930 terminó el 12 de abril de 1931 y al día siguiente los jugadores, agrupados en la Mutualista y liderados por los jugadores de Huracán Pablo Bartolucci y Hugo Settis, elevaron un petitorio exigiendo poner fin a la cláusula candado: si se iban del club por dos años no podían arreglar con otro de la categoría. Ese día, en plena dictadura militar, los jugadores marcharon por las calles adoquinadas de la ciudad exigiendo hablar con el presidente José Uriburu. El líder golpista recibió a los representantes de los jugadores y derivó el problema a José Guerrico, intendente de la Ciudad de Buenos Aires. Guerrico convenció a todos de que el reclamo de los jugadores estaba íntimamente relacionado con la declaración del profesionalismo. El 18 de ese mes, los jugadores declararon la huelga". En breve, brotaría el profesionalismo. Aquel impulso nacido de un puñado de futbolistas que se abrazaban como trabajadores había sido un éxito de todos.

En el mismo rincón del Ducó donde late la Mutual de Veteranos, otro hombre cuenta: "Bartolucci fue un fundador en todo sentido". Lo dice por aquello del profesionalismo, claro. Pero también por otro detalle que el fútbol del mundo le agradece y que incluyó en el folclore de sus jugadas más atractivas: La Palomita. Bartolucci se vestía con una venda sobre su frente y, con ella, fue el impulsor de esa maniobra que terminó siendo parte de la historia del principal de los deportes para siempre. En su condición de futbolista del seleccionado, el 15 de agosto de 1929, frente a Bologna de Italia, que estaba de gira por Argentina, Bartolucci se convirtió en una suerte de mito. Ese día ganó el equipo albiceleste 3-1. Pero lo más importante fue un detalle: él quedó en la historia como el creador de esa jugada que ahora es orgullo en potreros y en estadios. Nadie sabe estrictamente si fue el primero en realizar esa pirueta. Pero a su repetido rechazo de cabeza volando hacia adelante -zambulléndose casi al ras del piso- él le puso un nombre que desde entonces pasó a ser parte del diccionario futbolero. "Rechacé de palomita", dijo Bartolucci. Y así quedó para siempre. La tapa de El Gráfico, que lo retrató particularmente en esa circunstancia, ayudó a la construcción de su carácter de leyenda.

Alguna vez Carlos Gardel le puso su voz al recuerdo de esa jugada memorable: "Guarda con la Canaveri, / Miranda que en lo Canaro, / si de usted bate un Purcaro / qu'es Cafferata de acción. / Olvide el Carricaberry, / tírese a la Bartolucci... / ¡que mejor es hacer Bucci / que dársela de Mathón!" El tango se llamaba Largue a esa Mujica, de Juan Faustino Sarcione, y era un homenaje -según cuentan los especialistas, como Marcelo Martínez, del sitio Gardel.es- al Huracán multicampeón de los años 20; pero también a los grandes futbolistas de ese tiempo dorado y de refundación para el fútbol argentino. "A la Bartolucci" significaba, sin más explicaciones, de palomita. Ya con el tiempo, más de cuatro décadas después, Aldo Pedro Poy la refundó y hasta luego la paseó por el mundo, ya convertida en leyenda. En 1971, le hizo de ese modo un gol a Newell's que valió la eliminación del rival de siempre y más tarde, el título.

No era sólo un militante por los derechos de sus pares ni un crack en ese territorio del rechazo novedoso. Bartolucci era también un destacado futbolista. Perteneció a un tiempo (los años en los que el fútbol del Río de la Plata era, claramente, el mejor del mundo) y a un equipo (ese Huracán capaz de ser el más campeón de la década del 20 junto a Boca) que también a él lo definieron. No estaba en la Selección por casualidad: Bartolucci pertenecía a la elite de aquellos días. Jugaba de lo que entonces se mencionaba como half. Era más mediocampista que defensor, de todos modos. Y aunque está indeleblemente asociado a Huracán, donde disputó 100 partidos y marcó seis goles, vistió otras cuatro camisetas: Sportivo Buenos Aires, Ferrocarriles del Estado, Sportivo Barracas y Tigre.

Bartolucci fue parte de, quizá, el mejor Huracán de la historia: aquel que en 1928 sumó su cuarto título de Liga en el campeonato más numeroso del fútbol argentino (participaron 36 equipos y finalizó en el último día de junio de 1929). Allí jugaban algunas de las grandes figuras de ese tiempo, futbolistas de Selección: Juan Pratto (luego transferido al Genoa, de Italia); Cesáreo Onzari (fundador del Gol Olímpico; paradigma del wing izquierdo); Angel Chiesa (el diez de esos días) y Guillermo Stábile (primer Botín de Oro de la FIFA, en el Mundial de 1930). Y también Bartolucci, ese "anarquista" que creó -casi sin querer- La Palomita.

© Escrito por Waldemar Iglesias el miércoles 14/08/2013 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.