sábado, 24 de noviembre de 2012

La "purguita" que le dió Bilardo a Passarella... De Alguna Manera...


La "purguita" que le dió Bilardo a Passarella...

Bilardo y Passarella, en 1985, antes del Mundial de México. Foto:  Gentileza La Nación

Fillol aseguró que en México 86 al Kaiser “le dieron algo para tomar”. Por qué dice que él “podría haber desaparecido” durante la dictadura.

Más de 26 años después, la polémica por aquella comentada baja de Daniel Passarella en el Mundial de México ’86 suma un nuevo capítulo. Ubaldo Matildo Fillol apuntó contra Carlos Salvador Bilardo, a quien acusó de haberle dado “una purguita” que “casi lo mata” al Kaiser.

“El siempre estaba muy agresivo con Passarella y conmigo, porque éramos del riñón de Menotti. Futbolísticamente no podía objetarnos, sin embargo, no aceptaba la relación con El Flaco. A mí me hizo jugar todos los partidos y después me limpió. A Daniel, en cambio, lo llevó y le dio una purguita que lo sacó del equipo. Y casi lo mata”, reveló Fillol en una entrevista que le hizo Alejandro Klappenbach para el diario La Gaceta de Tucumán.

“Es literal, todos lo sabemos, pero nadie se anima a decirlo. Yo no tengo problema. ¿Dónde estuvo Passarella durante el Mundial de México? Internado con una diarrea infernal. ¡Preguntale a Daniel o a los que fueron a verlo! Le dieron algo para tomar. Elijo ser uno de esos pocos que lo cuentan”, agregó el Pato, como para que no queden dudas.

Fillol también se explayó sobre su ausencia en México. “Pasó mucho tiempo, no soy alguien rencoroso. Hubiese sido mi cuarto Mundial consecutivo y podría haber sido campeón. Y lo digo con respeto por Nery (Pumpido), a quien quiero mucho. Pero si yo estaba para jugar en el 90, ¡¿cómo no iba a estar en el 86?! Pocos saben que durante esa eliminatoria discutí muchas veces con Bilardo y que lo mandé al carajo delante de todos“, contó.

Pero eso no fue todo. El Pato también hizo fuertes declaraciones sobre el contraro que firmó con River en 1979. “Yo no me peleaba con River ni Aragón Cabrera, el presidente del club. Yo me peleaba con Lacoste (vice de FIFA, titular del Ente Organizador del Mundial de 1978, exministro de Acción Social de Galtieri). Él mandaba en River y me amenazó…”, aseguró.

“Es más, una vez lo esperaron a mi viejo y lo cagaron a palos para que yo firmara contrato. Esa gente me decía que me iban a pegar un tiro y yo, inconsciente, no los consideraba. ¡Qué equivocado estaba! En aquel momento me reía; hoy sé que podría haber desaparecido. Repito, yo me peleé con Lacoste. Con River no, River me dio mucho”, aclaró Fillol.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el miércoles 14 de Noviembre de 2012.



“Néstor” no es una película... De Alguna Manera...


“Néstor”, un documental indocumentado…


Una historia se desmorona cuando no puede contarse. El relato no se puede relatar: eso muestra Néstor, the movie , el trabajo de Paula de Luque sobre Néstor Kirchner, una extensa sucesión de hechos donde la Biblia, el calefón, Almendra, Fidel, el Cordobazo, los hippies, Chávez y Maradona se mezclan en un cóctel confuso que finaliza con varias decenas de militantes mirando el cielo, como en el final de ET o en la Resurrección de Cristo, da igual.

En su serie “La Traición de las imágenes” (1928-1929), René Magritte pinta debajo de una pipa “Esto no es una pipa”. Era, claro, la imagen de una pipa.

“Néstor” no es una película.

“Es un aviso largo, ideal para ser difundido en Fútbol para Todos”, sintetizó Osvaldo Bazán en los micrófonos de Radio Mitre.

Pero el aviso, de cumplir su esencia, duraría más que el partido mismo.

El relato no puede relatarse porque no hay mucho que relatar. Tal vez por eso “Néstor” sea un collage deliberadamente confuso montado con discursos y muy pocos testimonios . Comienza con la frase de Martin Luther King pasada por lavandina, “Vengo a proponerles un sueño”, y se compone de una especie de kermese de referencias vinculadas sólo por la edición por corte y la buena voluntad -la voluntad militante- de quien se siente en la butaca: 2001, Cámpora, Fidel, Almendra, Vox Dei, el Cordobazo, Vietnam, la asunción de Néstor, el signo de la paz en una bandera, un cartel buscando a los asesinos de Aramburu, Spinetta, Florencia K entrando a Casa de Gobierno, el hombre en la Luna, Kosteki-Santillán, niños jugando en cámara lenta, cielo del sur, ruta, ruta, ruta, ruta y Néstor que baja del cielo. El trabajo de la directora De Luque y el guión (?) de Carlos Polimeni evitan nombrar a quienes hablan a la cámara: es difícil saber si es una opción estética o se le cayeron los zócalos. Si Néstor se proyecta en cualquier otro país o su público es menor de treinta años, la mitad del trabajo resulta incomprensible: ¿quién habla? ¿por qué lo dice? ¿dónde está? ¿en qué año fue? ¿antes o después? ¿antes o después de qué? Si la omisión de referencias se entiende como una opción estética, es probable que De Luque haya intentado que todas las voces sean anónimas porque son parte de una sola, “la voz del pueblo” , que habla sobre Néstor. Hicimos eso hace treinta años en Radio Belgrano, cuando convocamos a los oyentes a que, por teléfono, contaran sus recuerdos de Eva Perón. La edición de aquel material en el que todos los que hablaban eran anónimos pero a la vez protagonistas, intentó ser eso: la historia contada por autor anónimo. Pero no se presentaba como un documental.

Los “anónimos” de De Luque no son tales: dicen lo que dicen pero importa quiénes son y por qué lo dicen, y Néstor no lo muestra. Son sólo voces que se pierden en el contexto como si fueran verdades reveladas cuando son solamente opiniones . Como el río en Apocalipsis Now (basado en el río de El corazón de las tinieblas , de Joseph Conrad), el trabajo de De Luque y Polimeni está cruzado por eternas imágenes de un travelling delante de ruta, ruta y ruta que jamás termina ni llega a ningún lugar (¿la ruta es el tiempo, el camino o un aviso del Automóvil Club? Es imposible saberlo).

Es difícil construir un mito cuando quienes lo relatan no ayudan: “Nació en el año de San Martín”, dice la mamá de Néstor, como si aquello hubiera marcado su destino, aunque nacer aquel año le debe haber sucedido a unos cuantos cientos de miles de argentinos. “Era travieso”, dice una señora que parece la mamá de Cristina. “Yo era rebelde, quería usar tacos altos a los quince”, dice Alicia Kirchner.

“Anotaba los días que estuvo detenido por la dictadura”, dice una voz. Curioso: sólo fueron dos días , según su compañero de celda, Rafa Flores. Se ve que mucho no anotó.

La producción del “Topo” Devoto y del “Chino” Navarro costó, aseguran, seis millones y medio de pesos: es difícil imaginar en qué se gastaron para un trabajo basado en un noventa por ciento en archivo y en diez o doce jornadas de cámara para lograr la misma cantidad de testimonios. Casi tan difícil como explicar la presencia de José Luis Gioja, eterno gobernador de San Juan, el único político que aparece en medio de una larga lista de quienes, se adivina, son familiares de El.

El relato del relato relata, en paralelo, la historia de algunos “anónimos” que fueron tocados por la varita mágica de Néstor : el chico al que le compró un violín y llora, la chica que dejó de vender flores en la calle, el tipo que iba a irse del país, etc. Son protagonistas de lo que luego se convirtió en la oficina de Documentación de la Presidencia, que el propio Néstor armó con Devoto. T odos, hoy, cuentan cómo cambió su vida después de Néstor: todos son funcionarios del Estado . Nadie más generoso que El con el dinero ajeno. El dinero, claro, no está presente, ya que éste intenta ser un relato épico, pero se lo adivina viendo las imágenes documentales de Néstor y Cristina en súper ocho en la casita de City Bell: fue muy corto el camino que llevó al matrimonio de la casita de material al avión privado.

Hay en “Néstor, the movie” efectos especiales: Máximo habla . Al verlo, uno se explica por qué no lo hizo antes, ya que el don de la palabra no le ha sido dado: treinta y cuatro años, ocupación desconocida, sonrisa franca y bigote incipiente, Máximo se maneja con monosílabos.

La hipótesis (?) del final es extraña: Néstor murió de tristeza por el asesinato de Mariano Ferreyra (el Gobierno debería llevar al cine al ministro de Trabajo Carlos Tomada, íntimo amigo de Pedraza). Para esa secuencia, la directora eligió la “metáfora” del sonido de un tren, que recuerda vagamente a Sueños , la película de Akira Kurosawa en la que un tren “suena” en la cabeza de Van Gogh. Pero así son las cosas: de ruta, ruta, ruta se pasa a vía, vía, vía, lágrimas, multitud, velorio y protagonistas de “Néstor” mirando al cielo (¿Esperarán que baje?).

Títulos, final. Ojalá cuando tenga que filmar Cristina, Paula de Luque, de tanto practicar, ya haya aprendido a hacer documentales.

© Escrito por Jorge Lanata y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 23 de Noviembre de 2012.






¡¡¡Ahhh la Santa Oposión...!!! De Alguna Manera...


El "12M"...

En términos de preferencias electorales, tras el 20N al igual que luego del 8N y el 13S, la situación nacional no manifiesta cambios respecto al 23O (23 de octubre de 2011), con el agregado complejo que mientras el FPV mantiene sus “12M” (12 millones de votos), la oposición ya fragmentada, se divide aún más, pues cada nuevo liderazgo opositor que se proyecta a 2015, toma votos en el mismo espacio de aversión al Gobierno, manifiesto el 23O, redistribuyendo el escaso caudal electoral de cada candidato.

Esta penosa circunstancia para la oposición política partidaria, realmente existente, se observa en la imagen que acompaña esta columna que refleja los resultados de un estudio reciente de la Consultora Equis, realizado a nivel nacional entre los días “10N”  y “21N”, con la caceroleada y el paro opositores ya consumados.

Los casos de De la Sota y Macri son paradigmáticos de la creciente división opositora: capturan votos que en octubre optaron por Binner, Duhalde y Rodriguez Saá, básicamente, sin aportar novedades respecto a la arquitectura electoral en su conjunto. Oficialismo y oposición han constituido electorados estancos y por ahora no se observan cambios significativos.

En este sentido, el 13S, 8N y el 20N son manifestaciones de oposición política al Gobierno nacional para que cambie su agenda de gestión plebiscitada el 23O por “12M”  –millones de votos–, que frente a la ausencia de representación opositora de volumen donde expresar el descontento de ciudadanos y dirigentes gremiales, asumen la forma de “caceroleo” o “paro general”.

El movimiento opositor del 20N, en esta perspectiva , al igual que el 13S y el 8N tuvo su epicentro en la zona metropolitana y en especial en Capital Federal, acompañado, como el 8N, por el sistema de medios opositores (lo hay oficialista), que magnificó su alcance y asignó al paro volumen nacional y  del conjunto de las actividades, como parte de la estrategia de cambio de clima respecto al 23O, que viene desarrollándose con sagrada furia desde los medios opositores. El 20N no aporta novedades en  esta circunstancia tampoco.

Desde el punto de vista específico del alcance del paro de actividades, indicadores centrales para evaluar la magnitud de la medida, como lo es consumo de energía, no manifestaron variaciones a la baja, mostrando la extensión real del fenómeno.

Al respecto, el periodista Alejandro Bercovich, vía Twitter, publicó que el 20N “hasta las 13hs, en Capital Federal y Gran Buenos Aires, el consumo eléctrico según Cammesa fue de 6.850 MW ( megawatts). El paro no lo afectó: el lunes 19N, con igual calor fue 6.350 MW”.

“Hasta las 15h, el sistema interconectado eléctrico consumió 18.337 MW. Ayer, misma hora y calor, 17.102 MW”, detalló. Fuentes del sector energético coincidieron con el diagnóstico. “No tiene que haber demasiadas variaciones porque los industriales no estuvieron parando”, argumentaron.

“En el caso de los camioneros, por ejemplo, el consumo de combustibles es similar al que se hace un fin de semana”, concluyeron.

En fin, un paro sin energía. En síntesis, nada nuevo en el sistema de preferencias electorales de octubre, modalidades de oposición que asumen la forma de “caceroleo” o “paro nacional”, que en rigor expresan la ausencia de representación política partidaria efectiva y competitiva de aquellos ciudadanos y dirigentes que adversan con el Gobierno nacional.


Esta situación de penuria opositora es necesario cambie y asuma formas político partidarias, porque lo que va a elecciones en 2013 y 2015 no son las expresiones de protesta, territoriales o sindicales, sino los candidatos político-partidarios realmente existentes y cuando esto sucede, si todo sigue igual, aparecerá nuevamente el 230, y  borrará de un plumazo el 13S, el 8N y el 20N.

© Escrito por Artemio López, Director Consultora Equis, y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 24 de Noviembre de 2012.


viernes, 23 de noviembre de 2012

Rebeldes con causa... De Alguna Manera...


Rebeldes con causa...

 'La voz de su amo.' Martín Sabbatella. Dibujo: Pablo Temes.

Gobernadores y dirigentes ya muestran un desafío leve. El cristinismo, en su laberinto y sin liderazgo.

El cristinismo carece de conducción estratégica y se quedó sin candidato presidencial. Ese olor a fin de ciclo obligó a la liga de gobernadores peronistas a recuperar protagonismo y autonomía. La rebelión en la granja está en ciernes. La ineptitud de muchos funcionarios y la ansiedad inexperta de La Cámpora los lleva a cometer torpezas seriales apañadas por Cristina. A José Manuel de la Sota le regalaron lo único que no tenía: visibilidad. Aumentaron su nivel de conocimiento público, que era su mayor debilidad en todas las encuestas. Una vez más lograron el efecto contrario al que buscaban. Con Scioli ya habían caído en el mismo error. Mientras más ministros le pegaban, el gobernador de Córdoba más crecía. Le subieron el precio en lugar de dejar que girara en falso.

Pero hay más chisporroteos con otros jefes territoriales del justicialismo. El jujeño Eduardo Fellner ya no sabe qué hacer para frenar a Milagro Sala y sus muchachos, que le arman futuras listas de candidatos por afuera de su estructura. Daniel Peralta en Santa Cruz sufrió algo parecido, pero demostró que el poder de daño de Cristina ya no tiene la misma potencia. Lo acusaron de lo peor: de espiar a la presidenta de la Nación. Y no pudieron voltearlo. Allí anda Peralta, desafiante, autodefinido peronista y nunca kirchnerista, abrazado a estibadores de Puerto Deseado, lejos del acto de Cristina en El Calafate. De paso dijo que el intendente del lugar en el mundo de Cristina era “un mendigo de dádivas”.

El caso de la agrupación DOS (Daniel o Sergio, ¿se acuerda?) es paradigmático. Ya no temen mostrarse una y otra vez juntos y sonrientes en actos no kirchneristas. El Gobierno nacional tuvo que calmar sus ímpetus destituyentes. Parece haber comprendido que sin tener de su lado a Scioli y a Massa en Buenos Aires están condenados a una derrota nacional en 2013. Y eso los embarca en un vuelo turbulento hasta 2015. Los otros cuatro distritos en importancia ya los dan por perdidos. En algunos, el cristinismo puro podría llegar a salir tercero:

1) Córdoba: El oficialismo provincial, con Juan Schiaretti a la cabeza, peleará, según todas las encuestas, por el primer lugar con el juecismo y el radicalismo. Chicanero, el ex gobernador dijo que los operarios mecánicos silbaron a la ministra Giorgi porque pagan impuesto a las ganancias y la renta financiera está exenta.

2) Santa Fe: Binner-Barletta encabezarían la lista que mide apenas por encima de la que liderará Miguel Torres del Sel.

3) Capital: Gabriela Michetti gana en todas las opciones y en segundo lugar aparece Pino Solanas, que tal vez consiga el respaldo de todo el Frente Amplio y hasta del radicalismo.

4) Mendoza: Asombran en su propio partido los números de intención de voto que tiene Julio Cobos.

Tal vez esto explique el perfil bajo cero de Gabriel Mariotto, los elogios del camporista Santiago Carreras y que José Ottavis se haya puesto a trabajar para sacarle leyes al gobernador.

¿Se terminó el látigo o ya casi no duele para los sciolistas? El seminario que hizo ayer La Juan Domingo a pocas cuadras de la Casa Rosada es todo un símbolo. En otro momento hubiera sido leído como un desafío imperdonable. En esta ocasión fueron convocados para exponer todas sus críticas tres símbolos del peronismo que hace mucho rompió con los K: Jorge Sarghini, Jorge Remes Lenicov y hasta Roberto Lavagna, que no pudo concurrir por problemas personales pero que estaba dispuesto. Daniel Scioli aseguró frente a esos dirigentes que “la lealtad es un camino de ida y vuelta” y todos entendieron.

Otro dato inédito fue la fiereza con que Alberto Pérez cruzó a Martín Sabbatella. Por radio, y en medio de la discusión por el paro docente encabezado por Roberto Baradel, lo acusó de jugar para el partido “Nuevo Desencuentro” y aseguró que “ningún manual de ciencias políticas dice que quien sacó el 55% de los votos debe debatir con quien logró apenas el 5%”. Estaba hablando de Sabbatella, que hoy es el principal ariete que tiene Cristina en la única batalla que la ocupa, que es la del 7D contra Clarín. Subrayo: ese castigo provino del jefe de Gabinete y la persona de mayor confianza de Scioli.

El peronismo que todavía sigue acompañando al Gobierno (Julián Domínguez, Florencio Randazzo, Juan Manuel Urtubey, entre otros) ya reconstruyó los puentes que habían roto con sus compañeros que están en la vereda contraria. Cada vez son más frecuentes las reuniones y los intercambios de información con Lavagna, Alberto Fernández, Julio Bárbaro, Jorge Busti, Enrique Thomas, Francisco de Narváez, Graciela Camaño, Alberto Iribarne, Jesús Cariglino y Hugo Moyano, que pasado mañana clavará en el lomo del Gobierno la primera banderilla de un paro nacional al kirchnerismo.

El peronismo tiene una sola lealtad: el poder. Por eso está en asamblea permanente y en estado deliberativo. A todos los une la inquietud por la falta de un candidato ganador para reemplazar a Cristina y les molesta que la Presidenta los quiera conducir a través de los muchachos que militan en “La Máximo”, como dicen con mordacidad.

El aparato propagandístico de ayer en el Luna Park, los fondos de una caja cada vez más flaca, el freno de la economía y la falta de iniciativa han abierto más preguntas que certezas de victoria.

El gobierno de Cristina salió en bloque a castigar a José Manuel de la Sota, que simplemente pidió diálogo, que le paguen la deuda, y que propuso que los trabajadores no paguen Ganancias. Obvio: fue ovacionado por los obreros mecánicos y la ministra Débora Giorgi recibió algunos silbidos. Luego llegaron las presiones. A la empresa Renault para que repudie al gobernador o se atenga a las consecuencias de las demoras burocráticas para habilitar el nuevo modelo. Y a Ricardo Pignanelli, que sacó una solicitada inflamable contra De la Sota acusándolo de cobarde e irresponsable. Antes había dicho que los peronistas no deben pelearse en público. Dos preguntas: ¿desde cuándo Giorgi es peronista? ¿Sabe que el jefe del Smata Córdoba es el actual ministro de trabajo de De la Sota?

El delincuente y barrabrava Richard apareció en una foto con Néstor Kirchner, lo que no quiere decir más que eso. Pero integró la agrupación kirchnerista Hinchadas Unidas Argentinas. Sin embargo, los medios adictos recibieron la orden de vincularlo a Hugo Moyano y el aire de la tele se llenó de operaciones. Falta candidato y conducción, pero sobra manipulación extorsiva.

© Escrito por Alfredo Leuco y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 17 de Noviembre de 2012.