Mostrando las entradas con la etiqueta Verdeamarelha. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Verdeamarelha. Mostrar todas las entradas

lunes, 14 de julio de 2014

Brasil, Argentina te dice qué se siente... De Alguna Manera...

Brasil, Argentina te dice qué se siente...


La voluntad política de forzar lazos en Latinoamérica no alcanza a salvar lo que el deporte separa. Los "irmãos" quedarán en la historia como los Judas del subcampeón.

Argentina perdió la Final, esa misma a la que no llegaba desde hacía 24 años. Y repitió la historia, como hace 24 años: logró un subcampeonato, sin la cuota de suerte que necesitan los campeones, con un efímero error en defensa que fue su verdugo, y con un árbitro que nos recuerda al nefasto Codesal. Pero llegó, se lleva el trofeo al mejor jugador de la Copa, y una medalla que no está tan buena, pero es una medalla.
Argentina puede decir qué se siente, Brasil. Terminado el partido,la hinchada se quedó en las calles argentinas y en Copacabana, llorando y cantando por los jugadores que quebraron la maldición de los cuartos de final y que hoy reciben una ovación en el Maracaná. No levantaron la Copa, pero la vieron cerca. Acaso mucho más cerca que la verdeamarelha que los llevó a la histórica humillación del 1-7.
En su magra campaña mundialista, Brasil tuvo cuatro victorias: Croacia, 3-1; Camerún (4-1) y Colombia (2-1) y Chile (1-1, y penales). Con México empató. El fin llegó con los de Löw y el Mineirazo. Los de Scolari padecieron la mayor goleada de su historia. Incluso peor que el 6-0 con el que cayeron ante Uruguay. Fue en Chile; no eran ni locales.
Por el contrario, previo a la final, Argentina ganó todos sus encuentros: Bosnia, 2-1; Irán, 1-0; Nigeria, 3-2; Suiza, 1-0; Bélgica, 1-0. Con Holanda, definió un 4-2 en penales.
Ya fuera de la Copa, el temor se volvió celeste y blanco. El apoyo de los irmãos fue para Bélgica, primero, y Holanda, después. Lejos de los intentos de regionalización comercial y política, y la insistencia de los líderes latinoamericanos en hablar de la Patria Grande, el brasileño medio mutó en un mezquino mercenario. Deleznó a su Selección, tildó al DT de “viejo imbécil”, secó sus lágrimas por Neymar y lo aplastó luego de que confesara que prefería una Argentina campeona. Hizo filas en las tiendas comerciales para conseguir camisetas alemanas y modificó su bandera, que tomó los colores germanos. Y ahora, en un resentido “fan fest”, no celebra la victoria germana, sino la derrota argentina.
Como él, los medios, que llamaban a sus lectores a apoyar a Alemania y, por estas horas, preguntan a Argentina qué se sienteLa Final se siente, Brasil. Y, aun en la derrota, Argentina te lo dice.
© Escrito por Ursula Ures Poreda el Domingo 13/07/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.