Gustavo Sylvestre: "Es imperdonable lo que
hizo Szpolski"
El periodista lanza su primer libro y habla de la crisis financiera que atraviesan los medios y los escraches que sufrió trabajando en Clarín.
© Escrito por Ramón Indart el sábado
07/05/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.
En 2017 Gustavo Sylvestre cumplirá 30 años como periodista político a nivel
nacional. Ahora, el conductor de M1 en C5N (lunes a jueves 21 a 23) lanza su
primer libro, "Intrigas, alianzas y traiciones" (Ediciones B) donde
relata con detenimiento la relación del poder político con los medios de
comunicación y cuenta anécdotas sorprendentes.
En este contexto, habla con Perfil.com sobre el estado actual de los
medios, el cierre del grupo que crearon bajo el paraguas de la pauta oficial K
Sergio Szpolsky y Matías Garfunkel y abre el debate sobre un tema que pocos
tienen en cuenta: el financiamiento de la política en las campañas electorales.
Perfil.com: - ¿Con qué
nos vamos a encontrar con este libro?
- Yo agradezco todos los días por esta profesión que amo, desde los 16 años
que empecé en Concepción del Uruguay en Entre Ríos trabajando en LT 11 y en el
diario La Calle. Mi primer trabajo en la Capital Federal fue el 20 de octubre
de 1983, el debut de la democracia. Voté por primera vez y fue mi primer
trabajo periodístico en la Capital. Venía a estudiar acá y la radio me acreditó
para esa jornada. Desde ese momento no he parado. Así empiezo, con esa
anécdota. Después la radio me acreditó en Casa de Gobierno del '84 al '91. En
1987 empecé en Canal 13 donde me meten a trabajar en la actualidad y
especializarme en política.
- ¿Cómo se arma una
campaña política detrás de los medios de comunicación? La de 2015 fue muy
intensa y sobre todo en TV. Hay que marcar la diferencia entre diario, radio y
tele, es ahí donde el poder pone la lupa.
- Yo repaso la campaña de (Daniel) Scioli y la de Cambiemos y como se
fueron armando. Todo pasa por la televisión, guste o no. En esto hay que
reconocer que el PRO armó una campaña no solo en término de conjunto, sino para
la TV. Las puestas en escena eran para la TV. Hubo mucho debate el año que
pasó, sobre temas puntuales. Fijate vos que funcionarios de gobierno que hasta
diciembre se prestaban al debate, hoy no lo hacen. Como cambian las realidades,
¿no?
- Bueno, ahora tienen
que dar respuestas.
- Cuesta más encontrar funcionarios dispuestos a debatir. Muchos diputados
siguen por suerte.
- ¿Qué diferencia harías
entre lo que fue cubrir el poder en el menemismo, el kirchnerismo y lo que
viene ahora?
- El libro comienza con una entrevista con Isabel Perón. Ahí ella cuenta
que cuando murió Perón quiso renunciar a la vicepresidencia para no asumir y
hubiera aliviado mucho. Tal vez la Argentina se hubiera salvado de un golpe de
Estado. Eso muestra como la condicionaron todos. Ella dice "no me
dejaron". Yo le pregunto "quienes". Ni las FFAA ni los
políticos, incluido Balbín que me dijeron que me iban a ayudar. A partir de ahí
recorro lo que consultas, como se da la relación de los medios con el poder en
cada turno democrático. Siempre el periodismo del '83 a la fecha, a los medios
produjeron urticaria. Alfonsín, que era sumamente respetable, vos no tenías
acceso a él, pero claro tenía un excelente vocero que era José Ignacio López.
Era como hablar con Alfonsín. Eso cambia radicalmente con (Carlos) Menem. Te
volvía loco. Cambió la forma de hacer periodismo en la Argentina. Pasó de esa
rigurosidad, protocolo de Alfonsín a un Menem que hablaba en la puerta de la
casa, en la sala de periodistas de Casa de Gobierno a las 7 de la mañana, ¡no
había nadie! Las coberturas en el exterior no dormías. Rompió todos los
esquemas.
- ¿Y cuándo llega De La
Rúa?
- Ahí vuelve a institucionalizar todo. No tuvo manejo. Yo cuento la
experiencia que me tocó vivir el día de la renuncia de Carlos
"Chacho" Álvarez. Todos los medios estaban en la casa de Chacho, me
llama De La Rúa y me dice enojado: "Gato que es esto de cadena que le
están dando a Chacho". Le digo "Presidente estoy viendo que en Salón
de los bustos hay un micrófono, ningún funcionario suyo salió a hablar".
Entonces escucho que dice a alguien "acá el Gato dice que hay un
micrófono, bajen a hablar" y empiezan a salir todos.
- ¿De esa manera?
- Es así. Se dio una competencia entre la casa de Chacho y el Salón cuando
se da la renuncia. Yo di la primicia 8.30 en TN. Estaba Federico Storani, que
era ministro del Interior y lo sorprendo al aire porque yo sabía desde la
madrugada. Lo anuncio y lo sorprendo. Me dice "la verdad, salgo de acá y
averiguo".
- ¿Y la etapa del kirchnerismo?
- Se vuelve a una etapa
de mayor cerrazón informativa.
- ¿No te dolió haber
estado en la pantalla de TN cuando empezó esa guerra del ¿"Qué te pasa,
estás nervioso"? ¿Fue fácil trabajar en televisión?
- No. Siempre traté de mantenerme al margen de esas cuestiones. A nosotros
nos escracharon por trabajar en el Grupo Clarín. Todas las veces que pedimos
notas desde A Dos Voces (programa que hacía con Marcelo Bonelli) siempre
tuvimos respuesta. Todos los años nos daba una o dos notas Néstor Kirchner. Con
Cristina Kirchner ya no. Cambió. Con Néstor tuve diálogo, con ella no. Nosotros
le hicimos nota cuando era candidata a presidenta y nunca más volví a hablar hasta el año pasado cuando me dio la
primera entrevista en Nueva York cuando fue a la ONU. Fue el único período de
gobierno en el cual no tuve diálogo.
- ¿Cómo se financia la
visión del poder frente a los medios? Vos tenés al Grupo Clarín con un soporte
propio y el kirchnerismo fue armando medios para tener el lado B de la
realidad. En ese contexto, ¿crees que era necesario? ¿Se excedieron en armar un
grupo de medios tan enfrentado a otro que terminó en el achique actual?
- Si, es perjudicial porque hemos visto el caso más concreto que es el
Grupo Szpolski, que dejó colegas en la calle sin pagar, que todavía están en
una tarea loable con una cooperativa (Tiempo Argentino) pero con una angustia
tremenda. Es imperdonable lo que pasó en ese caso.
- ¿Qué parte de
responsabilidad le toca al Estado? porque lo alentó.
- Obviamente. Eso también hay que hacer de autocrítica. Todos los que
alimentaron eso. Porque es verdad lo que decís, hay una responsabilidad
compartida de los que alimentaron y la irrepsonsabilidad de Szpolsky y de
Garfunkel en armar y dejar en la calle de un dia para el otro y sin asumir la
responsabilidad social que les corresponde como empresarios a todos nuestros
colegas.
- ¿Cómo ves hoy el
panorama de los medios?
- Desde hace mucho tiempo pasan por una etapa muy dificil que en algun
momento hay que rever. Se perdió en los últimos años el eje y la misión que
tiene todo medio, que es la de informar. Muchos actuaron como posicion politica
en Argentina y eso no es bueno. Y muchos otros han actuado como defensores de
una gestión que tampoco es bueno.
- ¿Cómo lo solventás?
actualmente se ven pocos medios con objetivo periodístico. Perfil es manejado
por un periodista, La Nación tiene la misma idea. Pero después los grupos de
medios son manejados por sectores de poder que no vienen del periodismo. ¿Eso
va cambiando la concepción de los medios?
- Yo trabajé 23 años en el Grupo Clarín. Cuando no me sentí cómodo con una
línea editorial renuncié, me fui a otro grupo que en ese momento me daba esa
posibilidad.
- La política lo que
dice en off es "¿Cómo querés que financie una campaña si no circula dinero
en negro?" que no está blanqueado cómo se financia. Y para llegar a la TV,
para hablar en prime time necesita plata la política.
- La forma de financiación es un debate en la Argentina que falta.
- ¿Por qué no se da?
- Falta mucho. Todas las campañas gastan más de lo que se anuncia.
- ¿Y esa plata de dónde
la sacas?
- Bueno, eso es lo que falta transparentar.
- De golpe dicen "a
mí me financian las empresas privadas" pero eso estaría mal también porque
luego esa organización espera un resultado.
- Claro, obvio. A nivel de reforma política fue muy bueno instalar las
PASO. Falta ahora como se financian los partidos políticos. En Estados Unidos
salen a recolectar fondos pero se hace público. Acá falta esto.
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