También la economía puede
ser un relato…
Mundo al revés. En los
próximos cinco años se enfriarían las economías de Argentina, China, Brasil e
India y se calentarían un poco las de los países desarrollados.
Alfonso Prat-Gay dijo no
compartir los pronósticos de recuperación económica para la Argentina a fin de
año a causa del aumento del precio de la soja más la vuelta de Brasil al
crecimiento (por el efecto que esto tiene sobre nuestras exportaciones
industriales, principalmente autos), porque ambas actividades combinadas son
responsables sólo del 9% del total de nuestro producto bruto. En ese caso habrá
que concederle al kirchnerismo que el aumento del producto bruto argentino de
la última década no fue principalmente por el viento de cola de la soja y
Brasil sino también por otras causas.
Luis Outeiral, uno de los
contadores más reconocidos del país, tanto profesional como académicamente,
sostiene que el presupuesto y el superávit que fue surgiendo de él están mal
calculados y debería obligarse a los gobiernos a contabilizar sus números no
sólo con ingresos y egresos típicos de un balance financiero, sino con activos
y pasivos –como lo tienen que hacer las empresas– para saber si el superávit es
genuino, o es por estar gastando el capital, o sea, futuro.
En el caso argentino,
incorporar a los ingresos los aportes de la Anses sin el pasivo de la deuda que
se asume con los jubilados aportantes, como sí están obligados a contabilizar
en todo el mundo fondos de jubilación privada y aseguradoras. Lo mismo vale
para consumir las reservas de recursos naturales (ejemplo clásico: YPF) o cualquier
ahorro o inversión del pasado convertido en infraestructura que en el presente
se renueve menos de lo que se deteriora. Concretamente, que el kirchnerismo
aprovechó el ahorro de una década de jubilaciones y de inversiones de las
privatizadas acumulado en los noventa.
Diría Moreno: “Depende de
quién haga los números”. Como en el gráfico que acompaña esta columna publicado
por la revista Time en su última edición junto con un texto del economista
Pankaj Ghemawat, autor del libro World 3.0, quien también sostiene que hay
varios errores en los cálculos de la economía, concretamente que se sobreestima
la globalización.
Ghemawat muestra que las
exportaciones son sólo responsables por el 20% del total del producto bruto
mundial, que la inversión directa externa es sólo el 9% del total de la
inversión mundial, que sólo 2% del total de las llamadas telefónicas son
internacionales, que menos de un cuarto del total del tráfico de internet sale
de las fronteras de cada país y que el 90% de la población mundial nunca vivirá
en otro país que no sea aquel en el que ha nacido.
El vaso medio lleno o
medio vacío: lo que parece poco puede parecer mucho, según la perspectiva. Por
ejemplo, el gráfico de Time titulado “Cambio en las fortunas” (su fuente es el
FMI) indica que la Argentina junto con Uruguay, Etiopía y Turkmenistán serán
los países que más enfriarán sus economías en los próximos cinco años, o sea
que el porcentaje de crecimiento de su producto bruto entre 2012 y 2016 será
más de 2 puntos menos que en los cinco años anteriores: 2007-2012.
Luego siguen en la lista,
con un enfriamiento algo menor, Paraguay, Angola, Ghana, Sudán y Bielorrusia.
En un grado menor, China, Perú, Ecuador, Nigeria, Gabón y Polonia.
Brasil e India, ambos del
BRIC, no se enfrían casi nada pero tampoco aumentan su crecimiento. Ahora, ¿no
es mejor ser China, que baja su crecimiento del 10,6% al 9,4%; India, que
pasaría de 8,2% a 8% de crecimiento, o Brasil, que de 4,4% iría a 4,1% de
crecimiento; que Estados Unidos, que aumentará su crecimiento de 0,5% a 2,8%
anual?
Depende de en qué se
quiera poner foco, se puede no decir toda la verdad sin mentir. Lo que no quita
que Estados Unidos parece haber pasado lo peor arrastrando a México, cuyo
producto bruto –se pronostica– en 2020 podría superar al de Brasil. Ya hoy, a pesar
de las distancias y las barreras del Mercosur, México está exportando más autos
a Brasil que la Argentina.
Es bueno ver cómo ven y
cómo se ven en materia económica en otras partes del mundo donde también la
economía puede tener su componente de relato entusiasmador, o asustador,
dependiendo del caso.
© Escrito
Jorge Fontevecchia y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires el sábado 1º de Septiembre de 2012.